TRASTORNOS PSICÓTICOS

TRASTORNOS PSICOTICOS

I) TRASTORNOS PSICÓTICOS QUE APARECEN EN LA EDAD ESCOLAR:
Las organizaciones psicóticas aparecen con más frecuencia entre los 5 y 12 años.
Cuadro clínico:
La forma de comienzo de estos trastornos es variable: brusco o progresivo.
Las formas agudas pueden caracterizarse por accesos excitoansiosos o psicomotrices o por manifestaciones confusooniricas; las formas agudas se manifiestan a veces de manera aislada por lo cual se las puede considerar reactivas. La seguridad del comienzo agudo es discutible ya que depende exclusivamente del juicio de la familia y nada prueba que un síntoma no existiera antes de que los familiares se inquietaran por él.
Generalmente el comienzo es insidioso y progresivo, se caracteriza por trastornos de la conducta, retraimiento autista, trastornos del humor atípico, etc. La intervención se hace indispensable porque los síntomas se hacen cada vez más molestos (deterioro de la sociabilidad y aumento de dificultades escolares).
Los factores traumáticos que desencadenan estos trastornos son muchos pero las causas más frecuentes son: pérdida de un padre, nacimiento de un hermano, situaciones que pueden provocar pánico de separación y de aniquilación y factores somáticos como infecciones agudas, intervenciones quirúrgicas, etc.
Sintomatología:
1)Trastornos de las relaciones con el exterior y Trastornos del comportamiento:
Se caracteriza por: retraimiento del mundo exterior, falta de interés, relaciones superficiales, falta de entusiasmo, de energía y un cierto laconismo en las palabras, impresión de impenetrabilidad y frialdad. El aislamiento es progresivo y sin sufrimiento, no existe resistencia al cambio sino que ellos buscan actividades estereotipadas y reducidas.
La ambivalencia afectiva está en primer plano. Se oscila entre la frialdad y la demanda excesiva, entre la hostilidad y una dependencia muy grande, entre el temor al contacto con los objetos y las personas hasta una cierta viscosidad. Hay una cierta incoherencia en el pensamiento que se muestra en rasgos de afirmación y negación conjuntas.
Los trastornos de la conducta son constantes, muestran una actitud amanerada, delicadeza excesiva, seudocontacto bien debido a una actitud inhibida o a un negativismo con comportamiento oposicionista.
En el ambiente familiar y social los contactos son generalmente superficiales, su actitud con los padres puede ser discordante y así una gran dependencia puede ir unida con reacciones agresivas.
Las conductas fóbicas no son raras así como tampoco las de tipo obsesivo. Estos componentes fóbicos y obsesivos interfieren en las actividades más corrientes como la alimentación, los juegos, la vestimenta, etc.
2) Trastornos del curso del pensamiento: Se manifiesta en forma de lentitud, falta de fluidez, pensamiento viscoso, disipación del relato, asociaciones extrañas, despropósitos y dificultades para recibir lo que dicen los demás. Tienen dificultades de atención y retención mnésica y dificultad para asimilar conceptos más o menos abstractos o que necesitan una planificación demasiado definida.
Las tendencias de aislamiento y los trastornos del curso del pensamiento pueden provocar un empobrecimiento considerable de la escolaridad unido generalmente a falta de iniciativa. Sin embargo en algunos casos el empobrecimiento no es global y hay áreas que se desarrollan sin problema incluso tienen capacidades excepcionales en algunas facetas.

3) Modificaciones Tímicas: Los trastornos del humor son frecuentes. Se manifiestan por una tendencia depresiva (desinterés, apatía, acompañada pocas veces de intentos suicidas), por fases de hiperactividad monótona y poco variada o de hiperexcitación pueril y absurda (necesidad de hacer el payaso), o también, en forma episódica por crisis de agitación ansiosa de aparición imprevista con o sin reacciones heteroagresivas o autoagresivas como la automutilación.
A veces la ansiedad sólo se pone de manifiesto por los contenidos fantaseados (imaginación de muerte y de devoración).

