SESION NUMERO CUATRO (Jueves), Caso Richard

SESION NUMERO CUATRO (Jueves)
Richard empieza otra vez a hablar sobre la guerra, y en especial sobre la actitud incierta de Rusia, opinando que puede llegar a hacerse daño a sí misma. También se refiere al material de la sesión anterior sobre su experiencia en el zoológico. En realidad, repite que no le llegó a ocurrir ningún accidente, y que la tragedia fue el resfrío y el dolor de oídos. (Decir esto implica que se resiste a la interpretación de M.K. sobre el verdadero sentido de la tragedia dentro de todo el contexto.) Pregunta luego a M.K. a qué se dedica y si tiene familia. Quiere saber algo sobre el señor K., los hijos que tienen, sus edades y sus profesiones. Después, tras mirar los distintos cuadros que hay en las paredes, señala con interés a uno que representa a dos perros y en otro donde hay un cachorro entre dos perros grandes. Dice que el cachorro es muy rico.
M.K. da brevemente la información que el niño le pide .
Richard se muestra evidentemente sorprendido por el hecho de que el Sr. K. haya muerto (aunque ya sabía esto antes de comenzar a analizarse), pero se alegra al oír que M.K. tiene un hijo.
M.K. entonces le interpreta que desea recibir de ella más cariño y atención, y que siente celos de los demás pacientes y de sus hijos. Le dice que esto se origina en los que siente de papá y de Paul y de la relación de ambos con mamá. Añade además que tiene curiosidad por saber lo que hace M.K. de noche, como le pasa con mamá. Los dos perros representan tanto a M.K. como al Sr. K.  como a papá y a mamá, mientras que él desea ser el cachorrito (el bebé) que se pone entre los dos y que además goza de ambos. También desea devolver a M.K. su marido.
Richard siente en este momento una gran curiosidad por el reloj y dice que es "un lindo reloj". Quiere saber cómo se cierra y se abre, y mientras juega con él dice que se siente feliz, que hace buen tiempo, y que brilla el sol. Está de acuerdo con que el cachorrito del cuadro se parece a un bebé.
M.K. le sugiere que quizás haya deseado que su mamá tuviera bebés aunque le hubieran provocado celos.
Richard contesta con convicción, que a menudo le dice a su madre que debería de tenerlos, pero que ésta le contesta que ya es demasiado vieja. Naturalmente esto es una tontería, ya que es seguro que podría tenerlos "en abundancia". (Sigue manipulando el reloj.)
M.K. interpreta que su interés por el “lindo reloj" (que la representa a ella) y el placer que siente al tocarlo están relacionados con la satisfacción que le brinda averiguar cosas sobre su vida y su familia. El gozar del sol se relaciona además con la mamá "buena" y con el deseo que tiene de que tenga bebés y esté contenta. Por la misma razón se alegra de que M.K. tenga un hijo y un nieto.
Richard mira otra vez el mapa y expresa dudas sobre la actitud de Rusia. Pregunta también el lado en que ha estado Austria en la última guerra (aunque evidentemente conoce la respuesta) y después pide a M.K. le diga qué países del continente conoce.
M.K. menciona algunos países por donde ha viajado, e interpreta que las dudas que tiene sobre Austria y la desconfianza de Rusia se refieren a su sospecha de que ni su madre ni ella misma [la "mala" madre] se avengan a aliarse con él en contra del papá "malo" (el Hitler austríaco).
Richard habla entonces de Bobby, que es suyo aunque lo comparte con su mamá, y dice que el perro le quiere mucho. Es travieso y a veces hasta malo; en ocasiones come carbón y si se le gasta alguna broma, muerde; una vez llegó hasta morderle a él. Cuenta de nuevo que cuando papá se levanta de su silla situada cerca del fuego, Bobby se sube a ella, y ocupa tanto lugar que sólo queda un pedacito libre para su papá.
M.K. le recuerda la interpretación de que Bobby, cuando salta a la silla de papá, le está representando a él, que cuando tiene celos quiere quitarle el sitio. Quizás alguna vez haya deseado también morder a su padre en un momento de rabia o de celos. En cuanto a su interés por el perro cuando come carbón, le sugiere que puede estar relacionado con el interés que le provocaba a él mismo en el pasado "lo grande", y el deseo que puede haber tenido de comérselo.
Richard contesta firmemente que no haría tal cosa, aunque quizás haya pensado en ello cuando era pequeño. Admite que tiene conciencia de sus deseos de morder; a menudo los siente cuando se enfada. Entonces mueve las mandíbulas como para hacerlo, y esto en especial, cuando hace muecas. Cuando era pequeño una vez mordió a su niñera, y si pelea con su perro y éste le muerde, él le contesta con otro mordisco. A continuación expresa curiosidad por los demás pacientes de M.K., y en especial por John Wilson : quiere saber si se analizan en la misma habitación.
M.K. interpreta que desea saber esto porque está avergonzado por ser niño y usar el cuarto de juegos, ya que ser niño quiere decir no tener control; es decir jugar con "lo grande" y morder como un perro. Además, tiene celos de John igual que los tiene de Paul, pues ellos ya no son niños "malos". (Como Richard conoce bien a John, y sin duda éste le ha hablado de su tratamiento, cabe suponer que sabe que su amigo ya no se trata en el cuarto de juegos; también sabía Richard antes de empezar a analizarse que el Sr. K. había muerto. Su necesidad de obtener esta información sobre M.K. a pesar de conocer la respuesta obedece a muchas razones, entre ellas, el deseo de verificar si M.K. dice la verdad.)

(11)  En el tratamiento de niños, suelo contestar algunas de las preguntas personales que éstos me formulan, aunque en forma breve, antes de proceder a analizarlas. Esta es una técnica diferente de la que uso con los adultos, a quienes por lo general no contesto, limitándome a interpretar. Sin embargo, como dije en la Introducción, en este caso particular contesté a más preguntas de las que suelo responder en otros. Echando una mirada retrospectiva, no creo que este proceder de reaseguramiento haya acelerado el análisis, y en general he notado que cada vez que por diferentes causas me he salido fuera de los límites de una técnica puramente psicoanalítica, he encontrado después razones para lamentarlo.
(12)  Según se podrá juzgar a través de todo el análisis, la actitud de Richard hacia el señor K. Implicaba en forma persistente la fantasía de que éste todavía vive.