CONCEPTOS BÁSICOS DE LOGOTERAPIA
Los lectores de mi breve relato autobiográfico me pidieron que hiciera una exposición más directa y completa de mi doctrina terapéutica. En consecuencia, añadí a la edición original un sucinto resumen de lo que es la logoterapia. Pero no ha sido suficiente; me acosan pidiéndome que trate más detenidamente el tema, de modo que en la presente edición he dado una nueva redacción a mi relato, ampliándolo con más detalles. No ha sido un cometido fácil. Transmitir al lector en un espacio reducido todo el material que en alemán requirió veinte volúmenes es una tarea capaz de desanimar a cualquiera. Recuerdo a un colega norteamericano que un día me preguntó en mi clínica de Viena: «Veamos, doctor, ¿usted es psicoanalista?» A lo que yo le contesté: «No exactamente psicoanalista. Digamos que soy psicoterapeuta.» Entonces siguió preguntándome: «A qué escuela pertenece usted?» «Es mi propia teoría; se llama logoterapia», le repliqué. «¿Puede definirme en una frase lo que quiere decir logoterapia?» «Sí», le dije, «pero antes que nada, ¿puede usted definir en una sola frase la esencia del psicoanálisis?» He aquí su respuesta: «En el psicoanálisis, el paciente se tiende en un diván y le dice a usted cosas que, a veces, son muy desagradables de decir.» Tras lo cual y de inmediato yo le devolví la siguiente improvisación: «Pues bien, en la logoterapia, el paciente permanece sentado, bien derecho, pero tiene que oír cosas que, a veces, son muy desagradables de escuchar.» Por supuesto dije esto en tono más bien festivo y sin pretender que fuera una versión resumida de la logoterapia. Sin embargo tiene mucho de verdad, pues, comparada con el psicoanálisis, la logoterapia es un método menos retrospectivo y menos introspectivo. La logoterapia mira más bien al futuro, es decir, a los cometidos y sentidos que el paciente tiene que realizar en el futuro. A la vez, la logoterapia se desentiende de todas las formulaciones del tipo círculo vicioso y de todos los mecanismos de retroacción que tan importante papel desempeñan en el desarrollo de las neurosis. De esta forma se quiebra el típico ensimismamiento del neurótico, en vez de volver una y otra vez sobre lo mismo, con el consiguiente refuerzo. Que duda cabe que mi definición simplificaba las cosas hasta el máximo y, sin embargo, al aplicar la logoterapia el paciente ha de enfrentarse con el sentido de su propia vida para, a continuación, rectificar la orientación de su conducta en tal sentido. Por consiguiente, mi definición improvisada de la logoterapia es válida en cuanto que el neurótico trata de eludir el cabal conocimiento de su cometido en la vida, y el hacerle sabedor de esta tarea y despertarle a una concienciación plena puede ayudar mucho a su capacidad para sobreponerse a su neurosis. Explicaré a continuación por qué empleé el término «logoterapia» para definir mi teoría. Logos es una palabra griega que equivale a «sentido», «significado» o «propósito». La logoterapia o, como muchos autores la han llamado, «la tercera escuela vienesa de psicoterapia«, se centra en el significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre. De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida. Por eso hablo yo de voluntad de sentido, en contraste con el principio de placer (o, como también podríamos denominarlo, la voluntad de placer) en que se centra el psicoanálisis freudiano, y en contraste con la voluntad de poder que enfatiza la psicología de Adler.
Viktor Frankl