EL TRAUMA DEL NACIMIENTO: LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS DE LAS INTERVENCIONES OBSTÉTRICAS
William R. Emerson
Esto es el nacimiento. La tortura de un inocente.
Qué banalidad creer que tal gran cataclismo no dejará huella.
Sus marcas están en todos sitios en la piel, en los huesos, en el estómago, en la espalda.
En todo nuestro disparate humano. En nuestras locuras, nuestras torturas, nuestras prisiones.
En leyendas, épicas, mitos. En las Escrituras.
Dr. Frederick Leboyer (Birth without violence, p.30, 1975)
* El capítulo que les presentamos pertenece a la introducción de un completo artículo de William R. Emerson titulado El trauma del nacimiento: los efectos psicológicos de las intervenciones obstétricas. En los próximos números de esta revista se incluirá el resto de las secciones de este artículo: anestesia, inducción y aceleración del parto, partos instrumentales y cesárea.
Introducción
Durante los últimos veinticinco años he estudiado el proceso
del nacimiento y el impacto que el nacimiento tiene sobre el
bebé. He observado a cientos de bebés nacer, tomado notas de
los nacimientos y, luego, los he seguido durante veinte años.
También he preguntado a médicos y psicólogos sobre el
nacimiento y los efectos que este proceso tenía sobre sus
pacientes. Durante este trabajo, descubrí muchas cosas que no
habría imaginado. El mayor descubrimiento fue que las
intervenciones médicas parecen tener un efecto (físico y
psicológico) perjudicial a largo plazo, y que, por este motivo,
incluso la intervención obstétrica más común, debe ser
cuestionada. Yo no soy el único que dice esto; en su libro
Obstetric Myths Versus Research Realities, la investigadora
médica Henci Goer afirma que la más común de las
intervenciones obstétricas de esta era se hace de manera
rutinaria, sin existir una base científica al respecto ni datos
suficientes que indiquen su seguridad (Goer, 1995).
Thomas Verny concluyó con su artículo (1992) sobre los efectos
de las intervenciones obstétricas que muchas de las pruebas
en las que se utiliza alta tecnología y muchos procedimientos y
rutinas obstétricas no tienen una eficacia probada, y en realidad
pertenecen más a la naturaleza del ritual que a intervenciones
médicas (p.101). Determinó que, debido a los efectos
potencialmente perjudiciales de los procedimientos obstétricos,
las inter venciones médicas deben limitarse a par tos
diagnosticados como de alto riesgo en lugar de aplicarlas a
todas la embarazadas y todos los partos. Con frecuencia, las
intervenciones obstétricas provocan complicaciones tanto
psicológicas como físicas (Emerson, 1996b; Kohen, 1983,
1991)
Validez de los recuerdos del nacimiento
La mayoría de la información de este artículo está basada en
los recuerdos del nacimiento de pacientes (obtenidos en
sesiones de terapia de regresión) y sus sensaciones sobre cómo
las intervenciones obstétricas han afectado a sus vidas. Es
importante averiguar si es posible obtener datos precisos bajo
tales circunstancias. Un aspecto que confirma la eficacia de los
recuerdos del nacimiento se refiere al hecho de que estos
recuerdos aparecen espontáneamente durante la aplicación de
distintos tipos de tratamientos, incluso en los casos en los que
las bases teóricas en las que se apoyan estos tratamientos
puedan no reconocer su validez. Por ejemplo, los recuerdos del
nacimiento y sus patologías asociadas se han investigado en
psicoanálisis (Rank, 1929; Fesher, 1980; Fodor, 1949), hipnosis
(Rochas, 1911; LeCron, 1963; Cheek, 1974), hipnoterapia
(Chamberlain, 1988), terapia primal (Janov, 1970; Farrant,
1986), terapia psicoanalítica (Grof, 1979), terapia corporal
(Hendricks & Hendricks, 1987; Emerson, 1993), respiración
yóguica (Grof, 1988) y terapia holding. Además, los recuerdos
del nacimiento aparecen en sueños y pesadillas (Peerbolte,
1975), y constantemente se manifiestan en trabajos artísticos
y/o creativos (Irving, 1995).
