RENÉ DESCARTES
Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)
TERCERA PARTE
DE LAS PASIONES PARTICULARES
Art. 157. Del orgullo.
Todos los que tienen buena opinión de sí mismos por cualquier otra causa, sea la que sea, no tienen una verdadera generosidad, sino sólo un orgullo que es siempre muy vicioso, pero tanto más cuanto más injusta es la causa por la que se estiman; y la más injusta de todas es cuando se es orgulloso sin ningún motivo; es decir, sin pensar que se posee algún mérito digno de estimación, sino sólo porque no se hace caso del mérito, sino que, imaginando que la gloria no es otra cosa que una usurpación, se cree que tienen más quienes más se atribuyen. Este vicio es tan irrazonable y tan absurdo que me costara trabajo creer que haya hombres que caigan en él, si nadie fuera nunca alabado injustamente; pero la adulación es tan común por doquier que no hay hambre tan defectuoso que no se vea estimar por cosas que no merecen ninguna alabanza, o incluso que merecen censura; lo cual da ocasión a los más ignorantes y a los más estúpidos para caer en esta clase de orgullo.