Comunicaciones: SUBJETIVIDAD, JÓVENES Y TECNOLOGÍAS: NUEVOS MODOS DE ESTAR JUNTOS

COMUNICACIONES.

SUBJETIVIDAD, JÓVENES Y TECNOLOGÍAS: NUEVOS MODOS DE ESTAR JUNTOS
María Laura Pellizzari (CIFFYH-CONICET)
Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba.

Nuevos escenarios temporales: medios de comunicación, nuevas tecnologías y subjetividades

“Dentro de grandes espacios históricos de tiempo se modifican, junto con toda la existencia de las colectividades humanas, el modo y manera de su percepción sensorial.”
W. Benjamin

La fuerte presencia de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías marcan profundamente las sociedades contemporáneas; atraviesan y transforman distintas esferas de la vida como el trabajo, los tiempos de ocio, nuestras cotidianeidades, los modos de conocer, de mirar, de percibir, de imaginar y de relacionarnos.
Lo anticipó Walter Benjamin quién observaba con atención “las nuevas e incipientes expresiones de la industria de la cultura y de los potenciales inéditos de los medios de comunicación”162. Como escribe Susan Buck Morss, Benjamin sostenía que el siglo XIX había presenciado una crisis en la percepción como resultado de la industrialización, y esa crisis estaba caracterizada por la aceleración del tiempo y la fragmentación del espacio, “la experiencia de la línea de montaje y de la multitud urbana era una experiencia de bombardeo de imágenes desconectadas y estímulos similares al shock”163.
Podemos decir entonces, siguiendo ahora a la investigadora Ana Wortman (2010), que si en el siglo XX la conformación material y simbólica de las sociedades de masas estuvo atravesada por la presencia de los medios de comunicación –teléfono, radio, cine y televisión- incidiendo fuertemente en los imaginarios históricos; es a partir de la década de los ’70 y comienzos del nuevo siglo que la electrónica y la informática van conformando “sociedades de un nuevo tipo”, y generan el terreno para la constitución de nuevas subjetividades. Para la investigadora, las transformaciones en las sociedades actuales “instan a reformular las categorías clásicas del análisis social y cultural, ya que emerge una nueva forma de pensar el espacio en el que se habita, y una nueva temporalidad”164.
En los noventa Eliseo Verón nos hablaba de las sociedades en vías de mediatización, es decir “sociedades en que las prácticas sociales se transforman por el hecho de que hay medios”165. En la misma línea, la investigadora María Cristina Mata (1999), nos señala que estamos ante la presencia de una etapa marcada por un nuevo escenario temporal, donde los movimientos de aceleración y la creciente presencia de los medios constituyen cambios profundos en la organización de las sociedades. Momento caracterizado no sólo por la extensión y multiplicación de los medios y las tecnologías, sino también por la transformación en las relaciones sociales.
El concepto de sociedades mediatizadas, nos dice Florencia Saintout (2010), “nos remite a la idea de unas sociedades donde las prácticas de la vida cotidiana aparecen siendo cada vez con mayor fuerza atravesadas por las tecnologías infocomunicacionales (más y menos sofisticadas; más y menos masivas; con mayores o menores impactos). Es decir, que en nuestras sociedades los modos de vivir están de alguna manera, directa o indirectamente, ligados a las tecnologías de información y comunicación166”. Por su parte, Jesús Martín Barbero (2002) señala que estamos ante un nuevo espacio comunicacional marcado por el tráfico, las conexiones, los flujos y las redes, asistimos a nuevos “modos de estar juntos” y a nuevos dispositivos de percepción que se encuentran mediados por la televisión, la computadora, el mp3, Internet y demás. Para Barbero (2008) “la tecnología es hoy una de las metáforas más potentes para comprender el tejido – redes e interfaces- del que está hecha la subjetividad167”.
