El vocabulario de Michel Foucault: Introducción

El vocabulario de Michel Foucault

Un recorrido alfabético por sus temas, conceptos y autores

Introducción
Nuestra idea originaria fue elaborar un índice completo de la totalidad de los textos publicados de Foucault: los libros editados en vida, la recopilación titulada Dits et écrits y los cursos dictados en el Collège de France aparecidos hasta la fecha. La intención era disponer de un instrumento de trabajo en estado «“bruto»”, sin ningún tipo de selección o de filtro de los datos. Dada su extensión y a la espera de encontrar el modo más adecuado para publicar este material, a partir de él hemos elaborado este vocabulario.
El presente trabajo difiere de nuestra idea original por varios motivos. Por un lado, no se trata de un índice, sino, más exactamente, de un vocabulario. No sólo refiere dónde aparece cada término en los escritos de Foucault; quiere ofrecer además una indicación (a veces sucinta, a veces extensa) de sus usos y contextos. Por otro lado, está constituido sólo por una selección arbitraria de términos.
Los únicos criterios que nos han guiado en el momento de elegir qué incluir y qué dejar afuera han sido la importancia que reconocíamos a algunos de ellos a partir de nuestra lectura de la obra de Foucault (lo que podríamos denominar su «“representatividad»”), nuestro interés personal o, simplemente, una supuesta utilidad para el lector. Por ejemplo, en el caso de las expresiones y términos griegos, frecuentes en los últimos escritos, hemos querido incluir el mayor número posible. Algunos autores incluidos no lo han sido a causa de la frecuencia con la que aparecen citados, sino más bien por lo contrario; es decir, porque se trata de autores menos conocidos para el público en general y, por ello, nos pareció útil situarlos en la obra de Foucault y también en la historia. Es el caso, por ejemplo, de los autores estudiados a propósito del análisis de la «“razón de Estado»”.
Las limitaciones que necesariamente surgen de estas opciones sólo podrían ser subsanadas con un trabajo en equipo en el que los criterios de selección a la vez se multipliquen y se discutan. Además, hasta que sean publicados todos los cursos de Foucault en el Collège de France resulta imposible poner un punto final a la tarea de elaborar un vocabulario foucaultiano. Por otro lado, éste debería estar acompañado de la bibliografía secundaria que se puede sugerir a propósito de cada término. Otra tarea a realizar sería establecer «“la biblioteca de Foucault»”: la lista de obras citadas según la cronología y la frecuencia. Por todas estas razones, este trabajo debería ser tomado como el punto de partida para una obra colectiva, necesariamente más comprehensiva y más rica. La invitación está cursada.
No se trata, entonces, de una exposición del pensamiento de Foucault, sino de un instrumento de trabajo. En la redacción de los artículos hemos intentado abstenernos lo más posible de nuestra interpretación personal. Por supuesto, sólo lo logramos a medias. A propósito de cada término sólo hemos querido mostrar cómo y dónde aparece. Sobre todo, hemos pretendido exhibir sus sentidos más relevantes. Por ello, porque no se trata de una exposición sistemática, sino apenas de una presentación del contenido, hemos multiplicado las referencias y mantenido algunas repeticiones. Muchos términos habrían podido ser reunidos dentro de otro, pero no siempre los agrupamos. Algunas veces lo hicimos, con el fin de no extendernos demasiado; otras, los mantuvimos separados para facilitar la consulta por términos y no por temas. También para controlar la extensión de la exposición y evitar demasiadas duplicaciones, a veces remitimos de un artículo a otro.
En cierto sentido, hemos querido conservar la dispersión que caracteriza al trabajo de Foucault. Por ello, en algunos artículos, en la medida en que los textos lo han permitido, se encontrará una exposición más ordenada; en otros, en cambio, no será éste el caso (especialmente cuando el material corresponde a la recopilación editada como Dits et écrits; aquí la dispersión está casi impuesta). Por otro lado, además de presentar los contextos más relevantes del término abordado, a veces hemos citado directamente algunas expresiones de Foucault, sobre todo cuando nos resultaban particularmente relevantes, esclarecedoras, simplemente provocativas o, también, sólo divertidas.
A la hora de corregir lo que hubiese sido la versión definitiva de este vocabulario, nos encontramos con la aparición de un nuevo libro de M. Foucault, Le pouvoir psychiatrique, el curso de los años 1973-1974 en el Collège de France. La alternativa era dejar el texto tal como se encontraba, mencionando simplemente esta nueva aparición, o incorporar este curso en los artículos y en el índice de frecuencia de los términos. Finalmente, nos decidimos por encarar este trabajo; sobre todo, porque este nuevo material aporta desarrollos, a nuestro juicio, sumamente interesantes para algunos artículos clave como Cuerpo, Disciplina, Familia, Locura, Psiquiatría y Verdad.
Todas las traducciones que aparecen son nuestras.
Hemos mantenido los títulos de las obras en francés por dos razones: son fácilmente comprensibles para el lector de lengua española y no siempre coinciden con los de las traducciones. Por ejemplo, la recopilación en cuatro volúmenes de Dits et écrits aparece con otros títulos y en otro formato.
En la elaboración de este vocabulario hemos tenido presente el interesante trabajo de Judit Revel, Le vocabulaire de Foucault (París, 2002). Nuestro objetivo, en todo caso, ha sido diferente.
Varias personas me han acompañado, con sus sugerencias, sus críticas, y sobre todo su entusiasmo, en la realización de este vocabulario. Alfabéticamente, Gerardo Fittipaldi, Guido Deufemia, Leiser Madanes, Marcelo Boeri, María Luisa Femenías, Oscar Conde, Pablo Pavesi, Ricardo Crisorio e Yves Roussel. Con María Giannoni y Paula Fleisner, además, discutimos algunos de los artículos más complejos. Mariana Sanjurjo tuvo la amabilidad de leer todo el texto y sugerirme las correcciones necesarias, para que la lectura fuese más fluida y la expresión más correcta desde el punto de vista de la lengua. Resulta difícil distinguir lo que pertenece a cada uno de ellos; pero, imposible no agradecerles. En los departamentos de filosofía de la Universidad de Buenos Aires, de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional de Rosario he dictado varios cursos y seminarios sobre el pensamiento de Michel Foucault. Sin el trabajo de discusión con quienes participaron en ellos, este vocabulario nunca habría visto la luz. También a ellos mi reconocimiento.
Una circunstancia en cierto sentido fortuita determinó que esta obra forme parte del fondo editorial de la Universidad Nacional de Quilmes. Quiero agradecer, ante todo, a la propia Universidad de Quilmes por haber hecho posible esta publicación y a quienes se interesaron casi inmediatamente en este trabajo. En particular, deseo agradecer a la editora, María Inés Silberberg, por su paciencia y su profesionalismo.

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