Trastorno del espectro autista: EL PAPEL DE LA FAMILIA

Fuente: Guía para la atención educativa a los alumnos y alumnas con trastorno del espectro autista.
– AUTISMO ANDALUCÍA (Federación Andaluza de Asociaciones de Padres con Hijos Autistas)

EL PAPEL DE LA FAMILIA

El papel de las familias en la educación de los alumnos y alumnas con trastornos
del espectro autista es de enorme relevancia, aunque está condicionado por dos
cuestiones fundamentales:

1. La familia puede ser parte pasiva como núcleo que recibe un “shock” por lo que ha de desarrollar mecanismos de adaptación y superación de ese estado.
Las familias de personas con trastornos del espectro autista necesitan de apoyos muy intensos y especializados durante casi toda su vida, aunque éstos se hacen más evidentes en los primeros años de aparición del trastorno. En este período destacan dos momentos claves:
• Cuando sospechan que su hijo o hija tiene un problema de comunicación.
• Cuando se confirman las sospechas por parte de un especialista; incluso
se ensombrece el panorama al aparecer la palabra “autismo”. Este
momento se retarda con demasiada frecuencia en muchos casos, principalmente por la complejidad propia del trastorno, por la escasa formación de los profesionales en este campo.
La asimilación de un trastorno tan grave no es nada fácil, por lo que el apoyo a estas
familias supone el respeto a los ritmos de asimilación de cada una. Sin embargo, respetar
los ritmos no implica “cruzarse de brazos”, ya que una adecuada comprensión de la situación hará que el niño o la niña evolucionen más favorablemente.

2. La familia, como agente activo, tendrá que adaptarse a la situación de su hijo o su hija y desarrollar estrategias de superación y comprensión del trastorno.
Para ello necesitará la orientación y apoyo de profesionales especializados cuyas líneas básicas de asesoramiento podrían ir encaminadas a lo siguiente:
– Orientaciones para organizar las actividades de la vida diaria, de modo que favorezcan la anticipación y la comunicación.
– Proporcionar información necesaria para que las familias vayan comprendiendo mejor cada día el problema.
– Apoyar la consecución de los objetivos del programa de intervención, sobre todo aquéllos destinados a la mejora de la comunicación, la autonomía personal y la autodeterminación.
– Facilitar la adquisición, por parte de los familiares, de las técnicas básicas que ayuden a conseguir los objetivos propuestos, especialmente las de modificación de conducta y de las habilidades de comunicación.
– Favorecer los contactos con otras familias afectadas.
– Ofrecer información sobre los apoyos sociales en los casos en los que fuera necesario.
Ayudarles a construir una visión realista de los trastornos del espectro autista que favorezca la implicación de las familias sin que se “exalte” demasiado la fantasía.