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Descargas Seminarios de Jacques Lacan – Tomo 1 al 5

Descargas Seminarios de Jacques Lacan – Tomo 1 al 5

El Seminario – Editorial Paidós

A continuación cada tomo detallado se encuentra la descarga en Archivo PDF o leer en ventana emergente.

Seminario 1: Los Escritos Técnicos de Freud

Seminario 2: El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica

Seminario 3: Las Psicosis

Seminario 4: La Relación de Objeto

Seminario 5: Las Formaciones del Inconsciente

Continúa en «Descargas Seminarios de Jacques Lacan – Tomo 5 al 10«

Son archivos de copia fiel de los libros de diversas fuentes pero en especial del Centro de Estudiantes de la Facultad de Psicología de la UBA

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Inconsciente y el consciente, Lacan: El Modelo Borromeo (1974 – 1976)


 1958: Desde “ De una cuestión preliminar…”, Lacan parece tomar en
cuenta la posibilidad de una suplencia a la forclusión del Nombre del
Padre: “Nadie duda que la figura del Pr. Flechsig (…) no haya podido
reemplazar el vació súbitamente apercibido de la Verwerfung inaugural”;
 1963: El 20 De noviembre en lugar de la sesión única del seminario
interrumpido sobre los Nombres del Padre que Lacan comentara en el
R.S.I., que si su titulo era en plural, estaba bien por tener alguna
idea de la suplencia;
 1966: En una presentación de las Memorias del presidente Schreber en
su traducción francesa, Lacan define la paranoia como “una
identificación del goce en el lugar del Otro como tal”. El tema del goce
va tomar una importancia creciente en la obra de Lacan, en la medida en
donde, a partir de los años 1960, la psicosis va ser caracterizada no
solamente por un desencadenamiento del significante, pero también por la
invasión de un goce no regulado;
 1967: En el “Pequeño discurso a los psiquiatras”, Lacan dice del
psicótico que tiene el objeto a – resto, causa del deseo, de la doble
operación (alineación y separación) de causación del sujeto – en su
bolsillo, dicho de otra manera dice que en la psicosis, el sujeto no
esta separado del objeto;
 1972: Introducción del nudo borromeo en el seminario “Ou pire”;
 1973: retoma del nudo borromeo al fin del seminario “Encore”;
 Identificación de los tres círculos a los tres registros de lo
Imaginario, de lo Simbólico y de lo Real en el seminario “Les Non dupes
errent”;
 1974–75: En el seminario R.S.I., que inaugura, después de la era de lo
Imaginario y aquella de lo Simbólico, la era de lo Real, Lacan pone al
día, con los nudos borromeanos, la equivalencia de los tres registros –
que tiene la misma consistencia – y la necesidad de adjuntar una
instancia nombrada, el Nombre del Padre, transformando así el nudo
borromeo en tres círculos en un nudo borromeo con cuatro círculos.
Indicando la posibilidad de una disyunción entre ese cuarto elemento y
el Simbólico, Lacan introduce el concepto de suplencia del Nombre del
Padre y cierra su seminario sobre tres nominaciones: aquella de lo
Imaginario como inhibición, aquella de lo Real como angustia y aquella
del Simbólico como síntoma. Ese seminario anticipa largamente sobre los
temas que serán desarrolladas el siguiente año, de un punto de vista más
clínico en El síntoma.

1. La psicosis, defecto del nudo borromeo de la estructura

1.1. La estructura nodal de la subjetividad
Desde su “identificación”, en 1953, Lacan recure a los registros de lo
Real, de lo Simbólico y de lo Imaginario (R.S.I.) para rendir cuenta de
la realidad humana:
“Por una parte, la interacción de esas tres instancias comprueban lo
isomorfo a la dialéctica edipiana (…) por otra parte, el nudo de esos
tres registros esboza el modo de estructuración de la subjetividad”. Es
con ese doble titulo que lo Imaginario, lo Simbólico y lo Real son de
nuevo convocados en 1975 – 1976, en El Síntoma.
Refutando el postulado cartesiano de la disyunción del pensamiento y de
la superficie, Lacan va hacer de la figura topológica del nudo borromeo
el suporte de nuestra consistencia. Que el nudo sea el soporte del
sujeto aparece claramente en la formula “Es de la presión del nudo que
el sujeto se condiciona” y el la escritura misma del nudo, $, en donde
se reconocerá la escritura del sujeto tachado por el orden significante.
Los círculos del nudo figurando los tres registros de la subjetividad,
aquellos toman común medida en lo que Lacan llama “La tranza subjetiva”.
Esta equivalencia de los registros pone un termino al primado de lo
Simbólico que caracteriza la teoría estructural de los años 1950.
Con el nudo borromeo, Lacan reconsidera la cuestión de la estructura a
la luz de lo que califica de “lógica de saco y cuerda”: “Hay una
dinámica de los nudos, ça ne sert à rien, mais en fin ça serre”; “ce que
la corde prouve, c’est qu’un sac n’est clos qu’à le ficeler” Ese nudo
supone el pasaje de una triplicidad a una cuaternidad.
1.2. La cuaternidad, soporte del sujeto
“Tous les tabourets n’ont pas quatre pieds. Il y a qui se tiennent
debout avec trois. Mais alors, il n’est plus question qu’il en manque un
seul, sinon ça va très mal” Esa citación del seminario III dejar pensar
que desde 1956, Lacan tenia algunas intuiciones de la estructura
cuaternaria del sujeto. Si había subtitulado R.S.I. 123 (el uno hablando
de lo Simbólico, el dos de lo Imaginario y el tres de lo Real es bajo
el signo del cuatro, soporte de la nominación que plaza El Síntoma.
En R.S.I., Lacan reaporta el desbloqueo de esas tres dimensiones a su
lectura de Freud. Observa que, en ese ultimo. Lo Simbólico, lo
Imaginario y lo Real, implícitos, no tienen que agregarle un cuarto
termino, aquel de la realidad psíquica, que no es otro que el complejo
de Edipo, el cual consiste principalmente en un nuevo anudamiento:
“Porque anudarse de otra forma, es lo que hace el esencial del complejo
de Edipo, y es en lo que opera el análisis”
En El Síntoma, Lacan reafirma que es porque el ser humano se especifica
de tres funciones distintas que es necesario una cuarta, aquella del
Padre o del Síntoma, para anudar y “es necesario desde entonces suponer
tetrádico el lazo borromeo”
Esta teorización de la estructura del sujeto es correlativa de una modelización de su destructuración.

1.3. La psicosis, “lapsus del nudo”
Si el sujeto se condiciona del cierre del nudo, conviene entonces
examinar las consecuencias de su denudamiento y de considerar la
psicosis como una modalidad de ausencia o de fracaso de la nodalizacion
subjetiva. En efecto, dice Lacan, “Hay unos fallidos del nudo como del
inconsciente” Nos apoyaremos para rendir cuenta de esos fallidos de la
nodalidad borromea de la estructura, sobre un articulo de Pierre
Skriabine, (La clínica del nudo borromeo), que escribió en 1989,
integrando unos elementos teóricos salidos de seminarios anteriores y
posteriores de “El Síntoma”.
El anudamiento borromeo, que contiene – tres o cuatro consistencias – puede fracasar:
 porque hay una rotura o inconsistencia de uno de los registros o del
cuarto elemento, Es por ejemplo lo que se produce para el presidente
Schreber referente al llamado del significante forcluido, encuentra le
deficiencia el Simbolico;
 Porque hay una indistinción o una puesta en continuidad de los registros. Es el caso en la posición paranoica;
 Porque los registros son profundamente disociados, como eso sobreviene
en “la locura común” que evoca Lacan en R.S.I. y en “EL Síntoma”;
 Por fin porque han sobrevenidos unos errores de nudamiento ligados a
la carencia paternal, como lo ilustra el caso de James Joyce.
Esas diversas modalidades de “lapsus del nudo” se traducen entonces por
“diferentes clases de arreglos o de rearreglos de R. de S. y de I.”

2. Una teoría de la suplencia del Nombre del Padre

2.1 Joyce o “la evasión de la psicosis”
“¿Joyce era loco? Se pregunta Lacan en El Síntoma, dejando de lado toda
consideración nosológica. Diferentes aspectos de la vida y de la obra
del escritor lo lleva a esta pregunta:
a) en primer lugar, el estilo de Joyce, que Lacan califica “de enigma
llevada a la potencia de la escritura” “al punto que termina por
romper, disolver el lenguaje mismo” y que atribuye a una cierta relación
impuesta a la palabra. Lacan observa que el nombre mismo de Joyce tiene
una relación a joy, al goce y que “ese goce es la única cosa de su
texto que podamos atrapar. Ahí es su síntoma”. Joyce maneja entonces “la
carta fuera de los efectos de significado con fines de goces puros” y
que Joyce espera de eso el renombre, nota Lacan quien se inclina
entonces sobre la relación del escritor a la figura paternal.
b) La relación de Joyce a la figura paternal. No es tan, en efecto, el
deseo de renombre en si, que intriga Lacan que el hecho que este se
inscriba en la relación de Joyce con su padre de quien dice que lo
reniega, quedando al mismo tiempo arraigado en él. En consideración, las
formulas lacanianas, pudiendo a menudo ser interrogativas, son al menos
insistentes: “Joyce tiene un síntoma que parte de que su padre era
carente, radicalmente carente (…) es de ese querer un nombre que
Joyce ha hecho la compensación de la carencia paternal”; “El deseo de
joyce de ser un artista que ocuparía todo el mundo (…) ¿no es
exactamente el compensatorio del hecho que su padre nunca fue para él un
padre? No hay ahí como una compensación de esta demisión paternal de
esta Verwerfung de hecho que en eso que Joyce se sintió imperiosamente
llamado (…) a valorizar el nombre que le es propio a costa del padre?
Es a ese nombre que el quiso que se haya rendido homenaje que él mismo
rechazo a quienquiera”
c) La relación de Joyce a su cuerpo propio, ilustrado por dos episodios –
relatados en una obra autobiográfica – en donde el comprueba de un
inhabitual despego frente a él mismo, describiéndolo como “ alguna cosa
que solamente pide irse, que tiene que dejar como un pellejo”: el
episodio de la golpiza recibida o de “una cierta potencia quitándola de
este enojo súbitamente tejido, tan fácilmente que una fruta se deshace
de su piel tierna y madura” y de las manos doloridas que “se quejaban
como si no fuesen de él y que de ellas hubiera tenido piedad”. Lacan
observa que esa deflación narcisista, esta “forma de dejar caer del
cuerpo propio es totalmente sospechoso para un análisis” y lo devuelve a
un defecto del nudamiento de lo Imaginario.
d) Las creencias de Joyce y , en primer lugar, su creencia de sus dones
artísticos: “Ese pobre diablo se ha concebido como un héroe”, donde
“piensa que de artista es el único, que ahí, es singular”. Lacan subraya
que, en su arte, Joyce encuentra su punto de expresión. En secundo
lugar su creencia mística. Se hubiera creído, en alguna medida,
redentor. Lacan subraya, que en todo tiempo, esta creencia se inscribe
en una relación al padre. Por fin, su creencia en los dones de
telepatía de su hija Lucia: hay ahí un punto de certeza para Joyce y el
testimonio, según lacan, de la carencia paternal;
e) Las “epifanías” de Joyce, es decir los momentos de éxtasis relatados
en su obra, que representan la manifestación de lo que en el lapsus del
nudo , Real e inconsciente se anudan y tienen entonces en lugar del goce
falico que Lacan sitúa, en el nudo borromeo, a la intercesión de lo
Real y de lo Simbólico;
f) En último lugar, la relación de Joyce y su esposa Nora, de la cual
Lacan dice, a contra corriente de su formula, que es una relación
sexual, porque “no hay relación que si hay síntoma”. De Nora, lacan
habla como del nudo.”Ella no sirve absolutamente de nada”; “Non
seulement il faut qu’elle lui aille comme un gant, mais il faut qu’elle
serre comme un gant”. Haciendo de aquella para Joyce como de toda mujer
para un hombre, un síntoma.
2.2. El síntoma como suplencia
El síntoma, es, según la bella formula de Jean-Jacques Racial “ce fil
quatrième qui permet à la structure, quelle qu’elle soit de ne pas se
dénouer dans une confusion mentale”. Esta definición presenta el interés
de poner en evidencia la identidad de la función sintomática – real –
con la función paternal – simbólica – las dos siendo el nudamiento. Es
por el hecho que el viene “ en lugar mismo en donde el nudo fracasa en
donde hay un lapsus del nudo”
Lacan propone en su sesión del 10 de Febrero de 1976, de considerar el
caso de Joyce como una modalidad de suplencia al rompimiento de la
estructura. Es en la nominación que resida esta suplencia en donde más
exactamente el renombre, es decir, “una secunda operación de nominación”
necesitada por la “reducción del nombre propio al nombre común” que
evoca Lacan al termino de esta lección. Según Lacan, Joyce no se priva
de usar lógicamente del síntoma, haciendo de su arte “el verdadero
garante de su falo” y apuntando, por él, el cuarto termino del nudo.
El instrumento de esta modalidad de suplencia es lo que nombra Lacan el
ego, que define como siendo “la idea suya como cuerpo”, Si uno se
refiere a esta definición, el ego de Joyce, como lo atestigua el
episodio de la golpiza es desfalleciente. Pero Lacan precisa, en su
sesión del 11 de Mayo de 1976, que Joyce tiene un ego de otra naturaleza
que aquel que funciona en el momento de la paliza, un ego para el cual
la escritura es esencial y que llena una función de suplencia.
Joyce presenta entonces un defecto de nudamiento borromeo de la
estructura, traduciéndose por un defecto de nudamiento de lo Imaginario,
al cual la suplencia lleva un proceso de compensación nombrado síntoma
que, a la vez restituye la nodalidad borromeana y la exonera de la
psicosis.

2.3. La psicosis exorable
¿Por qué Joyce no habría sido loco? Se interroga Lacan porque “en la
mayoría, lo simbólico, lo imaginario y lo real son mezclados al punto de
continuarse el uno en el otro (…) y por lo tanto no es un privilegio
de ser loco”
En 1975 como en 1955, el punto de referencia diagnostico en Lacan se
funda sobre las categorías de lo Simbólico, de lo Imaginario y de lo
Real. Sin embargo la analogía se queda aquí, ya no hay primado de lo
Simbólico, pues de la función paternal, pero con Joyce, la forclusión
del Nombre del padre parece de estructura.
“Es un error de pensar que ese nudo sea una norma para la relación de
las tres funciones que existen en el ser que por ese hecho se cree
hombre (…) El cuarto en la ocasión es el síntoma. Es también
igualmente el Padre (…) el Padre es por fin solamente un síntoma
(…) La existencia del síntoma es implicada por la posición misma por
el lazo de lo imaginario, de lo simbólico y de lo real enigmático”.
Según la teoría forclusiva, la función paternal era presente en la
neurosis y faltante en la psicosis. A la luz del borromeanismo, se
vuelve un suplemento sintomático en la neurosis y puede ser
“suplenciable” en la psicosis.
La pérdida de la exclusividad de la función paternal es correlativa de
una pluralización de los Nombres del Padre y de modalidades de suplencia
de la forclusión:
* por el síntoma, en el sujeto neurótico;
* por el síntoma, así como lo construye Joyce en ¿?
* por unas suturas y puestas en continuidad, como en la paranoia;
* por una metáfora delirante, como aquella que construye Schreber, dicho
de otra manera, por lo Imaginario y lo Real, como por lo Simbólico.
Esta generalización, vía el síntoma, de la función paternal vuelve esté
por supuesto muy necesario, que el Padre se vuelve superfluo: “ Es
porque en el psicoanálisis, de lógralo, prueba que el Nombre del Padre,
no se puede tomar en cuenta a condición de utilizarlo”
Con esas premisas, la psicosis, lapsus del nudo, ya no es ineluctable
consecuencia del fracaso del rechazo originario, y el síntoma en su
función de suplencia, se vuelve un instrumento de equilibrio de la
estructura. Es entonces a un verdadero derrumbamiento dialéctico que se
libra Lacan al fin de su recorrido.
Concluimos sobre el borromeanismo diciendo que si la forclusión es
general y la función normativa del padre sintomático, entonces sin duda
Joyce esta loco, pero con una locura común, y es en el buen uso del
síntoma que él nos introduce.

Conclusión

Al término de este estudio diacrónico y critico de la teoría lacaniana
de las psicosis, emergen tres grandes enfoques etiopatogénicos que una
mirada retrospectiva podría calificar de respectivamente centrados sobre
los registros de lo Imaginario, de lo Simbólico y de lo Real,
devolviéndolos por ese hecho, particularmente ilustrativos de ese
corpus:
1) Un enfoque organogenético (1932 – 1938), reagrupando los modelos
dichos personal y complexual, que sitúa la inducción de los fenómenos
psicóticos en una agenesia del Yo y del objeto – ligado a una fijación
libidinal del sujeto en un estado más o menos arcaico de su desarrollo
(narcisismo primario o secundario) – correlado a un trastorno orgánico
generalmente contemporáneo del desencadenamiento de la enfermedad. Esta
organogénesis se arraiga en la teorización de un determinismo andrógeno
de la psicosis;
2) Un enfoque estructural (1955 – 1958), correspondiente al modelo
forclusivo, que se caracteriza por un defecto de simbolización de la Ley
ligada al fracaso del rechazo originario y a la forclución de un
significante primordial – el Nombre del Padre -,operador conceptual
discriminando la psicosis de la neurosis, Este segundo enfoque vuelve
caduco el recurrir a la organogénesis;
3) Un enfoque topológico (1974 – 1976) representado por el modelo
borromeo y caracterizado por un defecto de nudamiento de los tres
registros constitutivos de la estructura del objeto, que puede ser
sustituida por un cuarto termino teniendo lugar de Nombre del Padre.
Este tercero enfoque, centrado sobre lo real del nudo y correlativo de
una pluralización de los Nombres del Padre, constituye una reformulación
de la noción de estructura psíquica y una reevaluación de la función
paternal.
Estas diferentes modelizaciones del tropiezo de la constitución
subjetiva son subtendidas por una evolución del estatuto del síntoma, de
la concepción del sujeto y de su estructura, de las perspectivas
terapéuticas y, más generalmente de la definición de lo normal y de lo
patológico.
Hecho, en los años 1930, de una fijación evolutiva con un complemento
orgánico y, en los años 1950, del fracaso de la metáfora paternal, el
síntoma toma, con el borreanismo, una dimensión del todo singular del
nudamiento de la estructura del cual se vuelve solidario. Esta función
nueva de suplencia le valdrá de ser renombrado sínthome.
El sujeto, él, es, para Lacan , el sujeto del inconsciente ; vale decir
que antes de 1936, es cuestión que de persona. La primera concepción
lacaniana del sujeto descansa sobre lo Imaginario: a partir de una
teorización del estado del espejo, Lacan puede afirmar que “Es en el
otro que el sujeto se identifica y hasta se experimenta ante todo”.
Desde ese entonces, la condición de alineación del sujeto lacaniano
surge. Con la llegada de la teoría estructural de los años 1950, “es el
orden significante que causa el sujeto estructurándolo en un proceso de
división que hace surgir el inconsciente” El sujeto lacaniano es
entonces dividido por el lenguaje, atrancado a el mismo, sometido a la
orden significante quien lo determina, heterónomo. La tercera
teorización lacaniana del sujeto es topológica y hace de aquel un efecto
de nudamiento de los registros R.S.I., que limita el goce y encierra el
objeto por causa del deseo.
La impotencia de la referencia de la orden natural (instinctual) para
rendir cuenta de los fenómenos humanos tan normales que patológicos
había conducido Lacan a identificar, en los años 1950, los tres
registros esenciales de la realidad humana y a afirmar la preeminencia
de uno de ellos, lo Simbólico, en la constitución del sujeto, antes de
darles, en los años 1970, su valor y, por consecuente, de retirar a lo
Simbólico la exclusividad de su función de nudamiento de la estructura
por la cual viene a preguntarse – con la teoría de la suplencia- la
cuestión de su mutabilidad, y eso, además: que el concepto mismo de
forclución es remanejado: esta ultima se generaliza a la neurosis – la
cual no es ejemplo de fenómenos de real – y se vuelve suplente.
Conviene entonces preguntarse sobre el estatuto de la forclusión del
Nombre del Padre al fin de la obra de Lacan: si este operador conceptual
queda operatorio en la clínica, ¿puede todavía considerarlo de un
punto teórico, como patognomónico de la psicosis?
La conceptualización de lo que algunos lacanianos llaman la forclusion
generalizada ¿no invalida en ese caso la forclusión tanto como criterio
metapsicológico discriminante de la psicosis? Entonces la obra de Lacan,
igual que la de Freud, dejarían el problema para volver a pensarlo.
Las perspectivas terapéutica efectúan una revolución completa:
arrancando , en 1932, la psicosis a las tesis constitucionalistas y
degenerativas, Lacan había predicado su posibilidad de curación al menos
por una de sus formas. La introducción de acercamiento estructural, en
los años 1950, lo había vuelto irreversible, hasta que la teoría
borromeana le restituye, en los años 1970, una modalidad de tratamiento.
Por fin, el pensamiento lacaniano no ha sido sin trastornar la
definición no solamente de la entidades clínicas, pero también de lo
normal y de lo patológico: salido de una critica de unas teorías
deficitarias de la psicosis, Lacan no ha cesado de afirmar una
concepción de más en más humanizada de la locura. Más todavía, la
estructura de la psicosis no es al final de su recorrido una variante de
la neurosis, como lo ilustraba el esquema I “el modelo del nudo real de
todo síntoma” incluyendo el neurótico. Así es sobre un movimiento de
acercamiento, inverso al movimiento inicial de distinción, de lo normal y
de lo patológico que se termina ese recorrido lacaniano sobre la
psicosis cuyo alcance exceda el campo de la psicopatología, pudiendo
ser psicoanalítica, para encontrase con la antropología filosófica.

AUTOR: Dr. Jean-Claude Maurice Dijon-Vasseur

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Inconsciente y el consciente, Lacan: El Modelo Forclusivo (1955 – 1958)

1. La psicosis, forclusión de lo simbólico

1.1. El inconsciente estructurado como lenguaje
“El inconsciente es también el discurso del Otro; El inconsciente es, en
el fundo estructurado, tramado, encadenado, tejido del lenguaje. Y no
solamente el significante juega ahí un papel muy grande, pero juega
también el papel fundamental “; “Una lengua tiene algunas
particularidades (…) y eso condiciona hasta en su trama la más
original, de lo que pasa en el inconsciente”
Esas varias citaciones ilustran el cambio de concepción del inconsciente en la obra de Lacan:
 En 1938, Lacan describía el inconsciente como siendo estructurado por unas representaciones nombradas imagos;
 En 1955, dice que es estructurado como un lenguaje, lo que implica que
representa el mismo carácter de duplicidad (ligado al binario
significante / significado) que éste, y el mismo carácter de oposición
que el significante;
 Lacan observa que “el material ligado al conflicto antiguo es
conservado en el inconsciente a titulo de significado en potencia, de
significante virtual, para ser tomado en el significado del conflicto
actual y servirle de lenguaje, es decir de síntoma”. Todavía más, es la
realidad humana ella misma que es irreductiblemente estructurada como
significante, la situación justa del sujeto humano en la realidad
dependiendo de una experiencia puramente simbólica.
Lacan saca de ahí dos conclusiones:
La primera, teórica, en donde es afirmado, “la dominancia del significante en los fenómenos analíticos”, es decir inconscientes;
La segunda, clínica: conviene entonces interrogarse sobre la manera de
que “el sujeto se sitúa en comparación a el conjunto del orden
simbólico”, ese ultimo pudiendo ser el objeto, como es el caso en la
psicosis, de un rechazo parcial.

1.2. El defecto de simbolización primordial
“En la relación del sujeto al simbólico, hay la posibilidad de una
Verwerfung primitiva, a saber que alguna cosa no es simbolizada, que va a
manifestarse en lo real”, Puede así pasar que alguna cosa de
primordial cuando al ser del sujeto no entre en la simbolización y no
sea rechazado, sino rechazado”, “No hay entonces al origen, Bejahung, es
decir afirmación de lo que es, o Verwerfung”.
En la constitución del sujeto psíquico, Lacan postula un estado
primordial de aceptación o de rechazo de un significante fundamental. Es
ese rechazo, que nombra forclusión, que considera, en 1955, como siendo
el mecanismo constitutivo de la psicosis, en tanto que es un mecanismo
de exclusión de la simbolización general estructurando al sujeto.
Ese defecto del significante produce una remisión del conjunto del
significante. Lacan tiene ahí una nueva etiopatogenia de la psicosis que
consiste desde ese entonces en “un hoyo, una falta al nivel del
significante”.
Esto no va sin una resonancia clínica sobre el registro del lenguaje:
Lacan observa que hay en la psicosis “una invasión psicológica del
significante”, una perplejidad concerniente al significante, una
división entre significante y significado, una despersonalización del
discurso, una formación de neologismos, pues que “el psicótico es
poseído por el lenguaje” y que “la psicosis se declara cuando el sujeto
toma la palabra”. Una conclusión se impone entonces: el diagnostico de
psicosis necesita la presencia de trastornos del lenguaje y el nudo de
la psicosis es ligado de nuevo a una relación del sujeto al
significante.

