Obras de S. Freud: El material y las fuentes del sueño

El material y las fuentes del sueño

Cuando por el análisis del sueño de Irma llegamos a conocer que el sueño es cumplimiento de deseo, el primer interés que se apoderó de nosotros fue averiguar si con ello habíamos descubierto un carácter general del sueño. Pospusimos entonces, provisionalmente, todas las otras curiosidades científicas que pudieran haberse despertado en nosotros en el curso de ese trabajo de interpretación. Ahora, después que hemos alcanzado nuestro objetivo por un camino, estamos autorizados a regresar y escoger un nuevo punto de partida para nuestras excursiones por los problemas del sueño, aunque a tal fin debemos perder de vista por un momento el tema del cumplimiento de deseo, que en modo alguno hemos agotado todavía.

Puesto que por aplicación de nuestro procedimiento para interpretar los sueños podemos descubrir un contenido onírico latente que supera con mucho en significatividad al contenido manifiesto, tiene que urgirnos el retomar los problemas singulares del sueño a fin de investigar si ahora no podemos solucionar satisfactoriamente enigmas y contradicciones que hubieron de parecer inaprehensibles mientras no se conoció sino el contenido manifiesto.

Las puntualizaciones de los autores sobre el nexo del sueño con la vida de vigilia y sobre el origen del material onírico quedaron consignadas con detalle en las secciones introductorias [capítulo 1, secciones A y C]. Recordamos también aquellas tres propiedades de la memoria onírica [sección B], notadas tantas veces, pero que no han sido explicadas:

1. Que el sueño prefiere claramente las impresiones del día anterior . (Robert [1886, pág. 46], Strümpell [1877, pág. 39], Hildebrandt [1875, pág. 11], y también Hallam y Weed [1896, págs. 410-1].)

2. Que practica una selección siguiendo otros principios que los de nuestra memoria de vigilia, puesto que no recuerda lo esencial e importante, sino lo accesorio e inadvertido .

3. Que tiene a su disposición las impresiones más tempranas de nuestra infancia y aun saca a luz detalles de ese período de nuestra vida que, otra vez, nos parecen triviales y en la vigilia fueron relegados al olvido desde hace mucho tiempo.

Estas particularidades en la selección del material onírico han sido observadas por los autores, desde luego, en el contenido manifiesto de los sueños.