LA COLABORACIÓN INTERNACIONAL EN LA EDUCACIÓN
Uno de los rasgos sorprendentes de las transformaciones pedagógicas
posteriores a la última guerra mundial es la dimensión internacional que han
tomado todos los problemas y los progresos de una colaboración internacional ya
iniciada, ciertamente, entre 1925 y 1939, pero reforzada de forma considerable
entre 1945 y 1965.
Por supuesto que la psicología infantil y la pedagogía como disciplina científica
han sido siempre de naturaleza internacional en el sentido de que es imposible
continuar investigaciones en un país cualquiera sin tener en cuenta el conjunto de
las investigaciones del mismo tipo que se hacen en el mundo entero. De aquí ha
resultado que los trabajos de un Dewey, de un Decroly o de una Montessori han
influido en la educación en todos los países; además los investigadores de la
pedagogía han organizado congresos internacionales como los Congresos de
educación moral, que se reunían periódicamente y, sobre todo, han constituido
grupos con congresos regulares como la Liga para la educación nueva, animada
durante largo tiempo por Mrs. Ensor y cuyos trabajos han tenido una considerable
importancia y se prosiguen aun hoy.
No obstante, al margen de la investigación o del celo propagandístico de los
partidarios de los métodos nuevos, cada medio pedagógico seguía más o menos
cerrado en su territorio nacional y si, de acuerdo con las influencias políticas, un
país pequeño tendía a inspirarse en los métodos y estructuras educativas
adoptadas por un país grande, apenas se pensaba y los grandes países menos
que los otros- en intercambios de experiencias o estudios comparativos que
hubieran podido facilitar las decisiones a tomar. Incluso existía una no
despreciable corriente que se oponía explícitamente a toda colaboración
internacional en materia de educación bajo pretextos de soberanía nacional que
hoy nos parecen sorprendentes, pero de hecho por razones que apuntan sobre
todo al mantenimiento de ciertas posiciones tradicionales y filosóficas.
Por el contrario, hoy la cooperación internacional en materia de educación se ha
hecho tan natural que sólo para dar un índice- casi cada una de las
recomendaciones votadas en las sesiones anuales de la Conferencia de
Instrucción Pública comporta una sección entera designada según los casos por el
título de “Ayuda mutua internacional, “Colaboración internacional” o “Aspectos
internacionales del problema”, tanto si se trata de financiación, acceso a la
educación en las zonas rurales, construcciones escolares, enseñanza de las
matemáticas, enseñanza especial para retrasados mentales, problemas
generales, planificación, etcétera.