LOS MÉTODOS RECEPTIVOS O DE TRANSMISIÓN POR EL MAESTRO

LOS MÉTODOS RECEPTIVOS O DE TRANSMISIÓN POR EL MAESTRO

Puede parecer sin sentido hablar de los métodos tradicionales de enseñanza oral
en un informe destinado a insistir sobre las novedades ocurridas desde 1935; pero
el hecho nuevo es que ciertos países “progresistas” como las repúblicas populares
del Este pretenden justificar una enseñanza fundada esencialmente en la
transmisión por el maestro o la “lección”, perfeccionando el detalle de los métodos
mediante investigaciones psicopedagógicas sistemáticas y precisas. Estas
investigaciones, naturalmente, evidencian el papel de los intereses y de la acción
en la comprensión de los alumnos, de tal manera que se produce una especie de
conflicto entre lo que las investigaciones sugieren en los casos particulares y las
líneas generales de una educación receptiva. Por tanto, tiene un cierto interés
seguir de cerca el desarrollo a este respecto de los métodos en los países del
Este.

De hecho, el conflicto latente que creemos discernir de esta manera se refiere a
una dualidad de inspiraciones ideológicas perfectamente coherentes en lo que
concierne al espíritu adulto, pero cuya síntesis constituye un problema en el terreno
de la educación.
La primera de estas inspiraciones tiende a presentar la vida mental como producto
de la combinación entre dos factores esenciales: los factores biológicos y la vida
social. El factor orgánico proporciona las condiciones del aprendizaje: las leyes del
“condicionamiento” primario (en el sentido de Pavlov) y las del segundo sistema de
señalización o sistema del lenguaje. Por otra parte, la vida social proporciona el
conjunto de las reglas prácticas y de los conocimientos elaborados colectivamente
y que se transmiten de una generación a la siguiente. De esta manera los factores
biológicos y sociales son suficientes para dar cuenta de la vida mental, y toda
llamada a una coincidencia individual tiene el riesgo, en una perspectiva tal, de
conducir a un individualismo o a un idealismo retrógrados.
Sin embargo, una segunda inspiración de la misma fuente ideológica viene a
llenar, de hecho, la laguna que podría suponerse: es el papel de la acción en el
paso de lo biológico a lo social. Este papel de la acción (o de la praxis) ha sido
subrayado constantemente por K. Marx, que con razón llegaba a considerar la
percepción misma como una actividad de los órganos de los sentidos. Por otra
parte, este papel ha sido constantemente confirmado por los psicólogos
soviéticos, que han proporcionado abundantes y valiosos trabajos sobre el tema.
Desde el punto de vista de los métodos generales de la educación subsiste
efectivamente una especie de dualidad de principios o conflicto dialéctico, según
se insista en el papel creador de la vida social adulta, lo que conduce a dar mayor
énfasis a las transmisiones del maestro al alumno, o en el papel no menos
constructivo de la acción,
lo que lleva a otorgar un papel esencial a las actividades
mismas del escolar. En las repúblicas populares se busca la síntesis en la mayor
parte de los casos en un sistema tal que el maestro dirige al alumno, pero
haciéndole obrar más que limitándose a darle lecciones. No obstante, es evidente
que, allí como en todas partes, la lección se sigue impartiendo conforme a las
tendencias naturales del maestro, ya que ésa es con mucho la solución más fácil
(¡porque no todo el mundo dispone de los locales y la agudeza de aquel inspector
canadiense que repartía cada clase en nos salas para que los niños, decía, tengan
tiempo de “trabajar” y el maestro no tenga que hablar a todos a la vez durante toda
la jornada!
). Por otra parte, es también evidente que el lugar que se deja a la
acción lanza a algunos educadores soviéticos a desarrollar en la dirección de las
actividades investigaciones sobre el niño mismo, caso, por ejemplo de
Suhomlinsky y de la Escuela de Lipetsk. Además, estas actividades libres se
multiplican de forma natural en las instituciones paraescolares, como los centros de
“pioneros” y los clubes ligados a ellos. Hemos visitado igualmente algunos
internados, por ejemplo en Rumania, en que la formación profesional da lugar a
investigaciones activas de los alumnos y a felices combinaciones entre el trabajo
individual y el trabajo por equipos.