Teoría de la personalidad

Teoría de la personalidad

La personalidad.

Concepto de personalidad : A lo largo de la historia de la psicología, el concepto de personalidad ha experimentado múltiples formulaciones, y ni siquiera en la actualidad existe un acuerdo en torno a su definición.

Allport, psicólogo que ha centrado sus investigaciones en el estudio de la personalidad, propone una definición orgánica de la personalidad, a la que concibe como una ¨ organización dinámica, interna al individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan su ajuste de situación ¨. Sherman, por su parte la define como ¨ la conducta característica de un sujeto ¨. Otros autores tienden a destacar el carácter adaptarlo de la personalidad, y a describen como la forma particular y habitual que utiliza un individuo para conseguir un ajuste entre las demandas internas y las exigencias de la sociedad.

Es necesario distinguir el concepto de personalidad de los de carácter y temperamento, que en ocasiones se utilizan como sinónimos del primero. Así carácter ha sido definido por Allport como ¨ la personalidad evaluada desde el punto de vista ético ¨. A lo que se refiere al temperamento, éste puede definirse como aquel aspecto de la personalidad, de carácter emocional o afectivo, en cuya determinación influyen fundamentalmente factores de tipo biológico o constitucional. Pese a que dichos factores son hereditarios, no cabe afirmar que el temperamento sea por completo inmodificable. El influjo ejercido por variables externas al sujeto puede operar algunas modificaciones en su temperamento, si bien no suele afectar a lo esencial.

Sistemas tipológicos de la personalidad : Una de las tareas básicas de la psicología de la personalidad consiste en buscar unas categorías que permitan reagrupar y clasificar esa gran variedad de aspectos que caracterizan a las personas, y les confieren un carácter distintivo. La psicología ha elaborado diversos sistemas de clasificación, entre los que se destacan los basados en tipos y rasgos. Las clasificaciones que utilizan los tipos como categorías descriptivas reciben el nombre de tipologías. Tipo, en el contexto que aquí nos ocupa se refiere a una especie de modelo o patrón, un caso ideal con el que se compara a cada individuo, para ver si se asemeja más o menos a él.

Tipologías tradicionales: la tipología más antigua, la ideada por Hipócrates en el siglo V a. C. Según este autor, existen en el organismo cuatro clases de fluidos llamados humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Pues bien, el carácter y el temperamento de cada persona se hallarían determinados por la cantidad relativa o preponderancia de cada uno de estos humores. Un exceso de sangre da lugar a un carácter sanguíneo, que hacen a las personas incluidas en este apartado confiadas y optimistas. Cuando el exceso es de flema, origina un carácter flemático, propio de individuos calmosos e inflexibles. La preponderancia de bilis amarilla da lugar a sujetos coléricos, irritables e impacientes. Por último, un exceso de bilis negra origina u carácter melancólico.

Tipología psicoanalítica: Freud concibió un sistema tipológico integrado por cuatro componentes: el tipo oral, el anal, el fálico y e genital. El tipo depende del grado de desarrollo psicosexual que ha alcanzado el individuo, es decir, de la fase en la que su libido ha quedado fijada.

La fase oral se caracteriza por estar en relación con gratificaciones derivadas de la actividad bucal del bebé. En esta fase se distinguen dos periodos. El primero se caracteriza por una actitud pasiva, que se limita a succionar. Cuando una persona tiene una fijación en esta fase pertenece al tipo oral- pasivo, y se caracteriza por se dependiente, inmadura optimista y confiada. El segundo periodo, u oral – sádico, se caracteriza porque en él el bebé adopta una actitud más activa, y no sólo succiona sino que además mordisquea. El tipo oral- sádico, al igual que el anterior, tiende a buscar apoyo, pero se diferencia de aquél por su pesimismo, suspicacia y tendencia al sarcasmo.

La fase anal también se divide en dos periodos: expulsivo y retentivo. Estas actividades se hallan relacionadas con la expulsión o retención de la materia fecal, como respuesta de las demandas exteriores de adquisición de hábitos higiénicos. El tipo anal – expulsivo se caracteriza por su carencia de autocontrol, debido a lo cual el sujeto sufre explosiones de agresividad y tiende a controlar a los demás de forma despótica. El tipo anal- retentivo, en cambio, se caracteriza por la exageración de los mecanismos de autocontrol, y es un tipo obstinado, tenaz, ordenado, tacaño y parsimonioso.

La fase fálica está dominada por el surgimiento del complejo de edípico. El tipo fálico es exhibicionista, narcisista, jactancioso y ambicioso, característica que por otra parte se observan en la primera fase de la adolescencia.

La fase genital culmina el desarrollo normal y en ella el sujeto dirige su libido hacia el sexo opuesto. El tipo genital es armonioso, maduro y generoso.

Las tipologías psicológicas : tipologías que contienen una base más psicológica como las de Heymans-Wiersma y la de C Jung.

