REFORZAMIENTO SECUNDARIO DEL ORGULLO DEL PENE

REFORZAMIENTO SECUNDARIO DEL ORGULLO DEL PENE
    Al describir el desarrollo del niño, he llamado la atención sobre ciertos factores que tienden, según creo, a aumentar aun más la importancia central que el pene posee para él. Pueden resumirse como sigue: 1) La ansiedad que surge de sus primeras situaciones de peligro sus miedos a ser atacado en todas las partes de su cuerpo y en su interior, que incluye todos los miedos que acompañan a la posición femenina, está desplazada al pene como órgano externo, donde puede ser dominada con más éxito. El creciente orgullo que el muchacho siente por su pene, y todo lo que éste involucra, puede decirse que es también un método de dominar aquellos miedos y desilusiones que su posición femenina le presenta más particularmente . 2) El hecho de que el pene es un vehículo, primero de la omnipotencia destructiva del niño y después de su omnipotencia creativa, aumenta su importancia como medio de dominar la ansiedad. Contribuyendo así a su sentimiento de omnipotencia, ayudándole en su tarea de examen de la realidad y a promover sus relaciones de objeto en realidad poniéndose al servicio de esta función importante de dominar la ansiedad el pene es puesto en relación especialmente íntima con el yo y se transforma en un representante del yo y de lo consciente , mientras que el interior del cuerpo, las imagos, y las heces, es decir lo que es invisible y desconocido, es equiparado al inconsciente. Además, analizando pacientes masculinos, niños y hombres, he encontrado que a medida que disminuían sus miedos a sus malas imagos y heces (el inconsciente), que eran muy importantes dentro de ellos, aumentaba su creencia en su propia potencia sexual, y el desarrollo de su yo ganaba fuerza . Este último efecto es debido en parte al hecho de que el miedo disminuido del niño a su superyó «malo» y al contenido «malo» de su cuerpo le permite identificarse mejor con los objetos introyectados «buenos» y contribuye así a un mayor enriquecimiento de su yo.
    Tan pronto como estabiliza con bastante firmeza su confianza en la omnipotencia constructiva de su pene, su creencia en el poder del pene «bueno» de su padre dentro de él formará la base de una creencia secundaria en su omnipotencia, que mantendrá y reforzará la línea de desarrollo establecida ya por él para su propio pene. Y según se ha dicho; el resultado de su creciente relación con sus objetos será que sus imagos fantásticas retrocedan al fondo, mientras que sus sentimientos de odio y miedo a la castración se dirigirán y centrarán alrededor del padre real. Al mismo tiempo sus tendencias restitutivas se dirigen cada vez más a los objetos externos y los métodos de dominar la ansiedad se hacen más reales. Todos estos progresos en su desarrollo van paralelos con la creciente supremacía de su estadío genital y caracterizan los estadíos posteriores de su conflicto edípico.