Neurolingüística: Cuadros clínicos de los síndromes afásicos y afasia infantil

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Cuadros clínicos de los síndromes afásicos
En primer lugar revisaremos la noción de síndrome en su aplicación a la afasiología, para ello nos valdremos de las palabras de Badecker y Caramazza:
La esencia de un síndrome consiste en que está definido en término de los déficits en un conjunto específico de componentes del procesamiento […] Un individuo que presenta el síndrome X puede exhibir simultáneamente síntomas afásicos adicionales (definidos en términos de déficits en otro conjunto de componentes del procesamiento).
Estos síndromes serán definidos sobre anormalidades en los componentes autónomos del sistema de procesamiento del lenguaje. En la medida en que un síndrome es una proyección del sistema modular subyacente a la actuación lingüística, puede ser éste considerado como una clase natural de déficits y alcanzar el rango de entidad psicológica real. (1985, 113-14)
Es también oportuno fijarse en la división de afasias que realizan Benson y Geschwind en 1971, se observan diez tipos de variedades clínicas de afasias:

Afasia con perturbación en la repetición;
Afasia de Broca
Afasia de Wernicke
Afasia de conducción

Afasia sin perturbaciones en la repetición;
Aislamiento del área del habla
Afasia motora transcortical
Afasia sensorial transcortical
Afasia anómica

Trastornos que afectan básicamente a la lectura y la escritura;
Alexia-con-agrafia

Afasia total;
Afasia global
Síndromes con perturbaciones en una sola modalidad
Alexia-sin-agrafia
Afemia
Sordera verbal pura

Errores en el nombrar no afásicos;

Benson y Geschwind reconocen tres tipos nuevos de afasias (excluidas las alexias) que se suman a los siete propuestos por Lichtheim: el aislamiento del área del habla, la afasia global y la afasia anómica. El aislamiento del área del habla es el resultado de una lesión que separa el sistema del lenguaje de los conceptos, es una combinación de las lesiones que provocan la afasia transcortical motora y la afasia transortical sensorial. La afasia global, como el nombre indica, perturba todas las funciones del lenguaje y el paciente no consigue comprensión alguna. La anomia es una perturbación aislada de la denominación de objetos y del acceso a las palabras léxicas en el habla (6).
Y llegamos a la última clasificación de trastornos afásicos, aquí distinguimos aquellos cuadros clínicos diferenciables. Ya se han citado y explicado, en mayor o menor grado, todos los trastornos, pero se tratará de ofrecer una información más específica y amplia a lo ya dicho:

1.- Afasia global: Es una pérdida completa o casi completa del lenguaje en todos sus aspectos, tanto en el nivel de la producción como en el de la comprensión y en los niveles oral y escrito del lenguaje, lo que confiere una condición de aislamiento extremo, debido a la incapacidad de habilidades extralingüísticas que pudieran compensar el bloqueo verbal. Tiene como origen una lesión que afecta conjuntamente las áreas de Broca y Wernicke.

2.- Afasia de Broca o afasia motora: El origen es una lesión en el área de Broca. El lenguaje espontáneo presenta una importante alteración de los mecanismos articulatorios, un vocabulario restringido, agramatismo y una severa reducción de la longitud de la frase; se producen parafasias fonémicas y cada elemento sonoro requiere un esfuerzo particular para ser articulado. La capacidad de comprensión del afásico también queda levemente disminuida y en el nivel escrito de la lengua se manifiestan disgrafías (trastornos de la expresión escrita) y dislexias (trastornos de la lectura).

3.- Afasia de Wernicke o afasia sensorial: Lesión ubicada en la zona de Wernicke. El trastorno de la comprensión tiene su origen en una caída de la discriminación fonémica y en una pérdida de la capacidad para comprender los elementos sintácticos y semánticos.
Cuando la producción de parafasias es muy importante, el lenguaje se convierte en ininteligible y recibe el nombre de jerga o lenguaje jergafásico. La producción lingüística es fluida y abundante, con una prosodia y entonación aparentemente correctas, aunque el lenguaje carece de significado por la invasión masiva de parafasias fonémicas. Ese fenómeno suele acompañarse de logorrea, y surge un fenómeno de desinhibición que podría estar en relación con una falta de feedback auditivo de la producción fonológica y léxica. Es característico que todo ello se acompañe de anosognosia (falta de conciencia del déficit).

4.- Anomia o afasia amnésica: Su ubicación es imprecisa. Se caracteriza por la dificultad para encontrar palabras léxicamente plenas. El paciente suele recurrir a usar palabras generales o expresiones deícticas para suplir ese déficit. La comprensión lingüística no se ve afectada.

