Biografía Fenichel Otto (1897-1946)
Fenichel Otto (1897-1946) Médico y psicoanalista norteamericano
Poco conocido fuera del movimiento psicoanalítico, y muy a menudo considerado un simple técnico de la cura, Otto Fenichel fue sin embargo un gran Freudiano. A la vez disidente y antiautoritario, hostil a todos los dogmatismos y abierto a la cuestión social, se opuso siempre a la política conservadora de Ernest Jones, y criticó el biologismo reichiano, así como el culturalismo de los neoFreudianos. En nombre de la defensa humanista del sujeto, luchó por los principios de un universalismo atemperado, respetuoso de las diferencias culturales. En consecuencia, negándose a olvidar su juventud socialista y su pasado vienés, le costaba asumir los ideales pragmáticos y normalizadores de la sociedad norteamericana, a la que no obstante se vio obligado a adaptarse. Como lo ha subrayado el historiador Russel Jacoby, Otto Fenichel formó parte, con sus amigos y colegas -Annie Reich, Barbara Lantos (1894-1962), Edith Jacobson, Kate Friedlánder, Georg Geró (1901-1981), y algunos más-, de lo que se llama la izquierda Freudiana. Nacidos un poco antes o después de principios de siglo, estos hombres y mujeres, lo mismo que Sandor Rado, Helene Deutsch, Ernst Kris, Rudolph Loewenstern, Marie Bonaparte, Melanie Klein y Karen Horney, pertenecfan a la segunda generción psicoanalítica mundial. De modo que los había marcado la Revolución de Octubre, el ascenso del nazismo, el exilio y la necesidad de integrarse a una nueva cultura. A veces encontraron en la International Psychoanalytical Association (IPA) una nueva patria Freudiana, y fueron los artífices del legitimismo; otras veces, por el contrario, impugnaron el aparato Freudiano, llegando a la escisión, el exilio interior, o incluso el cambio de profesión. Nacido en Viena en una familia de la burguesía judía, Fenichel militó activamente durante su adolescencia en el movimiento de la juventud austríaca y en el de la juventud judía, apuntando a hacer converger la revolución política con la liberación sexual, En 1916, a partir de una investigación conjunta con sus compañeros de clase, redactó un artículo sobre esta cuestión, lo que le valió la expulsión del liceo. En 1918 se orientó hacia el psicoanálisis al entrar en contacto con las tesis de Siegfried Bernfeld, y participó en los trabajos de la Wiener Psychoanalytische Vereinigung (WPV). Realizó entonces su primer análisis con Paul Federn, y después otro con Sandor Rado, al instalarse en Berlín en 1922. Sin dejar de ser fiel a la legitimidad Freudiana en materia de formación didáctica, muy pronto tomó distancia respecto del formalismo burocrático de la IPA, y organizó un círculo de estudio independiente (denominado Seminario de Niños), en el cual alternaron, hasta 1933, las discusiones políticas y la enseñanza sobre las técnicas psicoanalíticas. En 1930, Wilhelm Reich y su mujer Annie se unieron al grupo, encontrando a los analistas berlineses más adelantados que los vieneses sobre las cuestiones sociales. Así nació el movimiento de los Freudianos políticos, que llegó a su apogeo en 1932, cuando Fenichel fue designado vicepresidente de la Deutsche Psychoanalytische Gesellschaft (DPG). A pesar de varios viajes a Rusia y de las simpatías pregonadas por el socialismo y el marxismo, Fenichel no adhirió al Partido Comunista Alemán, al que juzgaba demasiado sectario. En una primera etapa mantuvo con Reich un diálogo fecundo. Compartía su interpretación de la psicología de masas del fascismo, y su enfoque del análisis de las resistencias. Sin embargo, a partir de 1933, las relaciones entre estos hombres se volvieron difíciles. Intelectual sutil y cultivado, amante de las síntesis y los trabajos ordenados, Fenichel no apreciaba las violencias pulsionales de Reich, ni tampoco su tendencia a sentirse perseguido y su megalomanía dogmática. También desaprobaba su método terapéutico, su manera de fragmentar la «armadura» defensiva del paciente, y su teoría biológica de la sexualidad. A partir del advenimiento del nazismo, este círculo se vio obligado