Obras de Anna Freud. Normalidad y patología en la niñez: Evaluación del desarrollo. CAP VI (Las posibilidades terapéuticas)

Normalidad y patología en la niñez: Evaluación del desarrollo. Anna Freud. Cap. VI

Normalidad y patología en la niñez: Evaluación del desarrollo.

(Versión castellana de Humberto Nágera)

VI
LAS POSIBILIDADES TERAPEUTICAS

En una clínica psicoanalítica infantil, ‘todos los posibles
tipos de trastornos de la niñez se examinan con fines diagnósticos,
y el tratamiento comienza en el extremo de las alteraciones
más comunes del desarrollo, los fracasos escolares, los retardos
y detenciones del desarrollo mental, conduciendo a través
de los casos traumatizados y seducidos, ‘Y de una neurosis infantil
específica, al otro extremo con defectos graves y atípicos del
yo y de la libido, trastornos limítrofes, estados autistas y psicóticos,
adolescentes delincuentes o cuasi esquizofrénicos, etcétera.
En los casos de niños aceptados para análisis, la terapia y
la recolección de datos son dos propósitos que se alternan y
preceden uno al otro en distintos grados, momentos y situaciones.
Hay casos en los cuales el terapeuta, después de haberse
familiarizado con el paciente, no duda de que el análisis no hubiera
sido necesario si se hubiese trabajado de manera preventiva
con los padres en el momento adecuado, o si se hubieran
creado oportunidades correctas, o si se hubieran evitado las interferencias
ambientales más lesivas. Existen casos donde el
terapeuta se siente tan razonablemente seguro del diagnóstico
como de la indicación del método analítico, aplicado de manera
conveniente. Pero existen también casos donde el analista se
enfrenta con enigmas que despiertan su incertidumbre acerca
de las posibilidades terapéuticas. En estos casos, debe contentarse
con la convicción de que el análisis de niños ofrece oportunidades sin rival para explorar sus psicopatologías específicas.
Naturalmente, ninguna alteración puede clasificarse correctamente
o adaptar su tratamiento de elección antes que los
factores genéticos, dinámicos y libido-económicos responsables
se hayan aclarado.
Cuando el análisis no brinda la mejoría esperada, la culpa
se atribuye generalmente no a la psicopatología del caso en sí,
sino a circunstancias externas desfavorables tales como la inexperiencia
o incapacidad del terapeuta, la falta de colaboración
de los padres, el no haber dado tiempo suficiente al proceso
analítico, las interrupciones debidas a las enfermedades somáticas,
los trastornos en el hogar, cambio de analista, etc. Cuando
el análisis tiene éxito, sea total o parcial, su competencia se da
por sentada y no nos sorprendemos que un procedimiento tan
definido y circunscripto como el análisis de niños pueda beneficiar
un número tan variado de trastornos, en tanto casos tan
diferentes entre sí en cuanto a su estructura y origen concierne.