La etiología y patogénesis del SAP

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La etiología y patogénesis del SAP
Para definir al SAP como síndrome médico, Gardner usa como referencia el
Diccionario Psiquiátrico de Campbell (52). Según el mismo, en un síndrome existirían
«en general, tres niveles de categorización (que) pueden ser diferenciados en
medicina: 1) un signo o un síntoma aislado, sin referencia a las características o
causa asociadas o a la causa, y con poco valor predictivo. 2) Un agrupamiento clínico
de signos o síntomas en un síndrome distintivo. 3) Un cuadro clínico distintivo
que es explicado por un proceso patofisiológico identificable o agente etiológico».
Gardner considera, con su descripción, probado que el SAP alcanza el nivel
3 de la definición de Campbell: «En mi libro de 1992 sobre el SAP, describí lo
que consideraba ser los factores etiológicos que eran operativos y delineé los
pasos por los cuales estos factores contribuían al desarrollo del desorden. Otros
examinadores también han descrito los mismos factores etiológicos y mecanismos
patógenos. Por consiguiente, considero a eso ser una buena justificación
para mi conclusión que el nivel 3 se ha alcanzado» (53). De esta forma Gardner
aplica por consenso con quienes opinan similarmente, a modo de evidencia
«científica» de su conclusión.
Gardner empleará la analogía con «las neumonías» para adjudicarle una
única causa. No hará sin embargo explícita la equivalencia, consistiendo su forma
de argumentación en situar próximos los conceptos dando por hecho que la analogía
existe o ha sido aceptada (54-59).
Para poder entender este estilo argumentativo, reproducimos el siguiente
fragmento en el cual se dan juntas las analogías y las ideas de pureza, de causa
única y verdad demostrada:
«(…) Que el SAP no sea realmente un síndrome (…) es visto sobre todo en
tribunales de justicia en el contexto de disputas por la custodia infantil. Esto es un
argumento a veces promulgado por los que demandan que el SAP incluso no existe.
El SAP es un trastorno muy específico. Un síndrome, por definición médica, es
un conjunto de síntomas (…) agrupados juntos debido a una etiología común o
causa básica subyacente. (…) En consecuencia hay una especie de pureza que un
síndrome tiene y que no puede ser visto en otras enfermedades. Por ejemplo, una
persona que sufre con la pulmonía neumocócica puede tener el dolor en el pecho,
tos, esputo purulento, y fiebre. Sin embargo, el individuo todavía puede tener la
enfermedad sin que se manifiesten todos estos síntomas. El síndrome es a menudo
más “puro” porque la mayor parte (si no todos) los síntomas en el conjunto se
manifiestan de forma predecible. Uno podría ser el síndrome de Down (…)» (60).
El fragmento, que pareciera que va a ofrecer algún argumento concluyente
sobre la existencia del SAP, recurre a las analogías para definir el síndrome como
puro, descriptiva y etiológicamente, al tiempo que se evade de la cuestión de partida
creando la ficción de haberla contestado. Las expresiones subrayadas por
nosotros: «en consecuencia», «por ejemplo» o «sin embargo» producen la sensación
de que existe una secuencia lógica, cuando sólo existe contigüidad. Las elecciones
de Gardner se aplican tanto a los síntomas como a los trastornos que usa
para sus analogías. Cabe preguntarse por qué no intenta establecer estas últimas
con los cuadros psiquiátricos entre los que reclama ser incluido el SAP. Gardner
necesita una única causa para que el SAP sea útil en un juicio, el origen simple y
concreto que otorgan las anomalías genéticas o las enfermedades infecciosas, difícilmente puede ofrecerla la psiquiatría, donde, según Vallejo (61): «la clínica es proteiforme
y cambiante, las fronteras con otras patologías difusas, el pronóstico
variable, la condición genética y biológica del trastorno inexistente, y la respuesta
terapéutica inespecífica y muchas veces impredecible».

Factor etiológico: Contribución del niño en la campaña de denigración

Notas:
52- GARDNER, 2001, ob. cit., ver nota 20.
53- Ibíd.
54- GARDNER, 1999, ob. cit., ver nota 19.
55- GARDNER, 2001, ob. cit., ver nota 6.
56- GARDNER, 2002, ob. cit., ver nota 8.
57- GARDNER, 2002, ob. cit., ver nota 9.
58- GARDNER, 2002, ob. cit., ver nota 10.
59- GARDNER, 2004, ob. cit., ver nota 15.
60- GARDNER, 1998, ob. cit., ver nota 5.
61 VALLEJO, R. J., «Definición y concepto de enfermedad mental. Normalidad y enfermedad psíquica», en VALLEJO, J.; LEAL, C. (dirs.), Tratado de psiquiatría, Barcelona, Ars Medica, 2005, pp. 62-86.