Biografía Devereux Georges (1908-1985)
Devereux Georges Nacido Gyorgy Dobo (1908-1985) Psicoanalista y antropólogo norteamericano y francés
Los grandes Freudianos interesados en la cuestión de la antropología, Georges Devereux y Geza Roheim, eran ambos judíos húngaros (es decir, provenientes de una región de Europa en la que la cuestión del comunitarismo y de las identidades nacionales era aún más acentuada que en los otros territorios del continente) y preocupados por la universalidad. Durante toda su vida, a Devereux lo obsesionó la búsqueda de un nombre, de una identidad, de una nacionalidad. Oscilaba continuamente entre el deseo de pertenencia y la atracción opuesta de la disidencia. Nacido en Lugos, Transilvania, en una región que sería de Rumania después del tratado de Trianon (1920), Gyorgy Dobo fue educado por una madre alemana y un padre húngaro que se dirigía a él en francés. Desde la infancia hablaba cuatro idiomas (húngaro, rumano, alemán, francés) y, más tarde, aprendió otros cuatro. En 1926, contra la madre germanófila, escogió a Francia como patria de adopción, y se instaló en París, donde inició estudios de física y química con Marie Curie (18591906). Se hizo amigo de Klaus Mann (1906-1949), el hijo de Thomas Mann, y después decidió ingresar en la Escuela de Lenguas Orientales. Siguió entonces la enseñanza de Marcel Mauss (1872-1950) y Lucien Lévy-Bruhl (1857-1939), orientándose hacia la antropología. En 1932, a los 24 años, comenzó a escribir artículos para la prestigiosa revista American Anthropologist. Ese año cambió de nombre y se hizo bautizar como católico. Un año más tarde partió a realizar trabajo de campo en Arizona, con los indios Mohaves, y después en Indochina entre los Sedang-Moi. Discípulo de Alfred Kroeber (1876-1960), enseñó durante algún tiempo en California, en la Universidad de Berkeley. El amor y el odio desempeñaron papeles fundamentales en el itinerario de este esteta cultivado, conservador y melancólico. Auto-odio judío, odio a Rumania, odio a Alemania, adoración a Francia: todas estas pasiones se encuentran en sus objetos de estudio. Devereux adoraba a Atenas, ciudad civilizada por excelencia, y detestaba a Esparta por su militarismo. Del mismo modo, tenía en gran aprecio a los indios Mohaves, y rechazaba a los Sedang-Moi. Pero sin duda también trataba de huir de su madre al presentarse como un «carenciado de amor materno» y al estigmatizar el matriarcado, régimen de coacción y opresión. Igualmente lo sometió a una prueba muy fuerte el suicidio de su hermano. El paso por el campo lo llevó a reflexionar sobre los problemas de la diversidad de las enfermedades mentales según las culturas. Pero sólo después de la Segunda Guerra Mundial se orientó hacia el psicoanálisis, primero en París, donde inició una cura con Marc Schlumberger (1900-1977), miembro de la Société psychanalytique de Paris (SPP), y después en Topeka, Kansas, en la famosa clínica de Karl Menninguer, donde trabajaba también Henri F. Ellenberger, y donde Devereux encontró un nuevo terreno de experiencias transculturales. Allí se inició en la clínica psiquiátrica. Después se integró a la Philadelphia Psychoanalytic Society (PPS), mds tarde a la New York Psychoanalytic Society (NYPS), y se convirtió en miembro de la International Psychoanalytical Association (IPA) a través de una afiliación a la American Psychoanalytic Association (APsaA). En 1964, de vuelta en París, se inscribió en la Société psychanalytique de Paris (SPP), practicó muy poco el psicoanálisis y fue elegido director de estudios en la Ecole pratique des hautes études (EPHE) gracias a la intervención de Claude Lévi-Strauss. Devereux volvía periódicamente a Arizona, a sus indios Mohaves. El consideraba su cultura como una «cultura del sueño», y estudió más de ciento treinta casos, sobre los que informó en su gran libro publicado en 1961: Etnopsiquiatría de los indios Mohaves. Cuando murió, sus cenizas, según su deseo, fueron dispersadas siguiendo los ritos Mohaves en el cementerio de Parker en los Estados Unidos. Si Geza Roheim fundó el etnopsicoanálisís, Devereux