Otro dato que da validez a los recuerdos del nacimiento proviene
de la investigación clínica sobre terapia de regresión, que
muestra que los pacientes regresan al nacimiento de manera
espontánea, tanto si reciben indicaciones de ello como sin no, y
desarrollan cier tos síntomas como resultado de esas
regresiones. Miles de personas han regresado instintivamente
y descubierto recuerdos de su temprana infancia, nacimiento y,
en algunos casos, del período prenatal. Mucha gente ha tenido
recuerdos de intervenciones obstétricas, lo que ha facilitado
establecer la relación entre sus síntomas etológicos y los
procedimientos obstétricos y, como resultado, experimentar la
curación de sus síntomas (Emerson, 1996b). Otro punto de
validez es la llamada investigación de verificabilidad (por
ejemplo, la investigación que intenta comparar los recuerdos
del nacimiento obtenidos por terapia de regresión con los datos
objetivos de los historiales médicos, los informes de la gente
presente en el nacimiento y/o los recuerdos de los parientes y
los padres). Cuando se verifica con los informes oficiales o los
recuerdos de los que estuvieron presentes en el parto, los
recuerdos del nacimiento adquieren mayor precisión
(Chamberlain, 1988). Especialmente impresionantes son los
casos en los que los adultos recuerdan y luego confirman las
intervenciones obstétricas a pesar de que habían recibido una
información contraria (Emerson, 1996b).
Valoración del trauma del nacimiento
Se han descubierto y desarrollado distintas escalas de medida del trauma del nacimiento;
cada una de ellas indica que los
niveles de trauma son muy altos. Utilizando cuatro medidas
diferentes, mis colegas y yo (1995) encontramos que el 45%
de los bebés tenían un alto nivel de trauma del nacimiento, y
que, por ello, requerían tratamiento especializado. Otro 50%
de los bebés presentaba algún grado de trauma, entre medio y
moderado, lo cual suponía un ligero o nulo tratamiento. Los
padres de los bebés están capacitados para realizar los
tratamientos, tras unas mínimas indicaciones y con la supervisión
del especialista. Resulta terrible pensar que muchos niños estén
traumatizados por el nacimiento pero, sin embargo, los niveles
de sintomatología indican que así es. Los bebés presentan
muchos síntomas que tanto los padres como los médicos
consideran normales pero que, en realidad, son síntomas que
se corresponden con el trauma del nacimiento. Por ejemplo, se
considera normal un tiempo de dos horas de llanto diario de los
bebés (Kitzinger, 1990), llegando a alcanzar las seis horas.
Sin embargo, es importante saber que el tiempo de llanto
considerado normal para bebés que no tienen trauma es de 20
minutos, y la mayor parte de este llanto comunica únicamente
sus necesidades y su inquietud. Éste es sólo un ejemplo de los
muchos síntomas que se consideran normales y que,
realmente, reflejan traumas del nacimiento no resueltos. Otros
investigadores han confirmado que el nacimiento implica un
alto riesgo de trauma. El Dr. David Chamberlain, autor de Babies
Remember Birth (1988), dice que mientras que los bebés
experimentan una variedad de experiencias negativas y positivas
durante el nacimiento, es raro el bebé que no experimente
algún trauma (comunicación personal, 1991).
¿Por qué es tan alta la incidencia del trauma del nacimiento?
Hay múltiples razones (Emerson, 1996b), pero las más lógicas
parecen ser las siguientes:
· La industrialización de la sociedad y la creciente importancia
y dependencia de la tecnología.
· El aumento de los nacimientos tecnológicos.
· El incremento del estrés en las culturas occidentales (está
demostrado que el estrés prenatal aumenta las incidencias del
trauma del nacimiento)
· El incremento del síndrome de abstinencia en el feto(tanto
por alcoholismo como por drogadicción), embarazos no
deseados y abuso prenatal (más comunes en las culturas
industrializadas que en las agrarias).
· Los traumas prenatales maternos resurgen durante el parto
y afectan a cómo se percibe y vive la experiencia de dar a luz.
Cuando alguno de estos factores está presente, los nacimientos
se pueden experimentar como traumáticos incluso en ausencia
de intervenciones obstétricas, caso en el que objetivamente no
había razones de trauma. Así, se debería resaltar que los
traumas prenatales son una fuente independiente del trauma
del nacimiento, y las intervenciones obstétricas son otra, y que
el feto puede traumatizarse por una o por ambas circunstancias.
Conceptos teóricos
Hay un número importante de conceptos teóricos que hacen
que los efectos negativos de las intervenciones obstétricas
resulten comprensibles. Estos conceptos se han ido
perfeccionando tras muchos años de haber observado las
intervenciones y sus efectos.
