Una arqueología: ¿Qué entiende Freud por metapsicología?

Tanto arqueología como episteme (al que nos referimos ya brevemente) son dos conceptos que provienen del autor Michel Foucault. En la Arqueología del Saber (Siglo veintiuno editores. México.1970). Le llama arqueología del saber al examen del “cuadro” que forma una “historia general”, no una historia global o totalizadora. Se trata de un sistema constituido por una serie o serie de series, lo que llama “discurso”, en el cual se manifiestan regularidades. Estas regularidades incluyen: discontinuidades, cortes, umbrales y límites. Considera que se trata de prácticas que obedecen a reglas, trata de definir los discursos en su especificidad. No se trata de restituir lo que se quería en un determinado momento. “No es ni más ni más ni menos que una reescritura: esto es, en la forma mantenida de la exterioridad, una transformación regulada de lo que ya ha sido escrito. No es el retorno al secreto mismo del origen: es la descripción sistemática de un discurso – objeto” (Íbid. Págs. 183-185). El estudio de los textos originales estará orientado por las series sobre las que pongamos el acento en un determinado momento. Por ejemplo: la correspondencia Freud – Jung es de gran importancia como discusión en torno a las concepciones de Bleuler (maestro de Jung) y Freud sobre las psicosis. Las corres-pondencias, co-responden a determinadas problemáticas. En este punto puedo contar, como experiencia per-sonal, que la lectura de Freud comenzó a ser atractiva e interesante para mí a partir de un Psicoanalista Uruguayo, un maestro que tuve, radicado en México, en donde la lectura seguía determinadas líneas o series (conexiones asociativas orientadas por un tema). Esto me permitía, nos permitía, formularnos nuevos interrogantes y el establecimiento de nuevas series a seguir. En otros contextos se ha llamado a esto: “lectura productiva” (algunos semiólogos y lingüistas)o “hacer trabajar el texto (Jean Laplanche).
Hemos mencionado la importancia del estudio de las cartas de Freud, cuando hacíamos una analogía con la arqueología, dirigiéndonos a los textos originales, como una fuente imprescindible de información. Debemos también subrayar, de la misma forma. la importancia de las notas a pié de página, que a veces parecen cosas dichas como al pasar pero revisten una gran importancia. En las llamadas a pié de página de sus obras podremos apreciar cuantas veces, por ejemplo, fueron reescritas o tuvieron agregados. El más significativo en este sentido es el de Tres ensayos de una teoría sexual: Primera edición en 1905. Ediciones con agregados en: 1910, 1915, 1920 y 1924.
Respecto de las cartas, podemos referirnos, en relación con la metapsicología y tomando otra interlocutora de Freud, a la del 31 de enero de 1915, escrita en plena guerra mundial, ahora para nosotros la Primera. Esta carta está dirigida a Lou Andreas Salomé y dice:
Distinguida Señora:
Es Ud. Indestructible. No parece estar afectada por la inhibición que en estos tiempos nos despoja a todos los demás de nuestra energía creadora. Sus comentarios acerca del narcisismo no los tomo como objeciones, sino como invitación a intentar otras explicaciones conceptuales y objetivas. Le doy a Ud. la razón, pero sin poder resolver los problemas planteados en esa forma. Admito inclusive la ventaja de Adler: se trata de la ventaja de una estructura sistemática impuesta a las cosas, frente a una observación que se esfuerza tímidamente por hacerles justicia. Me consuelo por mi parte diciéndome que no es misión de la ciencia simplificar el mundo, cuando menos, no el mundo inmediato.
A propósito del tema mismo quisiera observar, además, que la exposición del narcisismo es primera, por mi parte, tal como algún día la describiré “metapsicológica”, es decir, sin consideración alguna de los procesos de conciencia, sino determinada simplemente desde un punto de vista tópico-dinámico” (la letra en negrita es mía). Hago resaltar: Metapsicología como la exposición de los sucesos psíquicos “ sin consideración alguna de los procesos de conciencia” y agrego, por mi parte, sin consideración alguno por las relaciones de espacio y tiempo, por ejemplo frecuencia y duración de las sesiones, ni percepciones, ni sentimientos. Ni relaciones causa – efecto temporales. Sigue luego Freud:
“Los casos a los que Ud. presta su atención se refiere, pues, sobre todo, a relaciones en que este proceso se hace consciente. , lo que ha de estarle negado al narcisismo genuino e ingenuo”. Vale decir, y es conveniente repetirlo, el narcisismo al que se refiere Freud, el narcisismo descubierto por el Psicoanálisis, no es aparente, no es visible a los ojos, no es consciente. Veremos que es esta una noción psicoanalítica que puede usarse con ligereza. Y sigue escribiendo Freud: “ Voces de advertencia, por las que siempre me dejo guiar, me han inducido luego a abstenerme de indagar más adelante en estos problemas antes de haber aclarado otros as-pectos oscuros.
El prescindir de las relaciones de conciencia y la empatía son tan difíciles en la manera de pensar metapsicológica como indispensables.”
Hacemos resaltar, entonces que: un pensamiento metapsicológico que se precie de tal prescinde de las rela-ciones de conciencia y de la empatía (Correspondencia “Sigmund Freud/Lou Andreas Salomé” Siglo XXl edito-res, 1981).