La entrevista con el adolescente y la relación con los padres

Si bien el principal instrumento de trabajo con el que contamos es la entrevista con el adolescente, una relación de confianza con éste no se puede lograr a expensas de dañar la colaboración con los padres que también van a necesitar apoyo en esta fase de la vida familiar. Los padres son importantes porque poseen información del adolescente cuando era un niño (historia médica), pero también porque representan una perspectiva imprescindible
sobre sus problemas y dificultades actuales.
En las entrevistas con los padres éstos pueden solicitar consejos específicos o
pedir la aprobación y apoyo del profesional a su actitud frente a los comportamientos
del adolescente.
Decir a los padres directamente cómo comportarse puede
que no sea una ayuda real ya que los deslegitima y les crea inseguridad para afrontar
futuras dificultades. En estos casos nuestra orientación debe dirigirse hacia
clarificar los conflictos y diferencias existentes y buscar fórmulas para dialogar y
negociar sobre los desacuerdos ya que las soluciones deben ser el resultado de un
cierto pacto entre ambas partes. No obstante, debemos recomendarles que acepten
un cierto distanciamiento y autonomía de su hijo, que intenten escucharle, no prodiguen
comentarios críticos, ni comparaciones y que sólo den consejos cuando
crean que el joven está en disposición de escucharlos. Siempre que sea posible se
debe sugerir que hagan participar al hijo en la búsqueda de soluciones porque esto
va a ayudarle a ser más responsable y consciente.
El adolescente puede vivir nuestro encuentro con sus padres como una alianza
contra él si no puede acceder a su contenido de modo fiable.
Por lo tanto, es
bueno convocar encuentros en el que estén presentes tanto el adolescente como
sus padres. La reunión con la familia y el adolescente es especialmente útil porque
proporciona mucha información sobre cuál es la dinámica de la relación en la
familia. Esta reunión puede preceder a la individual con el adolescente o realizarse a continuación.
En los encuentros con los padres y el joven es especialmente importante definir
cuál es el problema.
Cuando se trate de la conducta del joven ésta debe describirse
de forma precisa y con ejemplos. Se debe establecer desde cuándo ha aparecido o se
ha identificado el problema por qué se consulta ahora, y se debe valorar su grado
de repercusión en las distintas situaciones y en los diferentes afectados.