1.3. El fracaso de la función paternal
“El complejo de Edipo quiere decir que la relación imaginaria
conflictiva, incestuosa en ella misma, es destinada al conflicto y a la
ruina. Para que el ser humano pueda establecer la relación la más
natural, aquella del macho a la hembra, es necesario que intervenga un
tercero (…) es necesario una ley (…) un orden simbólico, la
intervención del orden, de la palabra, es decir del padre (…) el orden
que impide la colisión y la explosión de la situación en el conjunto es
fundado sobre la existencia de ese nombre del padre”
Se entiende, en ese citación, que la psicosis tiende, como lo postula
Lacan, a las relaciones que el sujeto entretiene con el significante,
más particularmente con el significante paternal, esto es la razón de
una ecuación entre el significante, lo Simbólico, la Ley y la función
paternal. Es esta función paternal, en tanto que función simbólica
portadora de la Ley de la prohibición del incesto, que es el resultado
del fracaso en la psicosis.
En 1958, lacan sostendrá que, en la psicosis, el Nombre del Padre,
forcluye, fracasa en sustituirse al significante del deseo de la madre,
haciendo así la cama de una metáfora delirante en lugar y plaza de la
metáfora paternal.
El postulado que sostiene, desde 1955, su edificio teórico es que el
padre comprende “un elemento significante irreducible a toda especie de
condicionamiento imaginario” y, por consecuencia, que la ley fundamental
en la estructuración del sujeto psíquico es una ley de simbolización.
Lacan precisa que cuando “del campo del otro, viene la llamada de un
significante esencial que no puede ser recibido” lo que se sustrae a
esta ley hace regresar lo que el llama lo Real, como ilustra su
relectura del caso Schreber.

2. La psicosis, manifestación de lo Real y proliferación del Imaginario

2.1. La relectura lacaniana del caso Schreber
Lacan propone, en su seminario III, una relectura del análisis freudiano
del caso Schreber. Se puede seguir, en el transcurso de las sesiones,
la evolución de la interpretación que Lacan hace:
Así comenta, en Enero de 1956: “La explicación de que él nos da del
delirio viene en efecto confluir a esta noción del narcisismo que no es
del todo elucida por Freud…”
Y en Julio de 1956: “ La explicación de Freud no da la impresión de esta
referido enteramente al narcisismo (…) Pero al fin de cuenta, (…)
el pivote (…) de la dialéctica libidinal a la cual se refiere en
Freud el mecanismo y el desarrollo de la neurosis es el tema de
castración. Es la castración que condiciona el miedo narcisista”; “El
análisis de Freud hace girar toda la dinámica del sujeto Schreber
alrededor del tema de la castración, de la perdida del objeto falico”.
El análisis de Lacan, cuando a él se refiere, no deja subsistir ninguna
duda en que el análisis conduce a poner el acento sobre la importancia
de los fenómenos del lenguaje, pues sobre lo Simbólico, en la economía
de la psicosis, y en acercarse a los fenómenos constituyentes.
Deja aparecer que el delirio de Schreber es un modo de relación del
sujeto al conjunto del lenguaje y que atestigua de una forclusión del
significante paternal: “Esto es porque (…) se ha necesitado
imaginarse, a él mismo, mujer, y realizar en un embarazo la segunda
parte del camino necesario para que sumándose el uno al otro, la función
de ser padre sea realizada”.
Por la falta del Nombre del Padre, la Ley es para Schreber, toda entera
en la dimensión imaginaria, lo que constituye, dice Lacan, el pivote de
sus fenómenos elementales, regreso en lo Real de lo Simbólico forcluido.
2.2. La psicosis, manifestación de lo Real
“La categoría de lo real es esencial en introducir (…) Yo le doy ese
nombre en tanto que ella define un campo diferente de lo simbólico. Es
de aquí solamente que es posible esclarecer el fenómeno psicótico y su
evolución” Si Lacan liga Real y Simbólico, es que lo Real es “una
categoría producida por lo Simbólico que corresponde a que este expulsa
instaurándose” Dos aceptaciones son propuestas en el seminario III:
 Lo real como reaparición del no-simbolizado. Habremos reconocido la
formula: “El no-simbolizado reaparece en lo real” Recordemos que el
no-simbolizado, en la psicosis, es el Nombre del Padre y su función de
castración;
 Lo Real como dimensión diacrónica del discurso, por oposición a lo Simbólico, encarnado por la significación.
A considerar esas tres afirmaciones de Lacan:
“En los casos de psicosis vemos revelarse (…) ese discurso
interior…”; “El inconsciente es también el discurso del otro” y “La
cuestión no es tanto de saber porqué el inconsciente (…) queda
excluido para el sujeto no asumido – pero porque aparece en lo real”,
sabemos que es el discurso interior – pues inconsciente y desprovisto
del Nombre del Padre – que regresa en el delirio místico del presidente
Schreber. Lacan precisa que ese real del fenómeno elemental aparece bajo
el registro de la significación, dicho de otra manera, de lo
Imaginario.
2.3. La psicosis, proliferación del Imaginario
“El sujeto, falta de poder de ninguna manera restablece el pacto del
sujeto al otro (…), entra en otro modo de mediación (…),
sustituyendo a la mediación simbólica un hormigueo, una proliferación
imaginaria”.
El imaginario, que designa “la relación al imago del semejante y al
cuerpo propio”, es el registro del Yo, de la identificación, de la
relación dual y del narcisismo, característicos del estado del espejo.
Es “el otro lugar” en el cual reaparece el rechazado en la psicosis.
La imposición del Imaginario en la psicosis tiende principalmente a dos fenómenos:
 La represión tópica del sujeto al estado del espejo, tal como es
manifestada por el presidente Schreber cuyo estudio del delirio, nos
comenta Lacan, “tiene el interés eminente de permitirnos de agarrar de
una manera desarrollada la dialéctica imaginaria”, en efecto, “los dos
personajes al cuales el mundo se reduce por el presidente Shreber, son
hechos el uno en relación al otro, uno ofrece al otro su imagen
invertida”. Lacan precisara en les Ecrits, que su identidad es reducida a
la confrontación a su doble psíquico que rinde patente su regresión al
estado de espejo.
 Una identificación del sujeto al Yo que Lacan hacer figurar, en su
esquema L de la dialéctica intersubjetiva, sobre el eje a-á del
Imaginario: “En el sujeto normal (…), toda asunción del Yo es
revocable. En el sujeto psicótico al contrario, algunos fenómenos
elementales, y especialmente la alucinación que es en la forma la más
característica, nos muestra el sujeto completamente identificado a su yo
con el cual habla o el yo totalmente asumido sobre el modo
instrumental”. Lacan agrega, retomando un tema freudiano, que la
cuestión del Yo (o ego) es primordial en las psicosis por ser el que, en
su función de relación al mundo exterior, sufre un fracaso.
Su reflexión sobre “el extraño gemelo del yo”, El Yo Ideal, que califica
de “Gordo del delirio”. Lo conduce a postular la existencia, más allá
del pequeño otro del Imaginario, de un grande Otro simbólico, correlato
necesario de la palabra. En efecto, si manifiesto que sea el registro
imaginario en los fenómenos psicóticos , sus mecanismos ahí no se
reducen.
Tal es en 1955-1956, el principal avance de Lacan en el campo de las
psicosis y el asentamiento teórico que le permite de constituirlos en
estructura.

3. La psicosis como estructura

3.1 La noción de estructura
“…Construir para la psicosis una estructura admisible” constituye el
objetivo que se impone Lacan en el seminario III. Y es por la relectura
del caso Schreber que lo logra.
En Estructura y perversiones, Joel Dor define la noción de estructura en
esos términos “epistológicamente, una estructura es, ante todo, un
modelo abstracto, en la especie : a) un conjunto de elementos ; b) de
leyes de composición internas aplicadas a esos elementos. En el campo de
la sicopatología, él precisa, el enfoque semiológico y nosográfico
situando de entrada, la investigación más allá de las consideraciones
puramente cualitativas o diferenciales”.
En el seminario III, Lacan hablando de la estructura dice “ es
primeramente un grupo de elementos formando un conjunto variante”, que
es una noción analítica, y sobretodo que ella es tomada del lenguaje. En
otros términos, “La noción de estructura es ya por ella misma una
manifestación de significante” y las dos nociones “aparecen
inseparables”. Radicalizando el termino de Lacan y esperando no
traicionarlo, se puede afirmar que a partir de 1955, la estructura, es
el significante en tanto que es operante en la neurosis y inoperante en
la psicosis.
En la clínica, el punto de referencia estructural consiste entonces en
el punto de referencia de una carencia , de la ausencia de un rasgo
diferencial. Lacan lo formula en esos términos: “…la notación de una
ausencia es extraordinariamente importante para la localización de una
estructura”.
Más allá de su aplicación clínica, el descubrimiento tan esperado, de un
operador conceptual permite de hacer un diagnostico diferencial teórico
mayor, tanto en el dominio de lo patológico que en aquel de lo normal.
3.2. Estructura de la psicosis y la estructura del sujeto
En 1938 , Lacan oponía cultura y instinto, haciendo de la primera la
característica del orden humano. El 1955, es más precisamente el orden
significante que Lacan designa como tal y que le permite delimitar el
campo propiamente psicoanalítico: “ Si el reconocimiento de la posición
sexual del sujeto no es ligada al aparato simbólico, el análisis, el
freudianismo, ya tiene que desaparecer (…) El sujeto encuentra su
lugar en el aparato simbólico preformado que instaura la ley en la
sexualidad. Y esta ley no permite al sujeto de realizar su sexualidad
que en el plano simbólico. Es lo que significa el Edipo, y si el
análisis no supiera eso, no tendría absolutamente nada de descubierto”
Lo propio del hombre reside entonces, no en lo imaginario el cual
caracteriza el mundo animal y aquel de la infancia en su periodo
pre-edipiano, pero en lo Simbólico. Así, lejos de ser solamente un
médium, el lenguaje existía antes del sujeto y puede determinarlo en eso
que el Edipo tiene una estructura simbólica.
Su travesía, indispensable a una justa aprehensión de la realidad,
consiste en la adquisición al orden significante, constitutivo de la
realidad humana, Lacan tiene una formula más resumida: el complejo de
Edipo, es la introducción del significante.
Al principio de su seminario, Lacan se propone constituir la psicosis en
estructura y podemos constatar, en el transcurso de sus sesiones, que
esta teorización de la destructuración psíquica conduce a una teoría de
la estructuración subjetiva. Freud decía que lo patológico esclarece lo
normal Es en todo caso lo que ilustra la aproximación estructural de la
psicosis aquella que vamos ahora a considerar en la fecundidad y la
especificidad.
3.3. Fecundidad y especificidad de la aproximación estructural de la psicosis
La “estructura- génesis” permite a Lacan refutar la organogénesis (que
considera como una cuestión caduca) y la psicogénesis (“el gran secreto
del psicoanálisis, es que no hay psicogénesis”) que califica de
hipótesis estériles por el hecho que las dos reposan sobre la
presuposición de una entidad unificante : el Yo. Notaremos la critica
implícita de los postulados de la corriente anglosajona de la psicología
del Yo. Lacan se opone, implícitamente a las aproximaciones
psiquiátricas (organogenética y psicogenética) a la aproximación
psicoanalítica que es ella estructural : “En ninguna parte (…) la
concepción falaz de un proceso psíquico en el sentido de Jaspers, en
donde el síntoma seria que el indicio, no esta fuera de propósito que en
el abordaje de la psicosis, porque en ninguna parte el síntoma, si
sabemos leerlo, no esta más claramente articulado que en la misma
estructura.
Desde el seminario III, Lacan afirma que el único modo de abordar la
psicosis conforme a el psicoanálisis es de preguntarse si en el registro
mismo o en el fenómeno nos aparece, es decir, en aquella de la palabra.
La puesta al día de un discriminante de la psicosis permite a Lacan de
refutar progresivamente la tesis desarrollada en Los complejos
familiares, tesis que descansa, sobre el Imaginario, particularmente
sobre la inmadurez del Yo y, correlativamente, de la relación de objeto:
 En un primer tiempo del seminario, el mecanismo imaginario reemplaza
el complejo en la génesis de la forma de la psicosis: “…el mecanismo
imaginario es lo que da su forma a la alineación psicótica, pero no su
dinámica”.
 En un secundo tiempo, ese mecanismo es eliminado, no sin algunas
precauciones verbales, en beneficio de lo Simbólico, que explica de la
forma como de la dinámica de la psicosis. Así se expresa en relación al
delirio. “Yo quise mostrarle que se esclarecía en todos sus fenómenos, y
creo poder decir en su dinámica, en referencia a las funciones y a la
estructura de la palabra”.
En “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis”, ninguna duda subsiste: “…ninguna formación imaginaria es
especifica, ninguna es determinante ni en la estructura ni en la
dinámica de un proceso. Y es porque nos condenamos de perder la una y la
otra cuando (…) no queremos tomar en cuenta la articulación simbólica
que Freud a descubierto al mismo tiempo que el inconsciente y que le es
en efecto consubstancial”.
Desde entonces, Lacan puede formalizar su teoría forclusiva de la
psicosis en un esquema nombrado I o “esquema de Schreber”, que consiste
en una transformación del esquema R de la estructuración subjetiva.
Es esquema pone en evidencia “las alteraciones que resultaron de ese
defecto de inscripción (del Nombre del Padre) al nivel de la
organización subjetiva” : …la ausencia del falo imaginario permitiendo
al infante de estructurarse como sujeto bajo la mirada del Otro…”, y
los reajustes de los tres registros con lo que Jöel Dor llama “la
agenesia del Simbólico y del Imaginario”.
Dos de los aportes de la aproximación estructural de la psicosis fueron
mencionados: la puesta al día de un operador conceptual patognomónico de
la psicosis y la elaboración de una teoría del sujeto psíquico como
efecto del significante. Existe un tercero, que viene corroborar uno de
los aspectos de la primera concepción lacaniana de la psicosis: evocada
en 1932, en términos de beneficio, ella es considerada, en 1955, no
solamente como defecto de simbolización, pero también como revelación de
ese discurso interior cuyo sujeto normal se desvía, nos dice Lacan.
Parecería que toda concepción nueva de patológico no vaya sin una
redefinición del campo de la normalidad: así, el sujeto normal seria
aquel que ignora lo que el sujeto psicótico – que Lacan califica de
mártir (en el sentido etimológico) del inconsciente – atestigua.
Habría entonces un saber de lado de la psicosis. Esta concepción de la
psicosis no es sin evocar esta pre-clásica de la locura: “…La locura
fascina porque es saber. Ella es saber porque todas esas figuras
absurdas son en realidad los elementos de un saber difícil, cerrado,
esotérico (…) Ese saber, tan inaccesible, y tan temible, el Loco, en
su necedad inocente, lo detiene. Mientras que el hombre de razón y de
sabiduría percibe solamente unas figuras fragmentarias…”.
Concluimos por la especificidad del acercamiento estructural lacaniano.
Si la aproximación freudiana descansa sobre las dimensiones meta
psicológicas de la tópica, de la dinámica y de la economía, así que
sobre las instancias del Ello, del Yo, y del Superyo, aquella de Lacan
se funda sobre los registros de lo Simbólico, de lo Imaginario y de lo
Real.
Es a la articulación de esos tres registros y a sus implicaciones en la
estructura subjetiva que Lacan dedicara sus investigaciones en el
transcurso de los años 1970, muy particularmente en los seminarios
R.S.I. (1974 – 1975) y El Síntoma (1975 – 1976), ultima gran etapa de su
reflexión sobre la psicosis.

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Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5TM

American Psychiatric Publishing agradece la contribución del Dr. Ricardo Restrepo en la traducción del texto, quién actuó como experto consultor en el proyecto.

Prefacio
Clasificación del DSM-5

Sección 1
Conceptos básicos del DSM-5
Utilización del manual
Declaración cautelar para el empleo forense del DSM-5

Sección 2

Criterios diagnósticos y Códigos
Trastornos del desarrollo neurológico
Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
Trastorno bipolar y trastornos relacionados
Trastornos depresivos
Trastornos de ansiedad
Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados
Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés
Trastornos disociativos
Trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados
Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos
Trastornos de la excreción
Trastornos del sueño-vigilia
Disfunciones sexuales
Disforia de género
Trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta
Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos
Trastornos neurocognitivos
Trastornos de la personalidad
Trastornos parafílicos
Otros trastornos mentales
Trastornos motores inducidos por medicamentos y otros efectos adversos de los medicamentos
Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica

Traducción: Burg Translations, Inc., Chicago (EEUU)

American Psychiatric Publishing agradece la contribución del Dr. Ricardo Restrepo en la traducción del texto, quién actuó como experto consultor en el proyecto.

La cita correcta de este libro es Asociación Americana de Psiquiatría,
Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington,
VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2013.

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Sigmund Freud Obras completas

Obras de Sigmund Freud. Amorrortu editores

TomoTítuloAño
Volumen IPublicaciones psicoanalíticas y manuscritos inéditos en la vida de Freud.(1886-99)
Volumen IIEstudios sobre la histeria(1893-95)
Volumen III
Primeras publicaciones psicoanalíticas(1893-99)
Volumen IVLa interpretación de los sueños (primera parte)(1900)
Volumen VLa interpretación de los sueños (continuación)(1900)
Volumen VIPsicopatología de la vida cotidiana(1901)
Volumen VIIFragmento de análisis de un caso de Histeria (Dora) y otras obras(1905 [1901])
Volumen VIIIEl chiste y su relación con lo inconciente(1905)
Volumen IXEl delirio y los sueños en la «Gradiva» de W. Jensen y otras obras(1906-1908)
Volumen XAnálisis de un niño de 5 años. A propósito de un caso de neurosis obsesiva(1909)
Volumen XICinco conferencias sobre Psicoanálisis, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, y otras obras(1910)
Volumen XIISobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente. Trabajos sobre técnica psicoanalítica y otras obras(1911-13)
Volumen XIIITótem y tabú y otras obras(1913-14)
Volumen XIVContribución al movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras(1914-16)
Volumen XVConferencias de introducción al psicoanálisis (Partes I y II) (1915-1916)
Volumen XVIConferencias de introducción al psicoanálisis (Parte III)(1916-17)
Volumen XVIIDe la historia de una neurosis infantil y otras obras(1917 -19)
Volumen XVIIIMás allá del principio de placer. Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras(1920-22)
Volumen XIXEl yo y el ello y otras obras(1923-25)
Volumen XXPresentación autobiográfica. Inhibición, síntoma y angustia y otras obras.(1925-26)
Volumen XXIEl porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras(1927-31)
Volumen XXIINuevas conferencias de introducción al psicoanálisis y otras obras(1932-36)
Volumen XXIIIMoisés y la religión monoteísta –  Esquema del psicoanálisis y otras obras(1937-39)
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Descargas Sigmund Freud Obras Completas Tomo 1 al 5
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Biografía de filósofos

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Noticias en psicología: Trauma y Angustia

En el capítulo VIII de «Inhibición, síntoma y angustia», la angustia surge como reacción ante el peligro determinado por la ruptura de la barrera protectora. La angustia traumática está causada por la perturbación económica, producida por el incremento de las magnitudes de estímulo.

“En ambos aspectos, como fenómeno automático, y como señal de socorro, la angustia demuestra ser producto del desvalimiento psíquico del lactante, el obvio correspondiente de su desvalimiento biológico (que ambas reconozcan por condición la separación de la madre no requiere de interpretación psicológica alguna). La fuente económica de la ausencia, se diferencia de la pérdida de objeto, ya que es la perturbación en sí, la que da importancia a la madre como objeto (Freud, 1926, p.130)”.

Desplazamiento a la presencia-ausencia del Otro como condición. EI límite, que separa angustia automática y angustia señal, se juega entre la inundación económica y la condición que de estar ausente (el objeto) determinaría el desencadenamiento del automatismo económico.

El concepto de desamparo del «Proyecto de psicología» es retomado aquí, en su articulación con la falta de significación: «no necesita interpretación psicológica alguna». La cadena de representantes psíquicos, verdadero lugar de la barrera protectora, revela su punto de falla, indicando el goce irruptivo (no ligado por lo tanto), que queda por fuera de la cadena.

“La ausencia de significación, en el nivel de la perturbación económica es central. Dicha ausencia de significación, funda esa perturbación económica, como fuera del lenguaje, fuera de la cadena asociativa».

Como dice Freud, carece aún de todo contenido psíquico. El desamparo, por lo tanto, es situado como un sin recursos, ante la presencia del deseo del Otro, a merced del Otro absoluto”.

La perturbación económica, como invasión en el nivel del proceso primario, habla del factor traumático que no puede ser tramitado por el principio de placer. La dimensión económica, funda el «Más allá del principio de placer» y sostiene tanto la temperancia o ligadura como su irrupción, lo no ligado.

Con el marco del desamparo (falla en la cadena, ausencia de significación), la violenta irrupción del trauma indica la imposibilidad de ligar los volúmenes de estímulos. Desde esto, Freud dice que el incremento de las magnitudes de estímulo, o acumulación de investiduras, es el peligro real en juego en la angustia traumática. Este peligro es el que se articula en «Mas allá del principio de placer», al diferenciarse en el capítulo IlI, terror, miedo y angustia.

Esta última implica un cierto estado expectante que sirve como última defensa, pero “la vida onírica de la neurosis traumática (…) reconduce al enfermo una y otra vez a la situación de su accidente, de la cual despierta con renovado terror” (Freud, 1920, p.13)

La fijeza psíquica del enfermo a la situación traumática permite anticipar la compulsión de repetición. La excitación traumática es formulada tanto como algo exterior, como también interior, indicándose el carácter de la pulsión como algo íntimo, pero exterior (trauma interno a la estructura) que tiene la cualidad de perforar la protección antiestímulo, y de abolir en un primer momento el principio de placer.

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Noticias Psi – Pandemias, sistemas, caos y otras yerbas

Fuente: INTERSECCIONES PSI – Revista electrónica de la Facultad de Psicología. (AÑO 10 – NÚMERO 35 – JUNIO 2020) – MARTÍN WAINSTEIN

Ante el caos, la ciencia, ese renacentista arte de anticipar y predecir, abre especulaciones contradictorias, agota las comparaciones inútiles con lo conocido y sus fallos alientan aún más la incertidumbre. La única certidumbre que resalta es que la vida cotidiana, esa única realidad plausible del ser humano funciona sistémicamente y hoy con su eco-sistema planetario alterado críticamente, todo futuro es especulación desde pocas certezas.

Varias versiones del mundo pos-pandémico se especulan por estos días. Las más extremas oscilan entre la tradición conservadora y la utopía, ambas señalan diferentes salidas a lo que describen como un punto de bifurcación en la percepción de la historia. La primera de ellas anticipa que, pasado el mal momento, el mundo seguirá igual que como estaba, solo quizá se aceleren algunos procesos que ya estaban en marcha como la apropiación de información con el big data o el aumento de la desigualdad social y el papel de Asia en el futuro político. Del otro lado, algunos auguran una “nueva normalidad”[ii] en la que la sociedad encontrará una oportunidad para cuidarse y también corregir sus desviaciones previas: el cuidado del eco-sistema planetario, el cambio climático, las desigualdades sociales, el racismo, etcétera. En medio de eso abundan las elucubraciones, ignorantes de la más mínima ciencia, de gobernantes encumbrados, que han generado tragedias en la salud pública.

Tal vez alguna respuesta, o idea, pueda encontrarse en las teorías acerca de lo incierto, ya que lo incierto es lo único que está sucediendo de un modo efectivo actualmente. El virus ha perturbado de un modo desconocido en la historia a toda la humanidad y está causando estragos, tanto en la realidad empírica como en algunas maneras de pensar el mundo. Llamativamente han aparecido palabras nuevas, por lo menos nuevas en boca de los medios y los grandes líderes. Foucault llamaría a este momento como esos períodos de la historia que han poseído ciertas condiciones subyacentes de verdad, que constituyen lo que es aceptable como discurso, que definen una relación nueva entre las palabras y las cosas.

Está ocurriendo. La palabra “sistema” se ha incorporado al vocabulario de gobernantes, periodistas y se refleja en los editoriales de los grandes diarios. Cunde la idea de que las cosas deben ser pensadas sistémicamente. De hecho, la palabra “sistémico”, que en su uso público hasta hace unos años había quedado reducida al ámbito de los plaguicidas, o los temas ingenieriles del mundo telefónico, de la electrónica o el material ferroviario, ha ingresado masivamente a los medios para describir los grandes problemas humanos y está en boca de los periodistas, conductores de televisión, economistas “columbian boys”, “filósofos ad hoc”, dirigentes políticos y hasta del fútbol.

La desigualdad social, el hambre en el mundo, el racismo, la duda externa, el dilema aislamiento-flexibilización , el déficit fiscal, el cambio social, la FIFA, la AFA, el regreso del fútbol, etcétera; se han vuelto hoy fenómenos sistémicos como sugería Ludwing Von Bertalanffy, su creador. Su constructo científico permite “ver sistemas por doquier”[iii].

Parece razonable que una palabra que procede del latín systēma, y antes del griego σύστημα (systema), que en un español de traducción libre podría ser algo así como “unión de cosas de manera organizada”; sea una herramienta lingüística, que las personas usen más para tratar con el mundo en circunstancias inciertas y desorganizantes.

En las clases decimos “un sistema no es un montón”. Supone un orden, un objetivo, una organización. El impacto del virus ha traído esto a la conciencia y hoy se publica sobre la responsabilidad de cada una de las partes. “Cada parte es importante en tanto es parte de eso otro que es el sistema”. Todas las partes cuentan en la trayectoria.

Cuando los terapeutas estadounidenses de la década del 50 ampliaron la psicoterapia desde modelos individualistas, basados en las concepciones cartesianas de una mente individual y privada, hacia las terapias familiares, recurrieron a las ideas del pensamiento sistémico para abordar una práctica que veían como más compleja, integrada por más elementos y más relaciones que las que podían describir los modelos clásicos pensados para individuos.

