RENÉ DESCARTES
Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)
TERCERA PARTE
DE LAS PASIONES PARTICULARES
Art. 184. A que se debe que los envidiosos son propensos a tener la tez plomiza.
Por otra parte, no hay vicio que tanto dañe a la felicidad de los hombres como la envidia; pues, además de que los tocados por su estigma se afligen a sí mismos, turban también con todo su poder el placer de los demás, y tienen por lo general la tez plomiza, es decir, mezcla de amarillo y negro y como de sangre macerada; de donde proviene que la envidia se llama livor en latín; lo cual va muy de acuerdo con lo que he dicho antes de los movimientos de la sangre en la tristeza y en el odio; pues este hace que la bilis amarilla, procedente de la parte inferior del hígado, y la negra, procedente del bazo, pasen del corazón por las arterias a todas las venas; y esto determina que la sangre de las venas tenga menos calor y circule más lentamente que de ordinario, lo cual basta para poner lívido el color. Mas como la Bilis, tanto la amarilla como la negra, puede también ir a las venas por otras varias causas, y como la envidia no las impulsa en cantidad bastante grande para cambiar el color de la tez, a no ser que sea muy grande y de larga duración, no se debe pensar que todos los que tienen este color son propensos a la envidia.