RENÉ DESCARTES
Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)
SEGUNDA PARTE
DEL NÚMERO Y DEL ORDEN DE LAS PASIONES Y EXPLICACIÓN DE LAS SEIS PRIMARIAS
ORDEN Y ENUMERACIÓN DE LAS PASIONES
Art. 82. Cómo pasiones muy diferentes coinciden en que participan del amor.
No es necesario distinguir tantas especies de amor como objetos diversos se puede amar; pues, por ejemplo, aunque sean muy diferentes entre sí las pasiones de un ambicioso por su gloria, de un borracho por el vino, de un bruto por una mujer a la que quiere violar, de un hombre de honor por su amigo o por su amante y de un buen padre por sus hijos, no obstante, en cuanto participan del amor son parecidas. Pero en los cuatro primeros no hay amor sino por la posesión de los objetos a los que se refiere su pasión, y no por los objetos mismos, por los cuales sienten solamente deseo mezclado con otras pasiones particulares, mientras que el amor que un buen padre siente por sus hijos es tan puro que no desea obtener nada de ellos y no quiere poseerlos de otro modo que como lo hace, ni unirse a ellos más estrechamente de lo que lo está ya; si no que, considerándolos como otros él mismo, procura el bien de ellos como el suyo propio, o incluso con más celo, porque, pareciéndole que el y ellos constituyen un todo del cual no es él la mejor parte, prefiere a menudo los intereses de ellos antes que los suyos y no teme perderse por salvarlos. El afecto que las personas de honor sienten por sus amigos es de esta naturaleza, aunque rara vez sea tan perfecto; y el que sienten por su amada participa mucho de aquella, pero un poco también de la otra.