4) Sentimientos y estados Delirantes: Según diferentes autores las ideas delirantes sólo aparecen en niños mayores de 6 años; en los niños menores se observan sentimientos delirantes.
En cualquier edad el niño puede presentar trastornos de despersonalización o desrealización. Los niños sienten su personalidad extraña o desconocida.
El fenómeno de inhibición intelectual se asocia con un estado de perplejidad: la realidad es difusa, los objetos y las personas han perdido su característica de estabilidad y sus límites precisos.
Según Goldfard el problema tiene que ver con la dificultad de estos niños de tener una conciencia de cuerpo integrado y estable, el cuerpo se siente como roto, fragmentado, desintegrado y falto de límites precisos.
En estos niños pueden encontrarse trastornos de identificación con necesidades de control repetitivas de sus cualidades físicas o sociales o de su propia personalidad (impresión de cambio de sexo, transvestismo, etc).
Aunque este tipo de sentimientos delirantes son frecuentes en el niño psicótico, la existencia de un delirio sistematizado es discutido. Aunque el delirio sistematizado de la edad adulta son raros en una edad precoz, pueden aparecer en la pubertad.
En cuanto a la existencia del síndrome alucinatorio también existen discusiones teóricas. Lo que plantea el texto es que en algunos casos puede afirmarse la existencia de un síndrome alucinatorio en las psicosis infantiles incluso en niños menores de 10 años. Estas alucinaciones son plurisensoriales y aparecen a veces durante el brote agudo del síndrome psicótico, de una forma que puede ser sólo transitoria.

5) Desorganizaciones psicomotoras: Se caracterizan por actitudes torpes, manierismo unido en algunos casos con parasitismo mímico. A veces se observan movimientos anormales que correspondes a estereotipias gestuales. La importancia dada al síndrome catatónico varía según los autores. La importancia atribuida depende de la extensión que se le de, si incluimos todos los trastornos de tipo psicomotor (estereotipias gestuales, manierismos, parasitismo mímico, actividades rituales y enlentecimiento o excitación psicomotriz), este síndrome será muy frecuente pero si nos limitamos al síndrome catatónico clásico (subexitación catatónica o catatonía estuporosa) es relativamente raro y en este caso aparece por brotes durante la evolución de la psicosis.

6) Trastornos del Lenguaje: Son de varios tipos; a veces son el reflejo del pensamientoi EQZ y se caracteriza por las incoherencias y la discordancia del relato, o es el reflejo de un tipo de pensamiento elíptico, hermético, simbólico del psicótico. Otras veces se trata de una logorrea Icc o de un lenguaje entrecortado de dificultades, mientras que en otras ocasiones el sujeto utiliza un lenguaje en clave, abstracto o bien una lengua extranjera.
Por otra parte el mutismo secundario puede ser un signo importante de la EQZ infantil. El mutismo puede ser total o presentar como una no-comunicación del tipo de soliloquio. Excepcionalmente la falta de comunicación oral puede reemplazarse por una comunicación gráfica.

7) El componente Deficitario: Existen pocas investigaciones que contemplen el deterioro en las psicosis tardías del niño. En el estudio de Kolvin y cols. se muestra que en las psicosis que comienzan en los 3 primeros años de vida hay un déficit intelectual mayor, las psicosis de comienzo tardío tienden a asociarse a un déficit moderado o incluso en menor porcentaje severo.

Variedades Clínicas:
En el niño lo que llama la atención es el polimorfismo de los trastornos propios de cada caso y el cambio de evolución del síndrome en el tiempo. Se conoce relativamente bien la sintomatología primaria, que comprende trastornos de la relación con el ambiente, trastornos del curso del pensamiento, sentimientos delirantes y trastornos más o menos importantes de tipo psicomotor y del lenguaje; el cuadro clínico de la organización secundaria será personal de cada niño.

