Una introducción a la epistemología freudiana

Una introducción a la epistemología freudiana

Descentramiento, dispersión y bricolage.

Tomamos aquí epistemología en el sentido de una teoría del conocimiento, aunque preferimos episteme, por lo que vamos a ir exponiendo y considerando el descentramiento, la dispersión y las series que caracterizan al conocimiento psicoanalítico. Sin entrar a discutir si el Psicoanálisis es ciencia o no, podemos decir que clara-mente pone en cuestión a la ciencia (entendida como ciencias duras, naturales, exactas, etc.). La pone en jaque porque introduce la cuestión del que produce el conocimiento. La cuestión del inconsciente. Epistemología pone el énfasis en una especie de génesis histórica, a diferencia de la episteme.

Nos encontramos en este punto con un aparente “bricolage” (mezcla, heterogeneidad) tanto de recursos conceptuales como de experiencias. Sin embargo esto nos conducirá a lo que podemos denominar el circunscribir un espacio de subjetivación, de constitución de la subjetividad humana. Podremos ir apreciando la forma en que esto se encuentra entramado en una socialidad que es primordial (la cuestión del otro), ¿a partir? o ¿en relación con lo cual? lo que podría considerarse genérico se torna singular y la biología cuerpo erógeno.

En el mejor y más profundo texto que trata sobre esta temática epistemológica, Paul-Laurent Assoun nos brinda una serie de reflexiones; nos referiremos nuevamente al mismo en otras ocasiones.

El texto mencionado es: «Introducción a la epistemología freudiana” (Siglo veintiuno editores, México, 1982). Un libro de interés teórico, del mismo autor es: Freud, la Filosofía y los Filósofos (Paidós Studio. España. 1982).

Assoun considera, que la originalidad, lo inédito, es sobre todo visible en la línea imaginaria. Esto sostiene, a lo largo de la obra de Freud, una paradoja, la sospecha de la legitimidad de sus descubrimientos.

Las indagaciones de Assoun lo llevan a preguntarse sobre los orígenes, fundamentos y sus finalidades. Si Freud reivindica al Psicoanálisis como saber, todo saber tiene reglas de funcionamiento propias y sus referencias específicas que intervienen en la constitución y la producción de ese saber. Freud se esforzó en sostener al Psicoanálisis como una Ciencia de la Naturaleza, tal como correspondía a uno de los padres del positivismo. Era, por otra parte intentar darle un lugar de prestigio en el ámbito científico oficial de la época. No necesitó nunca un discurso epistemológico, necesita explicitarlo excepcionalmente, como al comienzo de su trabajo sobre “Pulsiones y destinos de pulsión“ y “El Interés por el Psicoanálisis” (1913). En realidad él fue producido por el Psicoanálisis y su obra lo transformó en un auto, como diría Foucault en el sentido de una función, no de un nombre propio. Ustedes van a escuchar llamar freudianos a los discursos más dispares.

La autonomía teórica, reivindica Freud, (carta a Jung del 30 de noviembre de 1911) dice: “el Psicoanálisis lo hará por sí mismo (Fare da se). Lo hace en ocasión de diferenciarse de Jung al trabajar el mito y la libido. Freud orientará la cuestión del mito en relación con los orígenes (fantasías originarias o protofantasías). Critica, por ejemplo, el abuso de lo simbólico y lo mítico en relación con el Complejo de Edipo. Diferenciará al Psicoanálisis de la orientación religiosa de Jung. Jung se encontraba sometido a una presión social hacia lo religioso, muy fuerte. Esta presión no es ajena a la organización y modos de tomas de decisiones de los cantones Suizos.

Ya en la Introducción, Freud afirma: La metapsicología constituye la superestructura teórica del Psicoanálisis, pero también su identidad epistémica. Aquí están la cabeza y el corazón del saber sobre los procesos inconscientes. Y sigue diciendo: “Laboratorio que se construye tratando el material surgido de la observación y la escucha clínica.”