a disolverse, y sus miembros debieron abandonar Alemania. Deseoso de conservar la unidad del grupo, Fenichel inventó entonces un sistema de comunicación clandestino, las Rundbriefe (cartas circulares), que les permitían a todos los miembros de la sociedad secreta mantenerse informados de sus respectivas actividades. Entre 1934 y 1945 se intercambiaron ciento diecinueve Rundbriefe sobre todos los temas posibles. Exiliado en Oslo, Fenichel intentó sin éxito darle una cierta unidad al movimiento psicoanalítico de los países escandinavos. Se vio varias veces con Reich, que también había emigrado, pero terminó por votar su exclusión de la IPA en el Congreso de Lucerna, en 1934. En el plano político, la oposición entre los dos hombres se refería al mejor modo de luchar contra el nazismo para salvar al psicoanálisis y el marxismo: Reich preconizaba el combate a cara descubierta, y Fenichel la lucha clandestina. A pesar de sus divergencias, subsistían entre ellos vínculos de amistad. Durante algún tiempo, en compañía de Edith Jacobson, Fenichel aceptó la política de Ernest Jones orientada a un supuesto «salvamento» del psicoanálisis en Alemania. Pero en 1935, cuando los judíos fueron excluidos de la DPG, lamentó haber adoptado esa posición, y dio un giro de ciento ochenta grados, mostrándose, como dice Jacoby, «escandalizado por la estupidez del establishment psicoanalítico, incapaz de comprender la realidad del nazismo». En este punto, Reich fue más lúcido al preconizar la disolución pura y simple de la DPG en 1933, y la lucha a muerte contra los nazis. De paso por Viena en 1936, Fenichel fue bien recibido por los Freudianos, ante los cuales pronunció una serie de conferencias sobre la técnica psicoanalítica. Evidentemente, rechazaba las tesis kleinianas y prefería las posiciones annaFreudianas. No obstante, con respecto a los mecanismos de defensa no adoptó el mismo punto de vista que Anna Freud. Creó entonces la expresión «defensa de defensa», para designar el modo en que un sujeto se defiende dialécticamente de una defensa que en realidad sería una pulsión. De nuevo exiliado, Fenichel residió durante algún tiempo en Praga, donde convirtió al pequeño grupo psicoanalítico checoslovaco en una rama de la IPA. Después, por invitación de su amigo Ernst Simmel, partió a los Estados Unidos y se instaló en Los Angeles, luego de haber pasado por Chicago y Topeka (Kansas), donde dio numerosas conferencias y se volvió a encontrar con la diáfora Freudiana de la Europa central que, lo mismo que él, había huido del nazismo. Sobre todo volvió a ver a Bernfeld, instalado también él en la Costa Oeste, en San Francisco. En el continente americano, Fenichel debió enfrentar una situación delicada para él y sus allegados. Partidario del análisis profano en un país donde la profesión se había medicalizado por completo, se vio obligado a obtener de nuevo su diploma de médico, no reconocido del otro lado del Atlántico-, por lo tanto, a los 47 años, tuvo que cumplir con el año obligatorio de internado y guardias nocturnas. Además, debió renunciar oficialmente a manifestar sus opiniones marxistas. En desacuerdo con las transformaciones que le infligían al Freudismo clásico los partidarios de la escuela de Chicago o los neoFreudianos, apareció como un «ortodoxo» de la vieja escuela vienesa y alemana, incapaz de reconvertirse. Agotado por el espectáculo de la eliminacion progresiva de los no-médicos en el seno de la Los Angeles Psychoanalytic Society (LAPS), fundada en 1946, y por la degradación del psicoanálisis, convertido en método psiquiátrico, murió prematuramente, a los 48 años, un año antes que su amigo Simmel. Sus obras se convirtieron después en una verdadera biblia para los técnicos norteamericanos de la cura Freudiana. Recordando a estos dos hombres, Max Horkheimer (1895-1973) les rindió el siguiente homenaje: «Estos pensadores se oponían a la mentalidad de empleado que intenta transformarlo todo en una «función» al servicio de la máquina. Resistieron entonces a la traición al psicoanálisis en su propio terreno, por técnicos apresurados».