5.- Afasia de conducción o síndrome de desconexión: Lesión causada en la conexión que une las áreas de Broca y Wernicke. En la comprensión apenas presenta trastornos el paciente pero sí en la producción, donde se observan parafasias e incapacidad para reproducir verbalmente lo oído.

6.- Afasia mixta: Se presentan en un mismo paciente tanto la afasia motora como la sensorial, con una diversidad de deficiencias propias tanto de una como de la otra.
Una vez establecido el diagnóstico se debe determinar su variedad, su grado de severidad y la etapa de evolución en que se encuentra. Los estudios para detectar, cuantificar y definir el tipo, gravedad y estadio de la afasia utilizados generalmente son la Tomografía Axial Computada, la Resonancia Magnética Nuclear, la Tomografía por Emisión de Positrones o la Medición del Flujo Sanguíneo Cerebral Regional.

Afasia infantil:
Se diferencia de la afasia adulta por el tipo de desórdenes que produce y no tanto por la lesión en sí, ya que en el niño (dependiendo de la edad), al no estar totalmente elaborados los esquemas neuro-lingüísticos, la lesión no produce tanta alteración como en el adulto. También se diferencia de la adulta en que hay reducción del lenguaje espontáneo, acompañado de pobreza de vocabulario y estilo telegráfico (palabras yuxtapuestas en una frase sin nexos gramaticales); en ocasiones, las frases emitidas están correctamente articuladas y con adecuada construcción gramatical, no hay estereotipias ni parafasias y la recuperación es más rápida que en el adulto:
La afasia infantil es un trastorno del aspecto emisor del lenguaje. Para llegar a una mejor clarificación, la afasia infantil adquirida se sitúa entre el trastorno denominado disfasia (anteriormente descrito) y un trastorno específico del lenguaje.
En el primero, el déficit es en la estructuración del lenguaje, en el segundo, la perturbación se produce en el inicio y en la elaboración del lenguaje. Esta afasia infantil adquirida es la resultante de la aparición de una lesión cerebral entre los dos o tres primeros años de vida. (Serón y Aguilar, 1992, p.341).
Como causa de las lesiones cerebrales causantes de la afasia encontramos la encefalitis, accidentes cerebro-vasculares o tumores cerebrales. El pronóstico será más favorable mientras menos definida estuviese la lateralización hemisférica de la zona del lenguaje en el momento de producirse la lesión.
En las afasias adquiridas los trastornos expresivos predominan por sobre los receptivos, especialmente una reducción del lenguaje espontáneo; se presentan trastornos del lenguaje escrito y en la lectura que pueden hacerse permanentes. Los criterios de diagnóstico de la afasia son: retraso severo de la comprensión y expresión del lenguaje, disfuncionamiento en la percepción de los estímulos presentados, desorganización en el almacenamiento de la información, inteligencia normal. .
En la afasia congénita encontramos uno o varios déficits en la construcción del lenguaje, sin que exista necesariamente una lesión, como en lad afasia adquiria. Además de estos signos, los niños que tienen afasia congénita suelen presentar desórdenes en la discriminación y asociación fonética, junto a problemas en la memoria secuencial auditiva. Como causa de la afasia congénita, se ha sugerido un retraso en la maduración de los centros encargados de la integración de sonidos, o bien la presencia de lesiones cerebrales precoces. Los criterios necesarios para diagnosticar una afasia infantil son los siguientes: 1.- Pérdida total o parcial del lenguaje de modo brusco en niños que ya poseían lenguaje. (Después de una edad aproximada 3 años y 6 meses). 2.- Lesión cerebral localizada, diagnosticada o muy presumible. 3.- No es debido a Parálisis cerebral, trastornos generales del desarrollo, ni a deficiencia mental.
La manifestación lingüística de la afasia infantil puede asemejarse a otras patologías cuyas características esenciales pertenezcan a otros tipos de trastornos no específicos del lenguaje: trastorno psicomotriz, trastorno mental (oligofrenias), desorganización biológica, trastornos psíquicos, etc.

CONTINÚA EN ¨Dispraxias, disartrias y disglosias¨

Notas:
6- Por ello su localización en la tipología de Benson y Genschwind de variedades clínicas, como afasia sin perturbación en la repetición, no es del todo acertada.

FUENTE: Revista Digital Universitaria
10 de diciembre 2008 • Volumen 9 Número 12 • ISSN: 1067-6079
José Manuel Martínez Sánchez
Lcdo. Filología Hispánica
(Universidad de Murcia)