Ya en aquel entonces esos pioneros entendían el pensamiento sistémico como un atajo hacia la comprensión de fenómenos complejos. Carlos E. Sluzki, el psiquiatra argentino cuya actividad conectó la terapia sistémica y la terapia familiar con el ámbito clínico argentino alrededor de 1965, escribía en el primer número de Sistemas Familiares: “Una familia no es un sistema. Una familia es lo que una familia es. Podemos pensar a una familia desde una perspectiva sistémica o desde una óptica sistémica, utilizando un modelo sistémico. De este modo, se puede decir, eventualmente, “La familia si la pensamos como un sistema, etcétera…”.[iv]

Caos

A poco de andar, los terapeutas familiares descubrieron una realidad de Perogrullo: “Cada familia es un caos” y también un antiguo proverbio chino, de origen tan antiguo como misterioso: “El leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. El aforismo refiere a que en un proceso, aun en una familia, una pequeña perturbación inicial, mediante una amplificación sistemática, podrá llegar a generar un efecto considerablemente grande a corto o mediano plazo.

Fue años más tarde, en una fecha más precisa y menos misteriosa, que Edward Norton Lorenz, un matemático avezado y meteorólogo de profesión, comunicó en 1972 a una audiencia de la American Association for the Advancement of Science (AAAS), en el MIT, una pregunta (esta sí misteriosa): ¿Does the flap of a butterfly’s wings in Brazil set off a tornado in Texas? (¿El aleteo de una mariposa en Brasil puede hacer aparecer un tornado en Texas?). Luego, sin dar una respuesta afirmativa ni negativa, Lorenz describió una experiencia que mostraría una vez más cómo muchos descubrimientos científicos son más fruto del azar, en condiciones de búsqueda de algo, que de precisos desarrollos lógicos. En 1987 James Gleick[v] describía así esa experiencia:

“En una determinada ocasión quiso volver a echar un vistazo a una simulación que ya había hecho, llevándola más lejos en el tiempo. En vez de comenzar desde el principio y esperar a que el ordenador llegara al intervalo que le interesaba, introdujo en el teclado los valores que ya tenía apuntados en el papel. Dejó la máquina trabajando y se fue a tomar un café. Después de una hora, la máquina había simulado dos meses de predicción atmosférica, y sucedió lo inesperado: Existían valores de los días que había simulado anteriormente que no coincidían con los que había calculado esta vez… De repente comprendió la verdad… El ordenador almacenaba seis decimales: 0,506127. En la impresión, para ahorrar espacio, aparecían únicamente tres: 0,506… Lorenz había introducido la expresión más corta, redondeada, convencido de que la diferencia -una milésima parte- era de poca importancia. En el sistema de ecuaciones de Lorenz, los errores ínfimos tenían efectos catastróficos”.

Se podría decir que esa experiencia señaló la fecha de nacimiento de la Teoría del Caos: una descripción de cómo variaciones pequeñas en las condiciones iniciales de la trayectoria de un sistema pueden llegar a implicar grandes diferencias en sus trayectorias futuras. Esto imposibilitaría hacer predicciones en procesos que pueden incorporar variaciones aleatorias desconocidas para el observador.

La Teoría del Caos, constituida en un subtema de la Teoría General de los Sistemas, se adentraba así en un campo surgido a partir de la revolución de conocimiento posterior a la Segunda Guerra Mundial en prácticamente todos los campos del ámbito científico. Era una importante transformación conceptual y metodológica relacionada estrechamente al estudio de los llamados fenómenos no-lineales.

James Yorke[vi], un premiado profesor de Matemáticas y Física de la Universidad de Maryland, le puso ese nombre. Para él la Teoría del Caos, más que una teoría, es un paradigma que supuso en su momento una revolución científica; al reflejar que muchos sistemas hasta ahora considerados deterministas y previsibles, tienen severos límites en dicha previsibilidad o predictibilidad, es decir, que no eran tan útiles como se creía a la hora de predecir eventos futuros. Esto es importante para muchas cosas que incluyen desde la meteorología hasta la psicología clínica, ya que uno de los fundamentos de la ciencia consiste en la capacidad de eliminar incertidumbre sobre lo que pasará.

Una buena, más allá de lo que indica la Teoría del Caos y el efecto mariposa, es que el ser humano ha sido capaz de adaptarse a cada desafío a lo largo de nuestra evolución. Y la moraleja de esa historia es que, pensando en términos de sistemas, podemos y debemos estar preparados para esos súbitos imprevistos y para el efecto que el azar tiene sobre nuestras vidas.

¿Qué es el caos? Todos lo intuimos puesto que la vida de todos es bastante caótica. El caos significa que un pequeño cambio, en un momento crucial, puede provocar un enorme cambio en una vida en particular; sucede tanto en ciertos circuitos eléctricos como en una gran variedad de asuntos. El caos significa que pequeños cambios producen grandes cambios. Ha habido varias películas acerca del caos donde, por ejemplo, el cierre repentino de una puerta del tren subterráneo que evita el ingreso de alguien, luego muestra cómo evoluciona el resto de la vida de ese alguien. Más adelante, la película repite parte de la escena, pero esta vez la persona logra entrar al vagón, lo que produce un cambio radical en las consecuencias de su vida. Otra pequeña película, más documental, llamada La Avispa, muestra a una persona conduciendo su auto y una avispa zumbando sobre su cabeza; el conductor intenta matar a la avispa pero falla en su intento, lo que provoca que la avispa le pique, trayendo como consecuencia el choque de su auto. Este hecho, se constituye en el inicio de una espiral descendente en su vida. Del mismo modo que en la anterior película, se repite la escena pero ahora el conductor acierta y mata a la avispa y su vida transcurre normalmente y todo el futuro estará bien. Dependiendo de si matas o no a la avispa, tu vida podría transcurrir de manera muy diferente, de eso se trata el caos. Pero también trata de que lo imprevisto revela las “fallas o los aciertos de las condiciones iniciales, la trayectoria y la capacidad de adaptación del sistema”

Un típico sistema complejo es la Tierra, describible por varios sistemas: el campo gravitatorio, el campo magnético, el flujo térmico, la geodinámica, los ecosistemas, las conductas humanas, el papel de la conciencia en la evolución, las formas que adoptan las culturas, etcétera.

Los sistemas complejos oscilan continuamente entre el orden y el caos, son indeterminados. Lejos del equilibrio, la materia se comporta de forma diferente a las regiones cercanas al equilibrio. Las trayectorias son no lineales, fluctúan, se generan bifurcaciones y se autoorganizan en estados nuevos, es el dominio de las estructuras disipativas las que se encuentran en el origen de los estudios de sistemas complejos.

¿Qué es una estructura disipativa? Es ese momento en que las cosas se definen en una dirección u otra del cambio hacia un nuevo orden. Por ejemplo: Dos se estaban bañando en su casa y a gusto. De pronto se conocen. Se enamoran. Aparece un punto de bifurcación. Seguir así o hacer hogar. Surge una nueva organización: hacen hogar. Ahora también se bañan pero al bañarse aparece un pelo no propio en el jabón y la toalla posada en la silla del living. La discusión vuelve la relación termodinámicamente inestable, surge un orden por fluctuación: -¿Seguimos? La cismo génesis sobre el evento se vuelve escalada. Se llega a un punto de bifurcación: mantener la pareja en el orden del pelo y la toalla en su lugar, o una nueva auto organización: la separación y otro orden para el bañarse. Las explicaciones, la terapia de pareja, como las vacunas, vendrán después.

Sea una cuestión de termodinámica, de pareja, del tráfico de automóviles en una gran ciudad, de un hormiguero, o una familia; la conducta de la materia, un pelo en el jabón, un conductor desatinado, una hormiga que encuentra alimento al azar, un miembro de la familia que decide hacer algo diferente por su cuenta, cualquier cambio puede alterar definitivamente la trayectoria en esos sistemas, fluctuar, generar un caos para luego acceder a un orden nuevo diferente. Esto hace que al incluir el tiempo y al estar presentes todos los posibles (infinitos) elementos de un sistema, los diagnósticos y las anticipaciones de modelos selectivos y lineales se derrumban, las cosas se sabrán en el mejor de los casos, a posteriori[vii].

Los científicos entonces reducimos la complejidad, creamos modelos, preferentemente de pocos elementos, pocas relaciones y lineales; y eso, en general, nos permite acertar más, avanzando de refutación en refutación, en una trayectoria de ensayo y error que intenta dominar el caos.

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Noticias Psi – Coronavirus: un enfoque psicosomático

Fuente: INTERSECCIONES PSI – Revista electrónica de la Facultad de Psicología. (AÑO 10 – NÚMERO 35 – JUNIO 2020)- JORGE C. ULNIK

El sucesor

El hecho es que hay situaciones de la vida que desafían nuestra capacidad para simbolizar porque ponen en peligro la experiencia de la continuidad temporal y espacial. Continuidad temporal y espacial que tiene que ver con lo que algunos autores llamaron mecanismo del sucesor (5), (6). La vida se va desarrollando como un engranaje en cadena, compuesto por eslabones que son las versiones de uno mismo que van cambiando y sucediéndose unas a las otras, como en una serie. Así, uno es bebé, luego niño/a, púber, adulto, anciano, etc. Y como en las bicicletas con muchos cambios, la cadena da varias vueltas y puede saltar de engranajes, de modo que, además de adolescente, uno puede tener su primera relación sexual, o graduarse y ejercer una profesión, casarse, tener hijos, nietos, etc. Siempre un elemento nuevo se agrega en el extremo de la serie, ocupando el puesto del elemento anterior. Y cuando lo ocupa, inmediatamente se abre un nuevo espacio para que otro sucesor aparezca en el horizonte y esté a punto de ocupar el lugar para que la cadena siga funcionando y no se desbarate.

La situación actual es de tal incertidumbre que parecería no haber sucesor. Pero el sucesor no es esa identidad consistente y homogénea a las demás que, según el caso, podría ser cualquiera de las que mencioné. Por el contrario, el sucesor es algo que en cada cambio hace que la cadena no se corte ni se salga de los engranajes y que la serie continúe. Es, más o menos, como cuando vemos una serie de Netflix y, entre capítulo y capítulo o entre una temporada y otra, aparece una barra que se va llenando y que nos avisa que el siguiente capítulo se va cargando y pronto comenzará.

El hecho es que ahora nadie sabe lo que va a pasar, si va a estar vivo o muerto, cómo va a ser el mundo, si va a conservar el trabajo, si se terminó la serie o por qué temporada vamos. Los gobiernos se esfuerzan por dividir en fases y picos la evolución de la pandemia, pero a ciencia cierta nadie sabe lo que le espera. El docente, por ejemplo, tiene que enseñar de otra manera, y reprogramar toda su materia. Todo parece tener que empezar de nuevo, y desde casa. El que se manejaba “en negro” sin ninguna inscripción tributaria debe blanquear sus ingresos y queda inscripto donde antes no lo estaba. Al que se manejaba en blanco le cambia la categoría, o se queda afuera porque no puede pagar. La gente no va al médico porque teme contagiarse. Todo viene transcurriendo como en la canción de Maria Elena Walsh “El reino del revés”: en Italia, los ricos del norte se mudaban hacia el sur buscando salvarse; en España, se querían venir a Latinoamérica; los africanos que emigraban desesperados y se ahogaban frente a las costas europeas fueron testigos estupefactos de los tendales de muertos en Europa; los memes mexicanos le pedían a Trump que se apure con el muro, y con el mundo patas para arriba, el sucesor perdió su norte y se cortó la cadena.

El mecanismo del sucesor, que debería generar una nueva versión de uno mismo, posible de ser pensada y expresada con palabras, no llega, está cancelado porque lo que viene es un vacío que deja al sujeto en una situación de enigma o perplejidad porque ya no es un elemento homogéneo a lo anterior. La frase que más se escucha en todos los niveles es: “nunca me imaginé que podía pasar esto”. “Nunca pensé que iba a tener que vivir esta situación, ni en el peor de los sueños”. Como si faltara el acto de nacimiento de la organización simbólica de una nueva realidad, que pertenece a una serie particular (6).

Entonces, en vez del sucesor aparece la angustia, y si no, el cuerpo, que viene a ocupar ese lugar vacante. Los síntomas somáticos aparecen brindando certeza de identidad: no sé lo que soy pero sé que estoy… contagiado. Y Así, personas sanas comienzan a tener tos, dolor de garganta, cefaleas, febrículas, o pierden el olfato para los negocios y el gusto de vivir. A más de uno se le pasa por la cabeza: “bueno, me contagio, genero anticuerpos, y ya está!”, como una especie de liberación (8).

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Noticias Psi: Dilemas Bioéticos, fortalezas y limitaciones en el ejercicio profesional de las psicoterapias virtuales

Fuente: Intersecciones Psi. Revista Electrónica de la Facultad de Psicología – UBA – AÑO 10 – NÚMERO 34 – MARZO 2020

Los vertiginosos avances que han tenido durante las últimas décadas las tecnologías de la información y comunicación –en adelante TICs-, han suscitado una serie de interrogantes transversales a todas y cada una de las diferentes realidades profesionales alrededor del mundo. El impacto directo de dichas tecnologías y su omnipresencia en nuestras vidas, ha producido -y lo sigue haciendo- permanentes modificaciones en los modos y formas de relacionamientos, incluso al interior de las prácticas profesionales mismas.

En este sentido, muchas profesiones se han visto interpeladas tanto en lo concerniente a la divulgación del conocimiento mismo, como así también a la implementación de nuevas modalidades o formatos de praxis a partir de la red.

Estas portentosas novedades, -especialmente las del ámbito de la medicina-, son presentadas con euforia por los medios masivos de comunicación como hazañas de la innovación científica: “cuando Mehran Anvari toma su instrumento quirúrgico y realiza cortes en el cuerpo de una persona, no utiliza sus propias manos. De hecho, ni siquiera se encuentra en la misma sala. Opera a pacientes que están a 400km. de distancia” (BBC, 2014, s/p). Ahora bien, estos formatos de praxis que ha habilitado internet y todas sus plataformas y herramientas afines, también tiene una injerencia directa en la práctica profesional de la psicología. Aunque la psicoterapia a distancia se remonta a los tiempos de Freud, que trató a algunos de sus pacientes vía correspondencia, todavía es un terreno con tantos entusiastas como detractores. Hoy se puede recibir tratamiento psicológico vía Skype, podcast, chat con o sin webcam, mail, videoconferencia, whatsapp, hangouts y blogs, entre otros. Hay terapias individuales y grupales; hay portales especializados en anorexia y bulimia, control de la ira y adicciones y también programas de tratamiento para descargar y trabajar a solas en la computadora. Basta poner en el buscador terapias en línea o e-therapy para ver desplegadas cientos de páginas que ofrecen servicios de salud mental, e incluso un arsenal de propuestas de cursos y capacitaciones para profesionales.

La masificación que han tenido las prácticas psicoterapéuticas virtuales en el último tiempo ha sido de dimensiones insospechadas, no así la producción de investigaciones en torno a ello. Existen pocos estudios que abordan los dilemas bioéticos puestos en juego en estas modalidades de relacionamiento terapéutico y la mayoría de ellos son anglosajones. Razón por la cual, resulta de crucial importancia poner en discusión aquí, los niveles de problematicidad bioética que conlleva el uso de este tipo de dispositivo[i], como así también sus fortalezas, limitaciones y desafíos pensando siempre en ese Otro, destinatario de los servicios de salud mental.

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Noticias Psi – Pandemia por Boris Cyrulnik

Artículo del diario La Nación (27 de junio de 2020) – Boris Cyrulnik. «Esta es la primera pandemia en que se detuvo la economía para salvar vidas»

El neurólogo y psiquiatra francés, célebre por acuñar el concepto de resiliencia psíquica, asegura que la empatía y los lazos colectivos serán centrales para superar los daños generados por el virus.

Autor: Astrid Pikielny

Bastaron unas señas de la enfermera de la Cruz Roja para que el pequeño Boris se escondiera debajo de un colchón sobre el que estaba recostada una persona moribunda. De ese operativo en una sinagoga que había terminado con 1700 personas arrestadas, solo se salvaron esa enfermera y Boris, de seis años. Su padre, que dos años antes se había alistado en el ejército francés para luchar contra los nazis, fue detenido por la Gestapo francesa en su cama de hospital y luego asesinado en los campos de concentración. La madre del pequeño, miembro de la Resistencia, fue arrestada en su propia casa un día después de haber entregado a su hijo a la Beneficencia para salvarlo de lo que parecía un destino inexorable: las cámaras de gas en las que murieron miles de niños judíos.

El pequeño, hijo de padres judíos polacos, también fue detenido un año después por la Gestapo francesa por una denuncia, pero logró escapar y vivió con distintas familias. Ese niño, que mientras duró la guerra utilizó un nombre falso en francés (Jean Laborde), se llama Boris Cyrulnik (1937) y es, desde hace varias décadas, una de las figuras rutilantes de la psiquiatría, la neuropsiquiatría y el psicoanálisis a nivel mundial. Es también el «padre» de la «resiliencia», un concepto que proviene de la física pero que hoy se utiliza y se entiende como la capacidad para transitar la adversidad, superar heridas y traumas y darse un nuevo desarrollo. Los recursos afectivos y simbólicos que recibió de su madre en los primeros años, considera, fueron fundamentales para transitar y superar las adversidades posteriores.

En diálogo con LA NACIÓN, Cyrulnik analiza las consecuencias de la pandemia que desafió al mundo entero. «Es demasiado pronto para hablar de resiliencia porque todavía estamos lidiando con el virus. Más tarde podremos hacerlo y la resiliencia solo será posible si, antes del confinamiento, hemos tenido factores de protección: fuertes redes afectivas, herramientas como el lenguaje, una buena escuela, un salario, un ambiente agradable. Para quienes hayan tenido eso, todo será más fácil; para los que están en un contexto de vulnerabilidad, maltrato, violencia familiar y hacinamiento, el confinamiento es muy difícil y la resiliencia no será imposible pero será improbable», dice Cyrulnik desde su casa en Toulon, Francia.

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Frases Psi – Resiliencia (Boris Cyrulnik)

Frases Psi – Resiliencia (Boris Cyrulnik)

Boris Cyrulnik es un neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés.
Es, desde hace varias décadas, una de las figuras rutilantes de la psiquiatría, la neuropsiquiatría y el psicoanálisis a nivel mundial. Es también el «padre» de la «resiliencia», un concepto que proviene de la física pero que hoy se utiliza y se entiende como la capacidad para transitar la adversidad, superar heridas y traumas y darse un nuevo desarrollo.

Boris Cyrulnik
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Noticias Psi – Programa “Perros de Terapia para Asistencia Judicial”

Un perro acompaña a niños que deben testimoniar

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Fuente – Télam

Artículo – «Experiencia en el Ministerio Público Tutelar-Un perro acompaña a los chicos que deben testimoniar»

Autor: Ludmila Ferrer.

Fuente: Diario Página12 (8 De Octubre de 2019) (2)

Se llama Titán y entretiene a los chicos que deben contar un abuso u otro delito del que fueron víctimas.

Titán es un golden retriever, tiene cinco años y desde ahora, una misión: acompañar a los niños, niñas y adolescentes que deben pasar por la experiencia angustiante de declarar en un proceso judicial. La interacción con el perro ayuda a los chicos a atravesar el momento estresante de contar una situación de violencia o abuso frente a los psicólogos del Poder Judicial. «Una nena que vino a declarar dijo que Titán es lo mejor del Poder Judicial”, celebró la Asesora General Tutelar, Yael Bendel, que implementó el programa de asistencia canina.

Según contó Bendel, hace un año que desde el Ministerio Público Tutelar (MPT) inauguraron el uso de la Sala de Entrevistas Especializada (SEE), en reemplazo de la cámara Gesell. En esta sala no hay un vidrio a través del cual el juez, el fiscal y las partes pueden ver al niño mientras declara, sino que se lo observa a través de múltiples cámaras que hay en el lugar. “Pero los chicos venían a declarar y la angustia (que les provoca revivir una situación traumática) seguía”, detalló Bendel.

Al buscar una solución para este problema, explicó la Asesora Pública Tutelar, encontraron el programa “Perros de Terapia para Asistencia Judicial” que “ya está siendo utilizado en Estados Unidos, Canadá, España, Francia y Chile”. “Queríamos que esa etapa previa a la declaración sea de juego, de diversión, de intercambio de cariño”, afirmó Bendel.

Así comenzó la búsqueda de un perro para incorporar al MPT. En ese momento, Carlos Agudo, uno de los trabajadores del Ministerio que también se dedica a entrenar perros, dijo que él tenía a Titán, que ya trabajaba como perro de terapia con niños. “Titán estaba entrenado para esto”, sostuvo la Asesora Pública Tutelar.

Cuando los niños llegan al MPT para declarar, explicó Bendel, “muchas veces se da que tienen que esperar a que lleguen los jueces”. Esa espera se realiza en una sala pequeña, contigua a la SEE, donde hay sillones, juegos y pueden ser acompañados por Titán. “Los chicos se enteran que está Titán cuando llegan. Por ahora, todos se le tiran encima”, agregó.

Titán está siempre junto a Agudo, que lo tiene con una correa y sólo lo suelta con el consentimiento del niño que va a declarar. “Hay chicos que necesitan más tiempo para entrar en confianza”, afirmó Agudo.

El perro no entra a la SEE porque, acotó Bendel, “no es recomendable”. “La declaración es una etapa que debe durar poco, de un máximo de 45 minutos”, sostuvo, para así evitar el sufrimiento del niño. Por esa razón, quienes declaran no ingresan con el perro ni con juguetes: de esta forma evitan que se distraigan y se reduce el tiempo de la declaración.

Al salir de la SEE, Titán está esperando a los niños. “Lo que vimos hasta ahora es que el relato de los chicos se distiende y muchos quieren salir (de la sala) para reencontrarse con Titi, que es como lo apodaron los chicos”, describió Bendel.

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Noticias Psi – El Psicólogo como Personal Esencial de Salud

La Facultad de Psicología (UBA) Pide que los Psicólogos sean Declarados Personal Esencial de Salud

Noti Psi- El Psicólogo como personal esencial de Salud – UBA

«Los psicólogos piden ser declarados esenciales durante la pandemia» es el titular del diario virtual PERFIL (1), «Piden que los psicólogos sean declarados personal esencial» escribe el Diario digital AMBITO (2), «Casi Cien días de coronavirus en Argentina: La Facultad de Psicología de la UBA piden que sean esenciales» es el título del artículo que publica el Diario digital CLARÍN (3). Como resultado de la publicación del Decano Jorge A. Biglieri el 7 de junio de 2020:

A la Comunidad de la Facultad de Psicología:

El miércoles 3 de junio, tal como lo informara al Consejo Directivo en su reunión informal del lunes 1, envié tres notas del mismo tenor al Presidente Alberto Fernández, al Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y al Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta solicitándoles se exceptúe del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio a la práctica de la Psicología.

Según lo establecido por la normativa vigente se adjuntó a la nota una propuesta de Protocolo para la atención en los consultorios y los consentimientos informados correspondientes elaborados por la Facultad.

Como parte de la fundamentación del pedido se adjuntó también el informe elaborado por el Observatorio de Psicología Social (OPSA) de la Facultad sobre los efectos psicológicos de la pandemia y el ASPO. En estos estudios, al igual que aquellos elaborados por centros de investigación y organismos de salud, relativos a las experiencias recientes de Asia, Europa y EEUU, se puede observar con claridad y a partir del análisis de datos objetivos la asociación entre distintos indicadores psicológicos y las medidas de aislamiento ocasionadas por la pandemia. La duración de la cuarentena se asocia con el aumento en el riesgo de padecer trastornos mentales y malestar psicológico de la población. Al igual que en otras experiencias, en nuestro país se han incrementado estos indicadores a medida que se fue prolongando el aislamiento social preventivo y obligatorio.

Los resultados obtenidos por la investigación del OPSA son consistentes con la bibliografía internacional al respecto, que muestran el efecto negativo de las medidas de aislamiento social o cuarentenas sobre la salud mental de la población.

Las presentaciones mencionadas se suman a las realizadas en el mismo sentido por la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FEPRA) y por la Asociación de Unidades Académicas de Psicología (AUAPSI) el 22 de abril del corriente año de las que participó también nuestra Facultad y que no han tenido respuesta al día de la fecha. Las presentaciones de FEPRA y AUAPSI se realizaron a la Jefatura de Gabinete de Nación.

Las solicitudes que se mencionan tienen su origen en el Decreto 355 del poder Ejecutivo Nacional que en su artículo 2 establece que se exceptúa del ASPO a la “… atención médica y odontológica programada, de carácter preventivo y seguimiento de enfermedades crónicas, con sistema de turno previo” que permite la atención psicoterapéutica por parte de los psiquiatras pero no de los psicólogos.

Si bien se han podido adaptar ciertos tratamientos a la modalidad virtual o telefónica, esto no es posible en una gran cantidad de casos, es decir, que muchos pacientes han tenido que suspender sus tratamientos en medio de un contexto nocivo para la salud mental mientras otros no logran iniciarlo.

Hasta el momento vemos que las medidas tomadas tanto por el Gobierno Nacional como por los gobiernos de la provincia y la ciudad de Buenos Aires tienen un claro sesgo bio-médico entendiendo que la salud es solo física y desconociendo la definición de salud de la OMS que plantea, “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Este sesgo bio-médico produce una peligrosa subestimación de los efectos psicológicos y sociales del ASPO.

Vemos con preocupación que a medida que va aumentando la duración del ASPO en el AMBA se van exceptuando cada vez más oficios, profesiones y actividades comerciales como vendedores de calzado, también la práctica religiosa o salir a correr pero, sin embargo, la población no puede acceder a la consulta psicológica de modo presencial.

