TRASTORNOS DEL DESARROLLO SEXUAL

TRASTORNOS DEL DESARROLLO SEXUAL
    Ya hemos subrayado la importancia que tiene la fantasía del niño referente a sus padres unidos perpetuamente en copulación como fuente de muy intensas situaciones de ansiedad. Bajo la influencia de tal fantasía el cuerpo de su madre representa, ante todo, una unión de la madre y el padre que es extremadamente peligrosa y que está dirigida contra él. Si la separación de esta imago de los padres combinada no tiene lugar en un grado suficiente en el curso de su desarrollo, el niño estará expuesto a trastornos serios, trastornos en sus relaciones de objeto como en su vida sexual. Un predominio de esta clase de imagos paternas combinadas se remontan, según mi experiencia, a perturbaciones en las primeras relaciones de los niños pequeños con su madre o más bien con su pecho . Aunque estos efectos son muy fundamentales en niños de ambos sexos, ya son diferentes para cada uno de los estadíos primeros de su desarrollo. En las páginas siguientes limitaremos nuestra atención al niño y examinaremos cómo estas fantasías terroríficas ejercen poder y de qué manera influyen en su desarrollo sexual.
En mis análisis de niños y adultos del sexo masculino he encontrado que cuando los fuertes impulsos orales de succión se han combinado con impulsos oralsádicos intensos, el niño se ha retirado del pecho de su madre con odio y muy tempranamente . Sus primeras e intensas tendencias destructivas contra el pecho le han llevado a introyectar a una madre en gran parte «mala», y su repentino abandono del pecho se ha seguido de una introyección excesivamente fuerte del pene de su padre. Su fase femenina ha estado gobernada por sentimientos de odio y envidia a la madre, y al mismo tiempo, como resultado de sus poderosos impulsos oralsádicos, ha llegado a sentir un odio agudo y un miedo correspondientemente intenso al pene del padre internalizado. Sus impulsos orales de succión intensamente fuertes han creado fantasías de un proceso nutricio ininterrumpido y duradero, mientras que sus impulsos sádicos le han llevado a la creencia de que la madre, recibiendo nutrición y gratificación sexual al copular con el pene de su padre, ha sufrido mucho dolor y daño, y que su interior está lleno hasta casi estallar con los penes enormes y «malos» del padre, que le están destruyendo en toda forma. En su imaginación, ella se ha transformado no sólo en la «mujer con pene», sino en una especie de receptáculo de los penes de su padre y de sus excrementos peligrosos, a los que equipara con ellos .
De este modo ha desplazado sobre su madre gran cantidad del odio y la ansiedad que estaban ligados al padre y al pene del padre .
Así, un sadismo oral, fuerte y prematuro, por una parte incita al niño a realizar ataques contra sus padres unidos en copulación y a aterrarse de sus imagos en este aspecto, y por otra parte le impide la creación de una imago buena de la madre que le hubiera ayudado contra sus primeras situaciones de ansiedad, hubiera colocado los cimientos de un superyó bueno (bajo la forma de figuras bondadosas) y le hubiera conducido a adoptar una posición heterosexual .
Además están las consecuencias que trae el que la fase femenina esté demasiado fuertemente gobernada por el sadismo. La introyección extraordinariamente fuerte del pene enorme y «malo» del padre que realiza el niño, le hace creer que su cuerpo está expuesto a los mismos peligros desde dentro como lo está el de su madre, y su introyección de sus padres hostiles unidos en copulación junto con su introyección muy débil de una «buena» madre, trabajan en una misma dirección. Al dar lugar a un exceso de ansiedad con respecto a su interior, estos procesos introyectivos pavimentan el camino no solamente para enfermedades graves, sino también para trastornos graves en su desarrollo sexual. Como hemos visto, la posesión de contenidos «buenos» en el cuerpo y, en un nivel genital, la posesión del pene bueno, son una precondición de la potencia sexual. Si los ataques del niño al pecho y cuerpo de su madre han sido excepcionalmente intensos, de modo que en su imaginación ella ha sido destruida por el pene de su padre y por el suyo, éste tendrá tanta más necesidad de un pene «bueno» con el cual restaurarla. Y debería tener especial confianza en su potencia, para disipar sus terrores del cuerpo peligroso y en peligro de su madre, lleno de los penes de su padre. Sin embargo, es precisamente su miedo a la madre y a los contenidos de su propio cuerpo lo que impide que crea en la posesión de un buen pene y en su potencia sexual. El efecto acumulativo de todos estos factores puede ser que constituya la causa que lo puede impulsar a alejarse de las mujeres como objeto de amor, y de acuerdo con sus primeras experiencias, que sufra de trastornos en su potencia, en su posición heterosexual o que se vuelva homosexual.