RENÉ DESCARTES
Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)
PRIMERA PARTE
DE LAS PASIONES EN GENERAL Y ACCIDENTALMENTE DE TODA LA NATURALEZA DEL HOMBRE
Art. 49. La fuerza del alma no basta sin el conocimiento de la verdad.
Verdad es que hay muy pocos hombres tan débiles e irresolutos que no quieran nada más que lo que su pasión les dicta. La mayor parte tienen juicios determinados, por los cuales regulan una parte de sus actos; y aunque a veces estos juicios sean falsos, y hasta fundados en algunas pasiones por las que la voluntad se ha dejado antes vencer o seducir, sin embargo, como persiste en seguirlos cuando la pasión que los produjo esté ausente, pueden ser considerados como sus propias armas, y pensar que las almas son más fuertes o más débiles según puedan más o menos seguir esos juicios y resistir a las pasiones presentes que les son contrarias. Pero hay, sin embargo, una gran diferencia entre las resoluciones que proceden de alguna falsa opinión y las que se apoyan únicamente en el conocimiento de la verdad; si seguimos estas últimas estamos seguros de no sentir nunca pesar ni arrepentimiento, mientras que siempre lo sentimos de haber seguido las primeras cuando descubrimos el error.