TGD y ADD o ADHD: La psicosis según Bion

La psicosis según Bion
Bion se ha dedicado a estudiar específicamente el proceso del pensar, teniendo
en cuenta su práctica psicoanalítica con pacientes esquizofrénicos,
con severos trastornos del pensamiento.
Plantea la necesidad de reformular las ideas acerca del origen y la naturaleza
de los pensamientos y del mecanismo mediante los cuales es posible “pensar los pensamientos”.
Expulsar el aparato de pensar los pensamientos, expulsar la posibilidad de registrar
los sentimientos, la aparición de un vacío de ideas o de afectos tienen
que ver, para este autor, con las fallas en la función de rêverie de la mamá. Si la
madre no soporta los estallidos, las proyecciones del niño, el mismo no puede
constituirse como alguien diferenciado.
Bion (1962) postula una función que permitiría que un organismo biológico
devenga una psiquis viviente. A esta función la llama “función alfa”.
“La función alfa opera sobre las impresiones sensoriales, cualquiera sean, o las
emociones […] Mientras la función alfa opere con éxito se producirán elementos-
alfa y estos elementos resultarán adecuados para ser almacenados y satisfacer
requisitos de los pensamientos oníricos. Si la función alfa es perturbada
y por lo tanto resulta inoperante, las impresiones sensoriales que el paciente
capta y las emociones que a la vez está experimentando permanecen inmodifi
cadas. Los llamaré elementos-beta. En contraste con los elementos-alfa, los
elementos-beta no son sentidos como si se tratara de fenómenos, sino como la
cosa en sí misma. Asimismo, las emociones son objeto de los sentidos. Por lo
tanto estamos frente a un estado anímico precisamente contrastante con el del
científi co que sabe que se ocupa de fenómenos, pero que no tiene la misma
certeza de si los fenómenos tienen una contraparte de cosas en sí mismas.
Los elementos-beta no son propensos para ser usados por los pensamientos
oníricos, pero sí son apropiados para ser usados en la identifi cación proyectiva
[…] Son objetos que pueden ser evacuados o empleados para una forma de
pensar que depende de la manipulación por palabras e ideas […] Los elementos-
beta se almacenan, pero difi eren de los elementos-alfa en que no son tanto
recuerdo como hechos no digeridos, mientras que los elementos-alfa han sido
digeridos por la función alfa y por lo tanto se convierten en disponibles para el
pensamiento”.
“[…] la función alfa determina que las impresiones sensoriales de la experiencia
sean asequibles para el pensamiento conciente y para el pensamiento onírico”
(Bion, W., 1962, págs. 25-26).
“[…] para aprender de la experiencia la función alfa debe operar sobre la
captación de la experiencia emocional […] La función alfa es necesaria para
el pensar y el razonamiento consciente y para relegar el pensar a lo inconsciente
cuando es necesario liberar a la conciencia de la carga del pensamiento
mediante el aprendizaje de una habilidad.
Si existen solo elementos-beta, que no pueden ser hechos inconscientes, no
puede haber represión, supresión o aprendizaje. Esto da la impresión de que
el paciente es incapaz de discriminar. No puede dejar de captar cada estímulo
sensorial, sin embargo, tal hipersensibilidad no signifi ca un contacto con la realidad.
Los ataques a la función alfa […] destruyen la posibilidad de que el paciente
establezca un contacto consciente, ya sea consigo mismo o con algún otro
como objetos vivos. Por lo cual se refi ere a objetos inanimados y aun a lugares,
cuando normalmente debería referirse a personas. Pero, aunque las
describe en forma verbal, el paciente vive a esas personas como presentes en
forma material y no simplemente representadas por sus nombres” (Bion, W.,
1962, págs. 27- 28).
En carácter de elementos de la función alfa, Bion postula que tiene que haber
una pre-concepción, un estado de expectativa innato, algo que puede
ser pensado pero no conocido, que tiene que encontrar una realización, un
suceso de la realidad efectiva que calce justo con esa pre-concepción, esta
unión produce una concepción susceptible de empleo mental para un pensar
posterior. Esta concepción se vuelve preconcepción y, si encuentra su realización,
se da una concepción nueva. Así se pueden ir armando teorías o desprender pensamientos de otros ya pensados.
