El vocabulario de Michel Foucault: LETRA D
Dialéctica
(Dialectique). Locura. El siglo XVI privilegió una experiencia dialéctica de la locura; más que ninguna otra época fue sensible a lo que podía haber de indefinidamente reversible entre la razón y la razón de la locura (HF, 222). El encierro de la época clásica es el espacio en el que se organizan, en la coherencia de una práctica, la inquietud dialéctica de la conciencia y la repetición ritual de una separación (HF, 223). Antropología. A comienzos del siglo XIX se constituyó una disposición del saber en la que figuran a la vez la historicidad de la economía, la finitud de la existencia humana y el acabamiento de la historia. Historia, antropología y suspenso del devenir se pertenecen según una figura que define una de las mayores conexiones del pensamiento del siglo XIX. La erosión lenta o violenta de la historia (como desaceleración indefinida o inversión radical, Ricardo o Marx, por ejemplo) hará brotar la verdad antropológica del hombre. A fines del siglo XIX, Nietzsche destruyó las promesas mezcladas de la antropología y la dialéctica (MC, 273-275). Véase: Hombre. Sartre. “Ahora bien, me parece que Sartre, escribiendo la Crítica de la razón dialéctica, en cierto sentido ha puesto un punto final, ha cerrado el paréntesis para todo un episodio de nuestra cultura que comienza con Hegel. Hizo todo lo que pudo para integrar a la dialéctica la cultura contemporánea, es decir, las adquisiciones del psicoanálisis, de la economía política, de
la historia, de la sociología. Pero es característico que no podía dejar de lado todo lo que proviene de la razón analítica y que forma profundamente parte de nuestra cultura contemporánea: lógica, teoría de la información, lingüística, formalismo. La Crítica de la razón dialéctica es el magnífico y patético esfuerzo de un hombre del siglo XIX para pensar el siglo XX. En este sentido, Sartre es el último hegeliano y, también diría, el último marxista” (DE1, 541-542). Razón analítica, cultura no-dialéctica. Foucault identifica una serie de manifestaciones de lo que denomina cultura analítica o cultura no-dialéctica: ella ha comenzado con Nietzsche (a través del descubrimiento de la mutua pertenencia de la muerte de Dios y de la muerte del hombre), ha continuado con Heidegger (a través del intento por retomar la relación fundamental con el ser en un retorno al origen griego), con Russell (a través de la crítica lógica de la filosofía), con Wittgenstein (a través del problema de las relaciones entre la lógica y el lenguaje), con Lévi-Strauss. • Con todo, Foucault subraya la necesidad de evitar un retorno de la razón analítica del siglo XVIII. Mientras que la razón analítica del siglo XVIII se caracterizó por su referencia a la naturaleza, y la razón dialéctica del siglo XIX por su referencia a la existencia (las relaciones entre el individuo y la sociedad, la conciencia y la historia, la praxis y la vida, el sentido y el no-sentido, lo viviente y lo inerte), la razón no dialéctica del siglo XX se constituye por su referencia al saber (DE1, 542) • En la lingüística, la etnología, la historia de las religiones y la sociología, los conceptos de orden dialéctico formados en el siglo XIX han sido en gran parte abandonados. (DE1, 585) Marx. La reactivación y trasformación de los temas marxistas (Althusser, por ejemplo) buscan separar a Marx tanto del positivismo cuanto de Hegel. (DE1, 825) Poder. En las relaciones de poder nos encontramos con fenómenos complejos que no obedecen a la forma hegeliana de la dialéctica (DE2, 754). La dialéctica hegeliana del amo y el esclavo es el mecanismo por el cual el poder del señor se vacía por su mismo ejercicio. Foucault, en cambio, quiere mostrar cómo el poder se refuerza por su ejercicio; no pasa del otro lado (DE2, 817). Las relaciones de poder son recíprocas, no dialécticas (DE3, 471). Cuidado, Platón. En Platón, gracias al diálogo, se establecía un nexo dialéctico entre la contemplación de sí y el cuidado de sí. En la época imperial (s. I II) desaparece esta estructura dialéctica; estos dos temas se complementan. (DE4, 797) Guerra, historia. La dialéctica codifica la lucha, la guerra, el enfrentamiento en una lógica de la contradicción; asegura así la constitución de un sujeto universal, de una reconciliación. La dialéctica es la pacificación. A través de ella la filosofía colonizó el discurso histórico-político de los siglos XVII y XVIII (IDS, 50). • La posibilidad de una filosofía de la historia encontró en el presente el momento en el que lo universal manifiesta su verdad. De este modo tuvo lugar una autodialectización del discurso histórico (IDS, 211). Transgresión. El lenguaje de la transgresión (Bataille) es un lenguaje no dialéctico del límite (DE1, 244). Véase: Transgresión. Véanse además: Blanchot, Deleuze.
Dialectique [229], AN, 177. AS, 51, 169. DE1, 73, 94-95, 100, 129, 143-145, 149, 160-161, 180, 184, 218, 236, 238-239, 241, 244, 247-249, 257, 266, 268, 328-329, 340, 523-524, 541-544, 573, 585-586, 606, 609, 611, 613, 718, 727, 787, 815-816, 825, 840. DE2, 65, 90-91, 321, 408, 424-425, 754, 808-809, 817. DE3, 34, 53, 145, 311, 426-427, 471-472, 576. DE4, 20, 65, 197, 294, 297, 439, 740, 790-791, 793, 797. HF, 30, 49, 84, 86, 89, 99-100, 143, 200, 217, 222-223, 233, 237, 273, 312, 336, 349, 358, 417, 453, 469, 543, 589, 590-591, 599, 608, 651, 654, 659-660. HS, 41, 141, 284, 359. HS2, 101, 264. IDS, 37, 50, 52, 72, 96, 193, 194, 211-212. MC, 257, 261, 275, 330-331, 350-351. MMPE, 16, 20, 22, 25, 83, 86-87, 93-94, 100-102, 109. MMPS, 16, 20, 22, 25, 98. NC, 51, 97. PP, 150, 161.
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