1. Dinámicas Inconscientes. Los traumas obstétricos
ejercen sus efectos a través de aspectos inconscientes de la
psique. Dicho de otra manera, las consecuencias de las
intervenciones obstétricas están mediadas por aspectos
inconscientes (más que conscientes) de la personalidad, por lo
que lo psicólogos llaman la sombra. La sombra incluye los
pensamientos, actitudes, sentimientos, reflexiones, percepciones
y recuerdos a los que la gente sólo accede cuando tienen alguna
disfunción, angustia y/o desequilibrio en sus vidas tras explorar
su mundo interior. El siguiente caso ejemplifica este punto.
Un próspero ejecutivo que amaba su trabajo y siempre daba una imagen de
hombre activo, amigable y feliz ante sus compañeros de trabajo; por otro lado,
un hombre con una actitud muy poderosa, de la que tímidamente era
consciente. Sobre su trabajo, solía decir Moriré si no me voy de aquí. Tenía
frecuentes cuadros depresivos durante los que se sentía atrapado en su trabajo
con la sensación de que moriría si no hacía algo distinto. Otras veces, cuando
no estaba deprimido, no recordaba que lo había estado. Comenzó una terapia
de regresión y se le pidió que analizara algunas situaciones de su vida que
pudieran ayudarlo a entender sus episodios depresivos. Incluso así, nunca
imaginó la situación, una vez había regresado a su nacimiento, en la que
quedó atascado en la pelvis. No podía retroceder, no podía recordar, sentía un
tremendo dolor en la cabeza y tenía dificultades para respirar. También solía
experimentar claustrofobia y un intenso miedo de morir. Los informes médicos
confirmaron que había estado encajado en la pelvis durante mucho tiempo, lo
que le había producido una falta de oxígeno y haber nacido mediante fórceps.
Después de terminar las regresiones, nunca se volvió a sentir atrapado en su
trabajo (aparentemente habían remitido sus sensaciones claustrofóbicas) y no
volvió a tener episodios depresivos (causados por la impotencia de su
experiencia de nacimiento). Se encontraba más vivo en su trabajo que nunca,
feliz y contento de estar allí, y no tenía la necesidad de buscar otro trabajo.
Después de un largo seguimiento, estos cambios permanecieron en él.
2. Activación Simbólica. Los recuerdos y experiencias
obstétricas tienden a activarse en otras situaciones de la vida
que, simbólicamente y de alguna manera, son similares al
nacimiento. Por ejemplo, si los traumas obstétricos ocurren
durante el progreso por el canal del nacimiento, estos traumas
se activarán en situaciones de la vida referidas al progreso o la
falta de progreso. A continuación se presenta el caso de un
hombre cuyo ascenso (su progreso) activaba, de manera
simbólica, sus sentimientos y recuerdos del nacimiento.
Durante la mayor parte de su carrera profesional, este hombre tuvo muchos
síntomas relacionados con el trauma de su nacimiento, hasta que le ofrecieron
un ascenso (situación simbólica en la que tiene la oportunidad de progresar).
Cuando le ofrecieron el ascenso de su vida lo rechazó, al parecer por su
tensión alta (que le comenzó cuando le ofrecieron el ascenso). Él no tenía claro
cuál era la raíz de sus síntomas. Comenzó con la terapia de regresión y, durante
su renacimiento, revivió que tenía el cordón envuelto alrededor del cuello,
por lo que cualquier movimiento suponía un miedo de muerte a perder
oxígeno. Esta experiencia fue fundamental para su sensación de muerte
inminente (por falta de oxígeno) cuando le ofrecieron el ascenso (el progreso
por el canal del parto). Su cuerpo reaccionó ante ambas situaciones con
palpitaciones y presión alta. Después de la regresión, fue como si hubiera
ocurrido un milagro. Entendió el aspecto irracional de su tensión alta y su
miedo, y fue capaz de negociar su ascenso, del que ahora, un tiempo después,
está contento de haber aceptado.
3. Catarsis y Experiencias Personales. La investigación
clínica ha demostrado que los traumas profundos se pueden
superar mediante catarsis, ya que no han estado en el
organismo durante mucho tiempo y el cuerpo está libre del
impacto del trauma (Goodfield, 1976). Por ejemplo, una mujer a la que su padre abandonó cuando tenía dos años.
