La técnica psicoanalítica del juego: su historia y significado. (Melanie Klein)

Melanie Klein – La técnica psicoanalítica del juego: su historia y significado.

Cuando comenzó su trabajo era un principio establecido que se debía hacer un uso muy limitado de las interpretaciones.
Entonces y por mucho tiempo, el psicoanálisis era considerado adecuado solamente para niños desde el período de latencia en adelante.
El tratamiento de Fritz se llevó a cabo en la casa del niño, con sus propios juguetes. Este análisis fue el comienzo de la técnica psicoanalítica del juego, porque desde el principio el niño expresó sus fantasías y ansiedades principalmente jugando, y al aclararle consistentemente su significado, apareció material adicional en su juego. En esencia, se usó con este paciente el método de interpretación característico de la técnica de Klein. Este enfoque corresponde a un principio fundamental de psicoanálisis, la libre asociación. Al interpretar no solo palabras del niño, sino también sus actividades en los juegos, aplicó este principio básico a la mente del niño, cuyo juego y acciones (y toda su conducta) son medios de expresar lo que el adulto manifiesta predominantemente por la palabra.
Otros dos principios del psicoanálisis, establecidos por Freud, que sirvieron de guía: la exploración del inconciente como tarea principal del procedimiento psicoanalítico y el análisis de la transferencia como medio de lograr este fin.
Precondición para el psicoanálisis de un niño es comprender e interpretar las fantasías, sentimientos, ansiedades y experiencias expresadas por el juego o, si las actividades del juego están inhibidas, las causas de la inhibición.
El psicoanálisis no debiera llevarse a cabo en la casa del niño. La situación de transferencia solo puede ser establecida y mantenida si el paciente es capaz de sentir que la habitación de consulta o pieza de juegos (y todo el análisis) es diferente a su vida diaria del hogar. Solo en estas condiciones puede superar sus resistencias a experimentar y expresar pensamientos, sentimientos y deseos que son incompatibles con las convenciones usuales, y que siente que están en contraste con mucho de lo que se le ha enseñado.
La técnica psicoanalítica del juego no depende enteramente de una selección particular de material de juego. A menudo los niños llevan espontáneamente sus propios objetos y el juego con ellos entra como cosa natural en el trabajo analítico. Pero Klein cree que los juguetes provistos por el analista debieran ser en general simples, pequeños y no mecánicos.
Muchas actividades del niño se efectúan en el lavatorio, equipado con recipientes. A menudo dibujan, o asignan roles a si y al analista.
Es esencial permitir que el niño deje salir su agresividad, pero lo que cuenta mas es comprender porqué en este momento particular de la situación de transferencia aparecen impulsos destructivos y observar sus consecuencias en la mente del niño.
Klein expresaba (en general) a los niños que no toleraría ataques a si misma. Esta actitud protege al psicoanalista y tiene importancia para el análisis. Si tales asaltos son mantenidos dentro de límites, pueden despertar excesiva culpa y ansiedad persecutoria en el niño y por lo tanto agregar dificultades al tratamiento.
Debe permitirse que el niño experimente sus emociones y fantasías tal como ellas aparecen. Es parte de la técnica no ejercer influencia educativa o moral, sino restringirse al procedimiento psicoanalítico que consiste en comprender la mente del paciente y transmitirse que es lo que ocurre en ella.
La variedad de situaciones emocionales que pueden ser expresadas por las actividades del juego son ilimitadas.
Si la interpretación se relaciona a puntos salientes en el material, ellos son perfectamente comprendidos por el niño. Si al analista traduce en palabras simples los puntos esenciales del material que le ha sido presentado entra en contacto con las emociones y ansiedades que son más activas en ese momento; la comprensión conciente e intelectual del niño es a menudo un proceso posterior.
Uno de los puntos importantes en la técnica del juego ha sido siempre el análisis de la transferencia. En la transferencia con el analista el paciente repite emociones y conflictos anteriores. La experiencia enseñó que podemos ayudar al paciente fundamentalmente remontando sus fantasías y ansiedades en nuestras interpretaciones de transferencia a donde ellas se originaron (particularmente en la infancia y en relación con sus primeros objetos). Pues reexperimentando emociones y fantasías tempranas y comprendiéndolas en relación con sus primeros objetos él puede, por decirlo así, revisar estas relaciones en su raíz y de esa manera disminuir efectivamente sus necesidades.
El superyo aparece en una etapa mucho más temprana que la que Freud supuso. El superyo tal como el lo concebía es el efecto de un desarrollo que se extiende por años. Como resultado de mayores observaciones Klein afirma que el superyo es algo que el niño siente operando internamente de una manera concreta, que consiste en una variedad de figuras construidas a partir de sus experiencias y fantasías y que se deriva de las etapas en que se introyectó a los padres.
Ha de considerarse el uso de los símbolos de cada niño en conexión con sus emociones y ansiedades particulares y con la situación total que se presenta en el análisis, meras traducciones generalizadas de símbolos no tiene significado.
El análisis del juego había mostrado que el simbolismo permitía al niño transferir no solo intereses, sino fantasías ansiedades y sentimientos de culpa a objetos distintos de las personas. De ese modo experimentaba un gran alivio jugando y este es uno de los factores que lo hacían tan especial para el niño.
En los niños, una severa inhibición de la capacidad de formar y usar símbolos, y así, de desarrollar la fantasía, es señal de una perturbación seria.