Emma Eckstein, enferma de 27 años – Paciente de S. Freud
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MUJERES HISTÉRICAS PSICOANALIZADAS POR FREUD
Rosa Sos Peña
Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología,
Universitat Jaume I, Castellón
Algunos casos de mujeres histéricas psicoanalizadas por Freud
Emma Eckstein, enferma de 27 años
Las circunstancias que llevaron a Emma Eckstein a elegir a Freud como su clínico no están todavía claras, Freud conocía a su padre, es también posible que Breuer le remitiera a la paciente (Muller, 1992). Ella fue identificada por Irma, era hija de una familia socialista importante de Viena. Empezó el tratamiento con Freud en el año 1892 y lo terminó en 1894.
Él la utilizó como un sujeto experimental con la que probó y desarrolló varias hipótesis.
Eckstein sufría una dolencia estomacal, menstruación irregular, dolorosa y padecía dolores al caminar. No obstante, Freud no consiguió curar sus síntomas. Eckstein era una mujer nueve años más joven que él, intelectual, interesada en la sexualidad, capacitada para evocarle su interés y acuerdo. La certeza de los sentimientos de Freud sobre Eckstein figura en las cartas a su amigo Fliess. Seguramente, él le había tomado cariño, pero no tuvo éxito en su caso, porque la paciente se enamoró de él y quizá por ello, no mostró talento para trabajar en la terapia (Paula Ramos, 2003).
En febrero de 1895, Fliess operó de la nariz a Eckstein a petición de Freud, pues era considerado muy buen cirujano en Viena, debido a los dolores estomacales que seguían persistiendo. Ya que Fliess mantenía que existía una conexión entre la nariz y los genitales femeninos. Pero la operación fue mal, un especialista encontró restos de gasa quirúrgica que él no había retirado durante la intervención. Eckstein padeció complicaciones postoperatorias, luego tuvo varias recaídas con hemorragias muy graves, hasta que acabó muriendo en primavera (marzo de 1895). A pesar de que Freud tenía confianza de que se recuperara de la intervención. Después de la operación de Eckstein en febrero, Fliess volvió a Berlín, si bien Freud exculpó al médico del fatal desenlace. La relación de Freud y Emma Eckstein, tal vez fue una historia de amor que Freud suprimió. No obstante, con ella descubrió la transferencia, en su caso la experiencia personal favoreció el descubrimiento científico y el desarrollo del psicoanálisis.
El concepto de transferencia analítica explica que tiene lugar una falsa conexión, que consiste en que la paciente transfiere en la figura del doctor algunas ideas patógenas acerca del contenido que surge del análisis (Salyard, 1992). En la misma, se produce “la repetición del paciente frente al analista de las actitudes emocionales, inconscientes, amistosas, hostiles o ambivalentes, que aquel estableció en la infancia en contacto con sus padres y las personas de su entorno” (Bermejo, Mayor &Tortosa, 2006: 231). Posiblemente, Eckstein le declaró su amor, pero Freud reprimió su afecto por ella. Él necesitaba dominar la contratransferencia que establece los sentimientos que provocan en el analista las declaraciones del paciente y en concreto, la reacción que sugiere las vivencias transferenciales del paciente. De ese modo, Freud necesitó protegerse de ser influido por las emociones de la paciente, explicando los sentimientos eróticos de ella hacia él como una falsa conexión (transferencia).
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