Constantemente creaba situaciones de abandono en su vida de manera
inconsciente, eligiendo hombres que, por sus características la abandonaban y/
o (inconscientemente) a los que manipulaba para que la dejaran. Lloraba la
pérdida de estos hombres en su vida y recibía el apoyo de su familia, amigos y
terapeuta; así, se convirtió en una persona más sana y empezó a hacer mejores
elecciones respecto de los hombres. Sin embargo, continuaba somatizando. Con
la ayuda de su terapeuta, «regresó» a su infancia y niñez y a experiencias
ocultas sobre la pérdida de su padre. Esta revivencia la liberó de su
necesidad compulsiva de repetir las mismas situaciones de abandono una y otra
vez. La terapia de regresión es uno de los métodos más antiguos para
trastornos psicológicos y un método probado para la curación del trauma
psicológico (Emerson, 1996c).
4. Recapitulación. La recapitulación es, probablemente, el
concepto más importante a entender en el impacto de las
intervenciones obstétricas. En el diccionario Webster (1989),
se define la palabra recapitulación como … la teoría de que, un
organismo, durante su desarrollo embrionario, pasa por etapas
en las que ciertas estructuras ancestrales se repiten. Sin
embargo, la recapitulación no es sólo un proceso biológico del
período embrionario; en su sentido psicológico, la recapitulación
es un proceso por el que, inconscientemente, la gente recrea
eventos pasados y experiencias traumáticas de sus vidas. Ocurre
en un intento de exteriorizar los traumas desde el inconsciente,
por lo que esos traumas deben tratarse con una realidad de
aquí y ahora, y mediante catarsis, liberarse de ellos. El ejemplo
mencionado anteriormente de la mujer que, de manera
inconsciente, elige a hombres que la abandonen es un ejemplo
de recapitulación. No obstante, la recapitulación no cura los
traumas; sólo ofrece la oportunidad de tratarlos y, en algunos
casos, reducen su impacto en el cuerpo. Se acude a distintos
procedimientos terapéuticos (incluyendo catar sis,
reestructuración y tratamiento de estados de shock) para curar
el trauma; algunas características de esta situación terapéutica
son la empatía, la compasión y la seguridad. Hay cuatro tipos
de recapitulación:
A. Recapitulación Directa. Es la más común y ocurre cuando
la gente, inconscientemente, elige o manipula situaciones de
su vida con el propósito de encontrar y experimentar sus traumas
no resueltos. Por ejemplo, una mujer que fue abandonada de
bebé, de manera inconsciente recreaba su trauma de abandono
a través de un primer matrimonio con un agente de ventas que
viajaba constantemente, que siempre la dejaba sola para irse
de viaje, y luego otro matrimonio con un marino mercante que
pasaba seis meses al año fuera. Constantemente se sentía sola,
y sus recapitulaciones directas se convertían en inconscientes
tentativas dirigidas a activar la catarsis para, así, sanar su
trauma de abandono. El problema es que las recapitulaciones
más directas son inconscientes; por ejemplo, se siente un dolor
en la actualidad que es el mismo dolor que en el pasado, y la
gente tiende a sentirse al mismo tiempo como una víctima y
liberada a través de las recapitulaciones. Además, la sanación
requiere una conveniente contextualización (por ejemplo, una
toma de conciencia de escenas regresivas de las que proviene
la recapitulación) y una catarsis más rápida de las que
normalmente permiten la recapitulación. Por estos motivos, la
gente debe hacer terapia, para tomar conciencia de sus
recapitulaciones y experimentar sus traumas con la seguridad e
integridad de la situación terapéutica.
B. Recapitulación de Evitación: Tipo de Eliminación.
Hay dos tipos de recapitulación de evitación. El primero es el
tipo de eliminación (tipo-e); significa que la gente manipula o
elige situaciones de su vida que eliminan la posibilidad de
encontrarse con sus traumas no resueltos. Recuerdo el caso de
una gemela abandonada que estaba en una recapitulación de
evitación (del tipo de eliminación), con una vida que la protegía
de experiencias en las que se pudiera sentir abandonada de
nuevo. Era inconsciente de que su estilo de vida era un reflejo
de su primitivo abandono; la falta de conciencia es la norma. De
adulta, tenía y llevaba su propio negocio, por lo que nunca
nadie la despidió (un ejemplo de abandono) de su trabajo.
Según sus propias palabras, si soy mi propia jefa, nadie podrá
nunca deshacerse de mí. También se casó con un discapacitado
físico, lo que para ella significaba nunca me dejará porque me
necesita demasiado. Puede parecer que la recapitulación de
evitación implica la resolución de un trauma, pero no es así. El
recuerdo de los traumas está aún presente en el inconsciente y
tiene efectos sintomáticos.