En este contexto, donde la globalización de la economía y los avances tecnológicos, en especial el de los medios electrónicos, “aproximan –señala Suely Rolnik (1997)- universos de toda clase, situados en cualquier punto del planeta, en una variabilidad y en una densificación cada vez mayores168”, y las subjetividades “tienden a ser pobladas por afectos de esta profusión cambiante de universos; un mestizaje constante de fuerzas delinea cartografías mutables y pone en jaque a sus habituales contornos”169, se puede considerar junto a Rolnik que la creación individual y colectiva se encontraría en alza “pues son muchas las cartografías de fuerzas que piden nuevos modos de vivir, numerosos recursos para crearlas e incontables los mundos posibles”. Sin embargo, la investigadora brasileña señala que si bien las transformaciones generadas por la globalización de la economía y los avances tecnológicos generan nuevas cartografías también suponen la producción de “kits de figuras padrón fijos de acuerdo con cada órbita del mercado para ser consumidos por las subjetividades”. En este sentido, Peter Pál Pelbart (2009) nos dice que F. Guattari ya llamaba la atención sobre esta lógica capitalista, en particular “sobre el modo según el cual las máquinas tecnológicas de información y comunicación operan en el corazón de la subjetividad humana, no sólo en su inteligencia, en su memoria, sino también en su sensibilidad, en sus afectos, en sus fantasmas inconscientes170”.
Pero Pelbart también se pregunta ¿cómo pensar nuevos pliegues o despliegues subjetivos allí donde la tecnología es el medioambiente? ¿Cómo no imaginar otras emergencias, otras gestaciones complejas que recrean la subjetividad incesantemente, en sus diversas manifestaciones? Cómo no pensar en “subjetividades nacientes, polifónicas, heterogéneas, mestizas, individuales o colectivas, que emergen como otros tantos territorios existenciales, en la adyacencia de otras alteridades subjetivas171”. Cómo no interrogarse sobre qué nuevas velocidades y lentitudes están en vías de engendrarse, “pero sobre todo qué nuevos afectos favorecen cada una de estas formas emergentes172”.
Paula Sibilia (2009) en La intimidad como espectáculo señala que no hay duda que las transformaciones culturales actuales imprimen su influencia en la conformación de cuerpos y subjetividades, “todos esos vectores socioculturales, económicos y políticos ejercen una presión sobre los sujetos de los diversos tiempos y espacios, estimulando la configuración de ciertas formas de ser173”. Y, en este sentido agrega que: “Si las subjetividades son formas de ser y estar en el mundo, lejos de toda esencia fija y estable que remita al ser humano como una entidad ahistórica de relieves metafísicos, sus contornos son elásticos y cambian al amparo de las diversas tradiciones culturales. De modo que la subjetividad no es algo vagamente inmaterial, que reside ‘dentro’ de usted –personalidad del año- o de cada uno de nosotros. Así como la subjetividad es necesariamente embodied, encarnada en un cuerpo; también es siempre embedded, embebida en una cultura intersubjetiva174”.
Jóvenes y tecnologías: nuevos modos de estar juntos
En palabras de Florencia Saintout, los jóvenes en las sociedades contemporáneas comparten como rasgo una época marcada por profundas transformaciones. “Asumimos que al no existir una sola manera de ser joven tampoco existirá un único camino para concebir e imaginar la vida, sino que las visiones y divisiones del mundo estarán diseñados desde un particular lugar dentro del espacio social. Pero aunque pensemos en la juventud desde el plural, es decir, desde sus múltiples modos de ser, existe a la vez la generación como un dispositivo de unificación de los distintos jóvenes que no anula la diversidad sino que la marca transversalmente. Los diferentes jóvenes comparten una misma marca epocal, están expuestos a unos mismos hechos históricos que aunque vividos de maneras diferenciales nos permiten hablar de una generación175”. La marca epocal que comparten los jóvenes está caracterizada por:
-La presencia de lo que se llama globalización- La crisis de las “grandes verdades” de la modernidad y las rupturas con las instituciones tradicionales como la escuela, la familia, el trabajo, la política. En este sentido, Jesús Martín Barbero (2002) plantea la emergencia de una cultura otra que rompe con la cultura basada en el saber y la memoria de los ancianos, y con la cultura de los padres. Para Barbero, lo nuevo en la juventud y que ya se hace presente en la sensibilidad del adolescente, es la percepción “aun oscura y desconcertada” en la reorganización de los modelos de socialización. Es decir, que ni los padres, ni la escuela ni el libro constituyen los patrones de aprendizaje, ni los únicos espacios legitimados de saber. Como escribe Margaret Mead, “es en la desazón de los sentidos de la juventud donde con más fuerza se expresa hoy el estremecimiento de nuestro cambio de época176”. – Un momento de individuación y subjetivación de la vida social. -La emergencia de una sociedad del riesgo y la ruptura, que en las regiones latinoamericanas adquiere rasgos de exclusión y vulnerabilidad. – La fuerte presencia y desarrollo de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías.
