Resumen sobre la Neurosis de defensa en S. Freud

Estamos frente a un Ensayo, dividido en tres partes, titulado: “Las neuropsicosis de defensa» (Ensayo de una teoría psicológica de la histeria adquirida, de muchas fobias y representaciones obsesivas, y de ciertas psicosis alucinatorias) (1894).
En la primera parte:
Freud nos presenta las posturas de P. Janet y J. Breuer, para luego debatir, confrontar, descartar y fusionar algunos de los conocimientos.
● Presenta su hipótesis de histeria de defensa y la compara con las posturas de Janet-Breuer, a la vez que explica como sucede, la causa, los orígenes sexuales
● Habla de la forma de atenuar y convertir las representaciones intolerables, pero que en
el yo quedan huellas mnémicas y que el modo de volver inocuas (en la histeria) a las
representaciones inconcebibles es mediante la conversión, que puede ser total o parcial.
En la segunda parte:
● Expone en pocas palabras, en el primer párrafo la “teoría psicológica de las representaciones obsesivas y fobias”.
● Presenta las formas de probar la teoría, con la representación obsesiva misma, la forma directa
y el afecto, que se encuentra en un enlace falso y también considera pruebas a los relatos de los
pacientes que ponen empeño voluntario e intento defensivo
● Reitera y enfatiza las causas sexuales de estas neurosis.
● Establece que no existe análisis psicológico que pueda comprobar el proceso que acontece
cuando se produce el divorcio entre la representación sexual y su afecto y el enlace entre este
último con otra representación, adecuada pero no inconcebible.
● Quizá (dice Freud) fuera más exacto decir que no se trata de procesos de naturaleza psíquica,
sino de procesos físicos, cuya consecuencia psíquica se manifiesta como si lo expresado con los
términos de «separación de la representación de su afecto y falso enlace de este último» hubiera
sucedido realmente.
● El enlace secundario, tiene la ventaja de que el yo elige la transposición del afecto y que esto
provoca menor daño que la conversión histérica de excitación psíquica en inervación somática
● Presenta casos ilustrativos
Por último dice Freud: “el mecanismo de trasporte del afecto es demostrable en la gran mayoría de las fobias y representaciones obsesivas..”
En la tercera parte:
● Habla de la defensa contra la representación intolerable, que genera un efecto de disociación. Si en cambio el yo se comportase como si la RI nunca hubiese existido, en el momento en que esto es conseguido el sujeto sucumbe a una psicosis o “locura alucinatoria”
● Cuando sobrevino la psicosis, es lícito decir que el yo se ha defendido de la RI mediante el
refugio en la psicosis.
● Postula la neurosis mixtas, ya que en la praxis ha visto casos (y en los manicomios los hay)
donde el paciente experimenta sintomas histéricos y fobias.
● Presenta la representación auxiliar de la que se ha servido para exponer el ensayo, que
establece (a criterio de Freud y en este momento) hay en las funciones psíquicas algo que tiene
propiedades de cantidad, que es suceptible al aumento, disminución, desplazamiento y descarga
y se difunde por las huellas mnémicas de las representaciones como lo haría una carga eléctrica
por la superficie de los cuerpos.
Resúmen sobre Neurosis en Freud, cuadro

Janet establece que la escisión de conciencia es un rasgo primario de la alteración histérica, que es innato en el sujeto, una debilidad congénita.
Breuer, 14 años mayor que Freud, (creador del método catártico y con él precrusor del psicoanálisis) con quien Freud ya había realizado un “Estudio sobre la histeria” proponía que la base y condición de la histeria eran “unos estados de conciencia” de carácter onírico o relativo al mundo de los sueño, que Breuer llama “estados hipnoides”, con una aptitud limitada para la percepción, aquí la escisión de conciencia es secundaria, adquirida.
Freud afirma que ha comprobado reiteradas veces, mediante “análisis psíquicos”, que “la escisión del contenido de conciencia es la consecuencia de una acto voluntario del enfermo.” que es introducida por un empeño voluntario cuyo motivo es posible indicar. Una segunda forma de histeria, sobre enfermos inteligentes, donde la escisión de conciencia desempeña un papel mínimo. Se intercepta la reacción frente al estímulo traumático y luego son curados por “abreacción”: Las histerias de retención puras.
