Violencia parental, el niño maltratado (aspectos que se repiten)

Se debe de ampliar el campo de la violencia y los malos tratos al de la familia en su conjunto, ya que es en el seno social familiar donde surge una dinámica interrelacional compleja, y es el lugar por excelencia en el que brota el germen -la semilla- de la pulsión agresiva.
La relación padres/hijos, como matriz de configuración de las relaciones y vínculos interpersonales durante la adolescencia y vida adulta .

En cuanto a la violencia parental, Cuando las familias acuden a consultar por este problema, aparecen datos que nos ayudan a entenderlas : son aspectos que generalmente se repiten, como por ejemplo :
-factores de privación económica;
-situaciones de carencia afectiva, abandonos, separaciones traumáticas, duelos tempranos ;
-malos tratos o abusos sufridos por los progenitores (a veces se sintieron amados de esta manera, otras sólo se sintieron odiados) ;
-violencia, malos tratos o abusos padecidos de generación en generación;
-enfermedad mental, alcoholismo o delincuencia de alguno de los padres;
-uno de los dos progenitores (padre o madre) consintió, negó, ocultó o mantuvo indiferencia ante lo que sucedía . A veces la víctima (niño, madre o padre, anciano) siente más rabia contra ése que no defiende que contra el que agrede o abusa. Por lo tanto, la persona agredida es tanto víctima del agresor como del silencio que muchas veces le acompaña.

El niño maltratado
Es aquel que es objeto de violencia física, crueldad mental, abuso sexual, y/o negligencias importantes, con consecuencias graves en su desarrollo físico y psicológico.
Estos niños presentan síntomas repetitivos: trastornos somáticos, (pulmonares, cutáneos, urogenitales), que suelen ser reacios a cualquier tratamiento médico ; en otras palabras, se cronifican . También pueden observarse mutilaciones voluntarias o accidentales, aparentemente incomprensibles.

Los adultos analizados (hombres y mujeres) que maltratan nos ayudan a comprender a los niños maltratados: ellos también sufrieron trastornos que amenazaban su salud, y elaboraron con dificultad haber sido niños maltratados . Padecen:
«Negacionismo familiar» : las vejaciones que sufrieron durante la infancia no han sido reprimidas ni olvidadas ; por el contrario, se recuerdan fácilmente, pero no parece importarles demasiado .
«Identificación con el agresor» : de niños veían al adulto agresor como alguien fuerte, y al que no les protegía como alguien débil; entonces, de niños, querían convertirse en el fuerte, su agresor, porque pensaban que era la manera más segura de sobrevivir.
«Repetición»: la violencia se repite . El niño, después adulto, la repite en su interior, a través de pesadillas, terrores nocturnos, se despierta chillando, etc ., o la revive despierto, y recuerda las situaciones con sudoraciones, taquicardias, con la impresión de no poder aguantar
todo lo que le pasó y con temor a volverse loco.
«Deseo de venganza»: la violencia recibida produce el deseo de defenderse, y cuando uno no puede hacerlo adecuadamente, siente cólera, rabia, y el irrefrenable deseo de vengarse . Es por eso que decimos que la violencia genera violencia.