Desde este marco, pensamos las relaciones entre las nuevas tecnologías de comunicación e información y los jóvenes en Salsacate, una localidad rural del noroeste de la provincia de Córdoba, de aproximadamente 1880 habitantes.
A los largo de distintas etapas de investigación177 en Salsacate, nos encontramos con distintas problemáticas sociales, culturales, económicas y políticas. En esta localidad las distintas propuestas, proyectos y políticas destinadas a la población tienden a imponer criterios, por lo que notamos más bien una ausencia de la voz de ese otro, que pueda decir acerca de sí mismo y construir su propio destino. A esto se suma la ausencia de espacios e instancias de encuentro e intercambio que promuevan la expresión, la participación, la creatividad y el diálogo, y precariedad en los mecanismos de contención social que le permita a la población integrarse a una comunidad que los re-conozca como sujetos.
En diversas entrevistas aparece con fuerza en todos los entrevistados el “problema” de la “apatía” y falta de interés de los jóvenes en la vida de su comunidad: “El joven que vale la pena se va de acá y acá quedan los vagos, los indiferentes”; “Los chicos jóvenes son apáticos”; “Los chicos no tienen motivación, los mató la década del 90”; “Para la juventud Salsacate es aburrido”; “Están los chicos en otra cosa: celular, Mp3, DVD. Pero no tienen ninguna actividad.” Este imaginario dominante en torno a la juventud niega la capacidad de acción de los jóvenes al tiempo que genera condiciones de exclusión en ámbitos políticos, sociales y culturales. Los jóvenes “participativos”, “activos”, “responsables” eran “los de antes”.
En entrevistas a jóvenes y observaciones en sus espacios de participación nos encontramos, en los diferentes relatos y experiencias, con las dificultades que atraviesan los jóvenes para participar de la vida social de su comunidad. En Salsacate no hay una estructura que brinde inserción, reconocimiento y autoestima a través del amor y la valoración, sino una proximidad de habitantes sostenidos muy frágilmente, en una situación social por demás precaria. Podemos decir que las vivencias de los jóvenes se dan en un ámbito de disolución de los lazos sociales, de dominación política tradicional que no deja espacios para la participación de jóvenes y en un contexto de prácticas restrictivas y actitudes autoritarias.
En una comunidad alejada de los principales centros urbanos, donde no existen espacios de participación y expresión socio-cultural y frente a un imaginario del joven “desinteresado”, “apático”, consideramos que los jóvenes encuentran un espacio para expresarse en las nuevas tecnologías de comunicación e información, que no sólo utilizan para comunicarse entre amigos, para estudiar, distraerse, divertirse, compartir información, sostener lazos de amistad o estrategias de seducción como señala Marcelo Urresti178; sino también para manifestarse en relación a su comunidad, y así lo demuestran los diversos grupos y páginas que crearon en Facebook donde comparten información, opinan sobre su comunidad, cuelgan fotos, hacen críticas y destacan las cosas que ellos consideran positivas o negativas de su zona.