Tipología de Heymans-Wiersma: el objeto de estudio de estos investigadores holandeses consistía en ¨ encontrar, entre la gran diversidad de características psicológicas que distinguen a los hombres, grupos de rasgos que revelan lazos entre ellos, a fin de establecer así determinadas categorías psicológicas adecuada entre los hombres ¨. A través del cálculo estadístico, determinaron tres dimensiones o rasgos básicos: emotividad-no emotividad, actividad-no actividad y primariedad- secundariedad. La primera de ellas se define de acuerdo con la frecuencia e intensidad de las reacciones emocionales en relación a la gravedad de las situaciones que las causan.

La dimensión actividad-no actividad se define en función de la multiplicidad y de la energía de las actividades desarrolladas.

Por último, la dimensión primaiedad-secundariedad se define en relación a la resonancia o duración de las reacciones emocionales. Los sujetos primarios son aquellos que reaccionan rápidamente a los acontecimientos, pero lo hacen de modo superficial, y están pronto dispuestos a la recepción de nuevos eventos. Los individuos secundarios tardan mucho más en reaccionar, pues en ellos el estímulo persiste por largo tiempo e influyen en sus actividades mentales aún después de haber desaparecido la causa inicial.

Es posible clasificar a los individuos según pertenezcan a uno u otro polo de cada una de ellas. Mediante la combinación de las tres dimensiones se obtienen ocho temperamentos o tipos fundamentales. La palabra No ante una inicial significa que el sujeto está por debajo de la media de ese rasgo determinado.

Emotivo:

Activo-primario = colérico

No activo –primario= nervioso

Activo-secundario= apasionado

No activo- secundario= sentimental

No emotivo:

Activo-primario= sanguíneo

Activo-secundario= flemático

No activo-primario= amorfo

No activo-secundario=apático

Tipología de Jung: esta tipología es la que ha alcanzado mayor difusión y clasifica a las personas en dos tipos, introvertidos y extrovertidos, según la orientación o actitud que tengan respecto a los polos esenciales de la conducta humana: el mundo y el yo. Los mecanismos de introversión y extroversión coexisten en la vida de todo sujeto, si bien predominará en cada persona una de las dos dimensiones. Cuando, por ejemplo, prevalece la introversión, ello se debe a que el mecanismo de extroversión ha sido rechazado y relegado al inconciente. La dimensión que prevalece se sitúa, por tanto, en el mundo del consciente, en tanto que la reprimida o rechazada permanece en el inconciente. Así pues, entre introversión y extroversión se establece una relación dinámica, que ejerce una función compensatoria y ayuda a la persona a conseguir el equilibrio.

Jung atribuyó a cada tipo unas características definitorias, que de manera esquemática quedan reflejadas así:

Extroversión.

Tendencia a la locuacidad

No se inquieta fácilmente

No suele turbarse

Suelen ser conservadores

Inclinados a practicar deportes, asistir a espectáculos de masas, etc.

Tendencia a actuar apoyándose en hechos. Realistas y objetivos

Sociables y cordiales

Prefieren trabajar en equipo

Cierta despreocupación en lo referente a su salud y pertenencias

Flexibles y adaptables

Introversión

Tendencia a ser poco comunicativo

Se preocupan con facilidad

Se alteran con facilidad

Suelen ser radicales

Inclinados a la lectura y juegos intelectuales

Tendencia a actuar dejándose llevar por sentimientos. Idealistas y subjetivos

Reservados y distantes

Prefieren trabajar sólos

Atentos a su salud y pertenencias

Tendencia a la rigidez.

Tipologías constitucionales : este tipo de clasificación considera que el aspecto físico de una persona está en relación con su carácter.

Tiología de Kretschmer: en la década del veinte este psiquiatra alemán se propuso descubrir las relaciones estables que existían entre ciertos conjuntos de rasgos físicos o constitucionales y varios grupos de características psíquicas y psicopatológicas.

Eligiendo como muestra de estudio a enfermos mentales de un psiquiátrico, pues pensaba que en estas personas se pone particularmente de relieve la relación significativa entre la clase de enfermedad mental que padecen y su tipo constitucional. Este psiquiatra estableció tres tipos constitucionales básicos y uno accesorio, no muy definido.

