Diccionario de Psicología, letra L, Lacanismo

Diccionario de Psicología, letra L, Lacanismo

Alem n: Lacanianismus. Francs: Lacanisme. Ingl s: Lacanianism. En la historia del movimiento psicoanalítico, se llama lacanismo a la corriente representada por los diversos partidarios de Jacques Lacan, de todas las tendencias. La refundición lacaniana tom cuerpo en Francia entre 1953 y 1963, desembocando más tarde, con la creación en 1964 de la cole freudienne de Paris (EFP), en un vasto movimiento institucional, y despus en una nueva forma de internacionalización, en ruptura definitiva con la International Psychoanalytical Association (IPA). Despus de la muerte de Lacan en 1981, el lacanismo se atomiz en una multitud de tendencias, grupos, corrientes y escuelas que forman una potente nebulosa diversamente implantada en muchos pases. Como el annafreudismo, el kleinismo y otras corrientes externas o internas a la IPA , el lacanismo pertenece a la constelación freudiana, en la medida en que se reconoce en la doctrina fundada por Sigmund Freud y se distingue claramente de las otras escuelas de psicoterapia por su adhesin al psicoanálisis (es decir, a la cura por la palabra como nico lugar del tratamiento ps quico) y a los grandes conceptos freudianos funda~ mentales: el inconsciente, la sexualidad, la transferencia, la represin, la pulsi n. No obstante, a diferencia del annafreudismo, de la Ego Psychology y de la Self Psychology , no es una simple corriente sino una verdadera escuela. En efecto, se ha constituido como un sistema de pensamiento a partir de un maestro que modific totalmente la doctrina y la cl nica freudianas, no sólo creando conceptos nuevos, sino tambi n una tcnica original de la cura, de la que se desprendi un tipo de formación did ctica diferente de la del freudismo clásico. En este sentido, es comparable al kleinismo, diez a os anterior a l; de hecho, est sobre todo emparentado con el propio freudismo, del que se reivindica heredero en lnea directa, más all de los otros comentarios, lecturas o interpretaciones de la doctrina vienesa. De modo que el lacanismo se encuentra en una posición excepcional. Lacan, en efecto, ha sido el único de los grandes intérpretes de la doctrina freudiana que no realizó su lectura para «superar» o conservar esa doctrina, sino con el objetivo confesado de «retornar literalmente a los textos de Freud». Puesto que surgió de ese retorno, el lacanismo es una especie de revolución al revés, no un progreso respecto de un texto original, sino un «relevo ortodoxo» de ese mismo texto. De modo que el lacanismo va a contracorriente de las otras tendencias del freudismo, y sobre todo de todas sus variantes norteamericanas, calificadas peyorativamente de «psicoanlisis norteamericano». Con esta expresión, Jacques Lacan, y después de él sus discípulos y herederos, designan al neofreudismo, el annafreudismo y la Ego Psychology. Todas estas corrientes remiten según l a una concepción «extraviada» del psicoanálisis, es decir, a una doctrina centrada en el yo y olvidadiza del ello, a una visión adaptativa o culturalista del individuo y la sociedad. El lacanismo tiene en común con el kleinismo el hecho de haber extendido la clínica de las neurosis a una clínica de la psicosis, y de haber llevado más lejos que el freudismo clásico el interrogante sobre la relación arcaica con la madre. En este sentido, ha inscrito la locura en el núcleo mismo de la subjetividad humana. Pero, contrariamente al kleinismo, continuó , sin abolirlo, el examen del lugar del padre, al punto de ver en el debilitamiento simbólico de este último el origen mismo de la psicosis. De allí su interés por la paranoia, más que por la esquizofrenia. Por otra parte, ha procedido a una refundición completa de la metapsicología freudiana, creando una teoría del sujeto (distinto del yo, del ego, del self, etcétera , es decir, introduciendo una filosofía del sujeto y del ser en el corazón mismo del freudismo. Además, para pensar el inconsciente no se ha basado en un modelo biológico (darwiniano) sino en un modelo lingüístico. Al pretenderse más freudiano que las diferentes corrientes del freudismo de la década de 1950, al aspirar incluso a desecharlas en nombre de un retorno a la pureza original, el lacanismo ocupa un lugar único en la historia del psicoanálisis de la segunda mitad del siglo XX. No sólo se lo puede separar en teoría de la obra original de la cual quiere ser el comentario, sino que está condenado a convertirse en la esencia misma de ese freudismo cuya bandera vuelve a alzar, asimilándolo a una revolución permanente o a una peste subversiva. De allí la siguiente paradoja: el lacanismo sólo existe porque se constituye históricamente como un freudismo y, mas aun, como la esencia del «verdadero» freudismo. En consecuencia, sólo puede fundarse sobreañadiendo el nombre mismo de Freud a su trayectoria y a sus instituciones. Por ello, después de haber sido expulsada de la IPA , alto nivel de la legitimidad freudiana, la corriente lacaniana, a partir de 1964, se vio obligada a crear un nuevo modelo de asociación, más legítima que la antigua legitimidad: llamó entonces escuela a lo que se denominaba sociedad o asociación, para significar el carácter platónico de su refundición, y se apropió del adjetivo freudiano para demostrar que seguía al verdadero maestro, y no a sus herederos. En el plano político, el lacanismo se ha implantado masivamente exportando el modelo institucional francés, en dos pases de Latinoamérica, en la Argentina y Brasil, donde sin embargo ha estallado en un centenar de grupos y tendencias, y convive con un kleinismo también muy poderoso en el interior de la Federación Psicoanalítica de América Latina (FEPAL), rama latinoamericana de la IPA. Ha logrado una penetración importante en la parte de lengua francesa de Canadá . En Europa tuvo un desarrollo variable en los diferentes países. Es en Francia donde est mejor implantado. En la década de 1990, hay unos cincuenta grupos y escuelas distribuidos en el conjunto del territorio. El legitimismo lacaniano es encarnado en Francia por Jacques-Alain Miller, ejecutor testamentario y yerno de Jacques Lacan. l dirige por otra parte la internacional lacaniana, la Association mondiale de psychanalyse (AMP). Fuera de Francia, Espaa y algunos países de Amrica latina, el lacanismo se ha expandido poco, sobre todo en los pa ses de lengua inglesa (Estados Unidos, Gran Bretaa, Australia). Pero en algunos casos se ha desarrollado en la universidad, en los departamentos de filosofía y literatura, donde la obra de Lacan es enseada y comentada con independencia de cualquier formación psicoanaltica. ste es el caso en muchas universidades norteamericanas. Cuando comenz a implantarse como m todo clnico, hacia 1970, el lacanismo tomó en todo el mundo el camino de la psicología clínica; frente a un freudismo considerablemente medicalizado, se convirti de tal modo en instrumento de una expansi n del anlisis profano en el terreno de las diversas escuelas de psicoterapia, y a veces incluso en el interior de la IPA. Es interesante observar que a partir de 1990 comenzaron a surgir corrientes separatistas que tienden a hacer del lacanismo un movimiento externo al freudismo, pero sin renegar de este ltimo. Lo atestigua por ejemplo el primer diccionario en ingls sobre el tema, que apareci en 1996. Su ttulo y su contenido sugieren que existir a un «psicoanlisis lacaniano» (lo que Lacan nunca quiso). Igual que el kleinismo, el lacanismo ha generado un fen meno de idolatra del maestro fundador, una hagiografía, un dogmatismo especfico, y algunas «sumas» que catalogan sus conceptos y su historia.