Paula Sibilia señala que primero fue el correo electrónico, después se hicieron populares los chats que rápidamente evolucionaron en los sistemas de mensajes instantáneos del tipo MSN o yahoo Messenger, y en las redes sociales como MySpace, Orkut y Facebook. “Estas novedades transformaron a la pantalla de la computadora en una ventana siempre abierta y conectada con decenas de personas al mismo tiempo. Jóvenes de todo el mundo frecuentan y crean este tipo de espacios179”. Y otra vertiente –explica Sibilia- lo constituyen los weblogs, fotologs y videologs, diarios íntimos publicados en la Web, o mejor dicho “diario extimo” término que busca dar cuenta de las “paradojas de esta novedad, que consiste en exponer la propia intimidad en las vitrinas globales de la red180”.
En este sentido, más que “estar en otra cosa” como expresan los adultos en Salsacate, decimos junto a Barbero (2002), que en el espacio comunicacional los jóvenes se encuentran con la tecnología, con esa facilidad para entrar y manejarse en las redes informáticas, “lo que está en juego es una nueva sensibilidad hecha de una doble complicidad cognitiva y expresiva: es en sus relatos e imágenes, en sus sonoridades, fragmentaciones y velocidades que ellos encuentran su idioma y su ritmo181”. En la misma línea, Florencia Saintout agrega que “los jóvenes contemporáneos han nacido en sociedades mediatizadas, y a diferencia de sus mayores lo viven de manera natural”, y señala que, “atravesados por unas lógicas de mercado encargadas de regular el espacio social, el consumo y las tecnologías de la comunicación y la información, los jóvenes parecen experimentar nuevos modos de estar en el mundo182”.
Por otro lado, las redes sociales no sólo constituyen espacios de participación y encuentro, sino que también puede constituirse en una red de chismes y perjuicios. En una comunidad de 1880 habitantes, chisme y prejuicio van de la mano, ya que funcionan como el guión de la vida cotidiana que cancela la pluralidad de juicios y conocimientos de la realidad. El guión de la vida de los otros ocupa un lugar tan predominante que disminuye el guión de la vida propia. Quienes manifiestan las ventajas de las redes sociales para el intercambio y expresión, también señalan que “a veces no me gusta el Facebook, porque escriben chismeríos”, “algo que puede ser un excelente medio de comunicación acá se convierte en algo malo”. Vale como ejemplo un grupo de Facebook, que, en esta comunidad funciona como un paparazzi: es un grupo anónimo dedicado a los “chismes”, a sacar “los trapitos del pueblo al sol”: como infidelidades, casos de corrupción, insultos, etc. Las intimidades quedan aprisionadas por el prejuicio y el chisme y los salsacateños no pueden verse a sí mismos de otra manera que no sea a través de estigmatizaciones.
Vemos entonces que, por un lado, en una comunidad cerrada como la analizada, una red social puede promover los perjuicios y obturar los encuentros. Por otro lado, y afortunadamente, las nuevas tecnologías están vinculadas con líneas de fuga: expanden lugares “otros” en la propia pantalla, abren el mundo de contactos y posibles relaciones de una comunidad tan chica. En un marco donde los espacios públicos están cancelados, limitados o controlados, las redes sociales son a la vez el espacio y el tiempo, es decir el lugar y el transcurrir, los pliegues y despliegues de un ejercicio de intersubjetividad. La participación en las redes sociales logra burlar un control que en las comunidades rurales como la analizada roza lo totalitario, además de cubrir la falta de espacios propios, convirtiéndose en un lugar de expresión, sociabilidad y gratificación.

Consideraciones Finales
Lo señalamos a lo largo del trabajo, la presencia de los medios y las nuevas tecnologías de la información y comunicación marcan profundamente las subjetividades contemporáneas. Como señala Barbero (2008) estamos ante juventudes cuyas sensibilidades responden a alternativas de socialidad que permean distintos ámbitos de su vida. Desde allí miran y oyen jóvenes que están íntima y estructuralmente mediados por sus interacciones desde y con la tecnología. “Es en la trama de interacciones entre sujetos donde hoy las mediaciones tecnológicas revelan su potencial alternativo, por más que para los apocalípticos las mediaciones tecnológicas signifiquen todo lo contrario183”.