  1. El tipo pícnico: en el aspecto morfológico se caracteriza por tener cavidades viscerales amplias, estatura media, tórax abombado, hombros redondos, cuello corto y tendencia a la obesidad y a la calvicie. En el plano psicológico, esta constitución se asocia a la ciclotimia, que cuando alcanza elevados niveles patológicos recibe el nombre de psicosis maniaco-depresiva. Los ciclotímicos suelen ser sociables, amables y generosos, pero su humor es voluble y puede pasar de un polo al opuesto. Cuando el sujeto está en la fase maníaca, se muestra alegre, de buen humor y activo, mientras que cuando se haya en la fase depresiva experimenta sentimientos de tristeza y melancolía, junto a una cierta tranquilidad y dulzura. Estas oscilaciones en el humor no son patológicas, a no ser que se presenten con gran frecuencia y adquieran un carácter extremo.
  2. Tipo asténico o leptosomático: personas que se caracterizan en su morfología por ser altos, delgados, de hombros y capacidad torácica estrechos, cara alargada y cráneo abombado. Esta constitución se asocia con el carácter ezquisotímico, cuyas notas más relevantes son: falta de sociabilidad, reserva, tendencia a las extravagancias y rarezas y, en general, una aparente frialdad y actitud distante. En el plano intelectual los sujetos esquizotímicos suelen ser originales, inteligentes, con tendencia a realizar análisis abstractos y a la sistematización.
  3. Tipo atlético: tiene predominancia de formas atléticas; gran desarrollo de los sistemas óseos y muscular, estatura elevada, tórax desarrollado, cabeza erguida y mentón saliente. En el aspecto psicológico, los sujetos de constitución atlética son idealistas, enérgicos, e incluso pueden llegar a manifestarse de forma violenta, pese a su tendencia a la timidez.
  4. Tipo displástico: es aquel que presenta cierta desproporción entre las diversas partes del cuerpo. En el plano psicológico, los sujetos displásticos no poseen un carácter definido.

Esta tipología ha sido objeto de muchas críticas, gran parte de las cuales señalan la inestabilidad de los tipos constitucionales.

Tipología de Sheldon: en una línea parecida a la de Kretschmer, pero con una metodología más elaborada y precisa, se encuentra la tipología ideada por Sheldon. Este autor quiso estudiar las relaciones entre los aspectos somáticos y los temperamentales, con el fin de determinar cuáles de ellos varían paralelamente.

Distinguió tres tipos somáticos básicos, a los cuales denominó en forma similar a la de las tres capas del embrión que generan las distintas partes del cuerpo: endomorfo, mesomorfo, ectomorfo.

  1. Tipo endomorfo: esta denominación deriva del término endodermo, que corresponde a la capa interna del embrión, de donde proceden las vísceras y el aparato digestivo.
  2. El tipo mesomorfo: los sujetos con esta tipología se distinguen por el predominio del sistema óseo y muscular (correspondientes embrionariamente al mesoderno), con extremidades grandes y potentes.
  3. El tipo ectomorfo: morfológicamente, los ectomorfos son delgados y frágiles, de hombros estrechos, musculatura poco desarrollada, pecho plano y movimientos inseguros.

Las características de estos tres tipos descriptos sólo la poseen unas pocas personas, pues la mayoría presentan un grado intermedio de estos tres componentes. Por eso Sheldon parte de tres cifras para hallar el somatotipo específico de cada sujeto; tales cifras representan la posición de ese individuo, en una escala de siete puntos, sobre cada una de las tres dimensiones y en el siguiente orden: endomorfismo, mesomorfismo y ectomorfismo. Así, una persona 215 será muy poco endomorfa, algo mesomorfa y bastante ectomorfa.

De forma paralela a estos tres somatotipos, Sheldon estableció tres componentes psicológicos: la viscerotonía ( los endomorfos), donde se hallan los rasgos de carácter en los que domina el interés por la actividad visceral; la somatotonía ( los mesomorfos), en la cual predomina la actividad muscular, y la cerebrotonía ( los ectomorfos), regida por la atención consciente y el sistema nervioso. Los rasgos fundamentales de estas tres variables psicológicas:

Viscerotonía.

Movimientos y actitud relajados

Afición a la comodidad

Reacciones lentas

Sociabilidad

Tolerancia

Satisfacción de sí mismos

Falta de fuerza de carácter

Facilidad para comunicar los sentimientos

Somatotonía.

Seguridad de actitud y movimientos

Carácter energético

Necesidad de ejercicios

Amor al riesgo

Valor físico

Agresividad competitiva

Voz potente

Aspecto maduro

Cerebrotonía.

Reserva en la actitud y los movimientos

Gusto por la intimidad

Reacciones rápidas

Discreción de los sentimientos

Falta de interés por la vida social

Voz discreta

Modales y aspectos juveniles

Las tipologías culturales: según afirma Spranger, los actos que realiza un sujeto posee para él una determinada significación. Pese a que una misma acción puede tener varios valores, este autor piensa que en cada individuo prevalece o predomina un cierto tipo de significados, en torno a los cuales organiza sus actividades y fija sus objetivos. De acuerdo con los diversos valores predominantes buscados por cada sujeto para dar sentido a sus actos, Spranger distingue seis tipos de personas:

  1. El hombre teórico, en el cual predominan los actos intelectuales, ya que ante todo busca la sabiduría.
  2. El hombre estético, que busca en sus acciones un significado estético.
  3. El hombre económico, en el que, por el contrario, predominan los valores de tipo pragmático. Busca una utilidad a las acciones que realiza.
  4. El hombre político, valora ante todo aquellas acciones que le proporcionen poder, dominio o la posibilidad de poner en práctica sus ideas.
  5. El hombre social, gusta de realizar actos que acerquen a otras personas, con objeto de compartir con aquellos sentimientos y experiencias.
  6. El hombre religioso, orienta su vida y sus acciones hacia la consecución de un valor supremo.