En momentos en que el riesgo psicológico producto del aislamiento va aumentando en nuestra sociedad, mantener a los psicólogos impedidos de ejercer su profesión de modo presencial en los casos que lo requieran es muy peligroso para la salud mental de nuestra población.

Esperamos que las Autoridades Nacionales, de Provincia de Buenos Aires y CABA reflexionen y hagan lugar a nuestra solicitud por la salud mental de nuestra sociedad.

Cuídense, quédense en casa.

Saludos cordiales.

Jorge A. Biglieri
Decano

ASPO y Práctica Psicológica – Información del Decano a la Comunidad Académica – 7 de Junio de 2020 (http://www.psi.uba.ar/extension/comunicaciones/boletines/general/2020/07062020.htm)

Fuentes:
1 – Diario PERFIL – Martes 23 Junio, 2020; https://www.perfil.com/noticias/sociedad/psicologos-piden-ser-declarados-trabajadores-esenciales-pandemia-coronavirus.phtml?rd=1
2 – Diario AMBITO – Miércoles 24 Junio 2020; https://www.ambito.com/informacion-general/piden-que-los-psicologos-sean-declarados-personal-esencial-n5112123
3 – Diario CLARIN – https://www.clarin.com/sociedad/coronavirus-argentina-facultad-psicologia-uba-pide-psicologos-personal-esencial-salud_0_S4yrOr0t_.html

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Walter Riso – ¿Por qué sufrimos tanto por amor?

Fragmento del video «La primera lección sobre amor es la dignidad personal”. Walter Riso, psicólogo y escritor

¿Por qué sufrimos tanto por amor? – W. Riso

Walter Riso nos deleita con su enfoque sobre el amor. Empieza hablando del amor en el vínculo de pareja:

«(…)¿ Por qué sufrimos por amor, entonces? Sufrimos por amor porque vamos a una relación con muchos mitos, con mucha creencias. Eso es casi un problema de salud pública, el amor si el 50 % de las personas consulta, entonces hay mucho sufrimiento. ¿Por qué? porque creemos que el amor es para toda la vida y juramos que el amor es para toda la vida; ´Te voy a amar para toda la vida´ pero yo no puedo jurar sobre una emoción. No tengo tanto control para ´amarte para toda la vida´. Puedo jurar y comprometerme en que te voy a respetar, puedo comprometerme a que no te voy a hacer daño intencionalmente. Nos vamos con el mito de que el amor todo lo puede, entonces elegimos mal. Esa es la principal causa. Eso dicen las investigaciones. Porque la persona no es compatible. La gente tiene que tener un acuerdo sobre lo fundamental para estar con alguien (…) ser amigo de la persona y, al mismo tiempo, desearla como un postre y tener agapé, que es cuidado; el cuidado del otro y el cuidado de uno. Si tu dolor no me duele y tu alegría no me alegra entonces estoy muy lejos, muy lejos de tí. La gente va con la idea de que el amor es felicidad. Va con la idea de que el amor todo lo puede. Que el amor es incondicional. Pero yo en el campo en donde más desertores he visto es en el campo del amor.»

Fragmento:

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Fragmento parte I – La Pareja

Sería interesante por definir; ¿qué entendemos por amor ? ¿qué nos dice esa palabra de mí, de mí con los otros y lo que quiero alcanzar en mi vida?

En relación a la pareja, en este momento de aislamiento social, es un reencuentro con ese otro. En donde vuelvo a reconocerme en un hacer y sentir diferente a como venía haciendo y sintiendo antes del aislamiento. Tomando a Riso, llegar a un ACUERDO con ese otro, un sujeto válido como yo.

Riso continúa hablando del amor en relación a los hijos:

«Cuando es el amor a los hijos hay un componente biológico, hay un componente de ´attachment´ que llega de la filogénesis, entonces el amor hacia los hijos sí es incondicional (…) ¿Cómo puedo enseñarle a mi hijo a amar? Uno no puede enseñarle directamente a los hijos a amar. Lo que se puede es generar cierto aprestamiento y ciertas condiciones para cuando crezca y se relacione con alguien tenga ese sustento para relacionarse (…) uno es aprender el concepto de amor personal. el amor sano es digno, tiene límites. tiene límites cuando ya no te quieren; cuando tu autorrealización no se puede llevar a cabo y tus principios. Si le enseñas que la dignidad es que ellos no son medio, no son un objeto, son un fin en sí mismo. Como decía Kant. Implica que ellos van a tener unos principios y unos valores que no son negociables. ni siquiera por amor. por encima del amor. El amor no es el valor más importante. a veces la justicia es más importante que el amor. a veces la honestidad es más importante que el amor. Educar a los niños que la dignidad es muy importante. Decirles que las relaciones son democráticas. Democráticas es que las relaciones son horizontales; que el otro es un sujeto válido y yo también soy un sujeto válido. Qué quiere decir ´un sujeto válido´? quiere decir que vale la pena escucharme porque lo que yo tengo para decir es importante. Lo que más se opone al amor no es el odio; es la indiferencia, es cosificar al otro. A los niños hay que enseñarles a expresar afecto, tener contacto físico.
Bueno, ahora todo el mundo dice: «¿Cómo? El contacto físico con la mascarilla y todo «eso», pero tampoco nos vamos a traumatizar por tres meses que no expresamos afecto, cuando el 50 % de la gente que va a consulta tiene problemas de expresión de afecto. Yo creo que no es así. Lo vamos a recuperar porque es una necesidad básica.
Entonces, cuando unos padres están frente a unos hijos, que ese es el problema, ahora que están en el encierro, los niños observan más de lo que observaban antes. Y los niños hacen más lo que ven hacer, que lo que se les dice que hagan. Es decir, la imitación está ahí como un factor de aprendizaje. Entonces, uno dice: «Entre nosotros, doctor, no hay violencia. Nosotros nos respetamos», pero la pregunta es: se respetan, perfecto, ¿pero se aman en términos de expresión de afecto?»

Fragmento del video:

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Video Completo:

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«La primera lección sobre amor es la dignidad personal” .Walter Riso

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Nota psi – ¿Qué te vino a decir el coronavirus? Basado en el video de Pilar Sordo

Pilar Sordo, es psicóloga, escritora y conferencista. Forma parte del cuadro de honor de las 21 personas más influyentes de su país, Chile

Nota Psi – ¿Qué te vino a decir el Coronavirus? Basado en el video de Pilar Sordo

María del Pilar Sordo Martínez

En este video la psicóloga, escritora y conferencista nos invita a reflexionar sobre una pregunta; Y que una vez que respondas esa pregunta te despojes de lo que dicen los medios, lo que dice el afuera y puedas volver a preguntarte ¿qué te vino a decir el CORONAVIRUS?.

Pilar nos cuenta que se vio en la incertidumbre cuando le hicieron esa pregunta y que la invitó a un proceso de «reflexión profunda», que tardó días en pensar una respuesta; que pasado el tiempo, podría ser otra la respuesta o no. Que dentro de esto común que nos pasa a todos; no a todos el virus tocó a la puerta de la misma manera:

«(…) este virus vino a tocar la puerta de la humanidad completa, pero no a todos le vino a decir lo mismo. Hay gente que le viene a decir cosas como muy dolorosas, como la pérdida del trabajo, como la muerte de algún ser querido, enfermedad de alguien, el susto de adquirir esa enfermedad. A otros les vendrá a decir que hay que salir a la calle a ayudar, a acompañar a enfermos si es que trabajan en el área de la salud, si trabaja en un banco en tratar de acompañar a la gente en los problemas económicos. Entonces creo que era un buen elemento para preguntarnos, para poder ver juntos ´¿qué me vino a decir a mí? Da la sensación a que uno se demora más en contestar, eso es lo que me pasó a mí (…) lo que vino a decir seguramente tendrá que ver con cosas por resolver y que en este ´detente´ del proceso nos hace mirar que el volumen de todo lo de afuera tendió a bajar en intensidad pero lo de adentro tendió a aumentar, de aquellas cosas que pareciera que naturalmente tenemos que resolver.»

«(…) ¿qué me vienen a decir? porque puede ser que me esté haciendo una invitación, puede ser que me esté haciendo un reclamo, puede ser que me esté mostrando un conflicto o puede ser que me esté enfrentando a mis oscuridades o miserias más profundas, puede ser que me esté enfrentando a un dolor o a una tremenda alegría, puede ser que me esté invitando a una reinvención, a hacerme preguntas sobre mis sueños, sobre las cosas que están pendientes (…)»

«Aquellas cosas que parece que tenemos que resolver» tomo esta frase y el atrevimiento de preguntar ¿hay algo que tengamos que resolver? ¿Nos vemos en la obligación de resolver algo? ¿ de hacer algo en este tiempo de aislamiento social? Recurro a una pregunta de Roxana Modernel, Directora de Analema Coaching, en su seminario de Programa de habilidades para el entorno laboral ´El Futuro del Trabajo´ (1), «¿qué pasa si no haces nada? ¿si no haces ningún un curso online, si no pintas la casa, etc?»

Pilar nos regala su punto de vista frente al contexto de la pandemia apuntando a esa herramienta que es propia del ser humano, la introspección, la posibilidad de pensarse en sus acciones y de quién viene siendo, quién quiere ser hoy y después del coronavirus.

«escuchar el mensaje que el virus trajo a la casa, a domicilio (…) que afectó a millones de seres humanos y que a todos nos diga algo diferente… a lo mejor nos podríamos adaptar en grupos? podríamos juntarnos con los que nos dio una oportunidad, a todos los que nos está mostrando un dolor, a todos los que nos hace resolver conflictos y a lo mejor se podría hacer una investigación estadística, pero da lo mismo. Yo creo que en lo profundo del ser humano, a todos y a cada uno de nosotros nos dijo algo diferente. Eso me parece tan potente, porque a demás es al mismo tiempo y quizás en un año más, vamos a decir otras cosas que ese virus nos vino a decir. Vamos a sacar otras conclusiones (…) cuando esto pase vamos a poner a prueba eso que dijimos que queríamos modificar (…) ¿No les parece mágico que este virus te deje un mensaje, un mensaje a tí distinto a mí, que te invite a aprender algo distinto a mí, que te haga reflexionar o no distinto a mí? Si el virus toca a tu puerta implícita o explícitamente qué te vino a decir? ¿Qué te vino a mostrar?»

Al escuchar a las personas de mi entorno y en sesiones de conversaciones individuales, declarar frases como «pasando la situación como se puede», con todas sus variantes y conectados con la incertidumbre, con la tristeza, la ansiedad, enojo, la falta o exceso de sueño, desórdenes en la alimentación, dolores corporales, vuelvo a conectar con eso que nos define como SERES HUMANOS.

Algo externo se nos impuso, algo del entorno apretó el botón de STOP y generó efectos (sean positivos o negativos, depende de cada persona, como sujeto único e irrepetible): en nuestro lenguaje, apareciendo una nueva forma de comunicación, cuando quiero dirigirme, acercarme a un otro (eso que nos define como seres sociables); cambios de hábitos, de hacer distinto a como veníamos haciendo dando un giro a la mirada que teníamos a principio de año de lo que queríamos alcanzar; un cambio en nuestras emociones, en nuestros estados de ánimo y en nuestro cuerpo. Como un reaprender a vernos o aprender a hacer en un contexto diferente, como un TODO.

Y, como conclusión, siguiendo a Pilar cuando dice «en este ´detente´ del proceso nos hace mirar que el volumen de todo lo de afuera tendió a bajar en intensidad pero lo de adentro tendió a aumentar», en mi escucha invito al otro (y me invito cada vez que lo digo) a pensar que la vida, el afuera puso pausa a algunas cosas, que el tiempo cronológico se percibe diferente ¿qué pasaría si pensas a este tiempo como un regalo? Sólo para vos ¿qué harías con este regalo? ¿Y si pudieras verlo como una oportunidad? Como una, única e irrepetible porque no habrá otra como esta. Habrá otras pero no ésta. ¿Qué harías? ¿Estoy solo cuando pienso en este regalo o con otros? ¿cómo me gustaría sentirme?

Dejo a continuación el video completo de Pilar Sordo «¿Qué te vino a decir a ti el coronavirus? «

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Pilar Sordo

Marcela E. Maldonado
Marcela E. Maldonado

Administrador de Psicopsi

1 – PRIMER SEMINARIO ´Resolución de Problemas´ DEL Programa de habilidades para el entorno laboral ´El Futuro del Trabajo´ – WWW.ANALEMA.COM.AR

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Noty Psi – Una mirada sobre los efectos subjetivos y el psicoanálisis frente a la pandemia

En psicoanálisis, cuando nos referimos a lo subjetivo no apuntamos a un objeto o hecho en sí, sino a la lectura que alguien tiene sobre ese hecho (la pandemia actual en nuestro caso), lectura que se expresa por medio del lenguaje; de allí la consideración del efecto sujeto como marca nominal de la enunciación. La conclusión será relativa, es decir, estará afectada por el contexto de quien la interpreta y el universo de sus intereses. Por eso, cada persona, una por una, responderá ante esto de diversos modos. En este sentido, hay un límite para hacer afirmaciones universales al respecto.

No obstante, estamos observando respuestas singulares, que impiden la comparación de unos con otros, pero sobre la base de un elemento universal que nos comprende a todos. Los seres humanos somos hablantes y el lenguaje -como diría Lacan– es una estructura que nos modifica, altera nuestra naturaleza, condicionando todo lo que podría ser del orden del instinto y lo natural. Uno de los efectos fundamentales del lenguaje sobre los seres humanos es que nos hace seres sociales y culturales. Podría objetarse que hay animales que viven en sociedad (las hormigas, por ejemplo) pero cabe señalar que carecen de la dimensión cultural que implica el lenguaje, el significante. Para los hablantes cuentan ambas dimensiones. Hablamos a otros y cuando otro habla sentimos que nos habla, o nos buscamos en su discurso a ver qué lugar nos reserva. Necesitamos imperiosamente hablar a otros, con otros y de otros. Incluso cuando hablamos con nosotros mismos somos dos, el que habla y a quien se habla.

A casi 70 días de encierro y distanciamiento social, y con un crecimiento notable del número de contagios, es factible decir sin temor a errar que el sentimiento de incertidumbre y la angustia se han generalizado. Cuando las coordenadas cambian tan abrupta y radicalmente, el tiempo subjetivo de elaboración -variable de persona a persona- puede infinitizarse y, mientras tanto, el padecimiento incrementarse, pasando del miedo inicial -esperable-, a la inhibición, el impedimento y el embarazo: experiencia de la castración que puede derivar en una angustia desregulada, que exige una intervención directa.

La angustia es un afecto muy particular que se distingue de otros afectos porque constituye una respuesta ante una situación de pérdida de las referencias, de desorientación respecto de una realidad que cambió bruscamente. Cuando alguien se siente desamparado y desvalido, puede desencadenarse una angustia sin representación, ante la que pueden faltar los recursos para enfrentarla. Me refiero, no solo a recursos económicos, sino a recursos subjetivos. Las circunstancias que estamos transitando, en medio de una pandemia y de una cuarentena, implican una crisis de sentido donde a mucha gente se le ha desdibujado el horizonte, el futuro, hacia dónde iba y se proyectaba y quedó detenido entre lo que era antes de la pandemia y lo que iba ser. Este tiempo de suspensión, se vive como sinsentido y se traduce en angustia:

“la angustia, en esa relación tan extraordinariamente evanescente en la que se nos manifiesta, surge en cada ocasión cuando el sujeto se encuentra, aunque sea de forma insensible, despegado de su existencia […] En resumen, la angustia es correlativa del momento de suspensión del sujeto, en un tiempo en el que ya no sabe dónde está, hacia un tiempo en el que va a ser algo en lo que ya nunca podrá reconocerse”[1].

Esto lo estamos verificando hoy en la situación de encierro obligatorio. La angustia se está volviendo pandémica y si bien es cierto que la cuarentena es una medida epidemiológicamente correcta, es imperioso que sus efectos psíquicos sean tratados. Si la angustia es el único afecto que no engaña[2], es índice de que algo está mal. Y nadie soporta vivir mucho tiempo inmerso en la angustia, a punto que indefectiblemente derivará en algo peor si no se lo trata adecuadamente y a tiempo. Por eso, no deberían subestimarse sus efectos. Pues puede ser un factor causante de enfermedades, psicológicas u orgánicas, tales como depresión, hipocondría, ataques de pánico, síntomas corporales y desencadenamiento de enfermedades orgánicas que estaban “latentes”, pero también de nuevos conflictos vinculares e incluso accidentes domésticos. En un extremo, pasajes al acto pueden ser motivados por una intensa angustia sin tramitación.

El tratamiento psicoanalítico de la angustia entraña poder empezar a poner palabras esa angustia, mediatizándola con representaciones que permitan al sujeto reconstruir el entramado simbólico en el que sostener una realidad vivible y soportable aún en tiempos de pandemia. El lazo analítico, la transferencia, es el operador central en este tratamiento, pues hablar es considerar al otro, es discurso, es lazo social, y esto es lo que nos mantiene vivos y nos hace, fundamentalmente, humanos. Eso permitirá salir de ese tiempo de suspensión y sinsentido para que el deseo vuelva a ser una orientación para la acción que le permita proyectarse, imaginarse en un futuro menos incierto. Lacan decía: hay que dosificar la angustia. De ese modo, progresivamente, la angustia desorganizante, respuesta ante lo traumático, podrá ir transformándose en otra cosa. Una angustia “operativa” que reinstale el deseo y su causa, aplastada por el encierro, la soledad y la distancia de los lazos afectivos.

Hoy por hoy, en la actual situación, el “ciberanálisis” u otros tipos de “teleterapia” (terapia a distancia) son un recurso válido. Y lo estamos haciendo, muchos analistas estamos atendiendo por teléfono, redes sociales y aplicaciones digitales. Pero hay casos en que esto ya no alcanza. Cuando estos recursos tecnológicos no alcanzan para aliviar el sufrimiento psíquico de un paciente y su terapeuta evalúa que su salud en general se pone en riesgo, es necesario el tratamiento presencial. Por ello, es imperioso empezar a habilitar la atención psicológica en consultorios particulares de los pacientes que efectivamente lo necesiten, por supuesto respetando un estricto protocolo de seguridad, higiene y distanciamiento, que no ponga en riesgo la salud médica.

Se han hecho habituales recientemente una multiplicidad de recomendaciones y sugerencias de distinta índole y diverso origen, que son muy válidas, pero siempre y cuando se tenga presente que cuando ese recurso ya no alcanza, se debe recurrir a los profesionales que nos ocupamos de la salud mental. Gracias a la formación en la Universidad pública y gratuita, el psicoanálisis está instalado en nuestra sociedad como una respuesta a la mano de cualquiera para responder a su sufrimiento. Tanto a nivel privado como a nivel público: infinidad de psicólogos de planta de todo el país trabajando en servicios de salud mental y psicopatología, concurrentes y residentes, los colman atendiendo a todo y todos, en condiciones a veces difíciles, haciéndose cargo de la salud mental de la mayoría de la población, sobre todo de escasos recursos. Están en la primera línea y se los debemos agradecer, pues han sabido enfrentar situaciones críticas desde siempre. Y por eso, profesionalmente están capacitados para responder ante lo que nos toca vivir.

El uso frecuente de metáforas bélicas para calificar la actualidad me hizo recordar que Lacan decía que, si tomamos la dirección de la cura como una guerra, debemos ser absolutamente libres a la hora de intervenir, y que eso está supeditado a los fines, a dónde queremos llegar. Pues bien, hoy a lo que queremos llegar es a que cada paciente encuentre su modo de lidiar con los efectos subjetivos que esta situación le trae.[3] Estemos dispuestos al diálogo, a escuchar, a responder a las demandas, a modularlas cuando sean impracticables, a soportar la angustia del que nos llama con desesperación. Tenemos que estar dispuestos a adaptar nuestro marco teórico y nuestro dispositivo a la situación actual. Eso es lo que Lacan pregonaba cuando decía que el analista ha de unir su horizonte a la subjetividad de la época. Lo que este momento nos exige es responder. El contexto actual exige que seamos abiertos y renunciemos a dogmatismos. Como decía Lacan: “hagan como yo, no me imiten”.

[1] Lacan, J. (1956-57/1994). El Seminario. Libro 4: Las relaciones de objeto. Barcelona: Paidós, pág. 228.

[2] Lacan, J. (1962-63/2006). El Seminario. Libro 10: La angustia. Buenos Aires: Paidós.

[3] Un desarrollo al respecto se encuentra en la reciente publicación gratuita de la Revista Imago Agenda. Cf. Muñoz, P. (2020). Ciberanálisis. El dispositivo analítico en tiempos de coronavirus. En eBook: El deseo en cuarentena. El psicoanálisis después de la pandemia. Libro 1. Buenos Aires: Letra Viva, 2020, pp. 111-134. Link: https://letravivalibros.publica.la/library/publication/imago-agenda-libro-1-el-deseo-en-cuarentena-numero-especial-1588955862?require_login=1

Link: http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=818:efectos-subjetivos-psicologicos-pandemia&catid=9:perspectivas&Itemid=1

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Destacado

Noty Psi: Aspectos psicosociales de las personas mayores en cuarentena

Aspectos psicosociales de las personas mayores en cuarentena. Intersecciones Psi

Aspectos Psicosociales de las personas mayores en cuarentena- Intersecciones Psi

Autores: RICARDO IACUB, CHRISTIAN ARIAS, ANA KASS, BÁRBARA HERRMANN, SOLANGE VAL, LUCIANA SLIPAKOFF, Y MARIANA GIL DE MUR

Fuente: Intersecciones Psi (Revista Electrónica de la Facultad de Psicología – UBA) AÑO 10 – NÚMERO 35 – JUNIO 2020

Las personas mayores han sido identificadas, en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio, debido al COVID 19, como uno de los grupos en riesgo. Razón que motivó desde la Cátedra de Psicología de la Tercera Edad y Vejez de la U.B.A, a indagar de qué modo, y en qué aspectos psicosociales, esta situación les afecta. De esta manera, se proyectó una encuesta en la que se investigaron aspectos anímicos, emocionales, conductuales, cognitivos, de apoyo social e instrumental, así como modos de enfrentar la pandemia. Para desde allí dar cuenta de la situación actual, de manera de poder diseñar abordajes que prioricen las necesidades, en este contexto tan particular y sin antecedentes.

El instrumento de recolección de datos es un cuestionario diseñado ad-hoc por especialistas en la temática. Fue administrado por alumnos e integrantes de la Cátedra, previa capacitación sobre su administración.

Se aplicó, de manera voluntaria, a personas mayores de 60 años que residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrevista fue administrada telefónicamente, previo consentimiento informado.

OBJETIVOS

  • Identificar posibles cambios de hábitos y rutinas de la vida cotidiana en las personas mayores a partir del inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
  • Conocer los estados de ánimo y preocupaciones que prevalecen en esta franja etaria durante el período de cuarentena.
  • Registrar los principales aspectos que favorecen y que dificultan atravesar esta situación.
  • Indagar si las personas mayores cuentan con redes de apoyo durante este período particular y sobre las formas de comunicación que establecieron.

CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA

La muestra quedó conformada por 758 personas mayores de 60 años, residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Compuesta por el 70.4% de mujeres y el 29.6% de varones.

El 67,9% tiene entre 60 y 74 años y el 32,1% tiene 75 años y más.

Los niveles educativos quedaron conformados por: hasta primaria completa 13,9%, secundaria incompleta 12,8%, secundaria completa- terciario- universitario incompleto 37%, y terciario- universitario completo y más 36,1%.

El 41,1% de las personas encuestadas vive sola, el 15,8% con una persona, el 25,6% con dos personas, el 10,7% con tres y el 7% con más de tres personas.

El 67,1% está jubilada y retirada, el 22,1% trabaja y el 10,8% está jubilada, retirada y trabaja.

Las variables que se tomaron para el análisis de los datos fueron: género, edad (60-74 años y 75 años y más), actividad (jubilado – pensionado; trabajador activo, y jubilado pensionado laboralmente activo) y nivel educativo.

Las categorías, en las que se incluyeron los códigos, fueron definidas de este modo:

  • Hábitos y rutinas de la vida cotidiana: se describen los cambios percibidos relativos a las actividades de la vida diaria, tales como dormir, alimentarse, tiempo acostado, limpieza e higiene, salidas, actividad sexual. A su vez, se indaga sobre los cambios en consumos, potencialmente problemáticos, tales como benzodiacepinas, alcohol, drogas y tabaco.
  • Aspectos emocionales y psicológicos: se investigan las emociones emergentes en este contexto particular, tales como ansiedad, tristeza, irritabilidad, miedo, las preocupaciones por el factor económico y temor a la muerte. Se indagan los niveles de aburrimiento y diversión alcanzados y los recursos psicológicos de afrontamiento.
  • Comunicación y compañía: se describen las formas de contacto que se produjeron durante la cuarentena, los mecanismos que se utilizaron, la efectividad de los intercambios afectivos e instrumentales, y los cambios y conflictos en función de la convivencia en cuarentena.
  • Actividades recreativas y de desarrollo personal: se refiere a las actividades físicas, culinarias, literarias y cognitivas que implementaron las personas mayores en este contexto de cuarentena. También se indaga sobre los aprendizajes adquiridos durante este período, tanto de actividades como de recursos internos.

Hábitos y rutinas de la vida cotidiana:

En términos generales se observan pocos cambios de hábitos en las personas mayores encuestadas, lo cual se asociaría al factor ajuste requerido ante el nuevo contexto. Este grupo etario, por estar mayormente jubilados, suelen estar más acostumbrados que otros a pasar más tiempo en sus casas.

En relación al cuidado de la calidad de vida y de las rutinas, los cambios fueron más relevantes en los niveles educativos medios y altos.