C. Recapitulación de Evitación: Tipo de Identificación.
El segundo tipo de recapitulación de evitación se llama tipo de
identificación (tipo-i) e incluye dos aspectos psicológicos. Un
aspecto es la evitación, ya descrita, y el segundo es la proyección
y el propio poder. La dinámica básica de las recapitulaciones
tipo-i es que la gente proyecta sus propios sentimientos
traumáticos en otros, y luego se identifican y representan (se
convierten) la fuerza que produjo su trauma en primer lugar, lo
cual los provee de un sentimiento de poder. Esto significa, por
ejemplo, que la gente abandonada proyecta su abandono en
otros, se identifican con las personas que las abandonaron y lo
representan (se convierten en personas que abandonan) con
la gente sobre la que se proyectan. Esto tiene el efecto de dar
a la gente traumatizada un poder simbólico y real sobre las
fuerzas que los traumatizaron. Obtienen el poder identificándose
y convirtiéndose en agentes traumatizantes y, por ello, se
sienten poderosos, porque no pueden ser víctimas de las fuerzas
se identifican y se expresan como tal. Por ejemplo, un hombre
del que su padre abusaba físicamente de niño elige una vida en
la que sea poco probable experimentar abuso físico de nuevo
(por ejemplo, viviendo solo y construyéndose él mismo una
existencia solitaria como jefe técnico de laboratorio). A la vez,
se identificaba con su padre (el agente traumatizante) y era
extremadamente abusador con sus animales de la misma
manera en que su padre había abusado de él. De manera
rutinaria y salvaje le pegaba a sus perros con una correa y, por
ello, se sentía poderoso. Me dijo, son patéticos y débiles, tirando
las cosas (la proyección)… Me siento tan poderoso cuando les
pego… Quiero decir que me crezco; es difícil de explicar, y estoy
seguro de que a ellos también les encanta porque les hace
saber lo que deben hacer. Su desolada vida y poder abusivo
sobre sus perros limitaban la posibilidad de sufrir abuso otra
vez.
D. Recapitulación de Enfrentamiento. La recapitulación
de enfrentamiento significa dos cosas: 1. que la gente busca y
encuentra sus sentimientos traumáticos y los experimentan fuera
de ellos mismos, en otras situaciones y/o en otra gente (más
que en su interior), y 2. que la gente luego promulga actitudes
y pensamientos exigentes, correctivos y/o desafiantes hacia
estas otras situaciones o personas. En este proceso, está
bastante claro que esta recapitulación es bastante diferente de
la recapitulación directa, que intenta localizar y encontrar los
sentimientos traumáticos en ellos mismos y resolverlos dentro
de los límites de sus propios cuerpos y personalidades. Recuerdo
un caso ejemplar de recapitulación de enfrentamiento.
Un niño cuyo nacimiento había sido inducido y que, junto a su madre, había
recibido Pitocín (1) para provocar el parto hizo, en una sesión terapéutica,
dibujos de su nacimiento y su experiencia con el Pitocín. La imagen más común
en sus dibujos (que representaba su experiencia con el Pitocín) era un cohete
despegando desde la tierra hacia la atmósfera. En efecto, se sentía
sobreexcitado y muy activo, en una situación de mucho miedo, por el Pitocín.
Tanto de niño como de adulto, siempre rechazó las situaciones intensas. En la
escuela primaria nunca saltó a la piola porque le hacía que el corazón latiera
más rápido, y tuvo que pedir a su madre que hablara en el colegio por él. En el
instituto lideró el movimiento anti-droga y, mientras todo el mundo se
preocupaba por el alcohol y la marihuana, a él le interesaban más las
anfetaminas (droga más dura). Como director de colegio, siempre estaba en
contra de los nuevos proyectos porque suponían una inversión de energía y
provocaban un aumento en la actividad de los niños, que ya eran hiperactivos
y distraídos de por sí.
