AGORAFOBIA Y PÁNICO.
Arturo Bados López
5 de diciembre de 2005 (universidad de Barcelona)
TIPOS DE TRASTORNO DE PÁNICO/AGORAFOBIA
El DSM-IV distingue dos tipos de agorafobia en función de la existencia o no de una historia de trastorno de pánico: el trastorno de pánico con agorafobia (véase la tabla 1) y la agorafobia sin historia de trastorno de pánico (véase la tabla 2). En este último, a diferencia del primero, no hay una historia de ataques de pánico inesperados recurrentes (dos o más) y la evitación agorafóbica se basa no en el miedo a tener un ataque de pánico, sino en el miedo a la ocurrencia de síntomas repentinos similares a los del pánico que sean incapacitantes o extremadamente embarazosos. Estos síntomas pueden ser los mismos que los del ataque de pánico u otros como caída o pérdida de control de esfínteres. Existe además en el DSM-IV la categoría de trastorno de pánico sin agorafobia.
En contraste con el DSM-IV, la décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud (1992, 1994/2000) separa agorafobia sin trastorno de pánico, agorafobia con trastorno de pánico y trastorno de pánico, y considera al trastorno fóbico como el trastorno principal y a las crisis de pánico como indicadoras de la gravedad del mismo. Es decir, la fobia tiene preferencia diagnóstica sobre las crisis de pánico, las cuales pueden dar lugar a un diagnóstico adicional o secundario de trastorno de pánico si se cumplen los criterios de este. De este modo, se evitan dos problemas: la sobrevaloración de los ataques de pánico y la subestimación del síndrome agorafóbico.
Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 para la agorafobia difieren de los del DSM-IV. Los criterios de la CIE-10 exigen la presencia de temor o evitación marcados y consistentes de por lo menos dos de las siguientes situaciones: multitudes, lugares públicos, viajar solo y viajar lejos de casa. Además, la CIE-10 también requiere: a) la presencia simultánea de como mínimo 2 síntomas de ansiedad (de la lista de 14 síntomas de pánico que contempla) en al menos una ocasión, b) que al menos uno de estos síntomas sea palpitaciones o taquicardia, sudoración, temblores o boca seca, y c) que los síntomas de ansiedad se limiten a, o predominen en, las situaciones temidas o al pensar en ellas. Finalmente, la CIE-10 requiere que el miedo o la evitación no sea consecuencia de ideas delirantes, alucinaciones, trastorno mental orgánico, trastornos del humor o creencias culturales.
Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 para el trastorno de pánico son diferentes de los del DSM-IV en algunos aspectos. Para empezar, los síntomas de los ataques de pánico coinciden en ambos casos, excepto en que la CIE-10: a) la dificultad para respirar y la sensación de ahogo son considerados síntomas diferentes, b) desaparece la sensación de atraganta-miento, c) se incluye un síntoma adicional: boca seca, y d) a la sensación de perder el control o de “volverse loco” se añade la sensación de perder el conocimiento. Además, la CIE-10 exige que por lo menos uno de los síntomas corresponda a palpitaciones o taquicardia, sudoración, temblores o boca seca. A su vez, la CIE-10 requiere la aparición de como mínimo 4 ataques en un período de 4 semanas. Asimismo, la CIE-10 excluye el diagnóstico de trastorno de pánico si los ataques son debidos a esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo, trastorno mental orgánico o trastorno somatomorfos.
Conviene señalar que el grado de concordancia entre ambos sistemas (DSM-IV y CIE-10) es sólo moderado. En el estudio de Andrews, Slade y Peters (1999), sólo el 66% de los casos con un diagnóstico de trastorno de pánico con agorafobia según uno de estos sistemas tuvo un diagnóstico igual en ambos sistemas. El porcentaje en el caso del trastorno de pánico sin agorafobia fue el 56% y en el caso de la agorafobia sin historia de trastorno de pánico el 45%.
Andrew y Slade (2002) proponen ver al trastorno de pánico sin agorafobia, a la agorafobia sin historia de trastorno de pánico y al trastorno de pánico con agorafobia como tres trastornos relacionados que difieren en el predominio del pánico y la evitación. Los dos primeros son igual de incapacitantes y presentan una comorbilidad similar, mientras que el último es el trastorno más grave y el que presenta mayor comorbilidad e incapacitación. Los agorafóbicos sin historia de trastorno de pánico son los que menos ayuda buscan de estos tres grupos por parte de los profesionales de la salud mental.
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