De acuerdo a los datos recabados en la encuesta en relación al modo de alimentarse y del sueño, más de la mitad de los encuestados no refieren que haya habido cambios a causa de la cuarentena. Alrededor del 40% manifiesta “pocos cambios” y sólo un porcentaje mínimo refiere “cambios importantes”.

Según el género como variable, hay más cambios en las mujeres que en los varones respecto de la alimentación, y más cambios en los varones respecto del sueño.

Según la edad, los menores de 75 años identificaron más cambios negativos sobre la forma de alimentación que los mayores de esa edad. Con respecto a las horas de sueño, se incrementaron más en los entrevistados mayores de 75 años.

Al consultar sobre el tiempo que pasan acostados (no necesariamente durmiendo) los encuestados con menor nivel de formación informaron que pasan más tiempo acostados y, según el género, son los varones quienes lo hacen más.

Respecto de los cuidados higiénicos y la limpieza del hogar, se observa un cambio más significativo en todos, ya que la cuarentena modificó la cotidianeidad, pero son los menores de 75 años quienes se preocupan más por dichos cuidados (63,9% a 48,1%). Y según el género tanto a varones como a mujeres la higiene les preocupa “mucho”.

La reorganización de los hábitos dentro del hogar fue más simple para las mujeres, ya que suelen tener allí más actividades que los varones; y fue más sencillo en los niveles educativos más altos en tanto encuentran más intereses para desarrollar, adaptándose mejor a la situación.

Respecto de las salidas, el 70% de los encuestados salió para comprar, el 48.2% para ir al banco, y el 26.2% para atenderse por salud, incluyendo en este código la salida para vacunarse, y solo el 15.5% no salió de la casa.

Según el género, son los varones quienes más salieron; sobre todo para ir al banco y para comprar. Son también los varones con menor nivel educativo quienes salieron más que las mujeres (71% a 31,7%) y a medida que aumentan los niveles educativos se equiparan los porcentajes de salidas.

Según la edad, los mayores de 75 años salen menos a comprar que los de 60 a 74, pero salen más a realizar pagos. Solo un 16,9% de los mayores de 75 no salieron nunca, mientras que los menores de 75 años solo un 4% no salió.

En relación con la sexualidad, más allá de que los cambios referidos tienen un índice bajo, son los varones, los menores de 75 años y los encuestados con mayor nivel educativo quienes más expresan diferencias en este aspecto.

Con relación al consumo de psicofármacos, tabaco y alcohol no se observan cambios con la cuarentena.

Aspectos emocionales y psicológicos:

Con relación a los aspectos emocionales y psicológicos se observa que la tristeza aparece mayoritariamente entre “un poco” (59,2%) y “nada” (32,7%). Las mujeres y los mayores de 75 años lo expresaron algo más (62% de las mujeres manifiestan sentirse algo tristes mientras que los varones sólo en el 51% de los casos)

La mayoría (60% de las personas encuestadas) encuentra cambios moderados con respecto a la ansiedad (definida por “nervios, preocupación y temor”), manifestándose más en las mujeres, aunque la diferencia no es significativa en relación a la población general. Los niveles educativos más altos y los mayores de 75 años cuentan con más recursos frente a esta emoción.

La preocupación por lo económico aparece destacado en los jubilados, especialmente en relación al bienestar de los seres queridos (10% lo refiere por el bienestar de los seres queridos como principal preocupación) y, en los que aún trabajan, dicha preocupación se expresa en términos personales (23,4% de las personas mayores que trabajan manifiestan esta preocupación mientras que en el resto de la muestra el porcentaje desciende a 16,2%).

Cuando se pregunta por el miedo (lo que implicaría un sucedáneo aumentado de las preguntas anteriores) las respuestas de “nada” (38,5%) y “poco” (51,2%) aumentan notoriamente, lo que indica un mayor control psicológico frente a la pandemia.

Observamos que los encuestados que presentan más ansiedad, también muestran miedo (las mujeres, las personas con niveles educativos más bajos y los más jóvenes), aunque en valores notoriamente menores.

Las respuestas que aluden a la irritabilidad y la dificultad en la concentración aparecen entre una mayoría que no percibe ningún cambio, y un porcentaje mediano que señala “un poco”. La irritabilidad aparece más entre los más jóvenes y en varones, y la dificultad en la concentración entre los niveles con mayor formación educativa, las mujeres y los más jóvenes.

El aburrimiento y el divertirse son consonantes, ya que la muestra encuestada parece mantener una vivencia positiva de “poco” o “nada” aburrimiento (45,5% y 40,5% respectivamente) y “poco” o “mucho” divertimento (73,3% y 20,7%). Las mujeres se divierten más que los varones (indican divertirse mucho un 22,8 % de las mujeres mientras los varones en un 15,7%), quienes encontrarían más divertimento en el salir; y en los niveles educativos más bajos aparece más el aburrimiento, ya que tendrían menos recursos para entretenerse en la casa.

Si relacionamos este apartado con las preguntas abiertas sobre facilitadores y aprendizajes se desprende que hubo un aprendizaje de un desarrollo emocional asociado con paciencia, tolerancia y altruismo.

Comunicación y compañía:

En términos generales, la gente se encuentra conforme con la comunicación que mantiene tanto con su familia como con compañeros y amigos, siendo las mujeres quienes expresan mayores niveles de conformidad.

Indagar sobre la comunicación y la conformidad respecto a la misma, son cuestiones que se imponen como centrales, dado que incluso al preguntar sobre aquellos aspectos que facilitan el atravesamiento de la cuarentena, la comunicación en términos de “mantenerse comunicados”, se presenta como un dato significativo. Un 20% de los encuestados identifican como facilitador el hecho de mantenerse comunicados con sus allegados, señalando el uso de herramientas tecnológicas como claros medios para lograr sus objetivos de intercambio social, con el sentimiento de bienestar que éste produce.

Un porcentaje significativo de personas mayores han logrado aprendizajes, no solo en el uso de las herramientas propiamente dichas, si no en la capacidad de desarrollar vías alternativas de comunicación para mantenerse conectados a otros, ya sea en el entorno familiar, como en el plano social. Tal es así, que un 18% de los encuestados identificó como principal aprendizaje el uso herramientas tecnológicas, ubicándose éste como el mayor aprendizaje señalado.

En línea con lo antedicho, al indagar sobre los cambios que perciben las personas mayores sobre el uso de internet y redes sociales, encontramos que el 37,4% de las personas encuestadas percibe cambios moderados en su acceso a estos medios y un 46,3% cambios altos. Quienes mayores niveles educativos alcanzaron manifiestan haber modificado más su acceso a estas tecnologías. Cabe destacar que el uso de internet, redes sociales y plataformas virtuales pueden darse con objetivos diferentes, ya sea para la comunicación propiamente dicha, así como también con fines de entretenimiento, de encuentro y otros objetivos en el plano educacional, como ser un curso virtual.

Si observamos los resultados obtenidos con relación a la percepción de compañías por parte de las personas mayores, encontramos que los medios de comunicación clásicos, como la radio y la tv, proveen compañía y son utilizados para recibir información sobre la pandemia. Las personas de menores niveles educativos son quienes más manifiestan sentir “mucha” compañía por estos medios.

En relación a los vínculos con las personas con quienes conviven las personas mayores, se han identificado niveles bajos de conflictividad. Un 73,3% manifiesta no haber notado cambios, un 24,3% refiere cambios moderados y sólo un 2,3% manifiesta cambios altos. La presencia de conflictos queda mayormente asociada a la población de entre 60 y 74 años, pero cabe destacar que en los mayores de 75 años encontramos un porcentaje significativamente mayor de personas que viven solas.

Otra pregunta destacada, a la hora de indagar sobre la comunicación y la compañía, se expresó en términos de: “a quién recurre en caso de necesitar ayuda”. Así se ha identificado que las personas mayores encuentran en el entorno familiar la principal fuente de apoyo (siendo los/as hijos/as quienes se ubican en primer lugar, luego la pareja y posteriormente otros vínculos familiares). Otro dato a destacar, que resulta un reflejo también de las redes de apoyo construidas por las personas mayores en la Ciudad de Buenos Aires, es la aparición de la figura del “encargado de edificio” como una fuente de apoyo válida. Un 2% de los encuestados lo identifican como principal figura a la cual recurren en caso de necesitar ayuda.

En línea con la importancia que las personas mayores le otorgan a la comunicación y la compañía en este período, se pudo identificar como una de las dificultades más relevantes el encierro y el sentimiento de soledad con la falta de contacto cercano (por ej.: abrazar), que no puede ser reemplazado por otras formas de contactos, siendo lo que más se extraña el estar con otros.

Actividades de desarrollo personal:

En este apartado se describen los diversos tipos de actividades que las personas mayores realizan, ya sean físicas, de estimulación cognitiva, recreativas o aquellas otras actividades significativas de desarrollo personal. En términos generales las puntuaciones indican que hubo pocos cambios en relación al período anterior a la cuarentena, lo cual representaría un dato positivo al reflejar que no se han abandonado las prácticas ya adquiridas y que, incluso, se han incorporado nuevas.

La mayoría de las personas mayores de 60 años se encuentran realizando actividad física en sus casas. Un 52,4% de las personas refiere realizar “un poco” y un 11,1% “mucha” actividad. En este punto no se evidencian diferencias significativas en relación al género o la edad de las personas pero sí en cuanto al nivel educativo alcanzado. Las personas de mayor nivel educativo son quienes más actividad física realizan.

Al indagar sobre la realización de actividades de estimulación cognitiva se observa que las personas mayores ejercitan estas funciones “un poco” en un 48,4% de los casos y “mucho” en un 17,7% mientras que el 33,9% restante no realiza este tipo de actividades. Esta tendencia sólo se ve afectada por el nivel educativo alcanzado por las personas. En el caso de quienes cuentan con menores niveles educativos, un 48,5% de las personas mayores que no realizan ninguna actividad de estimulación cognitiva mientras que, en los niveles educativos más altos, se observan porcentajes cercanos a la media general (50% realiza “un poco” de actividad y 20% “mucho”, tanto en los niveles medios como en los altos).

Se han identificado, también, otro tipo de actividades significativas de desarrollo personal ante la pregunta que indaga sobre los principales aprendizajes en la cuarentena. El 15% de los encuestados refirió dedicarse a las actividades culinarias, otro 15% mencionó actividades ligadas al desarrollo de la paciencia, la tolerancia, el altruismo (sobre todo en quienes no se encuentran trabajando actualmente), y un 8.4% refirió actividades creativas y reflexivas. Estos datos dan cuenta de la importancia del desarrollo de aspectos psicológicos internos como la calma, la creatividad, el buen humor, destacando cómo las personas mayores se apoyaron sobre éstos y, al mismo tiempo, los cultivaron.

Cabe señalar que los encuestados de bajo nivel educativo respondieron en un 37% no haber aprendido nada, con diferencias significativas frente a los otros niveles (24% nivel medio y 15,3% el nivel alto). Así como también, los mayores de 75 años son quienes más refieren no percibir aprendizajes en este período de tiempo.

Por otro lado, se destaca que el hecho de permanecer activos ha sido identificado como uno de los principales facilitadores para atravesar la cuarentena, siendo que un 20% de los encuestados lo ha referido.

Además, es posible identificar la importancia de estar en actividad en las respuestas sobre lo que las personas más extrañan, ocupando las salidas, tanto recreativas como paseos programados, el segundo lugar con un 29% de respuestas (el primer lugar, con un 47% de respuestas, se ubicó el contacto con los seres queridos). Son las personas mayores de 75 años quienes más extrañan las salidas (35,4% frente al 26,1% de las personas de entre 60 y 64 años).

Conclusiones generales

Esta encuesta muestra datos positivos con relación a los modos de vivenciar esta etapa, presentando pocos cambios de hábitos. El factor ajuste ante los nuevos contextos explica, en buena medida, por qué los hábitos no parecen haber cambiado notoriamente, más que nada en mujeres, personas más viejas, jubilados que no trabajan y aquellos que no son jubilados.

Existen factores que podrían explicar la mayor expresión emocional, tanto positiva como negativa, asociables con narrativas de género en esta generación.

Los niveles educativos aparecen como una de las variables de mayor peso en la determinación de los recursos emocionales, la satisfacción con la comunicación y el control de los hábitos saludables.

La edad se presenta como una variable más compleja en la que los niveles de ocupación laboral se entrecruzan fuertemente, y donde los más jóvenes cuentan con más actividades, aprendizajes, salidas pero con más preocupaciones que los de 75 años y más.

Es posible, a partir de los datos relevados, inferir una mejor regulación emocional que permite una moderación en las emociones negativas. Aun cuando se presente un aumento en la ansiedad, disminuye la intensidad cuando la pregunta aborda los miedos o los pensamientos recurrentes sobre la muerte.

Se destaca, entre los facilitadores para atravesar la cuarentena, un fuerte apoyo en recursos internos como la tolerancia, la paciencia, mantener el buen humor, tener capacidad de adaptación, mantener la calma y ser creativos. Todo esto indicaría un control secundario, es decir la capacidad de postergar lo que no se puede realizar o realizarlo a través de otros o simplemente modificar el deseo, cuando no se encuentra la posibilidad de efectivizarlo.

Estas observaciones podrían explicarse por la teoría propuesta por Heckhausen y Schulz`s (1995) sobre el intento de control personal, en el que se diferencian: «el primario, referido a los intentos de lograr efectos en el ambiente inmediato a través de la influencia directa sobre el mundo externo; y el secundario, focalizado en el sí mismo, que busca modificar aquellos intereses que no estén al alcance de la influencia directa sobre el ambiente inmediato». El primero de ellos es más importante hasta la mediana edad; mientras que el secundario tiene un incremento más tardío, que se evidencia en la vejez. Este cambio se corresponde con una pérdida del control directo y un progresivo incremento de la atención a los procesos emocionales, lo cual explica el desarrollo en este aspecto que se puede encontrar en este tiempo de adversidad.

Por otro lado, sería posible asociarlo con el efecto de positividad (Carstensen & Mikels, 2005) definido como «el cambio de la selección de la información negativa hacia la positiva que se produce en la edad avanzada» que implicaría la «priorización de las gratificaciones emocionales actuales llevando a que los adultos mayores sean más sensibles a la información positiva y menos a la negativa, o a buscar evitarla» (Iacub, 2013).

Todo esto constituiría un sostén al concepto de la paradoja de la vejez (Mrozek y Kolarz, 1998), que muestra que, más allá de tener más pérdidas biológicas, psicológicas y sociales, el nivel de bienestar suele ser alto.

Es importante tener en cuenta que estos mecanismos resultan posibles en escenarios medianamente controlables como los que hasta el momento estamos observando. Sin embargo, la encuesta no nos brinda más que una lectura actual de este escenario de pandemia y cuarentena y no es posible saber en qué medida puede sostenerse si se agravan los escenarios o se extienden por períodos más prolongados.

Bibliografía:

Birditt, K.S., Fingerman, K.L. & Almeida, D.M. (2005). Age differences in exposure and reactions to interpersonal tensions: A daily diary study. Psychology and Aging, 20, 330340.

Blanchard-Fields, F. (2007). Solución diaria de problemas y emociones: una perspectiva de desarrollo para adultos. Direcciones actuales en ciencia psicológica, 16, 26-31.

Carstensen, L.L. & Mikels, J.A. (2005). At the intersection of emotion and cognition: Aging and the positivity effect. Current Directions in PsychologicalScience, 14, 117-121.

Mrozek, DK y CM Kolarz: 1998, ‘El efecto de la edad sobre el afecto positivo y negativo: una perspectiva de desarrollo sobre la felicidad’, Journal of Personality and Social Psychology 75, pp. 1333-1349.

Iacub, R. (2013) Identidad y envejecimiento. Paidós: Buenos Aires.

Iacub, R. (2013) Las emociones en el curso de la vida. Un marco conceptual. Revista Temática Kairós―Las emociones a través del curso vital y la Vejez‖, pp.15-39. Online ISSN

Stawski, RS, Sliwinski, MJ, Almeida, DM y Smyth, JM (2008). Exposición reportada y reactividad emocional a los estresores diarios: los roles de la edad adulta y el estrés global percibido. Psicología y envejecimiento, 23, 52-61.

Link: http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=823:aspectos-psicosociales-de-las-personas-mayores-en-cuarentena&catid=9:perspectivas&Itemid=1

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Destacado

Noty Psi – Deshabitar los hábitos: sujetos a prueba. Las prácticas de los psicólogos en época de covid-19

Autor: MARCELO FERRARO
Fuente: Intersecciones Psi (Revista Electrónica de la Facultad de Psicología – UBA) AÑO 10 – NÚMERO 35 – JUNIO 2020

Deshabilitar los hábitos: Sujetos a Prueba. Las prácticas de los psicólogos en época de Covid-19

No es desde un solo dispositivo de pensamiento, un discurso, que podemos pensar la novedad mundial de este suceso. Escenas de la actualidad nos remiten a situaciones de la guerra, las cuales Freud vivió, pensó y recorremos parte de esa escritura. Conceptos que nos sirven, pero no alcanzan. La amenaza y la incertidumbre pesan sobre nuestra comunidad. ¿Cuál es el lugar del Estado y sus gobernantes? ¿Cómo se tensa hoy el ejercicio del derecho a la salud? ¿Cómo se entrelaza esta dimensión política con las instituciones de salud? Hoy el protagonista social, es el equipo de salud y nosotros, los psicólogos, formamos parte de él. ¿Cómo quedan hoy trastocadas las versiones de las existencias singulares? El contexto cambia el texto. Y también los modos de nuestra escucha. ¿Cuáles serán los modos de intervención posibles?

El presidente argentino, al hablar de la pandemia mundial de coronavirus y la situación local, lo hizo diciendo “guerra”, “enemigo invisible”. Después presentó la estrategia de aislamiento social obligatorio.

Parecía mucho…pero no lo es.

Efectivamente, hay elementos de la guerra, hay un enemigo y una comunidad amenazada. Fundamentalmente: hay miedos. Existe el factor sorpresa dado por el contagio de la enfermedad y aún no existen las suficientes “armas” para enfrentarla con contundencia y vencerla, llámese (y parece lejos) vacuna, por ejemplo. Hay quienes deben mantenerse “encerrados”, “guardados” y otros que por su hacer y saber deben salir al frente, a “pelear”. Todo esto sucede en un marco de incertidumbre por el futuro.

Cuando Freud era interpelado por Einstein acerca de la guerra, le respondía que la cultura, esa operación que nos hace humanos, generaba la posibilidad del pasaje de la violencia al derecho “…a través del hecho de que la mayor fortaleza de uno podía ser compensada por la unión de varios débiles. “L´union fait la forcé” (Freud 1933, 189).

Las actuales medidas de cuidado, de prevención sanitaria, como la cuarentena que vamos transitando, instalan al Estado en su función de ejercer una prohibición, pero no solamente eso. Se requiere generar un convencimiento social, un fuerte consenso extendido que permita, que hagamos propia la declinación de todas nuestras prácticas habituales en pos de un aislamiento preventivo de días, de semanas, frente a un tiempo futuro todavía impreciso.

Freud nos decía que la unión es lo que logra quebrar a la violencia de la guerra. Podemos arriesgar nosotros, de la pandemia.

En su lectura, Freud, hace una operación más: nos dice que el derecho se constituye a partir de esa unión, del poder que representa y que genera esa unión. “Vemos que el derecho es el poder de una comunidad” (Freud 1933, 189) frente a esa amenaza, a ese real que se cuela, que se contagia, de modos nuevos, demasiado simples, (¿violentos?) y abrumadores.

Hasta aquí nos ayuda a leer varios datos que vemos suceder: el reverdecer de los estados nacionales, con sus fronteras, con sus decisiones “para todos”, obligatorias, frente a una enfermedad que todos podemos contraer y si no, transmitir.

Parafraseando a Freud, cualquier guerra se libra en el campo social y se gana, si se gana la paz. Eso se logra si se es capaz de conseguir unidades cada vez mayores. Al responderle Freud a Einstein sobre su pregunta ¿por qué de la guerra? Ambos coinciden en que la forma de prevenirla es lograr que los seres humanos acuerden que una institución sea la encargada de resolver los conflictos.

En nuestro caso, observamos un gobierno que, desde el Estado, decide ir estableciendo “excepciones,” conjuntos de personas que salen del aislamiento, y con ese riesgo, sostienen actividades para el funcionamiento del conjunto de la comunidad.

El Estado enfrenta como problema político, al decir de Badiou, la responsabilidad de localizar al enemigo, de controlarlo. Son los gobiernos, su ideología y sus actos, los que dan sentido, los que definen cuál, qué, quién, cómo y cuándo.

En ese reverdecer -por ideología propia y/o por las circunstancias- el gobierno tensa y dialoga con otros modos del poder, con otros productores de gobernabilidad, productores de discursos y hegemonías. Diversos poderes yuxtapuestos, más o menos enfrentados, en la globalidad y vigencia de un capitalismo en su modalidad neoliberal.

¿Y de qué se está hablando?

De los derechos, tácitos para algunos, ninguneados para otros, el Derecho a la salud, a proteger la vida de los ciudadanos: desde el Estado, desde el otro, desde uno mismo y viceversa: se vuelve eje, dirección del dialogo y de la puja social.

Esto no es sencillo, Freud señalaba que podía resultar que el derecho “se convierte en la expresión de las desiguales relaciones de poder que imperan en su seno; las leyes son hechas por los dominadores y para ellos, y son escasos los derechos concedidos a los sometidos”. (Freud 1933, 189/190)

La potencia activa de un derecho está siempre en relación con otros estamentos de la sociedad, es decir no hay derecho puro: esas leyes, medidas y decretos, etc., se imbrican con otros poderes, hasta lograr encarnarse -cuando sucede- en la vida de los sujetos.

Frente a esta “guerra” el gobierno, asumiendo responsabilidades de Estado, ha planteado “salvar vidas”, ganar tiempo, achatar la curva y seguir. No perder ciudadanos (los menos posibles) en las batallas, quedarse en casa (lo más posible) para controlar la situación, una estrategia que debe lidiar, además con una historia de desigualdades previas y una economía que no debe ahogarse.

Gobierno y comunidad venimos, hasta hoy, revalorizando la vida. Basta ver imágenes de otros lugares del mundo, es decir, revalorizar la vida en una sociedad es sabernos iguales en tanto mortales.

Siguiendo a Foucault, este panorama actual nos invita a pensar en una concepción del poder: hablamos de Estado, gobierno y de sus instituciones ya no solo para connotar su condición represiva, sino el poder que conllevan como una verdadera tecnología de construcción de sujetos, desde los regímenes de enunciación que modelan sus prácticas.

Las subjetividades, también se construyen desde las instituciones públicas de salud: el valor de la vida, del cuidado de sí, de existir entre otros. De hacer, de decir, de manejarse, son las formas invisibles y evidentes en que también desde las instituciones, se conforman las subjetividades.

Equipo de salud mental y pandemia

El sistema de salud pasa a ocupar la centralidad en cuanto a actor social de esta época. Se espera de él y mucho.

Las instituciones sanitarias y sus protagonistas los médicos en sus revalorizadas figuras ya no están solos, en esta versión del siglo XXI las coordenadas sanitarias tienen un protagonista grupal: el equipo de salud. Sus integrantes son aquellos que no permanecen encuarentenados, concurren a hospitales, a centros de salud y se enfrentan a eso para lo cual nadie queda exento. Entre ellos están los “psi”, el equipo de salud mental.

Cuántas veces oímos decir y también dijimos “no hay salud, sin salud mental” o que “para hablar de salud tenemos que hablar de salud integral” y por eso el Equipo de salud.

En los ámbitos de las instituciones públicas esos discursos, sus prácticas y saberes, viven en permanente tensión y convivencia con otros, de corte más simple y biologicista. No basta con “viralizar”, eso es reducir la cuestión, eso favorece la exclusión y la ineficacia de nuestras prácticas. No se trata solo de combatir el virus sino del cuidado de las personas en tanto sujetos, en tanto las múltiples implicancias psicosociales que tiene una pandemia y el cumplimiento de las medidas de prevención. Se trata de sostener una concepción de sujeto y encontrar otra eficacia, otra calidad al momento de abordarla.

¿Cómo hacemos ahora?

En principio esto significa, ¿cómo, desde los equipos de salud mental y específicamente desde nuestro rol de psicólogos, pensamos esta nueva situación?

Impensada y sin memoria entre contemporáneos, se desarrolla en un escenario de imprevisibilidades, con algunos riesgos y sin certezas pero en la creciente sospecha que esta clínica en salud mental de hoy, inédita y creativa, es transitoria pero viene también a modificar, en buena medida, nuestras prácticas anteriores para siempre.

Nos toca a nosotros pensar los efectos subjetivos de este virus, de estos aislamientos, cuarentenas, encierros visibles frente al “enemigo” que no se ve, detalle no menor: no ver para darle formas al miedo.

Días y semanas o meses, en que nuestros pacientes o personas que conforman grupos de riesgo “subjetivo” pasan en sus casas, como pueden y con quién viven, si es que no están solos.

Todo esto pone también en crisis nuestro hacer y, a la vez, el camino que lleva a pensar qué podemos hacer de manera diferente, frente al padecimiento subjetivo, frente al deshabitar los hábitos de la inmensa mayoría de las personas. Tarea nunca sencilla, subvertir esos ordenadores con que cada uno contamos, de tiempo, espacio y recorridos libidinales.

Dejar la previsibilidad que nos nombra como espejo diario, que un día se sustrae por voluntad colectiva, pero con consecuencias singulares en cada vida.

Autonomía y lazo social, dos indicadores de salud mental para todas las corrientes teóricas, quedan cuestionados en un tiempo paradojal: hoy, aislarse físicamente protege la salud. Que ese aislamiento no sea subjetivo es, en muchos casos, un desafío de nuestra clínica de hoy.

