Proyecto de una psicología para neurólogos: El dolor

El dolor

No mucho antes (tal vez a comienzos de enero de 1895), Freud había dado otra explicación, algo críptica, del dolor. Cf. el Manuscrito G.

Todos los dispositivos de naturaleza biológica tienen unas fronteras de acción eficaz, fuera de las cuales fracasan. Este fracaso se exterioriza en fenómenos que rozan lo patológico, proporcionando por así decir los arquetipos normales para lo patológico. Hemos hallado al sistema de neuronas con un dispositivo tal que las grandes Q exteriores son apartadas de Φ y, todavía más, de ψ : [sirven a este fin] las pantallas de las terminaciones nerviosas y -la conexión meramente indirecta de ip con el mundo exterior. ¿Existe algún fenómeno que se pueda coordinar con el fracaso de estos dispositivos? Creo que es el dolor.
Todo cuanto sabemos del dolor armoniza con ello. El sistema de neuronas tiene la más decidida inclinación a huir del dolor. Discernimos en ello la exteriorización de la tendencia primaría dirigida contra la elevación de la tensión Qη , e inferimos que el dolor consiste en la irrupción de grandes Q hacia ψ. Entonces, las dos tendencias son una sola. El dolor pone en movimiento tanto al sistema Φ como al ψ, para él no existe ningún impedimento de conducción; es el más imperioso de todos los procesos. Las neuronas ψ parecen así pasaderas para él; consiste, pues, en la acción de unas Q de orden más elevado.
Las ocasiones del dolor son, por una parte, un acrecentamiento cuantitativo; toda excitación sensible, aun de los órganos sensoriales superiores, se inclina al dolor con el aumento del estímulo. Esto se comprende, sin más, como fracaso [del dispositivo]. Por otra parte, hay dolor con cantidades externas pequeñas, y por regla general está conectado con una solución de continuidad, a saber: produce dolor una Q externa que actúa directamente sobre las terminales de las neuronas Φ , y no a través de los aparatos nerviosos terminales. Todo esto caracteriza al dolor como una irrupción de Q hipertróficas hacia Φ y ψ , o sea, de Q que son de orden más elevado que los estímulos Φ.
Que el dolor vaya por todos los caminos de descarga es fácilmente comprensible. Según nuestra teoría (a saber, que Q crea facilitación), el dolor deja como secuela en ψ unas facilitaciones duraderas, como traspasadas por el rayo; unas facilitaciones que posiblemente cancelan por completo la resistencia de las barrerascontacto y establecen ahí un camino de conducción como el existente en Φ. (El tema es retomado en la sección 12.)