Abordaje del término identidad (Mahler, Grinberg y Erikson)

El abordaje del termino identidad, partiendo desde Mahler, Grinberg cuando el sujeto se responde la pregunta por el “Que soy”, conociéndose y percibiéndose como una entidad separada de los otros, poseyendo un sentimiento de ser y siendo capaz de integrar su cuerpo como propio; esta definición de identidad se da en una etapa temprana del desarrollo y va modificándose dentro de estos parámetros con el tiempo. De esta manera se podría explicar el término identidad desde Mahler involucrando la unión de lo psíquico y lo físico en el sujeto y relacionando la identidad propia desde y en referencia a un objeto externo, que en la forma más primaria de organización sería la madre.
A su vez, para Erikson, el asunto central de la identidad es la capacidad del yo para conservar la mismidad, es decir, para seguir siendo si mismo y continuo en tiempo y espacio al tener que enfrentarse a un ambiente en constante cambio (ambiente adolescente), sin embargo, la identidad tiene la capacidad de adaptarse hasta cierto punto a este ambiente, siendo flexible al cambio, pero conservando rasgos fundamentales que hacen al sujeto sentirse si mismo, y que conserve características tanto de sus anteriores etapas de desarrollo como del medio donde habita.
Siguiendo estos conceptos se podría afirmar igualmente que la identidad, para Grinberg: “implica la noción de un yo que se apoya esencialmente en la continuidad y semejanza de las fantasías inconscientes referidas primordialmente a las sensaciones corporales, a las tendencias y afectos en relación con los objetos del mundo interno y externo y a las ansiedades correspondientes, al funcionamiento especifico en calidad de intensidad de los mecanismos de defensa y al tipo particular de identificaciones asimiladas resultantes de los procesos de introyección y proyección”, en otras palabras la identidad se refiere a una continuidad y constancia en los sentimientos y sensaciones referidas a objetos tanto internos como externos, sin embargo esta identidad se logra a partir de la inestabilidad e inconstancia propia de la adolescencia, ya que es en esta etapa donde el cambio constante le da la oportunidad al sujeto de definirse a partir de él mismo y en referencia pero diferenciándose a los otros.

En relación a los conceptos anteriormente , se puede definir la identidad como la parte del self conocido para el sujeto, es decir, de lo que este puede dar cuenta; sin embargo la identidad también la conforman porciones del psiquismo que no están en la conciencia, pero que contribuyen al sentirse si mismo, base y substrato de suma importancia de la identidad.
En este punto cabe resaltar que al interior de la teoría de Grinberg no se aborda el concepto en solitario de identidad, sino, más bien, se articula como un “sentimiento de identidad”. Esto por dos razones fundamentales, la primera de estas es que al realizar un recorrido teórico amplio se encontró que cuando se habla de identidad muchas veces se refiere directamente como la identidad del yo, sin embargo este concepto atado al yo limita lo que se puede definir como identidad ya que solo se remitiría a la funciones y limites yoicos, y que si bien la identidad abarca estos, no es exclusivamente un sustrato de ellos. La segunda porque al decir “sentimiento de identidad” se abarca lo que puede objetivar y subjetivar el sujeto a partir de la parte del self conocida para él, y por tanto la identidad seria mas bien una “identidad del self” que una “identidad del yo” y a su vez las representaciones del self asumido como sentimiento de mismidad nos llevaría inequívocamente al termino de sentimiento de identidad en lugar del de identidad en solitario.
Sorenson ve de la misma manera la identidad, ya que la concibe como “la creación de un sentimiento interno de mismidad y continuidad, una unidad de la personalidad sentida por el individuo y reconocida por otro, que es el “saber quien soy yo”, de esta manera incluye la palabra sentimiento en su definición y relaciona directamente el diferenciarse del otro como base de este sentimiento.
A su vez este sentimiento de identidad “implica la noción de un self que se apoya esencialmente en la continuidad y semejanza de las fantasías inconscientes referidas a las sensaciones corporales, a las ansiedades y emociones…”, y por tanto este sentimiento abarca tanto lo físico como lo psíquico del sujeto, es el discernimiento de un sujeto de ser “un algo” diferenciado y separado de los otros. Este sentimiento no solo se refiere a lo que puede verbalizar el sujeto de si mismo, ya que se “expresa en el nivel preconsciente y consciente una serie de fantasías inconscientes que, integradas, constituyen lo que podríamos llamar la “fantasía inconsciente del self… en otras palabras el sentimiento de identidad tiene una parte conciente y otra inconsciente”, esta fantasía inconsciente del self en el yo es un término que se utiliza para referirse al grupo de fantasías inconscientes que se encuentran atadas a la representación mental del self en el yo, es decir, agrupa todo aquel material que se encuentra fuera de la conciencia y que tiene algo que ver con como el yo observa al self. Igualmente como la identidad se organiza sobre la base de las fantasías inconscientes de cada sujeto se puede afirmar que este sentimiento es único para cada individuo y que solo el mismo lo puede experimentar de manera subjetiva.