Bibliografía
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Notas:
162 Ricardo Forster, Benjamin: una introducción, Quadrata, Buenos Aires, 2009. Página 23.
163 Susan Buck-Morss Walter Benjamin, escritor revolucionario, Interzona Editora, Buenos Aires, 2005. Página 69.
164 Ana Wortman, ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de globalización, en Globalización, consumo e identidades. CAICYT CONICET (http://ecursos.caicyt.gov.ar), Argentina, 2010. Página 10.
165 Eliseo Verón, “Interfaces sobre la democracia audiovisual evolucionada” en Ferry, Wolton y Otros, El nuevo espacio público, Gedisa, Barcelona, 1992. Página 124.
166 Florencia Saintout, Culturales juveniles globales: nuevos modos de estar juntos, en Globalización, consumo e identidades. CAICYT CONICET, Argentina, 2010.
167 Jesús Martín Barbero, Jóvenes: comunicación e identidad. Pensar Iberoamérica, Revista de Cultura. Número O, 2002. Página 34.
168 Suely Rolnik, “Subjetividad y Globalización” en Revista Topía, Buenos Aires, Argentina, 1997.
169 Ibídem.
170 Peter Pál Pelbart, Filosofía de la deserción. Nihilismo, locura y comunidad, Tinta Limón, Buenos Aires, Argentina, 2009. Página 71.
171 Ibídem: 80.
172 Ibídem: 81.
173 Paula Sibilia, La intimidad como espectáculo, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina, 2009. Página 19.
174 Ibídem: 20.
175 Florencia Saintout, Jóvenes e incertidumbres. Percepciones de un tiempo de cambios: familia, escuela, trabajo, política. Tesis Doctoral, FLACSO, Buenos Aires, Argentina, 2007. Página 21.
176En: Jesús Martín Barbero, Jóvenes: comunicación e identidad. Pensar Iberoamérica, Revista de Cultura. Número O, 2002. Página 3.
177 Primera etapa: Tillero Salazar, Luisa y Levstein, Ana (2008) El No a la mina en Salsacate en el marco de un estudio exploratorio sobre calidad de vida y en una aproximación a las subjetividades. Ponencia presentada en el Congreso Internacional “Ecología y Lenguajes” Facultad de Lenguas, Córdoba 21, 22 y 23 de agosto de 2008. Segunda Etapa: Subjetividad y comunicación en la comunidad de Salsacate: una experiencia intergeneracional. Dirigido por la Dra. Ana Levstein. Financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba, 2010-2012
178Marcelo Urresti, (comp.) Cyberculturas Juveniles. La Crujía ediciones. Buenos Aires, Argentina, 2008. Página 14.
179 Paula Sibilia, La intimidad como espectáculo, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina, 2009. Página 15.
180 Ibídem: 15.
181Jesús Martín Barbero, Jóvenes: comunicación e identidad. Pensar Iberoamérica, Revista de Cultura. Número O, 2002. Página 3.
182 Florencia Saintout, Culturales juveniles globales: nuevos modos de estar juntos, en Globalización, consumo e identidades. CAICYT CONICET, Argentina, 2010.
183 Jesús Martín Barbero, “El cambio en la percepción de los jóvenes. Socialidades, tecnicidades y subjetividades”, en Los jóvenes y las pantallas, Roxana Morduchowicz (coord.), Gedisa, Buenos Aires, Argentina, 2008. Página 37

Fuente: Sujetos, miradas, prácticas y discursos. Segundo Encuentro sobre Juventud, Medios e Industrias Culturales
coordinado por María Gabriela Palazzo y Pedro Arturo Gómez. – 1a ed. – Tucumán : Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras. Inst. de Investigaciones Lingüísticas y Literarias. , 2013. E-Book.
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