Biografía Bernfeld Siegfried (1892-1953)
Bernfeld Siegfried (1892-1953) Psicoanalista norteamericano
Militante sionista y marxista austríaco, amante de las mujeres, fumador inveterado de cigarrillos norteamericanos, gran conocedor de los orígenes del Freudismo, pionero del análisis profano y de la psicología de la adolescencia, Siegfried Bernfeld fue una de las principales figuras del primer círculo psicoanalítico vienés, antes de convertirse, en 1941, en fundador de la San Francisco Psychoanalytical Society (SFPS). Nacido en Lemberg (Galitzia) en una familia judía de comerciantes textiles, instalada en las afueras de Viena, realizó estudios de botánica y zoología, con los que obtuvo un sólido conocimiento de las ciencias de la naturaleza. Después se orientó hacia la psicología y la pedagogía. En su juventud se interesó por el hipnotismo, que practicó con su joven hermano, y luego por el método de la asociación libre. Militante sionista y socialista, comenzó a interesarse por el psicoanálisis a través de la pedagogía, llevado por las experiencias de Maria Montessori. En 1915 se casó con Anne Salomon, una estudiante de medicina y militante marxista, con la que tuvo dos hijas: Rosemarie y Ruth. En 1918, Bernfeld organizó en Viena una gigantesca reunión de la juventud sionista, en la cual Martin Buber (1878-1965) pronunció un discurso célebre. Un año más tarde creó una institución, el Kinderheim Baumgarten, especializada en recoger a niños judíos huérfanos de guerra, a los cuales debía dar una formación que les permitiera emigrar a Palestina. En su apertura, el instituto se hizo cargo de ciento cuarenta pensionistas, entre ellos niños de menos de cinco años, hambrientos, discapacitados o traumatizados. Convertido en miembro de la Wiener Psychoanalytische Vereinigung (WPV) ese mismo año, Bernfeld conoció a Sigmund Freud, quien lo recomendó a Max Eitingon y al Policlínico de Berlín. Finalmente, en 1922, se instaló como psicoanalista en Viena, se convirtió en íntimo de Anna Freud, y luego formó un grupo con quienes se interesaban por la niñez y la adolescencia desamparada: Wilhelm (Willi) Hoffer (1897-1967), Anna Freud, August Aichhorn. Todos tenían el objetivo de extender la doctrina Freudiana a las cuestiones sociales. En 1925 publicó dos obras importantes, una consagrada a la psicología de la adolescencia, y la otra centrada en el mito de Sísifo; en esta última denunciaba los métodos educativos alemanes, con los cuales, según él, se corría el riesgo de favorecer la instauración de una dictadura. Ese año, separado de su primera mujer, viajó a Berlín y su destino se cruzó con el de todos los que se habían agrupado en torno a Karl Abraham y Eitingon. Realizó un análisis de dos años con Hanns Sachs, y volvió a Viena en 1932, después de haberse casado con la actriz Élisabeth Neumann, discípula de Erwin Piscator (1893-1966) y futura figura de Hollywood, de la que se separó en 1934 para casarse con la que sería su tercera esposa y su valiosa colaboradora: Suzanne Cassirer-Paret. Francesa de origen y madre de dos niños, Peter y Renate, ella se había formado en el diván de Freud. En términos generales, Bernfeld insistía en que el hombre está siempre en una «posición social», y que esta dependencia respecto de lo social es decisiva en la construcción del yo. De allí la idea esencial de que la neurosis y la delincuencia resultan por igual de la manera en que los individuos han sido educados en su infancia. En 1934, después de que los nazis tomaran el poder, Bernfeld se exilió con su hija Ruth, la madre de Suzanne, Peter y Renate. Instalados en Menton, en el mediodía de Francia, los Bernfeld pasaron por París en 1935, oportunidad en que él se encontró con René Spitz y conoció a René Laforgue. Después de un largo periplo que los condujo desde Amsterdam hasta Londres, abandonaron definitivamente Europa por los Estados Unidos. En septiembre de 1937 se instalaron en San Francisco. Manfred Bernfeld, hermano de Siegfried, fue deportado y murió en el campo de concentración de Therensienstadt, y una parte de la familia de este último fue exterminada en Auschwitz. A diferencia de muchos otros inmigrantes vieneses que adoptaron fácilmente los ideales pragmáticos del Freudismo norteamericano, Bernfeld conservó durante toda su vida un «espíritu vienés» contestatario y profundamente marcado por la teoría de las pulsiones. Por ello, desde su llegada a California, por un lado lo deslumbró la belleza salvaje de los lugares de la Costa Oeste, mientras que por otro lo defraudaba la reducción del psicoanálisis a una psicología del yo, a su «masificación»: «Los «psicoanalistas» que he encontrado aquí -le escribió a Anna Freud en 1937- son gente pequeña [ … ]. La palabra psicoanálisis es tan conocida aquí como en el Oriente profundo. El nombre de Freud es menos corriente, y preferentemente lo pronuncian «Frud» [ … ]. Según la geografía del corazón de los californianos, Viena se encuentra en la frontera entre Norteamérica y Europa. Después de una buena cantidad de discos de música vienesa que nos hacen oír para honrarnos, uno no siempre encuentra placer en sentirse vienés, y después de algunas preguntas directas sobre la situación en Austria, tampoco se siente mucho honor por serio.- El apego a su pasado vienés llevó a Bernfeld a interesarse por la vida de Freud y la historia de los orígenes del Freudismo. Sus artículos sobre el tema fueron ampliamente utilizados por Ernest Jones cuando Anna Freud, con gran pesar de todos los judíos vieneses exiliados, lo aceptó como historiador oficial del padre fundador. En virtud de esta decisión. la tarea de ocuparse de la herencia Freudiana fue confiada a la escuela inglesa, y no a los norteamericanos como Bernfeld: a James Strachey como traductor de las obras completas del maestro, y a Jones como biógrafo. Unos meses antes de morir por un cáncer de pulmón, Bernfeld pronunció en el Instituto de San Francisco una conferencia sobre la historia del análisis didáctico. En ella criticó con ferocidad las normas de la formación psicoanalítica en el interior de la International Psychoanalytical Association (IPA). Su discurso provocó un escándalo y no fue publicado hasta 1962, acompañado por una presentación «oficial- de Rudolf Eckstein, que intentaba restringir su alcance, subrayando que quizá Bernfeld no tenía razón al preferir el proceso de enseñanza al de la organización institucional.