TEORÍA PSICOANALÍTICA DE LA NEUROSIS

TEORÍA PSICOANALÍTICA DE LA NEUROSIS

Personalidad borderline
El término organización fronteriza de la personalidad, más que estados fronterizos o
cualquier otra denominación, es el que mejor describe a los pacientes que presentan una
organización patológica de la personalidad, específica y estable y no un estado transitorio
que fluctúa entre la neurosis y la psicosis.
Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de las neurosis y los desórdenes
caracterológicos, aunque lo más importante de la contribución a la comprensión de la
organización fronteriza de la personalidad y su tratamiento surge del análisis de la patología
de las relaciones objetales internalizadas de estos pacientes: la importancia de sus conflictos
pregenitales, sobretodo los orales, así como la inusual intensidad de su agresión pregenital.

CARACTERÍSTICAS SINTOMÁTICAS
Los pacientes de personalidad fronteriza presentan al comienzo lo que superficialmente
parece ser una típica sintomatología neurótica. Ninguno de estos síntomas es por sí solo
patognomónico, pero la presencia de dos, o especialmente tres de los enumerados a
continuación, constituye un fuerte indicio de una personalidad fronteriza subyacente. El
diagnóstico definitivo depende de la patología yoica característica y no de los síntomas
descriptivos.
a. Ansiedad : crónica o difusa. Contratransferencialmente puede invadir al terapeuta.
b. Neurosis polisintomática : fobias múltiples, que limitan la vida del paciente (de tipo
obsesivo: cuerpo o apariencia) con una connotación paranoide. Puede haber
síntomas obsesivo – compulsivos egosintónicos para el sujeto y bastante
racionalizados. Pueden haber síntomas de conversión elaborados o grotescos,
reacciones disociativas (fugas histéricas + amnesia posterior), hipocondría y
tendencias paranoides.
c. Tendencias sexuales perverso – polimorfas : desviación sexual manifiesta,
coexistiendo varias tendencias perversas (promiscuidad, elementos sádicos, etc.).
Cuanto más caóticas y múltiples son las fantasías y los actos perversos y cuanto más
inestables son las relaciones objetales vinculadas con esas interacciones, mayores
motivos hay para sospechar la presencia de un desorden fronterizo.
d. Estructura de personalidad prepsicótica : personalidades base paranoide,
ciclotímica o esquizoide.
e. Neurosis impulsiva y de adicción : Para lograr una satisfacción directa de los
impulsos. Están comprendidas aquí las formas graves de patología caracterológica
en las que hace irrupción de modo crónico y repetitivo un impulso destinado a
gratificar necesidades instintivas, de un modo que, fuera de los episodios
impulsivos, resulta distónico con el yo, mientras que dentro del contexto de dichos
episodios es sintónico con el yo y altamente placentero. El alcoholismo, las
drogadicciones, ciertas formas de obesidad psicogénica y la cleptomanía son típicos
ejemplos de esta categoría.
f. Desórdenes caracterológicos de nivel inferior : donde la personalidad narcisista es
la más inferior, en la que no son capaces de depender realmente de alguien (la
estructura depresivo – masoquista es de nivel superior). Probablemente pueden tener
un carácter sadomasoquista, con una personalidad fronteriza y carácter
autodestructivo, cuando se irritan.
Muchas personalidades infantiles, narcisistas, «como si» y antisociales presentan
predominantemente esta patología.
Alrededor de dos terceras partes de las personas con trastorno de personalidad limítrofe son
mujeres. La dependencia intensa y la manipulación caracterizan sus interacciones y hacen
que el trato con ellos sea muy difícil; además, los comportamientos autodestructivos son su
«especialidad conductual».
La fuerte necesidad de relaciones lleva a estos individuos a tener temores crónicos y
duraderos que las personas de las que dependen los abandonen. Son característicos en ellos,
la inestabilidad emocional con cambios a la ansiedad y desequilibrios en los conceptos de
identidad, con probables sentimientos crónicos de vacío y aburrimiento. Prácticamente
todas las áreas de su vida están en conflicto, debido a las relaciones objetales.