TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD: CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO

RESUMEN
La autora aborda los aspectos referentes a la clínica y al diagnóstico del la hiperactividad en la infancia y adolescencia. Nos expone una revisión actualizada que comprende, igualmente, temas tan interesantes como la comorbilidad y las
características de adaptación escolar.

INTRODUCCIÓN

El déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es hoy un tema que despierta curiosidad y son muchos los estudios que se están llevando a cabo, tanto a nivel mundial, como español. En esta revisión, se tratará de dar una visión clínica y diagnóstica del tema, expuesta de una forma clara y resumida. El síndrome de déficit de atención con hiperactividad, es el término por el cual se conoce un síndrome caracterizado por tres síntomas nucleares de trastornos como son la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, aunque como veremos más adelante no siempre tienen que estar presentes conjuntamente, puesto que existen subtipos dentro de esta entidad nosológica.
Empezaremos por una breve aproximación al tema de la hiperactividad desde el punto de vista histórico.
La primera descripción que conocemos de un TDAH la encontramos en Hoffman ( 1844), un médico alemán que reprodujo parte importante de la sintomatología en el protagonista de un cuento que escribió en esta fecha ( Polaino-Lorente ,1997) en el que describía a Phil, un niño inquieto, que no se acostumbra a estar sentado y se movía constantemente. Estaría describiendo pues, la sintomatología hiperactiva, de exceso de movimiento , pero no parece detallar con minuciosidad, la inatención en este caso. Si hablaba, en cambio, de bajo rendimiento ( Miranda Casas,2000), lo que puede indicar deficiencias en la atención y en el control de impulsos. Sin embargo fue el pediatra inglés Still en 1902, quien dio la primera descripción de conductas impulsivas y agresivas, falta de atención y en fin, como el mismo describió problemas conductuales que calificaba de “defectos del control moral”. La nomenclatura era lógica para la época, porque como veremos más adelante, los trastornos asociados en este síndrome, son importantes y desde luego muy llamativos. Lo que hacia que fueran niños “ distintos”, incontrolables, problemáticos, adjetivos estos que aún se manejan en la actualidad para describirlos. Posteriormente los estudios realizados en todo el mundo en la primera parte del siglo XX, los años 20 y 30 especialmente, especialmente Hohmán en 1922 y de Khan y Cohen en 1934 , indicaban que tras una lesión cerebral, encefalitis, etc, se producían los mismos síntomas descritos por Still, con lo que se creyó que se encontraban ante un “síndrome de lesión cerebral humana” (Polaino Lorente, 1997), de naturaleza eminentemente neurológica. No fue hasta los años 60 cuando la mayoría de los investigadores comenzaron a darse cuenta de que los niños con la sintomatología hiperkinética o hiperactiva, no presentaban lesión cerebral alguna ( Green y Chee, 1994) y suavizaron el nombre denominándole daño cerebral mínimo o disfunción cerebral. De esta forma la etiología no sería una lesión cerebral concreta, sino una disfunción general, en la que el cerebro apareciera absolutamente normal, sin ningún tipo de patología constatable. El término de La disfunción cerebral mínima, se acuñó en la década de los sesenta por Clements y Peters ( Polaino Lorente, A, 1997), y se iba perfilando con la sintomatología siguiente: Trastornos de la conducta motora, hiperactividad, alteración de la coordinación, trastornos de atención y trastornos perceptivos, dificultades de aprendizaje escolar, trastorno en el control de los impulsos, alteración en las relaciones interpersonales, trastornos afectivos, labilidad, disforia, agresividad, etc…( Ajuriaguerra, j. 1973).
De esta forma fue creciendo el concepto de “hiperkinesia”, cuyas características eran principalmente síntomas conductuales totalmente al margen del daño cerebral y el nivel de hiperactividad sería el núcleo de toda la alteración. Aparece, por primera vez en el manual de diagnóstico y estadística de enfermedades mentales DSM II, publicado por la asociación americana de psiquiatría , en 1968, con el nombre de “Reacción Hiperkinética de la infancia”, (Joselevich, E 2000 ) con los criterios diagnósticos que seguiríamos los profesionales hasta la aparición de nuevos estudios que hicieron que en el DSM III, se modificaran dichos criterios y que como veremos más adelante se acuñara un término distinto para denominar al síndrome. Fue Douglas, en los años 70, quien argumentó que la deficiencia básica de los niños hiperactivos no era el excesivo grado de actividad , sino la incapacidad para mentener la atención , especialmente la atención sostenida y la impulsividad… es decir una insuficiente autorregulación ( Miranda A, 1999) lo que está ya más cerca de la definición actual y que sigue siendo una explicación básica y reconocida aún en la actualidad. Sus estudios e investigaciones documentaron también la utilización del metilfenidato para tratar el trastorno.
Virginia Douglas fue pues decisiva para que la Asociación americana de psiquiatría modificara su descripción en 1980 en su DSM III, en el que se introducen nuevos criterios y cambió el término llamándole ya “déficit de atención con y sin hiperactividad”. En 1987 en la revisión del manual de diagnótico y estadística de enfermedades mentales ( DSM. III- R), se vuelve a dar importancia a la hiperactividad, situándola al mismo nivel que el defecto de atención. ( Polaino Lorente, 1997). Había pues mucha disparidad de criterios y en estos momentos, años 80 y 90, es cuando realmente se realizan múltiples estudios e investigaciones que culminan en los criterios diagnósticos con los sistemas actuales de clasificación internacional, y que son los que manejamos en la actualidad Nos referimos al “Manual de diagnótico y estadístico de trastornos mentales”- DSM –IV- TR (APA.2000) y en el elaborado por la organización mundial de la salud, “Clasificación internacional de los trastornos mentales” CIE- 10 (OMS, 1992). Aunque la mayoría de los trabajos que se siguen en la actualidad se rigen por las versiones del DSM ( Caballo,v y Simón,M 2001). Es por ello que en esta exposición vamos a basarnos en los criterios diagnósticos del DSM – IV- TR. Pero antes haremos un breve repaso de la cronología del trastorno del que nos ocupamos.

Tabla – 1: Resumen histórico
Hoffman 1847 Descripción síntomas en el cuento de PhilF.
Still 1902 Defectos del control moral
Hohman, Kant, Cohen 1920- 1930 Lesión cerebral humana.
Clements y Peters 1962 Disfunción cerebral mínima
DSM II 1968 Reacción hiperkinética de la infancia
DSM III 1987 Déficit de atención con hiperactividad
DSM IV 1994 Introduce tres subtipos.