Nos toca a nosotros encarar nuevos dispositivos, cuyos fundamentos ni siquiera son los que se consideran válidos en otras situaciones de desastres humanos y/o naturales. Nuevas estrategias y tácticas, hacia afuera, con nuestros pacientes, con la comunidad, pero hacia adentro también, con los demás integrantes del equipo, con la “vanguardia” frente a la enfermedad, ayudándolos a qué hacer con sus temores, sus nuevos hábitos y viejas prácticas, con sus omnipotencias. Todo esto sucediendo en un marco inédito, con mucha cercanía y poca perspectiva, porque nosotros también estamos involucrados.

El contexto cambia el texto. Somos llamados a pensar nuevos encuadres que incorporen tecnología remota, donde las transferencias corran por fibra óptica, donde la demanda parecerá quedar de nuestro lado, si no entendemos que para hacer lugar también, a veces, debemos tener la iniciativa. Estar, distintos, pero estar.

Dice el refrán: “el hábito no hace al monje”, sin embargo, es allí donde cualquier sujeto puede reconocerse, incluso nosotros, los “psi”. En nuestros “hábitos profesionales” nos reconocemos, acomodados en los hábitos de lo que sabemos hacer en la práctica que ejercemos. Frente a lo inédito, lo excepcional, es preciso que el hábito no haga al monje, que lo haga su convicción.

Frente a las pérdidas, los obstáculos, los fantasmas y los miedos, seguimos proponiendo a nuestros consultantes, a quien le haga falta, la experiencia del sujeto: cómo recobrar algún otro sentido, cómo encontrarse.

Bibliografía

Badiou, A. (2004) Circunstancias. Buenos Aires: Libros del Zorzal

Foucault, M. (1990). Tecnologías del yo. Barcelona, Buenos Aires: Editorial Paidós. 2008

Freud, S. (1933) ¿Por qué la guerra? En Obras Completas Vol. XXII. Buenos Aires: Amorrortu.

Link: http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=816:deshabitar-habitos-sujetos-prueba-practicas-psicologos-epocas-covid19&catid=9:perspectivas&Itemid=1

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Percepción – La importancia de nuestra memoria – Eduard Punset

Fragmento: La importancia de nuestra memoria – Eduard Punset – CDI 2009

Eduard Punset desarrolla la idea de percepción en este fragmento:

«(…) a lo que verdad somos y si estamos preparados para hacer frente a lo que se nos viene encima, lo primero que tenemos que empezar por ver es qué idea tenemos del mundo porque mucha gente está convencida de que cuando mira el universo, cuando percibe el universo, la realidad, es precisamente como la percibe. Lo siento muchísimo decirlo pero es falso (…) cuando tenemos una percepción, una sensación del universo, de la realidad (…) pongamos la palabra perro, la palabra nunca nos haría ver de verdad aunque represente aquel animal como es la realidad porque es otra cosa totalmente distinta (…) realmente la realidad tiene un soporte físico que desconocemos casi totalmente, sobre todo en la vida cotidiana(da ejemplo del soporte físico de la percepción) Cuál es el resultado de todo eso? el resultado de todo eso es que por donde empezamos a ver el mundo, por donde empezamos a ver las cosas es una hipótesis incierta que esperamos después confirmar mediante dos pasos que son importantísimos. Uno la memoria y el segundo el aprendizaje.»

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Fragmento: La importancia de nuestra memoria – Eduard Punset – CDI 2009

Percepción – Fragmento: La importancia de nuestra memoria – Eduard Punset

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La importancia de nuestra memoria – Eduard Punset – CDI 2009

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¿Qué dice el psicoanálisis sobre el ataque de pánico?

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¿Qué dice el psicoanálisis sobre el ataque de pánico?

¿Qué dice el psicoanálisis sobre el ataque de pánico?

ARIDNAJ DE OLIVEIRA LIMA
Fuente: Intersecciones Psi – Revista Electrónica de la Facultad de Psicología – UBA (AÑO 10 – NÚMERO 33 – DICIEMBRE 2019)

Hoy más que nunca la pregunta: “¿Qué dicen los psicólogos, los psiquiatras, los psicoanalistas sobre el Ataque de Pánico?”, está en evidencia. Todos de un modo u otro han sentido algún interés por saber más sobre ese padecer, que parece ser cada vez más frecuente, o porque ya lo vivió o porque conoce a alguien que lo vivió, o porque lee y escucha sobre ese tema muy frecuentemente. La Psiquiatría y algunas Psicoterapias han desarrollado muchos estudios y métodos de tratamiento para el Pánico, pero no vemos de forma tan frecuente que se hable del Ataque de Pánico desde el Psicoanálisis. El presente artículo, está direccionado a dar una explanación breve del abordaje de lo que hoy se llama Ataque de Pánico, desde la perspectiva del Pánico como Angustia Actual. Para ello, se hará un sucinto recorrido histórico por los desarrollos de Freud sobre la angustia y también serán utilizado los aportes de Lacan, en el Seminario X, sobre la misma.

¿Por qué sería pertinente un análisis desde el abordaje psicoanalítico?

Lo que llamamos desde la psiquiatría Ataque de Pánico, es una denominación para un conjunto de síntomas que desde 1895 ya habían sido descriptos por Sigmund Freud bajo el nombre de Neurosis de Angustia, por lo tanto, si bien el nombre, es nuevo, la sintomatología no, siendo así desde el nacimiento del psicoanálisis vemos la preocupación de Freud en investigar sobre la Angustia, considerándola como una categoría clínica.

Tan antigua como el ser hablante, la Angustia fue ampliamente hablada por los filósofos, poetas y escritores de todas las épocas. El propio término Pánico tiene su origen en la mitología griega. Se dice que el dios Pan hacía apariciones repentinas en las noches, lo que causaba terror o «pánico» en las personas. Lo nuevo que introdujo Freud fue dar a la angustia un estatuto clínico al separar de la neurastenia un cierto conjunto de síntomas que tenían como base la angustia. Fue a partir de ahí que la angustia pudo ser investigada, pensada, analizada, y de ahí se podría pensar un camino hacia su tratamiento.

Actualmente, otras disciplinas han desarrollado métodos de control, de tratamiento del Ataque de Pánico, generalmente teniendo los fármacos como parte de ese proceso. Las nuevas tecnologías y medios de comunicación han divulgado miles y miles de informaciones, sobre el tema, que van desde serias investigaciones, a opiniones populares y mitos sobre el mismo. Parece que hay una preocupación mucho más grande en la eliminación de los síntomas que una búsqueda seria en las causas para, desde ahí, pensarse posibilidades de tratamiento.

Con Freud, aprendemos desde el principio de su obra que los síntomas son una brújula, que como psicoanalistas no debemos pensar en eliminarlos, los síntomas nos van a ayudar a trazar el camino para entender qué le está aconteciendo realmente a ese sujeto, considerando siempre la subjetividad de cada individuo, su historia, y las particularidades de su padecer. Freud llegó a elaborar tres teorías sobre la angustia, a saber: La angustia causada por procesos fisiológicos, la angustia como resultado de la represión, y la angustia como lo que causa la represión.

Como se sabe, las investigaciones freudianas empiezan en el campo de las neurosis, y en 1894 Freud se interesa también por el estudio de la Neurastenia. Una categoría nosológica que había sido creada por un estadounidense, George Miller Beard (1839-1883) y que fue rápidamente asimilada por la psiquiatría europea, pero había distinciones en el modo de entenderla. Reunía muchos síntomas distintos entre sí, una serie de manifestaciones diversas que no dejaba en claro de qué se trataba realmente la neurastenia y, por lo tanto, esa diversidad dificultaría el diagnostico y la planificación de un tratamiento.

Con el ya elaborado concepto de trauma psíquico y su distinción entre neurastenia y neurosis de angustia, Freud presenta al mundo de la psiquiatría europea su primera nosología: Por un lado las histerias, fobias y neurosis obsesivas (y en este momento también la paranoia) incluidas en un grupo de enfermedades en las cuales operaban mecanismos psíquicos de defensa, y que por sus observaciones de hasta entonces, tenían etiología en lo sexual de la infancia, un trauma sexual, infantil, inconsciente. A estas llamó Neuropsicosis de Defensa. Por otro lado, otro grupo de neurosis, que al contrario de las primeras no operaban un mecanismo psíquico de defensa y en las cuales no se observaba un trauma sexual infantil, y sí problemáticas de la vida sexual actual del sujeto, que son la Neurastenia (propiamente dicha) y la Neurosis de Angustia.

En esta primera teoría sobre la angustia, posicionada ahora en la condición de una psicopatología, la misma podría ser estudiada, investigada, analizada, y se podría pensar cómo tratarla. Freud postuló su sintomatología cómo: Irritabilidad general, expectativa angustiada, ataque de angustia, equivalente de ataque de angustia (espasmos del corazón, la persona siente que le falta el aire), temblores, terror nocturno, vértigo locomotor, fobias, síntomas digestivos, parestesias -el adormecimiento de la piel- pavor nocturno etc.

Además, también la relación entre angustia y miedo fue desde el principio señalada por Freud como algo importante. En Obsesiones y Fobias, de este mismo año, distingue entre el miedo fóbico y el miedo obsesivo y separa las fobias comunes (miedo a las serpientes, a la oscuridad, a la noche, etc., a las cosas que serían, de alguna forma, común que generen algún miedo) de las fobias que él llama ocasionales, angustia emergente en circunstancias especiales y da como ejemplo la agorafobia y demás fobias de locomoción.

La llegada del Pequeño Hans a la clínica de Freud, da un giro a sus investigaciones: En 1908 Freud recibe a un niño de cinco años, llevado por su padre, por presentar una fobia: el miedo de que al salir a la calle se encontrara con los caballos. Herbert Graf se tornó conocido como el “pequeño Hans” y fue la primera vez que se trató a un niño con el método freudiano. Su historia se hizo conocida como el Caso Juanito, en la traducción al español, al publicar Freud en 1909 “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”.

Aquí la historia: Cuando Juanito tenía cuatro años y estaba de paseo por el parque con la criada contempló una escena aterradora: un caballo que tiraba de un pesado carro se desplomó en la calle. A partir de ese momento padece una grave fobia hacia los caballos, y más específicamente a que los caballos con algo negro en la boca lo muerdan. El pánico es tan grande que le impide salir de casa. En un primer momento, su padre interpreta que la fobia de Juanito se debe a los excesivos cariños de su madre y al miedo al gran “hace-pipí” del animal.

Es importante destacar que, en un primer momento, Freud se ocupa en ubicar el inicio de la angustia y de la fobia, de modo de separarlas. Al preguntarse cómo se forma la fobia intenta circunscribir la angustia y, si traemos esto a la clínica del pánico, nos damos cuenta de que los miedos presentados a menudo por los pacientes, como miedo a volverse loco, miedo a perder el control o miedo a morir, no son lo que causa la irrupción de los síntomas en el cuerpo.

Tomando como modelo el caso de Juanito, Freud comienza a teorizar con respecto a la angustia. Es una teorización completamente distinta de la que había hecho en 1895, que era una angustia causada por procesos fisiológicos, aquí comienza a hablar de una angustia psíquica. Es importante notar que en este historial Freud no menciona las neurosis de angustia, ni las neurosis actuales, ni los procesos fisiológicos, pero no significa que abandona su primera teoría, al contrario, ahora empieza a pensar que la angustia puede estar relacionada también a procesos psíquicos, y sigue su línea de investigación por la idea de que el niño, por medio del mecanismo de defensa de la represión, había reprimido esa angustia que genera la castración y ahora la angustia estaba puesta en la figura del caballo que representaría al padre.

En 1926 Freud escribe Inhibición, Síntoma y Angustia y se puede notar un importante giro que da en sus concepciones de la angustia, planteando lo que viene a ser su tercera teoría de la angustia: “Es la angustia que causa la represión y no la represión que causa la angustia”, como lo había planteado anteriormente. Para ese entonces ya tenemos el Mas allá del principio de placer (1920) y el concepto de Pulsión de Muerte como lo que gobierna el aparato psíquico, también del trauma interno a la estructura y no más externo, como al principio. La angustia aparece aquí como señal, como una alarma de un peligro que ya no es externo, sino interno a la estructura.

Lo que se observa en la clínica del Pánico es que en un primero momento, hay un factor sorpresa, un terror cuya causa se desconoce, que irrumpe en el cuerpo en forma de síntomas, allí donde la angustia falla en cuanto su función de señal. En el Más allá del principio de placer, cuando Freud diferencia angustia, miedo y terror, deja claro que el terror está relacionado a un estado en que se encuentra el sujeto, cuando se ve sorprendido por un peligro para el cual no estaba preparado.

Considerando el planteo de la profesora Silvia Quesada (2010), siguiendo la vía freudiana de que en la angustia traumática hay algo que protege contra el terror, y por tanto, contra la neurosis de terror, “allí le otorga valor de contrainvestidura, y la vincula de modo directo con la represión primaria” (2017, p.15). Aún por esta misma vía, argumenta que “el terror da cuenta de la irrupción y por lo tanto, del fracaso de la angustia, en su condición de protección y parapeto. Aquí es donde la terapia psicoanalítica debe rescatar la función de señal de la angustia.

Luego de una primera experiencia de Pánico o Terror, lo que sucede es que aparece el miedo al miedo, que se ve tan frecuentemente en la clínica, cuando el paciente dice que teme volver a pasar por el ataque de terror. Aquí aparece la ansiedad y esta ansiedad genera ambiente, para que, lo que el sujeto teme, se vuelva realidad, y así el circulo vicioso miedo-ansiedad-miedo lo aprisiona.

“La angustia es sin objeto”, dice Freud. Pero Lacan va más allá y sostiene que “la angustia no es sin objeto”. Cuando Freud habla de angustia como sin objeto se refiere a un objeto como representación. Cuando Lacan afirma que la angustia no es sin objeto, no hay contradicción con lo que dice Freud, pues está hablando del concepto de objeto a. El objeto a es un invento de Lacan para responder a la pregunta: ¿Cómo goza el sujeto? A pesar de que el objeto a reconoce antecedentes en el concepto de objeto parcial desarrollado por Freud, constituye un concepto original de la elaboración lacaniana, que se inscribe en el proceso de constitución del sujeto a partir del significante.

Mazzuca (2014) hace referencia a que, en los primeros seminarios de Lacan, el objeto a había sido abordado como una función de la falta en las operaciones de frustración, privación y castración y que, en el seminario X, aunque conserve el nombre del objeto, se trata de una función totalmente diferente. “Su concepto ya no coincide con el objeto del deseo, el objeto al que apunta el deseo, sino como el objeto que lo causa. Por eso Lacan dice que no está por delante, sino por detrás del deseo.” (2014, p.130)

La constitución del sujeto requiere la presencia del Otro (A), que es anterior al sujeto. En ese proceso de constitución del sujeto en el Otro, queda un resto. Cuando se agujerea el cuerpo, el “cacho de carne”, con el lenguaje, hay una pérdida. Hay algo que no queda apresado por el significante, a esto llamó Lacan objeto a y lo caracterizó como objeto perdido, del que el sujeto se separa, irreductible tanto a lo simbólico como a lo imaginario. No es que se pierde un objeto, pero el objeto es la pérdida misma. La castración es la que aporta las coordenadas de la angustia: la angustia aparece ante el deseo del Otro. La castración es del Otro. En ese momento lógico de preguntarse qué soy (como objeto) para el Otro.

Eidelberg (2014) explica que el objeto a que angustia es el que, habiendo debido permanecer como resto libidinal oculto y animador del deseo, se libera de sus paréntesis, irrumpe y perturba al imaginario, colmando la falta. “Ese estatuto del objeto a al desnudo, vehiculiza lo real de un goce que escapa a la posibilidad de simbolización.” (2014, p.424). Lacan lo va a situar como un “huésped hostil” (1962/63, p.71) y va a plantear que no alcanza la aparición angustiante de ese objeto, huésped hostil, en el campo de lo imaginario, para que la angustia se imponga al sujeto como un ataque. “Para esto será necesario que esta angustia no funcione como señal, sino que rompa las compuertas hacia escapes no operativos, para el mantenimiento de las coordenadas yoicas”.

Eidelberg plantea que “el ataque de pánico es una de esas salidas no operativas para el yo e implica el fracaso de los semblantes imaginario-simbólicos, con los que el sujeto suele mantener a raya lo real del goce. Sería un desanudamiento de la estructura, si se piensa desde las últimas enseñanzas de Lacan.”(2014, p.426)

Esto es muy importante para pensarnos el Pánico hoy, pero pensarlo contextualizando a los malestares de nuestra época. Como bien decía Freud, cada época presenta su propio malestar y, como planteó Colette Soler, la angustia se reinventa a cada época. Podríamos pensar el Pánico como una de las angustias actuales de nuestra época, entre tantas otras. Usando términos lacanianos, estamos viviendo una época caracterizada por la caída del padre, de las figuras de autoridad, de los referenciales. Freud, en Psicología de las Masas y análisis del yo, de 1921, ya había hecho referencia a que la caída del líder provoca pánico en las masas, lo que nos podría llevar a pensar sobre ¿qué nos quiere decir esa descarga de angustia en el cuerpo, percibida por el yo? ¿Qué peligro está señalando? Seguir las investigaciones hacia una mejor comprensión de su etiología y tratamiento es. sin lugar a dudas, un importante desafío para el psicoanálisis hoy, pues sabemos que, con solo eliminar los síntomas temporariamente, el problema no está del todo resuelto.

Referencias Bibliográficas:

Eidelberg, A. (2014). Lo actual del Pánico. En: Schejtman, F.(comp). Elaboraciones Freud, S. (1925), Más allá del principio de placer. O.C., XVIII, A.E., Bs. As., 1976.

Freud, S. (1926), Inhibición, síntoma y angustia, O.C., XX, A.E., Bs. As., 1976.

Freud, S. (1932), Conferencia nº32, “Angustia y vida pulsional”, O.C., XXII, A.E., Bs. As., 1976.

Lacanianas sobre la Neurosis. (pp.419-432), Buenos Aires, Grama, 2014.

Lacan, J., El seminario, libro 10 “La angustia”, Paidós, Bs. As.,2006.

Leibson, Leonardo. Desencadenamientos y Locuras en la Neurosis: En: Schejtman, F.(comp). Elaboraciones Lacanianas sobre la Neurosis. (pp.269293), Buenos Aires, Grama, 2014

Mazzuca, R. Seminario 10: El objeto y el fantasma. En: Schejtman, F.(comp). Elaboraciones Lacanianas sobre la Neurosis. (pp.129-141) Buenos Aires, Grama, 2014.

Quesada, S. (2010) Una Explicación psicoanalítica del ataque de pánico. Ed. Letra Viva. Buenos Aires. Argentina.

Link: http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=796:ique-dice-el-psicoanalisis-sobre-el-ataque-de-panico&catid=9:perspectivas&Itemid=1

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Eduard Punset – La Felicidad en Tiempos de Crisis / Vídeo oficial

El exministro y divulgador científico, director y presentador del programa ‘Redes’ durante 18 años

La Felicidad en Tiempos de Crisis – Punset

En la sede de la Obra Social de Caja Canarias, dentro del II Foro Científico Social.

En palabras del autor «(…) había un debate milenario, centenario entre psicólogos y neurólogos. Los neurólogos hay unas leyes que rigen un desarrollo cerebral y de ahí, sale lo que sale. Y, luego, había unos psicólogos que decían «hombre! a lo mejor es verdad seguro! pero también la experiencia individual de una persona llega a incidir directamente en la estructura cerebral, en la propias propias leyes de la estructura cerebral (…) Al final, se dieron cuenta con el experimento de ´Los Taxistas´ que es verdad, que una experiencia individual puede incidir sobre la estructura misma del cerebro. Por primera vez en la historia de la evolución sabemos que es posible cambiar… ES IMPRESIONANTE! La gente no aceptaba, hasta ahora, que se puede cambiar!»

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Eduardo Punset – Biografía y Bibliografía

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¿Vino viejo en odres nuevos?

Aprender y enseñar en la cultura digital – Inés Dussel

a) Cambios en la organización pedagógica del aula


En un trabajo anterior, escrito con Marcelo Caruso, definimos al aula como “una estructura material y una estructura de comunicación entre sujetos” (Dussel y Caruso, 1999:31). Su estructura material viene definida por la arquitectura, el mobiliario, los recursos disponibles y los seres humanos que la habitan. La estructura de comunicación tiene que ver con las relaciones de autoridad y la circulación de la palabra entre los sujetos, con relaciones de saber y de poder ya definidas antes de que los maestros y los alumnos entren por sus puertas.
El aula es una construcción histórica, que se organizó de la manera que la conocemos hace unos trescientos cincuenta años. Desde la época de Comenio (1592-1670), el aula se estructuró en base al método frontal, esto es, una disposición centrada en el frente, como un punto de atención en la figura adulta y en una tecnología visual como la pizarra, la lámina o la imagen religiosa, que ordenaba los intercambios a la par que establecía una relación asimétrica y radial entre el docente/adulto y los alumnos/niños. Algunas décadas más tarde, la pedagogía simultánea y la organización de grupos homogéneos en edad terminó de configurar lo que hoy conocemos como un aula: un grupo de escolares que aprenden todos al mismo tiempo las mismas cosas, y que atienden a un maestro adulto que plantea un programa unificado y central que organiza al conjunto. Nosotros, nuestros padres y nuestros hijos, fuimos y somos educados con esta estructura pedagógica del aula.

La proliferación de las computadoras y netbooks como artefactos tecnológicos permanentes en el aula, con sus pantallas individuales y su conexión en red, suponen una redefinición del aula como espacio pedagógico. Es difícil sostener la enseñanza frontal, simultánea y homogénea, en un contexto de tecnologías que proponen una fragmentación de la atención y recorridos más individualizados según el usuario. Como señala Area Moreira, hay un quiebre con la secuencia y linealidad que imponía el orden de la clase
simultánea, basada en materiales impresos como el libro de texto, y una apertura a otro tipo de organización más personalizada. “La navegación hipertextual a través del WWW es una experiencia distinta para cada uno de los alumnos implicados por lo que, en la misma aula, no se producirá un ritmo y secuencia de aprendizaje homogénea y unívoca para todos. Ello exige al docente el desarrollo de una metodología más flexible y una atención
individualizada a cada alumno o grupo de trabajo
.” (Area Moreira, 2001:4).
Hay que reconocer que la fractura de esta forma de organizar la enseñanza basada en la simultaneidad y la homogeneidad viene desde hace unos años, y no se debe solamente a la presencia de las computadoras personales. En primer lugar, se fue desestructurando por las nuevas pedagogías que pidieron más atención a lo diverso y singular y más espacio para ritmos distintos de aprendizaje, cuestionando la idea de grupos y procesos homogéneos. La idea de una didáctica atenta a los individuos, a los distintos tipos de inteligencia o de intereses y sensible a las diferencias culturales y étnicas, se ha instalado como preocupación y hasta demanda al profesorado en las últimas dos décadas, con base en las pedagogías constructivistas y multiculturales. La discusión en torno a la noción de equidad, entendida como igualdad compleja y no homogénea y pensada más como igualdad en los resultados y no en los procesos, refleja parte de estas nuevas preocupaciones.

El otro elemento que fue resquebrajando la homogeneidad del aula fue la presencia insoslayable de otras tecnologías impuestas “desde abajo”, como los celulares. Cualquiera que ingrese hoy a un aula de una escuela primaria o secundaria, o aun más de universidades y terciarios, encontrará a alumnos y docentes dividiendo su atención entre lo que sucede en el aula y lo que interrumpe o convoca desde sus móviles. Algunas escenas relevadas por investigaciones recientes muestran, incluso, que esa idea de la “división
de la atención” puede ser todavía muy optimista: para algunos, la batalla está perdida a favor de los celulares y de otras pantallas que tienen mucho más éxito en atraer no solo a los jóvenes sino también a los adultos. Una profesora que entrevistamos en la Ciudad d Buenos Aires, que trabaja en una escuela que atiende a sectores sociales bajos, manifestaba “dar por sentado” que los alumnos podían estar filmándola con su celular. “Ahora me arreglo y me cuido más”, señala esta docente, como si asistiera a una puesta en escena cotidiana. Dice Kiku Adatto, estudiosa de la cultura de la imagen actual: la experiencia del mundo se vuelve “una ocasión para posar”, nos guste o no (Adatto, 2010:58).

Otro profesor, de una escuela de sectores bajos de Mendoza, les pide a sus alumnos que graben sus clases con el celular, como modo de asegurarse la atención de sus alumnos.
Los dos ejemplos muestran tanto la conciencia de la presencia de los celulares en el aula por parte de los profesores, como el diseño de estrategias muy distintas para convivir con estos nuevos artefactos.
Por otro lado, estas escenas señalan que la frontera entre lo escolar y lo no escolar ya no se define por los límites del espacio y el tiempo de la escuela, y es cada vez más difícil de balizar. Hay que poner en evidencia que hay mucho de “no-escuela” en el horario escolar. En una investigación reciente sobre nuevos medios, encontramos que un 60% de los alumnos secundarios encuestados toman fotos o videos durante el horario escolar para entretenerse y
retratar situaciones cotidianas con sus amigos o realizar parodias o burlas a sus compañeros
, que además pueden ser subidas inmediatamente a la red y pueden tener repercusiones a los pocos minutos, en un juego entre el afuera y el adentro muy significativo (cf. Dussel y otros, 2011). Puede argumentarse que esto ya sucedía anteriormente y que no es consecuencia
de la aparición de las nuevas tecnologías; sin embargo, esta presencia de aparatos portátiles y ubicuos que permiten “estar y no estar” en varios lugares a la vez, promueven en mucho mayor medida que antes un borramiento de las fronteras de los espacios físicos y también de sus reglas y códigos específicos. En las entrevistas a docentes aparecen reiterados relatos de que los alumnos entran a Facebook en las horas escolares, a veces como parte de acuerdos
explícitos con sus docentes que se los permiten a modo de “premio” por terminar rápido su tarea, y a veces “de contrabando”, sin que esto sea parte de una decisión del aula.
Por otro lado, también cabe observar que hay una escuela que continúa fuera de hora, como las páginas de Facebook de muchas materias escolares, o los blogs que son plataforma de escritura de muchos jóvenes y cuyo material es evaluado en la escuela. En algunas escuelas estadounidenses se les permite a los padres monitorear la acción en línea de sus hijos en el horario escolar, de modo que la frontera física de la escuela también se borra. En otros casos, no se permite, pero sucede a la fuerza: los celulares son usados por los alumnos como forma de reporte o denuncia inmediata; algunos profesores entrevistados contaron cómo algunos padres llegan a quejarse de una mala nota aun antes de que termine la jornada escolar, alertados por sus hijos de los acontecimientos recientes. Por todo eso, hay que subrayar que el desdibujamiento de las fronteras no es solo en la dirección de “invadir” el espacio de la escuela, sino también de ensanchar su radio de acción.

