Posición de Winnicott en relación al objeto transicional (mundo interno y mundo externo)

Winnicott descubre en los niños y en los bebés el uso de los objetos de una manera particular, se trata de objetos reales, pero lo relevante en la relación subjetiva de ese niño con ese objeto.
Los conceptos winnicotianos de espacio, objeto y fenómeno transicional, son claves en la teoría de la organización y del reconocimiento del mundo externo, dice: “…que existe un espacio intermedio entre la incapacidad del bebe para reconocer y aceptar la realidad, y su creciente capacidad para ello” (Winnicott, D., “Realidad y juego” Capitulo I, Pág. 18 y 19) y agrega “No estudio específicamente el primer objeto de las relaciones de objeto. Mi enfoque tiene que ver con la primera posesión y con la zona intermedia ente lo subjetivo y lo que se percibe en forma objetiva”.
Postula en su teoría que esa relación con los objetos se realiza en una zona intermedia, entre la realidad psíquica y la realidad externa, denominando “espacio transicional” a esta tercera zona.  Ubicando un espacio intermedio entre el mundo interno y el externo, entre lo subjetivo y lo objetivo; zona que se encuentra entre el yo y no-yo y que articula la presencia y la ausencia materna. (Abadi, Sonia., La teoría de la transicionalidad).
La introducción de este espacio permite dar cuenta del pasaje de los estados subjetivos, interiores al progresivo reconocimiento de la exterioridad. Además dirá que esta zona intermedia es de experiencia, intermedia entre el bebe y la madre,entre la aceptación de la realidad y la incapacidad para hacerlos, entre el control mágico sobre el objeto y la falta de control, entre el pulgar y el osito, entre el autoerotismo y la verdadera relación de objeto, entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado.

Winnicott nos ubica de este modo: “La madre lo bastante buena (que no tiene por qué ser la del niño) es la que lleva a cabo la adaptación activa a las necesidades de este y que la disminuye poco a poco, según la creciente capacidad del niño para hacer frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar los resultados de la frustración”.
Plantea un momento primordial; hay bebé cuando lo alguien lo cuida, hay un bebé potencial, en proceso de convertirse en bebé, ya que “bebé” y “cuidado maternos” conforman una unidad.
Winnicott toma de Freud (1911) el concepto de “cuidado ajeno” (Freud, S., “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”), que permite el desarrollo emocional del niño. Freud se refiere al Hilflosigkeit para referirse al estado de impotencia del recién nacido, a esa posición de estar sin recursos a causa de su incapacidad para emprender acciones coordinadas y eficaces con el objeto de suprimir las tensiones internas y externas. Estas acciones requieren de la ayuda de otro sujeto. Ese otro sujeto es la madre, que le ofrece al niño, según este autor, la posibilidad de crearse una ilusión.