TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN. RECHAZO ESCOLAR Y FOBIA ESCOLAR: Génesis y mantenimiento

TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN.
RECHAZO ESCOLAR Y FOBIA ESCOLAR
Arturo Bados López
29 de septiembre de 2005

GÉNESIS Y MANTENIMIENTO DEL RECHAZO ESCOLAR Y FOBIA ESCOLAR
Seguiremos a Blagg (1987), Bragado (1994), Echeburúa (1993), King, Ollendick y Tonge (1995), Marks (1987/1991), Méndez y Macià (1990), y Ollendick y Mayer (1984) para enumerar los diversos factores implicados en la etiología y mantenimiento del rechazo escolar.
Algunos factores predisponentes al rechazo escolar pueden ser la existencia de trastornos de ansiedad (especialmente agorafobia) o de depresión en los padres, los cuales dificultan el aprendizaje de estrategias de afrontamiento por parte del niño; el provenir de familias pequeñas y muy unidas en las que los niños mantienen relaciones muy estrechas o dependientes con sus padres; la sobreprotección por parte de los padres; la existencia de inhibición conductual ante los desconocidos y/o ansiedad por separación en el niño; y la presencia de ansiedad o temor moderado en situaciones escolares específicas.
Entre los factores precipitantes y/o mantenedores del rechazo escolar pueden distinguirse:
– Acontecimientos vitales negativos: muerte, enfermedad o separación de los padres (normalmente la madre), amigo íntimo o mascota; padecer una enfermedad, tener un accidente o sufrir una operación que obliga al niño a permanecer en casa o en el hospital largo tiempo.
– Factores relacionados con la escuela: cambio de colegio, de clase o de nivel académico; experiencias de ridículo, críticas, amenazas, daño físico o peleas con otros niños; profesor demasiado estricto, sarcástico o punitivo; trabajo escolar muy difícil (incluidas aquí las actividades de educación física); tener que participar en reuniones escolares e intervenir en público; hacer exámenes; estar con muchos niños o en una escuela muy grande; tener que hacer un largo y desagradable viaje hasta la escuela; experiencias traumáticas en la escuela (acoso sexual). Estas experiencias suelen generar cierto miedo en los niños, aunque algunos llegar a reaccionar con un nivel de miedo excesivo.
Factores relacionados con el niño. Aparte de los miedos citados arriba, pueden influir el miedo a la separación de los padres; una mayor dependencia de estos; problemas de asertividad y de relaciones sociales; niveles excesivos de aspiración académica; estar acomplejado por algún aspecto de la apariencia física que puede ponerse de manifiesto en las clases o al desnudarse; celos exagerados de un hermano; angustia por la menstruación o la masturbación. Puede haber un bajo rendimiento escolar (en ciertas materias o en general) y/o un miedo al mismo debido a una serie de factores (niño, escuela, medio cultural). Algunos niños no quieren volver a la escuela porque no pueden explicar su ausencia a sus compañeros de un modo aceptable.
– Factores relacionados con la familia. Sobreprotección del niño por parte de uno o ambos padres; relación muy estrecha de la madre con el niño y relación distante con el marido; expectativas poco realistas sobre el rendimiento escolar del niño; falta de recursos de los padres para conseguir llevarlo a la escuela (p.ej., no poder manejar física o psicológicamente las rabietas del niño, no sentirse capaz de manejar a la vez tanto al niño como a sus hermanos más pequeños); desajuste marital; algún progenitor o la familia sale beneficiado de que el hijo se quede en casa (p.ej., una madre agorafóbica o deprimida) o de que presente un problema que permite no atender a otros problemas más dolorosos (p.ej., insatisfacción marital); conflictos entre los padres y la escuela; padres que valoran poco la educación escolar o que tienen actitudes negativas hacia la escuela.
– Observación en otros niños (hermanos, amigos, compañeros) de falta de asistencia a la escuela, de miedos de tipo escolar o de experiencias negativas relacionadas con la escuela.
– Reforzamiento negativo (prevención de la ansiedad o de posibles consecuencias negativas anticipadas, reducción de responsabilidades escolares) y positivo (atención, mimos, posibilidad de realizar en casa más actividades agradables como ver TV y levantarse tarde) de las conductas de evitación y de queja. También puede haber un reforzamiento por parte de los padres de las conductas de dependencia del niño. Algunos padres refuerzan la conducta de evitación del niño debido, por ejemplo, a su estilo educativo sobreprotector o a que obtienen algún beneficio de que los niños se queden con ellos (como en el caso de algunas madres agorafóbicas).
Otras consecuencias de la fobia escolar, tanto a corto/medio plazo (retraso escolar, aislamiento social, sentimientos de culpa) como a largo plazo: menores oportunidades para cursar una educación superior, problemas de empleo, dificultades sociales y mayor riesgo de trastornos psiquiátricos futuros (King y Bernstein, 2001).
Es necesario considerar varios de estos factores, variables según los niños, para explicar el origen y mantenimiento del rechazo escolar.

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