II) ESTADOS PREPSICÓTICOS
 Con el nombre de casos borderline o fronterizos o estados preesquizofrenico se describe una categoría de enfermos que presentan rasgos de tipo neurótico o psicopático, pero que desde el punto de vista dinámico y evolutivo son difíciles de clasificar. Esta noción de borderline según muchos autores sólo puede entenderse desde el plano psicodinámico.
Los niños borderline se caracterizan por tener síntomas muy variados, los casos menos graves son simplemente variantes de la normalidad mientras que los más profundos se confunden con las psicosis juveniles manifiestas. A pesar de estas diferencias esta patología tiene una sintomatología común que refleja la estructura psicopatológica a la base considerada como la expresión de un desarrollo defectuoso, fragmentado del yo que se manifiesta en una fragilidad de las relaciones con la realidad, contactos pobres y narcisistas con los demás, ligeros trastornos del pensamiento y del lenguaje, imagen corporal deficiente, discordancias marcadas entre las capacidades y las performances intelectuales y la aparición de impulsos primitivos en la conducta o la imaginación.
El niño prepsicótico conserva el control de la función de la realidad; el estudio del yo muestra una debilidad que se evidencia por ejemplo en la elaboración particularmente pobre de los mecanismos de defensa y en la importancia de los procesos primarios de la descarga de los cuales el desequilibrio de la conducta es una de las traducciones. Se observan además determinadas manifestaciones de tipo neurótico como por ejemplo fobias en la latencia u obsesiones particulares que pueden evolucionar o bien hacia una neurosis propiamente tal o hacia una psicosis.
El término prepsicótico crea mucha confusión que debería evitarse ya que a veces se utiliza para evocar una estructura que precede a la psicosis y otras veces alude a una organización consolidada, en una forma sintomatológica particular, en función de sus propios modos de organización.
Jordan y Prugh estudian este problema bajo la denominación de Psicosis Esquizofreniforme de  la Infancia y se refiere a sujetos que no presentan psicosis durante sus 5-6 primeros años de vida y cuya descompensación psicótica se da al comienzo de la latencia y consiste en un retiro fantasmático y un derrumbamiento de las relaciones con la realidad. Estos trastornos son múltiples y no se parecen a los de la EQZ del adulto.
En cuanto al síndrome de borderline Kernberg la define como un cuadro polimorfo en el que se encuentran síntomas tales como: ansiedad, trastornos psicopáticos, reacciones antisociales, mecanismos impulsivos, obsesiones, fobias, etc., son síntomas que aparecen en distintos momentos de forma variada y no específica.
Masterson plantea que pese a la grave alteración de las funciones del Yo los pacientes pueden adaptarse convenientemente a las exigencias del medio ambiente en lo que respecta a la conducta convencional.
El síndrome borderline no es el inicio de una EQZ que está apareciendo. Según este autor la madre del borderline es también borderline razón por la cual no tolera ni estimula la separación-individuación de su hijo; cuando ha crecido suprime toda ayuda, lo que origina sentimientos de abandono (depresión, pasividad, vacío, angustia…).

PROBLEMAS PLANTEADOS POR LOS EXAMENES PSICOMÉTRICOS EN NIÑOS PSICÓTICOS:
1)Los instrumentos de exámenes escogidos no son totalmente apropiados para el estudio de este tipo de enfermos.
2)Estos niños están generalmente poco interesados por el examen y sus respuestas son generalmente inadecuadas, sus fluctuaciones de la atención, fatigabilidad o desinterés hacen compleja la evaluación de los resultados.
3)Además puede ser difícil dar una respuesta global a las diferentes formas clínicas de psicosis infantiles y a los diferentes tipos de organización de las formas agudas o prolongadas.
Para que los estudios sean demostrativos deben hacerse selecciones teniendo más precisas teniendo en cuenta la estructura del síndrome, la edad de aparición y la duración de la evolución.
Diferentes estudios realizados permiten concluir lo siguiente: Los niños psicóticos evaluados por el método de Piaget e Inhelder muestran:
•Reticencia particular respecto a los fenómenos aleatorios y a razonar en términos probabilísticas.
•Inferioridad de sus operaciones físicas en relación con las operaciones lógico aritméticas.
•Dificultades para situarse en el punto de vista de los demás y establecer una relación entre significado y significante.
Todo esto nos hace suponer que lo alterado es el propio funcionamiento de la función simbólica. El descenso del CI se debe, por tanto a la alteración de los contactos con la realidad, de las relaciones interpersonales o del contacto social.
Las diferencias en los potenciales de los niños dependerán de: edad en el momento de aparición del trastorno psicótico y su escolaridad, de la procedencia sociocultural y del valor de la estimulación cultural y escolar.