fue el primero que unificó todos los dominios relativos al estudio de las enfermedades mentales en su diversidad cultural. En su obra, la definición de la etnopsiquiatría, derivada de la tradición de Emil Kraepelin, se confunde con la del etnopsicoanálisis. Como Geza Roheim, hizo un trabajo de terapeuta de campo, aplicando el psicoanálisis en culturas no occidentales, mientras seguía siendo un Freudiano clásico y ortodoxo. Contrariamente a Roheim, nunca adhirió a las tesis kleinianas. Pero, a la vez cercano a la Escuela de Chicago (Franz Alexander) y a la Ego Psychology, de la que criticaba no obstante las posiciones adaptativas, en nombre de la universalidad del género humano libró el mismo combate anticulturalista que Roheim, sobre todo contra Margaret Mead, Abram Kardiner y la corriente Cultura y Personalidad. De hecho, fue el primero en realizar la síntesis entre el Freudismo a la americana y la escuela francesa de antropología, desde Marcel Mauss hasta Lévi-Strauss. Su obra escrita, redactada esencialmente en inglés, es considerable: más de cuatrocientos títulos, desde 1927 hasta la década de 1990, si tenemos en cuenta las publicaciones póstumas. El principio que la atraviesa es el complementarismo, cuyo enunciado teórico se encuentra en la obra de 1972, Etnopsicoanálisis complementarista. Devereux sostiene que todo fenómeno humano debe explicarse al menos de dos maneras «complementarias». Cada explicación es completa en su marco, de modo que se necesita un doble discurso. Este doble discurso no debe ser enunciado por el mismo investigador. Según Devereux, el verdadero etnopsicoanálisis debe proponer un análisis doble de ciertos hechos: por una parte en el marco de la etnología, y por la otra en el marco del psicoanálisis. Sólo de esta manera el etnopsicoanálisis puede llegar a identificar la naturaleza de la relación de complementariedad entre los dos sistemas. Así, por ejemplo, un sujeto debe ser observado «desde dentro» por un psicoanalista, mientras que es observado «desde fuera» por el etnólogo o el sociólogo. De allí la existencia de una relación de complementariedad entre las dos explicaciones. Este modelo, cercano al de Claude Lévi-Strauss en su análisis del «pensamiento salvaje», le permitió a Devereux criticar a la vez el etnocentrismo y el universalismo abstracto, que tiende a reducirlo todo a una explicación única, y al culturalismo, que disuelve lo universal en lo particular. Devereux distingue radicalmente los métodos de cura de los chamanes, por un lado, y por el otro la práctica de los psiquiatras modernos, fundados los primeros en la magia, y la segunda en la razón. Con esta óptica, reafirma el principio fundador de la historia de la psiquiatría dinámica: el etnopsicoanalista, lejos de identificarse con el chamán, debe explicar desde su propio sistema de pensamiento el sistema de pensamiento de la comunidad que estudia. Si quiere atender y curar, tiene que hacerlo con su propia racionalidad: no negar la importancia de la cultura original en la forma que ha tomado la neurosis o la psicosis, ni pretender adaptar el sujeto a su comunidad. De allí la adopción del término «transculturalismo», que respeta la idea complementad sta. Con esta perspectiva, Devereux hará de la esquizofrenia (en 196.5) una «psicosis étnica», no vacilando en afirmar, contra las tesis organicistas, que ella sólo aparece cuando los individuos son «sometidos a un proceso violento de aculturación». El psicoanalista francés Tobie Nathan, uno de los discípulos de Devereux, ha roto con las posiciones de su maestro, preconizando un etnicismo radical. En esta perspectiva, la ciencia es rechazada en beneficio de la magia, y el psicoanalista que actúa en el terreno de las poblaciones migratorias del mundo occidental (sobre todo las africanas), es llamado a identificarse con el brujo, a fin de reparar la falta de un Occidente imperialista considerado culpable de haber destruido las culturas minoritarias. De allí la adhesión a las tesis diferencialistas, que ya no tienen nada que ver con las del psicoanálisis o la psiquiatría transcultural.