AGORAFOBIA Y PÁNICO.
Arturo Bados López
5 de diciembre de 2005 (universidad de Barcelona)
ENTREVISTA
Deben explorarse los siguientes aspectos con respecto a la agorafobia:
– Identificación de las situaciones evitadas y frecuencia y gravedad de las conductas de evitación.
– Descripción, frecuencia, duración e intensidad de la ansiedad y de los ataques de pánico, incluyendo las situaciones en que ocurren y las reacciones somáticas experimentadas. Debe evaluarse la existencia de ataques de pánico espontáneos.
– Cogniciones del cliente respecto a la ansiedad y a las situaciones temidas. Fundamentales aquí son las interpretaciones de peligro o catástrofe que el cliente hace al anticipar las situaciones temidas, encontrarse en estas, experimentar ciertas sensaciones corporales, tener ataques de pánico e intentar encontrar una causa del problema.
– Conductas defensivas manifiestas o cognitivas que los clientes pueden emplear para prevenir o manejar la amenaza asociada con la ansiedad/pánico.
– Variables ambientales y personales funcionalmente relacionadas en el momento presente con las conductas de evitación, ansiedad, ataques de pánico y cogniciones. Ejemplos de estas variables aparecen en el apartado sobre génesis y mantenimiento del trastorno y en la figura 1; por ejemplo, situaciones estresantes, capacidad de resolución de problemas, asertividad, reacciones de los otros, etc.
– Interferencia de la agorafobia en distintas áreas de la vida del cliente (personal, social, académica, laboral) y posibles problemas que pueden surgir si se soluciona el trastorno. Ejemplos de estos problemas serían un conflicto marital o la pérdida de una asignación económica por incapacidad laboral transitoria.
– Historia y desarrollo del problema agorafóbico, incluido su origen, fluctuaciones (agravamientos, mejoras, remisiones) y factores asociados tanto con el inicio como con las fluctuaciones posteriores.
– Tratamientos e intentos previos y actuales realizados para superar el problema y resultados logrados.
– Expectativas del cliente respecto al tipo de tratamiento y respecto a los resultados a conseguir, su motivación para superar el trastorno y sus objetivos.
– Recursos y medios de que dispone el cliente y que pueden suponer una ayuda a la hora de llevar a cabo la intervención. También, las limitaciones del cliente que pueden interferir con el tratamiento.
– Trastornos psicológicos asociados a la agorafobia y trastornos anteriores.
Modelos detallados de entrevista para la agorafobia pueden verse en Bados (2000), Botella y Ballester (1997) y Deakin (1989); la segunda está más centrada en el pánico. Un modelo de entrevista diagnóstica siguiendo los criterios del DSM-IV es la Entrevista para los Trastornos de Ansiedad según el DSM-IV (ADIS-IV) de Brown, DiNardo y Barlow (1994). Esta entrevista dura de una a dos horas y evalúa los diferentes trastornos de ansiedad a un nivel no solamente diagnóstico, Además, contiene secciones para evaluar los trastornos del estado de ánimo, la hipocondría, el trastorno por somatización, el trastorno mixto de ansiedad-depresión y los trastornos de abuso/dependencia de sustancias psicoactivas. En todos estos casos, la evaluación puede hacerse sólo en el presente o también en el pasado, según el modelo de entrevista que se emplee de los dos existentes. También se incluyen unas pocas preguntas de cribado sobre síntomas psicóticos y de conversión, y sobre la historia familiar de trastornos psicológicos. La última sección aborda la historia de tratamiento psicológico y psiquiátrico y la historia médica del cliente. Finalmente, se incluyen las escalas de Hamilton para la ansiedad y la depresión.
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