Lo concreto es que, como consecuencia de las nuevas tecnologías, el espacio del aula se está redefiniendo tanto en su estructura material como en sus formas de interacción; ya no hay un solo eje de interacción controlado por el profesor, sino una comunicación múltiple, que exige mucha más atención y capacidad de respuesta inmediata a diversos interlocutores.
Otro aspecto en el cual se evidencia un conflicto en la organización pedagógica del aula es en el tipo de agrupamiento social que promueven los nuevos medios digitales, sobre todo a partir de las redes sociales. James Paul Gee, que ha estudiado en profundidad los efectos educativos de los videojuegos, destaca que en las plataformas de juegos prima un aprendizaje con otros que no son necesariamente “pares” en el sentido que los entiende la escuela. Gee (2007) llama a estos tipos de afiliación social que crean las nuevas redes “espacios de afinidad”, y sostiene que las instituciones escolares tienen mucho que aprender de ellos. Los espacios de afinidad que se organizan a partir de las nuevas tecnologías tienen en común una tarea, y no se definen prioritariamente por edad o por género o sector social, como puede suceder con los grupos escolares. Antes que un vínculo con otro ser humano, es una ligazón a una tarea o interés, que está acotada en el tiempo y que depende de la iniciativa de los participantes. Son espacios de participación o membresía voluntaria, con límites más flexibles que permiten entrar y salir con agilidad, redes sociotécnicas en las que se pueden explorar temas de interés e ir adquiriendo competencias y desempeños avanzados (Squire, 2011).
Estos espacios de afinidad se diferencian de la experiencia de agrupamiento del aula en varios aspectos. En primer lugar, los jugadores o participantes novatos y los avanzados comparten un mismo espacio, y no se agrupan por edades o por niveles de desempeño. En segundo lugar, el espacio de afinidad permite formas y rutas de participación distintas, que pueden ser centrales o periféricas a la tarea; no hay una sola vía o un texto central que organiza a todos de la misma manera. En tercer lugar, se diferencian por su flexibilidad en el tipo de
conocimientos que ponen en juego; el espacio de afinidad reconoce y valora el conocimiento tácito, esto es, un tipo de conocimiento que los jugadores han construido en la tarea, pero que no pueden explicar por entero con sus palabras. Este conocimiento tácito muchas veces es pasado a otros en la interacción, o a veces puede ser puesto por escrito en foros donde se explicitan reglas o asuntos técnicos para mejorar las capacidades de cada participante, pero muchas veces permanece en silencio. Esta es otra diferencia con el tipo de interacción
en el aula: el conocimiento tácito es poco valorado, solo tiene reconocimiento si es explícito y fundamentado en los términos en los que lo requiere el código escolar. En cuarto lugar, el liderazgo en estos espacios es poroso y es entendido como un recurso para que otros se desarrollen; por eso no promueve jerarquías rígidas e inmutables. Las posiciones pueden ser intercambiables, y quien hoy es experto, mañana puede ser novato (Gee, 2007: 99-101).
En su análisis de los espacios de afinidades, Gee estudia sobre todo las comunidades de jugadores de videojuegos, pero también se está usando este concepto para hablar de otras redes sociales, por ejemplo, las que surgen a partir de la escritura de ficción de los fans (fanfiction writing, cf. Ward Black, 2011). Algo de este fenómeno también puede observarse en el uso de las redes sociales para el activismo político y social, como pudo verse en las rebeliones del mundo árabe a comienzos del 2011, unidos menos por una pertenencia definida a una comunidad que por una tarea e interés común de realizar una acción política particular. Por otra parte, tiene similitudes con el trabajo en las comunidades wiki, que discutiremos en el tercer apartado de este capítulo. Estas nuevas formas de sociabilidad tienen un potencial democrático interesante, por ejemplo, en la mezcla de edades, de nacionalidades o de géneros que pueden encontrarse y conversar en un espacio virtual.
Quizás uno de sus riesgos es que, para la mayoría de los usuarios, se proponen recorridos segmentados y encapsulados en grupos que se organizan en función de vínculos de amistad o de intereses similares a los de cada internauta. Y si lo que nos mueve es el interés particular en un tema o una acción, ¿qué pasará con una organización como la escuela que nos obliga a convivir con otros distintos, aunque no nos gusten o no compartamos ninguno de sus intereses? En opinión de Gee, es muy probable que la escuela pronto comience a sentir la demanda de incorporar el tipo de afiliación social que proponen los espacios de afinidad, en el que los niños y jóvenes se están socializando cada vez más.
Alessandro Baricco, cuya posición presentaremos en el apartado que sigue, señala que no deja de fascinarlo que los alumnos de secundaria por las mañanas estudien la cultura clásica y por las tardes se transformen en “animal de la red, despegando en su personal multitasking. (…) ¿Cómo se explica la mansedumbre con que acepta la escuela?” (Baricco, 2008: 187). De hecho, frente a la presencia permanente de las computadoras en el aula, habrá que estar atentos a cómo se negocia la coexistencia de distintos tipos de agrupamientos: los presenciales y los virtuales. Pero habría que analizar qué se gana y qué se pierde cuando todas las afinidades son “electivas” (1) según el gusto del consumidor, y
cuando se deja de lado una idea de cultura común y pública, que fue y es tan central a la tarea de la escuela como institución social. Sobre esto nos detendremos a continuación.

Referencias:
1 – Retomo la expresión de Goethe sobre las afinidades electivas, reconociendo que la novela de Goethe explora la dificultad de las elecciones sentimentales en una dirección contraria a la idea liberal de que el individuo elige libremente y gobierna sus pasiones, como lo supone de alguna manera el planteamiento de James Gee.

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Aprender y enseñar en la cultura digital

Autor: Inés Dussel


El documento que presentamos en este foro busca desarrollar estos argumentos a partir de lo relevado en algunas investigaciones recientes sobre las formas de enseñar y aprender con nuevas tecnologías. Se organiza en cuatro partes. La primera propone una revisión conceptual sobre los cambios didácticos y propone algunas líneas de análisis sobre esas transformaciones. La segunda presenta los resultados de estas investigaciones sobre las actitudes de los docentes frente a los cambios y frente a la expansión del acceso de
las nuevas tecnologías; busca definir con más precisión sus percepciones, identificando los elementos que provocan temor y los que dan confianza y esperanza sobre las nuevas dinámicas. La tercera parte se centra en la descripción de los usos más frecuentes de las nuevas tecnologías en las aulas, y también introduce algunas experiencias de usos más ricos y relevantes que surgen de entrevistas en profundidad con profesores. Este capítulo
proporciona elementos para entender el repertorio de prácticas con nuevas tecnologías que hoy están usando los docentes. La cuarta y última parte retoma los argumentos anteriores para discutir cuánto hay de cambio y cuánto de continuidad en la forma en que se están introduciendo las nuevas tecnologías en las aulas. Este capítulo quiere abordar el debate sobre la forma en que están cambiando o deberían cambiar los sistemas educativos, y las pretensiones de transformación radical o incluso desaparición de la escuela tal como la conocemos.
Para finalizar esta presentación, quisiera aclarar que este documento debe ser leído como una continuidad del presentado el año anterior, que proporcionó un marco general de interpretación de los cambios que introducen las nuevas tecnologías en la sociedad y en los sistemas educativos, y que describió las líneas de política educativa vigentes. Esos argumentos están en la base de lo que desarrollaremos en las páginas que siguen, que
en muchos sentidos no pueden entenderse sin ese marco de interpretación más general.
Nos proponemos en esta ocasión concentrarnos en los desafíos pedagógicos de la enseñanza y el aprendizaje en las aulas, y poder dar cuenta de las percepciones y acciones de los maestros y profesores con las nuevas tecnologías en el cotidiano escolar. Buscamos así abordar el nivel de lo cotidiano, ese que desborda “las previsiones de la normatividad oficial” (Ezpeleta, 1986:57), donde “se encuentra en acto la relación entre el sujeto y la institución”, y donde pueden verse los “encadenamientos y fusiones” que configuran los procesos educativos (Ezpeleta, 1992:28). ¿Qué tipos de propuestas están formulando
maestros y profesores con las nuevas tecnologías? ¿Qué sentidos les dan a estos cambios, y a las dificultades y ventajas que encuentran? Esas son las preguntas que orientan este documento, y que esperamos contribuyan a identificar mejores políticas para la formación y el acompañamiento de lo que están haciendo docentes y alumnos en las aulas.

Cultura Digital

Continúa en …

II – Los docentes frente a los cambios: de la amenaza a la celebración
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LA CONSTRUCCIÓN DE UNA EMOCIÓN Y SU RELACIÓN CON EL LENGUAJE:

Autor: SIMONE BELLI
Enlace: http://www.ubiobio.cl/miweb/webfile/media/194/v/v18-2/03.pdf

INTRODUCCIÓN
El grito que cada uno de nosotros emite en el primer instante de la propia historia personal cuando ha sido expulsado del útero para entrar en el mundo externo es un señal emotivo. Es la emoción el primer lenguaje de todos nosotros. (Oatley, 2007:116)
¿Qué es la tristeza? ¿Qué es la ira? ¿Qué es el miedo? ¿Son sólo palabras o hay algo más? En principio, tristeza, ira, miedo son emociones. Cómo también lo es el amor. Por lo general, suele considerarse que las emociones corresponden a experiencias corporales naturales que luego se expresan a través del lenguaje, y ese lenguaje, a su vez, suele calificarse como irracional y subjetivo. Es decir, primero sentimos en el cuerpo lo que más tarde sale por nuestras bocas en forma de un discurso que en cierto modo se opone a la razón. De las emociones también se dice que se gestan en el inconsciente y no en la voluntad, que son más espontáneas que artificiales; más “sentidas” que “pensadas”. En ocasiones se las mezcla con conductas consideradas racionales, o cuyo estatus existencial pertenece al orden de lo no-emotivo y, recientemente, se afirma que no son patrimonio exclusivo de la interioridad de las personas sino que son construcciones sociales de naturaleza fundamentalmente discursiva. En efecto, la psicología social de la emoción ha demostrado que los procesos, los determinantes y las consecuencias de las emociones se desarrollan en la interacción a través del lenguaje. Es en esta dirección que
vamos a tratar en el siguiente artículo la estricta relación que tienen las emociones con el lenguaje. Trataremos sobre todo una emoción en particular, fundamental en la historia de la evolución de los hombres en el desarrollo de la cultura occidental, que es el amor (Oatley, 2007:18), entendido en el sentido más amplio del término contribuyendo a definir la esencia de los seres humanos. “Ci sono persone che non si sarebbero mai innamorate, se non avessero mai sentito parlare dell’amore”, dijo La Rochefoucauld.
Sin historia de enamoramientos y amor no sabríamos como enfrentarnos esta emoción fundamental. También porque esta particular emoción ha sido investigada en sus múltiples facetas, y parece ser la emoción por antonomasia cuando se trata de la relación entre emociones y lenguaje. En los textos revisados, el amor y el enamoramiento parecen tener importancia primaria, y numerosos autores han tratado este tema en sus escritos. Por estas razones hemos elegido esta emoción para poder explicar los varios pasaje de nuestra revisión bibliográfica.
Durante más de cien años las emociones han sido objeto de estudio de varias disciplinas de las ciencias humanas y sociales, entre ellas cabe mencionar la filosofía, la psicología y la sociología. El tema de las emociones ha sido estudiado en todas las ramas de las ciencias sociales, de allí que exista un gran número de aproximaciones teóricas que mantienen puntos de vista diferentes.
Por esta razón en la primera parte de este artículo vamos a tratar las aportaciones más importantes que en el ámbito de estas tres disciplinas han aportado al tema de las emociones y la relación con el lenguaje.
Por ejemplo en el ámbito de la psicología, Mayor (1988) afirma que no hay una definición de emoción comúnmente aceptada. Y la historia de las emociones debe verse siempre en el contexto de los cambios ocurridos en la psicología como disciplina general. De hecho, pudiera decirse que lo que más ha influido en el estudio de las emociones ha sido el cambio constante experimentado por la psicología a lo largo de su evolución disciplinar. Y estas influencias pasan también en las otras dos áreas de estudio, la filosofía y la sociología. Una revisión en esta área que no tome en cuenta estas disciplinas es destinada a dar sólo unos aspectos superficiales, sin tener en cuenta de dónde ha nacido esta problemática, que será lo que veremos en la primera parte de esta revisión.
Sucesivamente se ha centrado la atención en el binomio emoción-lenguaje. Su interés ha sido elaborar argumentos que sirvan para diferenciar la relación entre estos dos términos, es decir, si las emociones se pueden “localizar” en el lenguaje o si a través del lenguaje se accede a las emociones (Harré, Finlay Jones, 1986; Bax, 1986; Good et al., 1988).
Definida esta relación, hemos profundizado en el estudio de la construcción social de las emociones en cuanto evolución natural del binomio anterior. La idea ha sido distinguir, tanto en los aspectos históricos como antropológicos, cómo se construyen las emociones siempre teniendo como eje el discurso (Harré, 1984; Stearns y Stearns, 1985; Ibáñez, 1994; Harré y Stearns, 1995). La línea sucesiva a este planteamiento se reconcentra en la psicología discursiva tal como la propone Derek Edwards, centrando su propio interés en el estudio de las emociones en el discurso (Edwards y Potter, 1992; Edwards 1997, 2000). Cabe decir que Edwards está claramente influenciado por las principales corrientes construccionistas discursivas de Harré (1984), Wooffitt (1992), Billig (1987), Atkinson y Heritage (1984) y Potter y Wetherell (1987).
En los últimos años, el tema de las emociones ha sido influenciado por la investigación post construccionista (Iñiguez, 2005), particularmente usando la performatividad como noción central. Según Judith Butler
(1993) la construcción de las emociones es un procedimiento abierto a constantes transformaciones y redefiniciones (Butler, 1997; Braidotti, 2000; Spivak, 1990). Definido esto, se ha visto como el último efecto de esta evolución natural entre emoción y lenguaje ha sido en último término la tecnociencia. Han aparecido nuevas emociones, o diferentes manera de llamar a las emociones ya existentes en la tecnociencia. Debido al uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación según un aspecto emocional. Este es el lugar donde por ejemplo confluyen los intereses comunes de filósofos, epistemológos y psicólogos embarcados en el proyecto de la máquina afectiva (Rose, 1983; Brown, 2005; Brown y Stenner, 2001; Michael, 2000, 2006), en el concepto de cyborg y de techno-disembodiment (Haraway, 1989, 1995; James y Carkeek, 1997; Gibbs, 2006, Hollinger, 2000; Ramos, 2005) o simplemente en la noción del “disclosure”, fenómeno muy difuso de lo que significa expresar emociones a través de una pantalla.
Dada la multiplicidad de perspectivas, las controversias abiertas y los planteamientos teórico-metodológicos plurales, tal y como ya hemos dicho, en este artículo nos proponemos describir el panorama científico del estudio de la emoción como una línea continua de las diferentes aportaciones de las ciencias sociales. Nos ha parecido atractivo trazar esta línea de continuidad de esta área de conocimiento, sirviéndonos de un ejemplo que, gracias a su fuerzas explicativa y a su impacto en diferentes investigaciones, nos han hecho comprender la importancia de la relación entre emoción y lenguaje. Expresar la emoción del enamoramiento, del estar enamorado, en definitiva, del amor, ha sido a lo largo de la historia de la literatura una suerte de argumento principal, donde se ha desarrollado toda una serie de mitos y experiencias durante muchos siglos. Por esta razón, vamos a descubrir cada área de investigación en este ámbito, ayudándonos con las diferencias de la expresión del “amor”.

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GIRO AFECTIVO:

Fuente Intersecciones Psi (revista electrónica dela facultad de Psicología – UBA) Año 10 – Número 34- Marzo de 2020

La ciencia moderna relega a la emoción a un plano secundario en la construcción de la sociedad. Esto se da precisamente porque se trata de un acontecimiento que escapa a la razón, fenómeno de mayor interés para la época moderna (Gondim y Estramiana, 2009).

Según Juárez, plantear las emociones como irracionales, consecuencia de la modernidad, tiene como efecto la “despolitización de las emociones”. Se trata de un proceso por el cual los afectos, innominables por ser irracionales, son expulsados del campo del interés y la construcción social, ya que su manifestación, desde este punto de vista, es puramente individual y le corresponde su saber solo a su portador (Juárez, 2008). Waldenfels adhiere a esta posición, argumentando que todo aquello no enunciado como cualidad neutra y objetiva en el dominio del conocimiento, y que además no sirve a un fin en el dominio práctico, pasa a formar parte del dominio de los sentimientos, siendo estos estados privados del sujeto (Waldenfels, 2008). Este pensar olvida que la cognición no es lo único social. Como ejemplo de esto puede tomarse el funcionalismo, que, si bien prioriza la emoción como acción desencadenada tras y por la evaluación del evento, no considera que las personas evalúan sus emociones y sentimientos a la luz de los conocimientos que adquieren en los procesos de aprendizaje social (Holodynski y Friedlmeier, 2006).

Ahora bien, esta misma “irracionalidad” no se debería despreciar, sino que habría que otorgarle especial atención, ya que es el rasgo principal de la afectividad. Ella nos da la pauta sobre dónde ubicar las emociones dentro de la estructura humana: en la experiencia, ya que no deben menospreciarse por no poder ser limitadas al análisis racional. Waldenfels (2008), al hablar del sentimiento como phatos, arguye que este es algo que nos ocurre, que no sucede sin nuestra intervención, pero que, a su vez, supera nuestra acción al advenir y que, por ello, resulta en una experiencia que comienza por lo extraño, en un hacer y un hablar que son fundamentalmente responsivos, un pathos que no se posee, sino al que se está expuesto.

Así, las emociones son algo que, más que producirlas, nos acontecen. El ubicarlas en el campo de la experiencia tiene la doble consecuencia de que sean, así, elementos participantes tanto en la constitución histórica del sujeto como en la relación mantenida entre éste y su mundo. No se trata de fenómenos separados, sino recíprocos. Las emociones son entonces un componente mediador (determinante) de una cierta respuesta ante un estímulo situacional, por ser elementos que organicen la “estructura orgánica” del ser experimental, y viceversa. El pathos como experiencia (Waldenfels, 2008) es un desarrollo que no está anclado, ni en el mundo interior ni en el exterior.

En la transmisión cultural no solo se traspasan generacionalmente las explicaciones sobre el funcionamiento del mundo en tanto mundo natural, sino también como mundo moral, en el que las emociones son también categorías construidas socialmente, dado que cumplen con un determinado patrón social, con lugares y momentos predeterminados para su apropiada exposición (el teatro o el cine, una conversación íntima en un espacio propio) o represión (sin ir más lejos, el espacio público en general) (Juárez, 2008). En efecto, las emociones se originan en el curso de nuestras interacciones y juegan un importante papel en la construcción, mantenimiento y/o transformación del orden social (Gondim y Estramiana, 2009).

En este sentido, la perspectiva sociocultural propone que además de cumplir la función biológica de adaptación de la especie, las emociones adaptan externamente a un medio cultural, ya que son construidas en las interacciones sociales e influenciadas por dicho contexto (Holodynski y Friedlmeier, 2006). El construccionismo social adhiere en su base a esta última perspectiva ya que, aunando concepciones antropológicas, filosóficas, sociológicas y psicológicas, plantea que las emociones y sentimientos son construidos socialmente ya que nadie experimenta una emoción hasta que aprende a interpretar la situación en términos de patrones morales, sociales y culturales (Gondim y Estramiana, 2009). Además, resulta relevante remarcar que el construccionismo social, a diferencia de otras perspectivas, permite atacar la problemática del lenguaje en las emociones, punto en el que la cuestión se complejiza, ya que el lenguaje posibilita el falsear la autenticidad de las emociones, rasgo sumamente único en ellas, separando lenguaje y verdad, y, derivadamente, afectividad y cognición (Juárez, 2008).

De este modo, estas investigaciones se encuentran marcadas por una tendencia interdisciplinaria e integracionista: la complejidad de las emociones exige superar los límites reduccionistas. En este sentido, el presente artículo, busca contribuir al análisis del rol interpersonal de las emociones en tanto constructoras de la identidad del sujeto tanto como de la identidad de los colectivos sociales.

Esta modalidad de análisis resulta meritoria, ya que porta ventajas interesantes por sobre los análisis individuales de las formas en las que un sujeto está constituido: antes que nada, si se plantea el análisis de la afectividad desde una perspectiva individual, con las emociones en el interior del sujeto, se cae en los laberintos de desconocer su origen al ser imposible su análisis directo porque la única técnica restante en este caso es la introspección (Juárez, 2008). En cambio, hay más certeza cuando se las observa como hechos en una cadena de sucesos en la construcción de la interacción social, condicionada por el lenguaje, ya que, como dice Gergen (2007), no puede estudiarse la cultura sin estar inmerso en ella. En segundo lugar, de proponer el análisis restringido al individuo, se ubica en segundo plano la explicitación de las configuraciones a través de las que el sistema en el que este se halla inmerso lo moldea y constituye. Por último, esta modalidad de pensamiento puede llevar a conceptualizaciones de la sociedad contemporánea como las de Bauman (1996), que exponen que la posmodernidad implica que el significado y el comportamiento de la agencia del sujeto no son determinados por su ambiente, sino solo posibilitados (el ambiente solo sistematiza en la constitución del self mediante las elecciones en el oficio de vida).

En definitiva, la futilidad en el intento de alcanzar una elucidación sobre la naturaleza de las emociones bajo los presupuestos del individualismo compele a atacar la problemática desde una perspectiva que permita lidiar con la cuestión real donde se presenta: en la configuración de una subjetividad encarnada en el marco del mundo intersubjetivo que habita. Gergen afirma que, en el estudio social de las emociones, “más que restablecer la tradición modernista de la verdad objetiva, se promueve la discusión hacia formas de reconceptualizar el problema” (Gergen, 2007, pp. 255). Para esto es necesario, como dice Scribano (2012), poner de relieve la importancia del cuerpo, no solo en tanto constructor de experiencias y posibilitador de las emociones, y por ende inseparable de ellas, sino en cuanto objeto común a todos los miembros de una sociedad politizada, factor crucial en el análisis social de la afectividad: Si intentamos encontrar un denominador común para el problema de la heterogeneidad de las manifestaciones de las emociones como experiencias responsivas, ese es el cuerpo, porque hace posible poner en acto la estructura social dominante, que, en última instancia, deriva del concepto vigente que se tenga de ese cuerpo.

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REACCIONES EMOCIONALES Y FISIOLÓGICAS DE LOS PSICOTERAPEUTAS HACIA PACIENTES CON TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD O DEPRESIÓN

Fuente Intersecciones Psi (revista electrónica dela facultad de Psicología – UBA)

Conclusión

Hasta donde sabemos, este estudio fue el primero en especificar el abordaje de las reacciones fisiológicas asociado con las respuestas emocionales de los terapeutasen el tratamiento de pacientes con trastorno de depresión mayor y trastorno límite de la personalidad. Nuestros hallazgos sugirieron que los psicoterapeutas tienen diferentes reacciones corporales cuando tratan a pacientes, y ellos difieren entre los pacientes con TLP y DM. Por lo tanto, argumentamos que los terapeutas deben ser conscientes y trabajar con su propia respuesta emocional y fisiológica con los pacientes, especialmente con pacientes con TLP, porque podrían afectar la relación y los resultados de la terapia. A la luz de los cuatro resultados de este estudio, recomendamos el entrenamiento de mindfulness para terapeutas, porque puede ser una herramienta importante para ayudar a los futuros profesionales a desarrollar la capacidad de autorregulación en lugar de evitarlos o sobre identificarse con la angustia emocional de sus pacientes (por ejemplo, Morgan y Morgan, 2005). En general, la investigación sobre psicoterapeutas sugiere que las prácticas de meditación, aumentan la conciencia y la conexión con sus pacientes; por ejemplo, intervenciones de atención plena con clínicos residentes de psicología se han asociado con una reducción de síntomas y mejores estrategias de afrontamiento entre sus pacientes (Grepmair et al., 2007). Así, basado en nuestros resultados y el apoyo en la literatura, sugerimos la inclusión del entrenamiento de mindfulness en planes de estudio o programas de capacitación. También sugerimos un entrenamiento efectivo para tratar pacientes con TLP. Day, Hunt, Cortis-Jones, y Grenyer (2018) descubrieron que los profesionales de la salud tienen una mejor actitud hacia los pacientes con TLP porque hay mejor entrenamiento efectivo para el tratamiento del TLP. Finalmente, la supervisión y una mayor investigación sobre el proceso terapéutico y la influencia del comportamiento de los terapeutas, puede ofrecer más soluciones para la negatividad de las respuestas de los terapeutas a sus pacientes.