La segunda forma de la histeria, Freud la llama Histeria de defensa: el paciente no ofrecía síntomas neuróticos, hasta el momento en que surgió en su vida de representación un caso de incompatibilidad; esto es, hasta que llegó a su yo una experiencia, una representación o una sensación, que al despertar un afecto penosísimo movieron al sujeto a decidir olvidarlos, no juzgándose con fuerzas suficientes para resolver por medio de una labor mental la contradicción entre su yo y la representación intolerable.
Tales representaciones intolerables florecen (según Freud) casi siempre, tratándose de sujetos
femeninos, en el terreno de la experiencia o la sensibilidad sexuales.
El yo plantea considerar a la representación intolerable como “non arrivée” (no acontecida), es una
labor “insoluble para él, una vez que la huella mnémica y el afecto adherido a la representación están ahí, ya no se los puede extirpar. Por eso equivale a una solución aproximada de esta tarea lograr convertir esta representación intensa en una débil.. Entonces esa representación débil deja de plantear exigencias al trabajo asociativo; empero la suma de exitación divorciada de ella tiene que ser aplicada a otro empleo.
Para el enlace secundario del afecto devenido libre puede ser utilizada cualquier representación
que por su naturaleza sea susceptible de conexión con un afecto de la cualidad dada o tenga con la intolerable ciertas relaciones, a consecuencia de las cuales aparezca utilizable como subrogado suyo.
Así, la angustia devenida libre, y cuyo origen sexual no debe ser recordado, se enlaza a las comunes fobias primarias de los hombres, a los animales, a las tormentas, a la oscuridad, etcétera, o a cosas de innegable relación asociativa con lo sexual, tales como los actos de orinar y defecar, y, en general, a la impureza y al contagio.
La ventaja que obtiene el yo, eligiendo para la defensa el camino de la transposición del afecto, es menor que la que ofrece la conversión histérica de excitación psíquica en inervación somática. El afecto bajo el cual ha padecido el yo permanece intacto, con la sola diferencia de que la representación intolerable queda excluida del recuerdo. Las representaciones así reprimidas constituyen por su parte el nódulo de un segundo grupo psíquico, accesible, a nuestro parecer, también sin la ayuda de la hipnosis.
“El que en las fobias y las representaciones obsesivas falten aquellos visibles síntomas concomitantes a la formación de un grupo psíquico independiente, obedece probablemente a que en el primer caso toda la modificación permanece circunscrita a lo psíquico, no experimentando cambio alguno la relación entre la excitación psíquica y la inervación somática.”
“…el mecanismo de trasporte del afecto es demostrable en la gran mayoría de las fobias y
representaciones obsesivas y sostendría que estas neurosis, a las que con igual frecuencia llamamos aisladas o combinadas con una histeria o una neurastenia, no pueden situarse en un mismo grupo con la neurastenia común, para cuyos síntomas básicos no cabe suponer un mecanismo psíquico.”
“..la defensa contra la representación intolerable tenía efecto por medio de la disociación de su afecto concomitante. La representación permanecía en la consciencia, si bien aislada y debilitada. Pero hay aún otra forma de la defensa mucho más enérgica y eficaz, consistente en que el yo rechaza la representación intolerable conjuntamente con su afecto y se conduce como si la representación no hubiese jamás llegado a él. En el momento en que esto queda conseguido sucumbe el sujeto a una psicosis que hemos de calificar de «locura alucinatoria».
Puede, por tanto, decirse que el yo ha rechazado la representación intolerable por medio de la huida a la psicosis. El proceso que lleva a este resultado escapa tanto a la autopercepción del sujeto como el análisis psicologicoclínico. Debe ser considerado como la expresión de una elevada disposición patológica y puede, quizá, describirse como sigue: el yo se separa de la representación intolerable, pero ésta se halla inseparablemente unida a un trozo de la realidad, y al desligarse de ella, el yo se desliga también, total o parcialmente, de la realidad. Esto último es, a mi juicio, la condición para reconocer a las propias representaciones vida alucinatoria, y con ello cae el sujeto, una vez alcanzada la repulsa de la representación intolerable, en la locura alucinatoria.
Recordaré, por último, con pocas palabras, la idea auxiliar, de la cual me he servido en esta descripción, de las neurosis de defensa. Tal idea es la de que en las funciones psíquicas debe distinguirse algo (montante del afecto, magnitud de la excitación), que tiene todas las propiedades de una cantidad -aunque no poseamos medio alguno de medirlo-; algo susceptible de aumento, disminución, desplazamiento y descarga, que se extiende por las huellas mnémicas de las representaciones como una carga eléctrica por las superficies de los cuerpos.”