PRINCIPIOS DE LA PSICOTERAPIA GESTALT

PRINCIPIOS DE  LA PSICOTERAPIA GESTALT
La psicoterapia Gestalt es una corriente dentro de la psicología humanista y se caracteriza porque considera que la persona cuenta con los recursos necesarios y suficientes para vivir feliz. Y desde esta perspectiva, el terapeuta no es sino el que acompaña a la persona en el proceso de descubrimiento personal.  No da consejos ni consignas, sino herramientas para explorar nuestra vida y encontrar  las propias soluciones.
Se valora el aquí y ahora, es decir, la actualidad, el presente, lo que a la persona le está ocurriendo en este momento de su vida.
Es obvio que muchas veces hablamos de acontecimientos del pasado o expectativas hacia el futuro, sin embargo en Gestalt estos recuerdos o expectativas se traen al presente, para darnos cuenta de cómo está repercutiendo en el momento actual.
Por ejemplo, un duelo no resuelto por una muerte o una separación amorosa,  observamos cómo está influyendo y cómo continua vivo en el presente aunque pertenezca al pasado. A veces una película nos trae a la memoria asuntos del pasado.
De igual modo el miedo al futuro nos puede incapacitar y es conveniente darse cuenta de qué tiene que ver con los miedos u otras emociones del presente. Por ejemplo, los hijos que nunca terminan la carrera o que no encuentran trabajo por miedo a enfrentarse a las responsabilidades de la vida adulta.
En la terapia Gestalt se valora, también, el darse cuenta, es decir, la capacidad que tiene cada ser humano para percatarse de lo que está sucediendo dentro de sí mismo y en el mundo que lo rodea.
El ponerse en contacto con uno mismo y darse cuenta de lo que realmente uno siente y desea, es el primer paso para conseguir lo que queremos.
Podemos distinguir 3 aspectos en el darse cuenta:
•Darse cuenta de sí mismo, es decir de la zona interna, que comprende todos aquellos acontecimientos que ocurren dentro de uno mismo: sensaciones, sentimientos, emociones…
•Darse cuenta del mundo exterior o zona externa que incluye todo lo que está fuera, más allá de mi piel. Se relaciona con los sentidos:  lo que oigo, veo, toco, huelo….
•Darse cuenta de la zona intermedia o zona de la fantasía, que abarca todas las actividades mentales: pensar, adivinar, imaginar, planificar, recordar, anticipar.
 Por último, se fomenta la integridad y responsabilidad de las personas. La gestalt invita a tomar conciencia de lo que nos está sucediendo en cada momento, sin pretender cambiarlo, detenerlo o evitar algo que hay en mí y que no me gusta.
 Cuando nos ponemos en contacto auténtico con lo que sentimos, el proceso de cambio se produce por sí solo. El frustrarse con exigencias de ser distinto de lo que se es, sólo nos lleva a sensaciones de malestar. Por ejemplo, a veces estamos enfadadas con el marido por algo que hizo que nos molestó. Si me exijo estar amable sin sentirlo mi resentimiento va a ir creciendo y cada vez me sentiré más alejada. Si por el contrario me doy cuenta de lo que me está pasando y lo expreso es posible que el resentimiento desaparezca y el cariño vuelva sin forzarlo.
 Una manera de asumir la responsabilidad es dejar de culpar sistemáticamente a los demás por lo que nos impiden hacer y asumir que, más a menudo de lo que creemos, “Si quiero, puedo”.
La psicoterapia Gestalt es una corriente dentro de la psicología humanista y se caracteriza porque considera que la persona cuenta con los recursos necesarios y suficientes para vivir feliz. Y desde esta perspectiva, el terapeuta no es sino el que acompaña a la persona en el proceso de descubrimiento personal.  No da consejos ni consignas, sino herramientas para explorar nuestra vida y encontrar  las propias soluciones.
Se valora el aquí y ahora, es decir, la actualidad, el presente, lo que a la persona le está ocurriendo en este momento de su vida.
Es obvio que muchas veces hablamos de acontecimientos del pasado o expectativas hacia el futuro, sin embargo en Gestalt estos recuerdos o expectativas se traen al presente, para darnos cuenta de cómo está repercutiendo en el momento actual.
Por ejemplo, un duelo no resuelto por una muerte o una separación amorosa,  observamos cómo está influyendo y cómo continua vivo en el presente aunque pertenezca al pasado. A veces una película nos trae a la memoria asuntos del pasado.
De igual modo el miedo al futuro nos puede incapacitar y es conveniente darse cuenta de qué tiene que ver con los miedos u otras emociones del presente. Por ejemplo, los hijos que nunca terminan la carrera o que no encuentran trabajo por miedo a enfrentarse a las responsabilidades de la vida adulta.
En la terapia Gestalt se valora, también, el darse cuenta, es decir, la capacidad que tiene cada ser humano para percatarse de lo que está sucediendo dentro de sí mismo y en el mundo que lo rodea.
El ponerse en contacto con uno mismo y darse cuenta de lo que realmente uno siente y desea, es el primer paso para conseguir lo que queremos.
Podemos distinguir 3 aspectos en el darse cuenta:
•Darse cuenta de sí mismo, es decir de la zona interna, que comprende todos aquellos acontecimientos que ocurren dentro de uno mismo: sensaciones, sentimientos, emociones…
•Darse cuenta del mundo exterior o zona externa que incluye todo lo que está fuera, más allá de mi piel. Se relaciona con los sentidos:  lo que oigo, veo, toco, huelo….
•Darse cuenta de la zona intermedia o zona de la fantasía, que abarca todas las actividades mentales: pensar, adivinar, imaginar, planificar, recordar, anticipar.
 Por último, se fomenta la integridad y responsabilidad de las personas. La gestalt invita a tomar conciencia de lo que nos está sucediendo en cada momento, sin pretender cambiarlo, detenerlo o evitar algo que hay en mí y que no me gusta.
 Cuando nos ponemos en contacto auténtico con lo que sentimos, el proceso de cambio se produce por sí solo. El frustrarse con exigencias de ser distinto de lo que se es, sólo nos lleva a sensaciones de malestar. Por ejemplo, a veces estamos enfadadas con el marido por algo que hizo que nos molestó. Si me exijo estar amable sin sentirlo mi resentimiento va a ir creciendo y cada vez me sentiré más alejada. Si por el contrario me doy cuenta de lo que me está pasando y lo expreso es posible que el resentimiento desaparezca y el cariño vuelva sin forzarlo.
 Una manera de asumir la responsabilidad es dejar de culpar sistemáticamente a los demás por lo que nos impiden hacer y asumir que, más a menudo de lo que creemos, “Si quiero, puedo”.