TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (epidemiología y evolución)

TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

EPIDEMIOLOGÍA Y EVOLUCION
Existe un auténtico baile de cifras en lo que a prevalencia se refiere. Se siguen realizando estudios que pretenden eliminar las variables que hacen que las cifras oscilen. Se puede aceptar que la prevalencia global del TDHA, se sitúa entre el 3 y el 7%, según se empleen criterios europeos ( CIE-10) o el americano (DSM – IV- TR) que justifica ese intervalo y otros aún más amplios que arrojan otras investigaciones. De todas formas ya se admite que es el trastorno infantil más común. Las variables para estimar las tasas de prevalencia tienen pues que ver con los criterios de diagnóstico, pero también con los instrumentos de detección, las muestras utilizadas y por supuesto el sexo de las poblaciones estudiadas ( Rodríguez Sacristán, J.2000).Es también importante el estatus económico de la familia, puesto que entre familia y regiones más desfavorecidas la presencia de hiperactividad puede ser el doble que en niveles socioeconómicos más elevados. Parece básica la variable sexo, puesto que es probado que los niños son más propensos que las niñas en cifras que varían de 2 a 1 hasta 9 a 1 (Caballo,V.2001). Las niñas presenta con mayor frecuencia, problemas de inatención y cognitivos más que sintomatología de impulsividad o agresividad (Rodríguez Sacristán, J.2000) Se estima que más del 80% de los niños que presentan el trastorno TDHA, continuarán presentando el trastorno en la adolescencia, y entre el 30 y el 65% lo presentarán también en la edad adulta ( Barckley, R. 1995). Sin embargo las manifestaciones del síndrome van variando notablemente a lo largo de la vida. Hasta los cinco años estos niños suelen presentar un desarrollo motor precoz, comienzo temprano de la deambulación y en general son descritos por los padres como niños inquietos, como impulsados por un motor. Son niños de fáciles rabietas, buscan constantemente la atención, no parecen tener noción de peligro, curiosidad insaciable y excesiva actividad motora; son además desobedientes, oposicionistas y desafiantes. ( Joselevich,E. 2000) Es en la edad escolar donde se detectan más frecuentemente los niños con TDAH, es además cuando comienzan a presentar problemas en la adquisición y aprendizaje de la lectoescritura lo que redunda en un principio de fracaso escolar que se agudizará más cuanto más se fuerce al niño sin tratamiento adecuado. Existen datos que nos hablan de que aproximadamente un 21% de los niños hiperactivos de 9 y 10 años reciben clases de educación especial, un 42% ya han repetido curso, y hasta un 81% necesita ayuda diaria para hacer los deberes. ( Miranda, A.2001)

Figura – 2: Niños con TDAH en edad escolar

En la adolescencia todo cambia. La hiperactividad suele disminuir notablemente hasta llegar a una sensación subjetiva de inquietud… pero todavía el 70% siguen presentando problemas de atención e impulsividad.( Barckley, R. 1995). Los estudios longitudinales parecen estar esta vez de acuerdo, en que la hiperactividad de los adolescentes se desplaza hacia trastornos de conducta, alrededor de un 43 % con el peligro de las conductas de riesgo como adicciones, acciones predelictivas, abandono escolar, accidentes etc…( Miranda,A. 2001.) Me gustaría acabar esta revisión con una definición que creo es aceptable por lo que tiene de unificadora y clarificadora, realizada por uno de los investigadores más prestigiosos del trastorno: Barckley en 1990, describe así el trastorno por déficit de atención: “Es un trastorno del desarrollo caracterizado por niveles de falta de atención, sobreactividad, impulsividad inapropiados desde el punto de vista evolutivo. Estos síntomas se inician a menudo en la primera infancia, son de naturaleza relativamente crónica y no pueden atribuirse a alteraciones neurológicas, sensoriales, del lenguaje graves, a retraso mental o a trastornos emocionales importantes. Estas dificultades se asocian normalmente a déficit en las conductas gobernadas por las reglas y a un determinado patrón de rendimiento”.

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