Fuente: http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=812:reacciones-emocionales-y-fisiologicas-de-los-psicoterapeutas-hacia-pacientes-con-trastorno-limite-de-la-personalidad-o-depresion&catid=9:perspectivas&Itemid=1

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TECNOLOGÍAS Y PROBLEMÁTICAS EMERGENTES: EL FENÓMENO PHUBBING

En el presente trabajo se exploran diferentes investigaciones y teorías sobre la interacción sujeto-tecnología para entender los nuevos fenómenos sociales emergentes implicados en las relaciones interpersonales contemporáneas.

Revolución de la Información y su impacto en el sujeto.

Para comenzar con el análisis resulta fundamental contextualizar, para así comprender con mayor profundidad los diferentes fenómenos emergentes en la interacción sujeto-TIC. En relación a esto podríamos decir que nos encontramos ante un nuevo paradigma: así como la edad Moderna se caracterizó por la Revolución Industrial, la Era Posmoderna podría enmarcarse dentro de la Revolución de la Información. Esta era posmoderna se caracteriza por la flexibilidad de los procesos, las normas, las instituciones y las relaciones, además del quiebre en el espacio tiempo (Castells, 2011).

Si bien el proceso por el cual comienza a gestarse la configuración de la revolución de la información resulta complejo, remontarse al desarrollo de las TIC, y específicamente al de las redes sociales virtuales, podría ser una ayuda importante para comprender el contexto. Las TIC, y sobre todo las redes sociales virtuales, permiten nuevos medios de interacción de la información que provocan modificaciones en los espacios y tiempos ocasionando diversas consecuencias. Estos cambios se producen desde el uso de internet en computadoras de escritorio, pasando por los teléfonos celulares, y llegando a su desarrollo ulterior a través smartphones y redes sociales (Cornejo y Tapia, 2011). Estas modificaciones en las formas de relacionarnos traen aparejados el desarrollo de diferentes líneas de investigación y modelos explicativos.

Por un lado, se encuentran las investigaciones que fundamentan que las interacciones cara-a-cara o la soledad no están en disminución debido a estas tecnologías, sino que, por el contrario, los usuarios de estas tecnologías tienen más posibilidades de socializar que aquellos que no lo hacen sin la eliminación de dicha modalidad (Castells, 2006; Behrens, Paul y Wellman, 2007 en Sabater Fernández, Martínez Lorea y Campión, 2017). Inclusive, la investigación realizada por Sabater et al., (2017) llega a la conclusión de que las interacciones sociales virtuales no disminuyen ni reemplazan a las interacciones sociales personales, sino que son una extensión de las mismas.

Por otro lado, se ubican aquellas teorías que tienen una mirada tecnopesimista y de debilitamiento del vínculo social. Estos autores plantean que las relaciones mediadas por la tecnología generan un descenso de la sociabilidad a través de los encuentros personales cara-a-cara (Gergen, 1995). Dentro de esta postura también es posible ubicar investigadores y teóricos que asocian internet directamente con la soledad, con la disminución del grado de compromiso y de diferentes valores (Parks y Roberts, 1998; Kroker & Weinstein, 1994; Stoll, 1995; Turkle, 1995; Kraut et al. 1998; McKenna & Bargh, 1998; Rierdan, 1999; Shapiro, 1999, Nie & Erbring, 2000 en Sabater Fernández et.al., 2017). Estas ideas se encuentran en fuerte relación con la laxitud de los vínculos sociales y de los valores que describe Bauman (2015) al teorizar sobre las características de la modernidad líquida, o la debilidad de los vínculos que describe Wellman (1979) al desarrollar el concepto de Individualismo en red. Otras investigaciones indican tanto efectos negativos en las relaciones sociales y en las actividades cotidianas (García Blanco y otros, 2002 en Cornejo y Tapia, 2011) como modificaciones negativas de la personalidad, tales como introversión, poca amabilidad, inestabilidad y baja autoestima (Viñas Poch, 2009 en Cornejo y Tapia, 2011; Valkenburg y Schouten, 2006).

Es indudable que las TIC traen aparejadas consigo diferentes consecuencias, tanto positivas como negativas en las modalidades de relaciones interpersonales que establecen los sujetos. Este trabajo hace hincapié en los aspectos negativos para poder entender sus diferentes factores y, en base a ello, desarrollar intervenciones que contrarresten estos efectos. En este sentido es posible ubicar fenómenos como “ghosting” (terminar la comunicación con una persona de manera unilateral con el objetivo de disolver la relación a través de un medio tecnológico), “sexting” (recibir, enviar o reenviar mensajes con contenido sexual explícito a través del celular, computadora u otros dispositivos tecnológicos), “cyberbullying” (uso de las nuevas TIC para hostigar con ensañamiento a su víctima) y el “phubbing” que emergen favorecidos por las condiciones producidas en el contexto actual (Arias et al., 2017; Fernández, 2011; Hernández Prados y Solano Fernández, 2007) A continuación se desarrollará en particular el fenómeno del phubbing.

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SATISFACCIÓN CONYUGAL: VARIABLES DETERMINANTES

Relaciones vinculares, Salud, Artículos Psi

Variables asociadas a la satisfacción conyugal

Se recopilan aquí 21 de las variables más importantes que se encuentran en la bibliografía asociadas a la satisfacción conyugal, aunque no conforman una lista exhaustiva. Se tomaron en cuenta las investigaciones publicadas en los últimos años, a excepción de las relacionadas con la variable del paso del tiempo, de las cual no se han podido encontrar estudios recientes; sin embargo, se incluye esta variable debido a su importancia dentro del ciclo vital. Estas variables están relacionadas unas con otras y definen un proceso en el cual un cambio en una de ellas o en sus relaciones causa efectos cuantitativos crecientes y decrecientes en los demás elementos y en el sistema como tal de resultados impredecibles. Entendidas de esta manera, cada una las variables tomada de manera aislada no es más que un recorte de la realidad que puntúa una serie de hechos que nos permite operar en un mundo signado por la complejidad.

Variables externas o contextuales

  1. Contexto cultural: Son los valores sociales que influyen en las conductas, creencias, rasgos de personalidad, valores, actitudes y capacidades individuales (Díaz-Loving, 2011) y, por ende, afectan a la percepción de la relación y a la satisfacción.
  2. Hábitat: Son los aspectos físicos (espacio del hogar) y sociales (seguridad y entorno político). Armenta, Sánchez & Díaz- Loving (2012) explican que influyen en la satisfacción debido que puede facilitar o no las actividades y convivencia.
  3. Nivel educativo: Las personas con escolaridad baja y media suelen desempeñar trabajos que les reditúan ingresos insuficientes, generando insatisfacción en la pareja como reflejo de una insatisfacción general (Vera, 2011). Los que tienen una alta escolaridad suelen percibir un ingreso alto y se relaciona con una mayor satisfacción.
  4. Ámbito económico-laboral: Delimita el tipo de actividades que puede llevar la pareja (ir al cine, viajar, etc.) (Armenta et al., 2012). Asimismo, el estrés que puede causar el tiempo dedicado al trabajo puede mermar la satisfacción (Khalfani, 2009).

Variables individuales

  1. Género: Socialmente hay expectativas diferentes sobre lo que hombres y mujeres deben ser y hacer, y si no se cumplen puede conllevar sentimientos de culpa y enojo. Cabrera &Aya (2014) encontraron que para los hombres suele jugar un rol más importante el atractivo físico, y para las mujeres la estabilidad financiera o estatus social. Por otro lado, Lavner&Bradbury (2010) han hallado una mayor insatisfacción en las mujeres debido a que socialmente se espera que se ocupen del trabajo doméstico y del cuidado de los hijos.
  2. Salud: La salud mental y física de las personas se relaciona con la satisfacción conyugal (Rohrbaugh, Mehl, Shoham, Reilly&Ewy, 2008).
  3. Personalidad: Según el modelo del “Big five” de Cattell, los 5 grandes rasgos de personalidad son: complacencia (tendencia a ser confiado, cálido y generoso); extraversión (tendencia a ser optimista, asertivo, comunicativo y amigable); conciencia (tendencia a ser eficiente, organizado y responsable); apertura a la experiencia (creatividad, aceptación de sentimientos y preferencia por la diversidad) y neuroticismo (tendencia a expresar sentimientos negativos e inestabilidad emocional). Las personas con alto grado de neuroticismo tienden a tener relaciones inestables y una baja satisfacción (Farfán, 2013), mientras que los rasgos de complacencia, conciencia y extraversión están relacionados con una alta satisfacción (Cabrera &Aya, 2014).
  4. Estilo de apego: Es la propensión a establecer vínculos afectivos con otras personas (Bowlby, 2006). Quienes presentan un estilo de apego evitativo describen temor a la cercanía y disfrutan menos de sus relaciones; quienes tienen un estilo ansioso tienden a reportar más preocupación y dependencia; y las personas con un estilo seguro describen sus experiencias amorosas como más felices y de confianza y reportaron los mayores niveles de satisfacción (Guzmán & Contreras, 2012).
  5. Grado de diferenciación del self: Es la medida en la que ambos cónyuges son independientes y autónomos y menos propensos a reaccionar con emociones negativas. Las personas con un nivel alto de diferenciación del self presentan mayor satisfacción debido a que se involucran libremente, a través de límites flexibles que les permiten la unión e intimidad sin llegar a la fusión y regulan mejor sus emociones (Rodríguez, Skowron, Cagigal& Muñoz, 2016).
  6. Creencias, normas y valores: Definen las características deseables de la pareja, conductas y actividades que se deben realizar, etc., creando expectativas que serán satisfechas o no. Pérez & Sánchez (2018) han encontrado que las más relevantes para la satisfacción son las de la relación ideal, la tradición, la lealtad, la interacción satisfactoria y la coincidencia entre los cónyuges.
  7. Sentido del humor: Olagüe (2017) distingue el sentido del humor positivo del sentido del humor negativo o hiriente, y encontró que el primero se relaciona positivamente y el segundo negativamente con la calidad de la relación.

Variables inherentes a la relación de pareja

  1. Expresión del afecto: González (2011) postula que los hombres tienden a no expresar su sentir y se sienten presionados por sus cónyuges para expresar sus sentimientos, quienes a su vez los perciben como distantes, generando insatisfacción. A su vez, la satisfacción aumenta cuando los sentimientos se demuestran a través de la expresividad y el afecto, más que expresadas verbalmente.
  2. Tiempo libre compartido: Procura satisfacción si provee buena comunicación, intimidad, erotismo y sexualidad (González, 2011). Por el contrario, la rutina se caracteriza por el sentimiento de tedio y monotonía, generando una baja satisfacción.
  3. Comunicación: Promueve un adecuado manejo de conflicto. Flores (2011) y Armenta & Díaz-Loving (2008) explican que un estilo asertivo, optimista y oportuno tiende a generar patrones de comunicación positivos, lo cual produce satisfacción.
  4. Sexualidad: Cuanto más parecidas y compatibles sean las necesidades sexuales de los cónyuges, mayor satisfacción habrá. Díaz (2010) encontró que la satisfacción sexual se relaciona con la satisfacción conyugal de manera bidireccional o recíproca.
  5. Compromiso: Se refiere al sentido de pertenencia hacia una pareja como algo duradero. Cuando es mutuo, ambas partes muestran sentimientos positivos entre sí (Nina-Estrella, 2011).
  6. Estrategias de mantenimiento: Son las destrezas para corregir o prevenir situaciones que afecten la estabilidad de la pareja. Nina-Estrella (2011) halló que contribuyen positivamente a la satisfacción, dado que auxilian en la creación de estabilidad, funcionalidad y compromiso.
  7. Resolución de conflictos: Son las habilidades para enfrentar las nuevas situaciones o problemas. Influyen directamente en la satisfacción y suelen aumentar con la edad (García, 2016).

Variables relativas al ciclo vital

  1. Hijos: El nacimiento de los hijos suele aumentar los conflictos, especialmente cuando los hijos son pequeños y requieren mayor atención. Algunas investigaciones sugieren que a mayor cantidad de hijos menor satisfacción (Mora, Gómez & Rivera, 2013). Armenta et al. (2012) hallaron que las mujeres se ven mayormente afectadas debido a que culturalmente se espera que sean la fuente principal de su cuidado.
  2. Paso del tiempo: Algunos autores hallaron una satisfacción mayor al principio, un descenso en los años intermedios del matrimonio, y un incremento posterior, en forma de “U” (Anderson, Russell, &Schumm, 1983 y Kimble, 2002). Otros consideran que este patrón es progresivo lineal en declive, como Vaillant&Vaillant (1993).
  3. Edad: Las parejas más jóvenes suelen tener un grado mayor de satisfacción; desde los 26 años y hasta los 35 se produce un bajón, que se extiende hasta poco antes de los 40, y luego hay un pequeño repunte. Valenzuela (2011) postula que esto coincide con etapa de la vida de mucha tensión debido al estrés, a la competencia laboral y al presupuesto estrecho. A su vez, explica que el repunte en la satisfacción que se ve desde los 45 años coincide con que los hijos ya están grandes y la pareja recupera sus espacios.
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RECOMENDACIONES PSICOLÓGICAS PARA AFRONTAR LA PANDEMIA

RECOMENDACIONES Y CONSEJOS PARA AYUDAR A CONTROLAR LA ANSIEDAD EN RELACIÓN AL CORONAVIRUS

RECOMENDACIONES PSICOLÓGICAS PARA AFRONTAR LA PANDEMIA – Facultad de Psicología – UBA

• Mantener los horarios del sueño.
• No sobreexponerse a noticias y consultar solamente fuentes confiables (organismos oficiales, instituciones prestigiosas) y en momentos del día establecidos (por ejemplo, al mediodía o a la tarde, y no tanto al despertar o antes de dormir).
• Aunque no vaya a salir de su casa, quitarse el pijama o la ropa de dormir para evitar la sensación de discontinuidad y poder organizar los ciclos del día.
• Proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos online, hay muchos gratuitos y de calidad.
• Hacer una rutina de ejercicios físicos periódica en casa, siempre tomando en cuenta que es una situación especial.
• Continuar accediendo a la naturaleza y a la luz solar siempre que sea posible.
• Alimentarse bien y mantenerse hidratado.
• Mantener sus redes sociales de contención emocional con sus familiares, amigos y personas de confianza a través de medios digitales.
• Limitar los grupos de chats que difunden noticias, muchas de ellas falsas o erróneas ya que promueven pensamientos negativos y catastróficos y le imponen a nuestra mente un sobreesfuerzo.
• Ser considerado con uno mismo, con sus estados emocionales, teniendo presente que los cambios de rutina tan abruptos, la incertidumbre y la amenaza de la pandemia afecta nuestro estado emocional por más saludables que seamos. Considerar que esto mismo le ocurre a los demás, por lo tanto, intentar ejercitar la tolerancia con nosotros mismos y con los demás.
• Las personas somos seres rutinarios, sociales y valoramos la previsibilidad. Tengamos presente que la pandemia en pocas semanas alteró todo esto.
• El cambio implica desarrollar conductas flexibles y adaptativas a esta situación con la finalidad de afrontarla positivamente.
• El armado de nuevas rutinas es un desafío, requiere flexibilidad y tener en cuenta que es un esfuerzo el cambio de rutinas muy abrupto.
• Si se tienen hijos o menores cercanos, es importante hablar con ellos. Converse sobre la información oficial sobre el coronavirus en un lenguaje adecuado a la edad y de manera honesta. Recuerde que la familia y los afectos observan nuestras emociones y comportamientos. Un buen ejemplo de comunicación acerca de la importancia de la higiene de manos está disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=H6EMAreCOYE
• Los niños tanto como los adultos requieren mantener espacios de juego y divertimento que promuevan emociones positivas.
• Si vive en espacios reducidos y en familia no los sobreexija con tareas. Tenga presente que respectar la cuarentena es ya un esfuerzo en sí mismo y como tal es valioso. Converse en familia sobre el sentido altruista de las conductas
responsables para que tengan sentido los esfuerzos.
• Buscar ayuda adicional. Si se siente muy nervioso, triste, ansioso o que la situación afecta alguna esfera de su vida, busque un profesional de la salud mental. Siempre con la finalidad de encontrar modos constructivos de manejar
la adversidad.

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Diccionarios del mundo Psi

Vocabulario utilizado en el mundo Psi

Diccionarios del mundo Psi

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Bienvenid@!

mundo Psi

Encontrarás material sobre las ciencias Psi y todas aquellas relacionadas con el conocimiento del ser humano; su relación con el mundo, los otros y consigo mismo.

Marcela E. Maldonado
Marcela E. Maldonado

Desde 2006, Psicopsi ha sido pionera en divulgación de material de estudio gratuito. Material que no se limita a la psicología, una de mis pasiones, sino a todo material que se dedique al estudio del Ser Humano y todo lo que se relacione con él. Sin tomar a una ciencia, disciplina o teoría como única. Hoy, en los tiempos en que hay mucha información y acceso de material de estudio, Psicopsi sigue siendo fiel a sus principios: Que no haya límites para el conocimiento y el acceso a él, no tomar una voz como verdad y dar el espacio para la publicación gratuita.

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Mundo Psi

¿A qué llamamos Mundo Psi?

Cuando referimos al Mundo Psi tomamos este concepto, este constructo, para referirnos nos a todas aquellas ciencias, filosofías y disciplinas que intervienen sobre el ser humano en todos sus aspectos; salud, medicina, nutrición, neurofisiología, jurídica, ambiental, como sujeto pensante, como un objeto de estudio, como un elemento de un sistema y, sobre todo, desde la psicología y todas sus ramas de estudio. No tomando una única forma de ver al Mundo Psi como algo acabado y finito sino como un concepto en constante construcción.

Objetivo de la página.

Como objetivo lo adelantamos arriba, la construcción constante de lo que podemos percibir como Ser Humano, desde un sujeto psi que se construye a partir de un lenguaje con un cuerpo y que se relaciona en un determinado ambiente y en un tiempo histórico.

¿Cómo acceder al material?

Este sitio está dedicado a la divulgación de material de estudio del Mundo Psi. Podrás navegar por diferentes páginas que se pueden acceder a partir del menú lateral y superior. Varias páginas desde las que se viene trabajando desde el año 2006 no están catalogadas por lo que te invitamos a buscar tu tema de interés a partir de la opción «Buscar».

Puedes acceder a todas nuestras redes sociales como la comunidad en Facebook, Instagram o Twitter.

Te pedimos que en estos espacios haya respeto por la opinión del otro, la otra persona puede estar en un proceso de aprendizaje diferente al tuyo, ver de otra forma el mundo, un ser único e irrepetible.

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Definición de Salud Pública

¿Qué es la salud pública? Podemos definir la salud pública como salud colectiva, como un campo de prácticas sociales, conductas y el sentido como esas conductas se inscriben. No es sólo una acción. toda acción se produce desde una lógica de sentido y produce un sentido.- 24 de Octubre de 2008

La definición más conocida de salud pública, señala que es ésta una rama de la medicina cuyo interés fundamental es la preocupación por los fenómenos de salud en una perspectiva colectiva, vale decir, de aquellas situaciones que, por diferentes circunstancias, pueden adoptar patrones masivos en su desarrollo. En 1920, Winslow definió la salud pública en los siguientes términos: «la salud pública es la ciencia y el arte de prevenir las enfermedades, prolongar la vida y fomentar la salud y la eficiencia física mediante esfuerzos organizados de la comunidad para sanear el medio ambiente, controlar las infecciones de la comunidad y educar al individuo en cuanto a los principios de la higiene personal; organizar servicios médicos y de enfermería para el diagnóstico precoz y el tratamiento preventivo de las enfermedades, así como desarrollar la maquinaria social que le asegure a cada individuo de la comunidad un nivel de vida adecuado para el mantenimiento de la salud» (Posteriormente, Winslow cambió el término «salud física» por el de «salud física y mental»).

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Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud

¿Qué es la OPS?

Organización Panamericana de la Salud y Organización de la Salud

¿Qué es la OPS?

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es un organismo internacional de salud pública con 100 años de experiencia dedicados a mejorar la salud y las condiciones de vida de los pueblos de las Américas. Goza de reconocimiento internacional como parte del Sistema de las Naciones Unidas, y actúa como Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud. Dentro del Sistema Interamericano, es el organismo especializado en salud. La Oficina Sanitaria Panamericana es la Secretaría de la Organización Panamericana de la Salud. Su misión es cooperar técnicamente con los Países Miembros y estimular la cooperación entre ellos para que, a la vez que conserva un ambiente saludable y avanza hacia el desarrollo humano sostenible, la población de las Américas alcance la Salud para Todos y por Todos. La Constitución de la Organización Mundial de la Salud fue adoptada el 22 de julio de 1946 y establece, de conformidad con la carta de las Naciones Unidas, que los siguientes principios son básicos para la felicidad, las relaciones armoniosas y la seguridad de todos los pueblos: La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social. La salud de todos los pueblos es una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad, y depende de la más amplia cooperación de las personas y de los Estados. Los resultados alcanzados por cada Estado en el fomento y protección de la salud son valiosos para todos. La desigualdad de los diversos países, en lo relativo al fomento de la salud y el control de las enfermedades, sobre todo las transmisibles, constituye un peligro común. El desarrollo saludable del niño es de importancia fundamental; la capacidad de vivir en armonía en un mundo que cambia constantemente es indispensable para este desarrollo. La extensión a todos los pueblos de los beneficios de los conocimientos médicos, psicológicos y afines es esencial para alcanzar en más alto grado de salud. Una opinión pública bien informada y una cooperación activa por parte del público son de importancia capital para el mejoramiento de la salud del pueblo. Los gobiernos tienen responsabilidad en la salud de sus pueblos, la cual solo puede ser cumplida mediante la adopción de medidas sanitarias y sociales adecuadas.» La OPS/OMS lleva a cabo su misión en colaboración con los ministerios de salud, quienes pueden delegar la realización de iniciativas a otros organismos gubernamentales e internacionales, organizaciones no gubernamentales, universidades, organismos de seguridad social, grupos comunitarios y muchos otros.
¿Que es la O.M.S.?

La organización Mundial de la Salud: Fue establecido en 1948 para lograr el nivel de salud más alto posible por medio de la promoción de la cooperación técnica en materia de salud entre las naciones,la aplicación de programas para combatir y erradicar las enfermedades,la mejora de la calidad de la vida.Sus objetivos son: Reducir el exceso de mortalidad, morbilidad y discapacidad con especial énfasis en las poblaciones pobres y marginadas,promover estilos de vida saludables y reducir los riesgos para la salud,desarrollar sistemas de salud más justos y eficaces que sean financieramente más equitativos. La Asamblea Mundial de la Salud es el órgano que dirige las actividades de la OMS y está formado por 191 miembros que se reúnen anualmente. Además,la OMS cuenta con un Consejo Ejecutivo integrado por 32 expertos de la salud.

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El psicólogo y su papel en la salud

La función del psicólogo en el campo de la salud, teniedo en cuenta la complejidad del objeto, no se restringe a atender lo convencionalmente definido como ¨enfemedades o patologías mentales¨ sino trabajar la demensión subjetiva en los diversos abordajes del proceso salud/enfermedad/ atención.

El psicólogo y su papel en la salud

La función del psicólogo en el campo de la salud, teniendo en cuenta la complejidad del objeto, no se restringe a atender lo convencionalmente definido como ¨enfermedades o patologías mentales¨ sino trabajar la dimensión subjetiva en los diversos abordajes del proceso salud/enfermedad/ atención. Definiendo el campo de las prácticas en salud y dentro de él las de salud mental es, en tanto espacio de prácticas sociales, ámbito de debate epistemológico. Concluyendo en las diversas teorías, concepciones y propuestas ideologías, cuerpos conceptuales y políticas. Entendiendo esta última como propuestas generales acerca de la forma en que una sociedad debe encarar su presente, su futuro y las relaciones de poder entre sus actores. operando en ellas determinaciones e intereses diversos.

Entendiendo la salud como un proceso que hace la vida y la muerte de sujetos individuales y de colectivos humanos, en una dinámica que enlaza indefectiblemente lo particular con lo genérico y lo biológico con lo social y lo subjetivo. Proceso que implica representaciones y prácticas configurando un campo. Entendiendo salud como un derecho humano y social que se encuentra en discusión y que determina la fijación de políticas( políticas de salud). Planteándose distintos modelos de definición del rol de Estado, el Mercado y la Sociedad Civil en ellas. La salud como una de las más importantes ¨industrias¨ del mundo, pertenecientes al sector servicios, en la que se invierten capitales a nivel internacional y que, por ende, es territorio de lucha de intereses económicos, corporativos y sociales. 

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Kinsukuroi

Kinsukuroi

Kinsukuroi (El arte de la reparación) técnica de origen japonés para reparar la cerámica.

La reparación (carpintería del oro) del objeto dañado poniendo una cintilla de oro, plata o platino en las juntas para volver a armarlo mostrando todas esas cicatrices, dejándolas al descubierto como una pieza única. Piezas con un valor añadido, que dan cuenta de su fragilidad y recuperación que hablan de la historia del objeto. Como objeto resiliente, nos reconcilia con los errores embelleciéndonos.

Cortar. Diccionario de términos lacanianos

Cortar. Diccionario de términos lacanianos

La idea intuitiva de cortar corresponde a la operación de quitar puntos de cierto espacio topológico. Por ejemplo, se puede cortar a lo largo de una circunferencia a través del agujero de un toro, para obtener un tubo, equivalente a una porción de cilindro.

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