Poder disciplinario y educación: Los poderes/saberes de la escuela a lo largo de la historia

Poder disciplinario y educación: aproximación foucaultiana desde la Psicología Social

Autora: María de la Villa Moral Jiménez- Universidad de Oviedo

* Los poderes/saberes de la escuela a lo largo de la historia

La incorporación de una aproximación sociohistórica mediante la que se de cuenta de las transformaciones experimentadas en los dispositivos prácticos de poder/saber en la educación resulta imprescindible en cualquier aproximación foucaultiana al ámbito educativo. De acuerdo con estos presupuestos, el empleo de métodos diciplinarios se apoya en una estructuración espaciotemporal concreta y en procedimientos de observación jerárquica e inspección normalizadora. Mediante semejante análisis proponemos describir las transformaciones experimentadas en los dispositivos de poder, así como los nuevos discursos y prácticas postdisciplinares que potencian el autogobierno. En este ejercicio propuesto de desenmascaramiento de los poderes/saberes de la educación convendría aludir a lo que Tomás Ibáñez califica como formas descuidadas de poder. En Poder y libertad desvela algunos de estos mecanismos inoculadores que, como una máscara, no sólo tapan la verdad, sino que, al tiempo que la maquillan, nos la ofrecen impoluta como norma benefactora. Algunas de estas formas de poder son (Ibáñez, 1982, p. 157): «Fabricación del individuo, combinación de los procesos de masa con los controles individuales, inscripción de la vigilancia en el espacio del sujeto, sustitución de la ley por la norma, colocación de la necesidad en lugar de la prescripción… éstos son algunos de los rasgos del nuevo orden social cuyos dispositivos tecnológicos empiezan a dibujarse sobre el cúmulo de informaciones que las disciplinas le proporcionaron».

El desenmascaramiento al que, por otra parte, se ha sometido desde los trabajos Foucault a los mecanismos de poder es revelador de lo que permanecía oculto auspiciado por su concepción productiva de poder. El mero cuestionamiento crítico de las Verdades reveladas podría hacer tambalear nuestras creencias. Asimismo, la necesidad de pensar el poder como constitutivo de los fenómenos representa un avance pues se descubre que el poder reside en nosotros, es inoculado socialmente. No nos percatamos de él, de modo que puede que sea para nosotros como el propio respirar, un acto tan fácil y vital, como imperceptible.

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