Singularidad en la red o el juego de estar cerca y lejos simultáneamente: UN POCO DE HISTORIA

Singularidad en la red o el juego de estar cerca y lejos simultáneamente

UN POCO DE HISTORIA

A principios de los 90´ en un bbs se me ofertó la posibilidad de armar una consultoría psicológica vía email, que tenía por objetivo orientar a los que consultaran para luego derivarlos a instituciones públicas o privadas. La mayoría de las consultas que me llegaron se encuadraban en lo que se denominan trastornos obsesivos compulsivos (TOC), que han sido maravillosamente descriptos e interpretados en la película «Mejor imposible» por el actor Jack Nicholson. Allí observamos un conjunto de fobias y trastornos que afectan el contacto con el otro y los desplazamientos físicos en el mundo. Lo interesante del caso es que estas personas en el ciberespacio gozaban de una amplia libertad, eran comunicativas, alegres, como si la distancia entre la pantalla y el otro los liberara. También cabe señalar, que en el caso de los TOC se puede producir el efecto contrario, es decir, el reforzamiento de los síntomas soportados por una tecnología que los hace más egosintónicos. Esta situación me llevó a pensar que la RED cumple una función de reciclaje, ya no sólo de la patología sino también de lo que la ciudad real y el tiempo histórico expulsan. La red así aparece como la fuente de los deseos, donde todo es promesa y el anonimato y la distancia virtual-real nos funda en otras distancias, nos duplica. Convertidos en clones digitales, somos los mismos, somos otros. De este modo la heterogénea Internet crea millones de «ciudades» distintas que serán complemento o sustituto de la ciudad real. 

Queda abierta la pregunta sobre la característica de estos vínculos y su relación de continuidad o discontinuidad de lo virtual con lo real.

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