Mientras que la recapitulación directa incluye el contacto y el
sentimiento de las energías traumáticas, la recapitulación de
enfrentamiento implica el intento de hacer algo constructivo
con las fuerzas traumáticas. La recapitulación de enfrentamiento
significa que la gente busca y enfrenta en su vida el tipo de
fuerzas que provocaron el trauma durante el nacimiento y otros
períodos del desarrollo. Como ocurre con el tipo de eliminación
de los recapituladores de evitación, los recapituladores de
enfrentamiento tienden a ignorar la conexión entre sus heridas
y sus enfrentamientos. Esto limita la curación a los que están
sanando sus confrontaciones ya que la conciencia es vital para
el intento de curación aunque, al mismo tiempo, son estos
enfrentamientos los que pueden acarrear el cambio personal
en uno mismo y en los otros. Cuando los enfrentamientos son
directamente hacia la sociedad, los cambios sociales son más
probables. Se debe tener en cuenta que la gente, sólo de vez en
cuando, cambia el tipo de recapitulación, incluso para el mismo
trauma. Algunos fluctúan entre varios tipos de recapitulación,
mientras que otros presentan primordialmente un único tipo de
recapitulación. Por ejemplo, una cliente presentó dos tipos de
recapitulación con respecto al trauma de los fórceps:
frecuentemente elegía hombres que, según sus palabras, la
controlaban, dominaban y tiraban de ella (recapitulación directa
de la manera en que ella experimentó los fórceps), aunque
otras veces elegía hombres débiles y a los que ella podía dominar
(recapitulación de evitación del tipo identificativo).
5. Interacción del Trauma. El concepto y el proceso de la
interacción del trauma es muy importante para entender los
efectos de las intervenciones obstétricas. La interacción del
trauma se refiere a tres cosas muy relacionadas entre sí y que
incluso se pueden elaborar como paráfrasis una de la otra:
· Los traumas prenatales (traumas ocurridos antes del
nacimiento) influyen en la percepción de las intervenciones
obstétricas y llevan la energía del trauma al proceso del
nacimiento. Por ejemplo, una madre alcohólica bebe grandes
cantidades de alcohol durante el embarazo; esto afecta a cómo
experimenta el bebé la inducción del nacimiento.
· La mayoría de las inter venciones obstétricas son,
simbólicamente, similares a muchos traumas prenatales; es
decir, activan los traumas prenatales. La administración de
medicamentos a un bebé o los fórceps son intervenciones que
pueden simbolizar, respectivamente, la inducción médica o la
inducción mecánica de los intentos de aborto. Cuando se oculta
a un bebé durante el nacimiento, probablemente para esperar
a que el médico o los miembros de la familia lleguen, la
experiencia puede (y con frecuencia es así) simbolizar el rechazo
de un bebé no deseado o no esperado.
· Los traumas prenatales y del nacimiento interactúan al
provocar sus efectos (por ejemplo, dependen de los refuerzos
posteriores antes de que éstos produzcan serios efectos). Cuando
a un bebé se le asusta y sobresalta durante el nacimiento por la
repentina administración de un fármaco (por ejemplo, Pitocín)
y luego se le somete durante la lactancia a la droga (como por
ejemplo la nicotina) de una madre que fuma, se refuerza el
trauma obstétrico (de inducción).
Estos aspectos se sostienen por sí mismos y, repetidamente,
han sido validados a través de la observación clínica de los
efectos del trauma. Hay, sin embargo, una reserva importante:
las intervenciones obstétricas pueden resultar traumatizantes
sin depender de otros factores que produzcan sus mismos
efectos. Diversos traumas dependen mucho menos de factores
interactuantes a la hora de producir sus efectos, y las
intervenciones obstétricas están consideradas como traumas
graves. Se ha constatado que las intervenciones obstétricas
tienen un impacto traumático en la vida, incluso cuando no hay
traumas precedentes y/o subsiguientes (reforzamiento).
Nota:
1 Pitocín: marca comercial de oxitocina.
El Doctor William R. Emerson dirige talleres vivenciales, es escritor, conferenciante y pionero en el campo de la psicología pre y perinatal. Fue una de las primeras personas en el mundo en desarrollar un método de tratamiento pre y perinatal para bebés y niños/as; es un renombrado experto en métodos de tratamiento para adultos, y reconocido mundialmente por su trabajo. Es autor de seis libros, cinco propios y uno como coautor (Remembering Our Home), además de haber publicado quince artículos sobre psicología pre y perinatal. También ha escrito y producido cuatro programas de vídeo. Estudió en las Universidades de Vanderbilt y San José. En la Universidad ha ostentado los cargos de Profesor Honorario, Director Clínico, Conferenciante internacional y Profesor de Psicología. Por su contribución a la Psicología, ha recibido un premio honorario del Instituto Nacional de Salud Mental. El Dr. Emerson ha practicado la psicoterapia durante veinticinco años, especializándose en terapia primal y de regresión; además, ha dado conferencias sobre este tema tanto en EE.UU. como en el resto del mundo. Actualmente está retirado de la práctica de la psicoterapia y se encuentra escribiendo un nuevo libro titulado Shock and Spirituality; también continúa con sus talleres en EE.UU., Canadá y Europa.