Estímulo aversivo, CASTIGO.
Es el proceso por el que un estímulo aversivo es contingente con la emisión de la respuesta.
En él no hay refuerzo, porque su efecto es la disminución o supresión de la respuesta; por eso, es castigo no refuerzo.
Su objetivo es entrenar a los sujetos a que no den una respuesta concreta. Su principal efecto es la supresión de una conducta operante.
Thorndike consideraba que el castigo no era eficaz; en cambio, la moderna investigación demuestra de modo innegable la eficacia del castigo. Actualmente, se tiende a explicarlo en interacción con las respuestas específicas innatas de los organismos antes los estímulos aversivos.
Las principales características del castigo como aprendizaje operante son:
-para ser eficaz tiene que ser continuado; si se suprime, la conducta tiende a aparecer de nuevo, incluso con mayor frecuencia
-conforme el castigo es más fuerte, la supresión de la conducta castigada es mayor
-los castigos de más duración suprimen la conducta más que los castigos de corta duración
-su demora tiene los mismos efectos atenuantes que la demora del refuerzo en la recompensa.
Sobre los efectos perjudiciales del castigo, las investigaciones actuales indican que no produce neurosis de modo necesario, aunque puede producir síntomas neuróticos en situaciones de mala aplicación.
3.1. El entrenamiento de omisión
Consiste en que la emisión de una respuesta impide la aparición de un premio; en esta situación no hay reforzamiento, por lo que se denomina, también: castigo negativo.
Ha sido muy utilizado el enfoque discriminativo de la omisión o de período de tiempo fuera, cuyo efecto es la supresión de la respuesta cuando un estímulo discriminativo señala que el premio no está disponible.
La versión no discriminativa del condic de omisión no ha sido muy utilizada.