Es decir, existe una expectativa innata de unión de dos objetos para formar un
tercero que sea más que una suma de las dos partes. Bion considera que esta
relación está en la base de la construcción de pensamientos y que su prototipo
es la relación entre la boca y el pezón, entre el pene y la vagina.
Según Bion, la capacidad de desarrollar un aparato de pensar depende de la
introyección de un objeto capaz de comprender la experiencia del niño y de
darle signifi cado. De un vínculo contenedor que tiene que ver con lo que el
autor llama rêverie de la mamá. Si esto no se da, si la madre no puede contener
las identifi caciones proyectivas del hijo, la madre pasa a ser un objeto
que lo comprende malintencionalmente, que despoja de sentido la experiencia
y a él mismo y con el cual está destinado a identifi carse. Entonces, sus
frustraciones no se vuelven comprensibles y lo que aparece es un terror sin
nombre, un miedo sin sentido y no un miedo de morir vuelto tolerable.
Un niño de siete años que ha sido diagnosticado con el supuesto síndrome
ADD/ADHD y medicado por otros profesionales, se mueve descontroladamente
en sesión. Repite palabras sueltas intercaladas con insultos. Juega al ludo
y dice que él ganará antes de que termine el juego porque él lo sabe porque
se lo dice su mamá. Cuando termina el juego, dice que ganó la mesa. Aletea
los brazos, se babea y se lleva una fi cha del juego a la boca. Quiere meter los
dedos en el enchufe. Le señalo que es peligroso y me dice que él no fue, que
no está en la sesión que está otro nene.
En sesión su mamá comenta: “Mi hijo es chico y no puede pensar. Yo me enojo
mucho y me pongo a llorar delante de él porque no me puedo controlar. El otro
día le grité y le dije que yo no estoy a disposición de él, que no va a manejarme
la vida. Siempre me anda preguntando cosas, pero yo le contesto a medias
porque no quiero que entienda todo porque es chico. El es chico para pensar
lo que tiene que hacer. Es así y punto”.
Bion nos lleva a pensar que el psiquismo, para poder constituirse, tiene que
hacer algo con los datos objetivos de la realidad. El nacimiento coincide con
el encuentro del niño con el mundo sensible, pero que de entrada también
se acompaña de una carga afectiva que, según su intensidad, puede hacer
fracasar la posibilidad de soportarla, de contenerla. Este fracaso provoca inmediatamente
la búsqueda de un objeto continente, capaz de transformar los
elementos-beta en elementos-alfa. Da cuenta con su teoría cómo el yo se arma
o se fragiliza según el tipo de vínculo con los otros.
Si la madre falla en la función de rêverie (Bion), si no puede soportar los estallidos,
las proyecciones del niño, este no puede constituirse como alguien
diferenciado, no pueden reconocerse los propios límites.
Si la mamá no puede contener las proyecciones de su hijo, este se ve compelido
a expulsar el aparato de pensar los propios pensamientos y la posibilidad
de registrar sentimientos, apareciendo un vacío de ideas o de afectos. Para que
un niño pueda dirigir su atención al mundo, es necesario que pueda diferenciar
adentro-afuera, que no confunda lo interno de lo externo.
La atención es una actividad psíquica puesta en juego por el influjo de la elaboración
mental y por los múltiples estímulos que proceden de los mundos externo
e interno. En la atención entra en juego todo el mecanismo de la actividad
del pensar. Y la actividad del pensar se constituye en un vínculo con los otros.
Son los adultos los que le dan al niño la posibilidad de discriminar y discriminarse,
de diferenciar fantasía de realidad, de investir el mundo, de tolerar la
descarga inmediata y construir vías alternativas, etc.
En la atención se pone en juego todo el mecanismo del accionar psíquico.

Volver al índice principal de ¨Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) y Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (ADD/ADHD)¨