Nietzsche y LOS “CONCEPTOS SUPREMOS” Y EL CONCEPTO “DIOS”

Nietzsche y LOS “CONCEPTOS SUPREMOS” Y EL CONCEPTO “DIOS”. 

Conceptos supremos. Se entiende con esta expresión el conjunto de categorías racionales que los filósofos dogmáticos han utilizado para referirse a la «verdadera» realidad del mundo inteligible. Estos conceptos pretenden designar las características del «mundo verdadero» creado por Platón y anticipado por Parménides, es decir, el mundo del ser, de las ideas, de la sustancia, de la unidad, de la causa, etc. Sen embargo, para Nietzsche estos «conceptos supremos» no designan nada real, sino que son términos que elabora nuestra razón para referirse a un mundo inventado por nuestro recelo y cobardía ante la realidad del devenir, que no puede caracterizarse mediante aquellos conceptos, sino mediante intuiciones sensibles que capten adecuadamente la realidad sensible. 

Para Nietzsche el error fundamental de la Metafísica tradicional se asienta en la creencia en la antítesis de los valores; los filósofos dogmáticos piensan que las cosas de valor supremo no están en este mundo, sino en el Mundo Noético  platónico, en el mundo del “más allá” cristiano (Dios), y estos son los valores opuestos a la vida, algo negado absolutamente por éste. De esta forma, critica a los filósofos al poner como primero lo más vacío, es decir, el concepto de Dios, un ser indemostrable pero al cual le atribuyen un valor supremo. Por ello, para Nietzsche los valores supremos son los que hacen afirmar la vida, el cuerpo, el placer y la creatividad. Así crea la figura del superhombre, aquel, que se afirma a sí mismo y que crea los valores propios.

La tesis de Nietzsche ‘Dios ha muerto’ indica que la creencia de Dios ha muerto, esta creencia es sólo una forma de limitar el desarrollo del ser humano, es una creación del hombre para tomarlo como consuelo ante la miseria y el sufrimiento existente en este mundo.

Al referirse a Dios se refiere al dios de la religión, particularmente del cristianismo, pero también a todo aquello que puede sustituirle, porque en realidad Dios no es una entidad sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo Absoluto. Se puede entender por Dios el mundo del Ser de Parménides, el mundo de los conceptos de Sócrates, el mundo de las Ideas de Platón, el mundo transcendente del Cristianismo, el de los apriori de Kant, el Racionalismo de Descartes, la idea Absoluta de Hegel, etc.

Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere también indicar que los hombres viven desorientados, que ya el horizonte último en el que siempre se ha vivido ya no nos sirve, pues no irradia ninguna luz que nos pueda guiar. Ante esta experiencia de la finitud, del sentirse sin remedio desorientado, no tendremos más remedio que empezar un nuevo modo de vida: aquel que Nietzsche propone con su nueva tabla de valores.