Trastornos del sueño:
Los trastornos del sueño están divididos en cuatro grandes apartados según su posible etiología. Los trastornos primarios del sueño son aquellos que no tienen como etiología ninguno de los siguientes trastornos: otra enfermedad mental, una enfermedad médica o una sustancia. Estos trastornos del sueño aparecen presumiblemente como consecuencia de alteraciones endógenas en los mecanismos del ciclo sueño-vigilia, que a menudo se ven agravadas por factores de condicionamiento. A su vez, estos trastornos se subdividen en disomnias (caracterizadas por trastornos de la cantidad, calidad y horario del sueño) y en parasomnias (caracterizadas por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia).
El trastorno del sueño relacionado con otro trastorno mental consiste en alteraciones del sueño debidas a un trastorno mental diagnosticable (a menudo trastornos del estado de ánimo o trastornos de ansiedad), que es de suficiente gravedad como para merecer atención clínica independiente. Probablemente, los mecanismos fisiopatológicos responsables del trastorno mental también afectan la regulación del cielo sueño-vigilia.
El trastorno del sueño debido a una enfermedad médica consiste en alteraciones del sueño como consecuencia de los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica sobre el sistema sueño-vigilia.
El trastorno del sueño inducido por sustancias consiste en alteraciones del sueño como consecuencia del consumo o del abandono de una sustancia en particular (fármacos incluidos).
El estudio sistemático de los individuos que presentan alteraciones del sueño importantes supone una evaluación del tipo específico de alteración y de los trastornos mentales, médicos o relacionados con sustancias (fármacos incluidos) que pudieran ser responsables del trastorno del sueño.
Mediante la polisomnografía se pueden registrar cinco estadios del sueño diferentes: el sueño con movimientos oculares rápidos (REM) y cuatro estadios de sueño con reducción de los movimientos oculares rápidos (NREM) (estadios 1, 2, 3 y 4). En el estadio 1 NREM se produce la transición de la vigilia al sueño y constituye un 5 % del tiempo total de sueño en los adultos sanos. El estadio 2 NREM, que se caracteriza por ondas electroencefalográficas específicas (husos del sueño y complejos K) constituye un 50 % del tiempo de sueño. Los estadios 3 y 4 NREM (también conocidos como sueño de ondas lentas) son los períodos de sueño más profundo y constituyen aproximadamente un 10-20 % del sueño. El sueño REM, durante el cual tiene lugar la mayor parte de la actividad onírica, constituye alrededor del 20-25 % del sueño total.
Estos estadios de sueño presentan una organización temporal a lo largo de la noche. Los estadios 3 y 4 NREM tienden a aparecer desde el primer tercio hasta la mitad de la noche y aumentan su duración en respuesta a la deprivación de sueño. El sueño REM aparece de un modo cíclico a lo largo de la noche, alternándose con el sueño NREM cada 80- 100 min. Los períodos de sueño REM aumentan su duración al amanecer. El sueño humano también varía de un modo característico a lo largo de la vida. Después de observarse una estabilidad relativa en la niñez y las primeras etapas de la adolescencia en cuanto a la presencia de sueño de ondas lentas, la continuidad y la profundidad del sueño van deteriorándose a lo largo de la vida adulta. Este deterioro se refleja en un aumento de la vigilia y del estadio 1 del sueño y en una disminución de las fases 3 y 4. A causa de todo ello es necesario considerar la edad del individuo a la hora de efectuar el diagnóstico de un trastorno del sueño.
La polisomnografía es la técnica utilizada para monitorizar los múltiples parámetros electrofisiológicos durante el sueño y supone habitualmente la medición de la actividad electroencefalográfica, electrooculográfica y electromiográfica. Otras medidas polisomnográficas son el flujo aéreo oral y nasal, el esfuerzo respiratorio, el movimiento de la pared torácica y abdominal, la saturación de oxihemoglobina y la concentración de dióxido de carbono espirado; todas estas medidas se usan para monitorizar la respiración durante el sueño y para detectar la presencia y gravedad de la apneas. La medición de la actividad electromiográfica se utiliza para detectar movimientos durante el sueño. La mayoría de los estudios polisomnográficos se llevan a cabo durante el horario de sueño habitual del individuo, es decir, durante la noche. Sin embargo, los estudios polisomnográficos diurnos también se usan para cuantificar la somnolencia diurna.
La técnica más frecuentemente utilizada es el test de latencia múltiple (MSLT = múltiple sleep latency test), en el que el sujeto se acuesta en una habitación sin luz y con la obligación de no hacer esfuerzos para no dormirse; este procedimiento se repite cinco veces durante el día. La latencia del sueño (tiempo requerido para dormirse) se mide en cada prueba y se usa como índice de somnolencia fisiológica. La técnica inversa al MSLT también se usa a menudo: en el test repetido de vigilia sostenida (RTSW = repeated test of sustained wakefulness) se coloca al individuo en una habitación sin ruidos y con poca iluminación, y se le indica que permanezca despierto; este procedimiento se repite varias veces durante el día. Se mide asimismo la latencia del sueño, pero se usa como índice de la capacidad individual para mantener la vigilia.
En esta sección se utiliza la terminología estándar para las mediciones polisomnográficas: la continuidad del sueño se define como el promedio total de sueño y vigilia durante una noche. Una continuidad de sueño «mejor» indica un sueño consolidado y con pocos despertares; una continuidad del sueño «peor» indica un sueño interrumpido por bastantes despertares. Las medidas de la continuidad específica del sueño comprenden la latencia del sueño -el tiempo requerido para dormirse (expresado en minutos)-; despertares intermitentes -el tiempo que se permanece despierto, una vez iniciado el sueño (expresado en minutos)-, y la eficacia del sueño -el cociente entre el tiempo dormido y el tiempo permanecido en cama (expresada en porcentaje, las cifras elevadas indican una mejor continuidad del sueño)-. La arquitectura del sueño se refiere al número y a la distribución de estadios de sueño específicos. Las medidas de la arquitectura del sueño incluyen proporciones absolutas de sueño REM y cada uno de los estadios de sueño NREM (en minutos), proporciones relativas de sueño REM y de estadios NREM (expresados en porcentajes de tiempo total de sueño) y la latencia entre el inicio del sueño y el primer período REM (latencia REM).
El texto de cada trastorno del sueño contiene un apartado que describe su relación con los trastornos correspondientes del International Classification of Sleep Disorders (ICSD): Diagnostic and Coding Manual, publicado en 1990 por la American Sleep Disorders Association.
– trastornos primarios del sueño
– trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental