Pichón Rivière: La comprensión de la enfermedad y la situación depresiva básica

La comprensión de la enfermedad y la situación depresiva básica
Pues bien, ¿cómo se incorpora el pensamiento de Pichon Rivière en este panorama?
La observación – dice Pichon Rivière – dentro del material aportado por los pacientes de dos categorías de fenómenos, mentalmente diferenciables para el operador, lo que se manifiesta explícitamente y lo que subyace como elemento latente, permitió incorporar en forma definitiva a mi esquema de referencia la problemática de una nueva psicología que desde una primer momento tendería hacia el pensamiento psicoanalítico”.
El contacto con los pacientes, el intento de establecer un vinculo terapéutico con ellos, confirmó lo que de alguna manera había intuido: que tras toda conducta desviada subyace una situación de conflicto , siendo la enfermedad mental un intento fallido de adaptación al medio. En síntesis, que la enfermedad mental era un proceso comprensible.   
Para Pichón Rivière esta comprensibilidad fue siempre señal de un significativo avance hacia la modificación, es decir, hacia  la posibilidad de la cura; idea no necesariamente compartida por el pensamiento de Freud para quien la comprensión que podía tener el terapeuta no se transformaba necesariamente en poder terapéutico.
Para Pichon es imprescindible además que la causalidad de la enfermedad acceda a la conciencia del paciente, no en forma exclusivamente racional sino también con un nivel de compromiso emocional,  forma particular de autoconocimiento denominada insight.
Una de las cuestiones planteadas por Pichón Rivière en el inicio de su carrera, y durante muchos años de su ejercicio profesional, era desde dónde y cómo acercarse a este sujeto que sufre, al que paradójicamente se llama paciente pero del cual se ignora qué es lo que padece; cómo rescatar la historia que oculta el síntoma  y abrir un espacio de comprensión y transformación.
En este recorrido, su práctica y su experiencia han ido fundamentando una conceptualización que es la de la existencia, tras o bajo la diversidad de las formas clínicas, bajo la diversidad de todas aquellas conductas que pueden ser denominadas patológicas, de un único núcleo patogenético central de la naturaleza depresiva, es decir, ligado a la pérdida real o fantaseada del objeto. Esta situación de pérdida engendra en el sujeto vivencias de un intenso dolor, de un desgarrante conflicto, una contradicción amor-odio, en la que el objeto amado se muestra como un objeto abandonante y, en realidad, no sólo abandonante sino también atacante en función de la frustración que este objeto amado nos inflige.
Vale decir, la enfermedad en sus distintas formas clínicas, en la histeria, en la esquizofrenia, en la melancolía, en la neurosis obsesiva, etc., encuentra un único núcleo patogenético central y este núcleo es de naturaleza depresiva. Estas formas clínicas diversas son intentos de  desprendimiento y elaboración de este conflicto que es intolerable. Lo que existe en todos nosotros es lo que él denomina situación depresiva básica que también podría ser denominado un factor disposicional. Es una estructura que se ha ido configurando en el desarrollo del sujeto, en las vicisitudes de los vínculos y, en particular, en todos los procesos de pérdida ocurridos en ese ámbito vincular.
Pero entonces, según este esquema general , ¿cuándo emerge la enfermedad?. Cuando por la intensidad del conflicto, por el quantum de ansiedad, la disociación, la proyección, el control omnipotente, la negación, y todos los restantes mecanismos del yo, pierden su carácter de instrumento que el sujeto posee para la apropiación del objeto y de la realidad, es decir, pierden su carácter de instrumento puesto al servicio del proceso de aprendizaje estereotipándose  en su función de control de la ansiedad. En ese momento, entonces, se produce una ruptura entre el sujeto y la realidad, que es diferente en la neurosis y en la psicosis, tanto respecto a la calidad y como a la intensidad  de las ansiedades en  ambos casos.
¿Y qué le sucede al sujeto que enferma? Queda atrapado y detenido en la inhibición de la posición depresiva básica con la que se quiere evitar la pérdida, el daño del objeto; es decir, la consecuencia es una detención o empobrecimiento del proceso de aprendizaje versus un salto cualitativo en este proceso, como sería el caso del proceso de creación. Podemos pensar que uno de los elementos más dolorosos de la situación de pérdida es la fantasía de no tener capacidad creativa, de no tener capacidad reparatoria, de estar tan destruido como el objeto.
Esa relación conflictiva con el objeto, ese conflicto central con el amor y el odio, esa dramática  del objeto perdido, destruido, abandonante y esa dramática del objeto idealizado y el objeto persecutorio, no son en absoluto privativas de los sujetos de la experiencia límite sino que son universales del desarrollo del psiquismo, en primer término, y de las vicisitudes de nuestra trayectoria vincular, posteriormente.
Pero Pichon indagaba en la tristeza no para quedar atrapado en ella sino para superarla a través de la creación. El decía:
 “quien se entrega a la tristeza, renuncia a la plenitud de la vida”.
De modo que se va a ir afianzando en su marco conceptual el criterio de salud identificado con el de aprendizaje y en particular con el desarrollo de las potencialidades creativas, mediante el establecimiento de una relación dialéctica, mutuamente transformadora con el mundo; relación en la que se produce, como escena inconsciente, la reparación del objeto amado y del propio sujeto. En esta relación de mutua transformación, esencialmente reparatoria, podemos decir que el sujeto está en tarea y en función de un proyecto de vida.
 ¿cuál sería para él la estrategia terapéutica para enfrentar la situación de pérdida, tristeza o depresión?.
 “Es el planteo de una asociación, de un vínculo de creación, de un vínculo de proyecto en que las partes vitales del terapeuta y del paciente se alían con las partes destructivas y destruidas del terapeuta y del paciente. Pero eso puede también darse en otro vínculo; eso es la esencia de la alianza terapéutica, pero el vínculo, cualquier vínculo de amistad, de trabajo conjunto, etc. puede tener esas características en tanto sea un vínculo de aprendizaje, un vínculo creativo y cumpla la función de sostén”.